LAS VENTAJAS DE HACER EL AMOR EN NAVIDAD
“Todos los hombres son unos imbéciles y todas las mujeres
son unas brujas, pero que no hay nada más bello en el mundo que lo que ocurre
entre un imbécil y una bruja cuando se aman...”
Anna Gavalda
La temporada navideña suele ser, para la mayoría de los
mortales (por lo menos de los mortales cristianos), una fuente ilimitada de
estrés. Hay que comprar regalos, decorar la casa, armar el árbol, decidir dónde
será la cena de Nochebuena y quién cocinará qué. Tratar de entrar en un vestido
decente y bancarse que las cuñadas apoyen el culo en la silla y de ahí no las
mueva ni una grúa, que para lavar los platos y juntar las cáscaras de las
nueces estamos nosotras. Soportar las guarangadas de los primos
borrachos y pasar demasiado tiempo con la familia, política y no, con todo
lo que eso implica para nuestra baqueteada salud mental. También es un momento
del año en el que solemos ganar dos o tres kilitos, como consecuencia de comer
porquerías y chupar de más.
Para paliar los malvados efectos de esta temporada
escabrosa, los especialistas de la web recomiendan algo sencillito y sentador: tener
sexo. Porque tener sexo en Navidad tiene ventajas insospechadas. Si no
me creen, pasen y lean.
Ventajas de tener sexo en Navidad
1) Alivia el estrés: Tanta tensión acumulada en estas fechas festivas debe ser
eliminada de alguna manera. Y qué mejor manera que una buena sesión de sexo,
que hará que nuestro sobrecargado cerebro libere dopamina y endorfinas,
dejándonos inmersos en una sensación de paz más que necesaria para enfrentar
las malas artes de nuestra familia política.
2) Reduce la presión arterial: Y, sí. Las cenas navideñas son ideales para que nos suba la
presión. Tanto boludeo, tantas indirectas, tantos parientes borrachos, tanta
cañita voladora. Es mucho. Hacer el amor es ideal para que la presión arterial
vuelva a su cauce.
3) Quema calorías: Es
harto sabido: los mortales desbarrancamos a fines de diciembre. Al carajo con
las dietas. Engullimos de todo y en cantidades no recomendadas. Tomamos alcohol,
nos atiborramos de confites y frutas secas. Sumamos calorías a diestra y
siniestra. Para detener esta suma escandalosa, nada mejor que un alegre
revolcón. En una sesión de sexo desenfrenado se pueden perder hasta 5 calorías
por minuto. Parece poco, sí. Pero si uno le da a la matraca duro y parejo, la
cantidad de calorías eliminadas puede ser considerable y tener una buena
incidencia en nuestro desgraciado tête à tête con la balanza.
4) Previene los resfríos: Ya
sé. Nosotros, los del hemisferio sur, en diciembre estamos abochornados y no
resfriados. Los resfríos navideños son epidemia en el hemisferio norte. Pero
también es una ventaja del sexo prevenir esta dolencia leve pero incómoda. Un
estudio reveló que las personas que practican sexo de forma habitual tienen más
altos los niveles de inmunoglobulina A (IgA), por lo cual su
sistema inmunológico está fortalecido y, por lo tanto, mejor preparado para
evitar este tipo de enfermedades.
5) Alivia el dolor y la migraña: Después de horas de escuchar suegras, cuñadas,
petardos, perros enloquecidos, borrachos pendencieros, bebés pasados de sueño
que no se pueden dormir por el quilombo reinante y lloran, lloran y lloran, la
cabeza de cualquier cristiano está a punto de estallar. El sexo también sirve
para aliviar dolores de cabeza: durante el coito se moviliza gran cantidad de óxido
nítrico, que actúa mejorando la circulación periférica, lo que que beneficia
especialmente a las migrañas de tipo vascular.
6) Nos hace felices: Sí, el sexo nos hace felices. Y se supone que en Navidad
debemos ser felices. ¿O no es eso lo que nos venden las películas? Cuando
hacemos el amor nuestro cerebro libera endorfinas, las hormonas
del bienestar y la felicidad, que repercuten en nuestro estado de ánimo y
nos ayudan a transitar ese escabroso bosque que es diciembre de la mejor manera
posible.
Hasta aquí, las indiscutidas ventajas de tener sexo en
Navidad. Que pueden hacerse extensivas al resto del año. Pero como estamos en
diciembre y algo hay que decir, nos hicimos eco de todas las notas de la web
que promocionan el coito como la gran panacea navideña. Me despido
de ustedes poniendo de manifiesto mi insufrible espíritu de contradicción con
esta maravillosa frase de Julio Cortázar: “Demasiado tarde, siempre,
porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra
cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de
unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.”
Buenas tardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario