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COSAS QUE AUMENTAN EL DESEO SEXUAL EN LAS MUJERES
“Para
las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras, el punto G está en los oídos, el que busque más
abajo está perdiendo el tiempo.”
Isabel
Allende
Parece, carísimos lectores,
que en los albores del Siglo XXI son muchas las damas y damitas que se
encuentran desganadas. En lo que a sexo se refiere, of course. Los motivos de este desgano suelen ser de lo más variados. Algunos
de ellos están íntimamente relacionados con situaciones médico-orgánicas (bajos niveles de testosterona,
hipotiroidismo, aumento de prolactina o ingesta de ciertos medicamentos).
Otros, en cambio, responden a factores de origen psico-social (estrés, baja autoestima, mala
relación en la pareja o aburrimiento). Si bien en ambos casos es insoslayable
la visita a un médico o a un terapeuta, existen una serie de cositas para ayudarnos a superar las
motivaciones del segundo. Por lo menos, eso es lo que jura la revista “Muy interesante” en un artículo publicado en su sitio
web (los que creían que vuestra servidora sólo leía la
descerebrada revista “Cosmopolitan” y el degenerado diario “Clarín”, estaban, como siempre, más cerca del
prejuicio que de la verdad
verdadera).
Según Meredith Chivers,
investigadora de la Universidad
de Queens, Canadá, para poder mantener relaciones sexuales satisfactorias
es requisito imprescindible una buena estimulación del cerebro femenino. Empeñados en facilitarle las
cosas a los masculinos embarcados en tan complicada estimulación, médicos, neurocientíficos y psicólogos
han identificado en la última década algunos truquitos que ayudan a despertar
el deseo femenino. Haciendo gala una vez más de mi bonhomía para con
todos y todas, se los acerco hoy, esperando que las desganadas dejen de serlo en un
santiamén. De nada.
-Chocolate: De acuerdo con un sesudo estudio publicado en la
revista “The Journal of
Sexual Medicine”, las mujeres
que ingieren, al menos, una tabletita de chocolate negro al día experimentan mayor deseo
sexual y tienen relaciones sexuales más placenteras. Contra lo que muchos
suponen, el chocolate es un alimento que, además de ser
riquísimo, nos aporta múltiples beneficios: entre otras cosas, favorece la
producción de serotonina,
un neurotransmisor que lleva a una señal nerviosa que produce felicidad, y es
una regia fuente de anandamina,
un compuesto que activa receptores cerebrales que producen placer y lucidez
mental. El truco del chocolate,
cara gente, funciona a cualquier edad: no hace falta ser una jovenzuela para experimentar las glorias
de un Toblerone engullido con alegría y buena
disposición. Ni hablar si una se zampa, sin
repetir y sin soplar, una
caja de Mozartkugelns:
quedará tan predispuesta al acto como la lúbrica Mesalina de los idos tiempos
romanos.
-Yoga: Es sabido que el yoga tiene múltiples beneficios físicos y
mentales. Pero, además, científicos de la Escuela
Médica de Harvard, EE. UU, han comprobado que la repetición de las posturas
o asanas propias de esta actividad durante
al menos doce semanas consecutivas consigue aumentar el deseo, la excitación,
la lubricación y el número de orgasmos en mujeres de 22 a 55 años, cosa que no
debe extrañarnos, si tenemos en cuenta que los precursores del yoga son los mismos calentones que pergeñaron las delicias del Kama Sutra. El yoga
genera, según los expertos en
el tema, estímulos mentales asociados a la excitación sexual.
-Colesterol a raya: Mucho más sorprendentes que los resultados de
consumir chocolate o practicar yoga regularmente son aquellos que devienen de
mantener el colesterol a raya.
No porque sean más sensacionales. Simplemente, porque una no podría imaginarse
jamás que las pocas ganas de chichoneo que la atormentan tengan relación
alguna con un colesterol descontrolado. Katherine Esposito y sus colegas de la Segunda Universidad de Nápoles,
Italia, han demostrado que las mujeres con niveles altos de colesterol y otras grasas en sangre experimentan
un importante descenso de la excitación, el orgasmo y el deseo. Por su parte,
Annamaria Veronelli, de la Universidad
de Milán, ha relacionado los problemas de disfunción sexual femenina con
diabetes, obesidad y baja actividad de la glándula tiroides. Mantenerse sanitas
es, como verán, indispensable para no dejarse ganar por la inapetencia sexual.
-Inteligencia: Según un experimento llevado a cabo en el King’s College de la Universidad de
Londres, Inglaterra, con más
de mil parejas de hermanas gemelas, las mujeres con mayor inteligencia emocional -habilidad para manejar los
sentimientos propios y ajenos- tienen el doble de orgasmos que el resto de las
féminas (no me pregunten en qué afectó a este portentoso estudio que las
muchachas sondeadas fueran hermanas gemelas porque no tengo ni la más puta idea).
Tim Spector, uno de los responsables del mentado experimento, declaró, a la luz de los
resultados del mismo, que no cabía duda de que "la inteligencia es una
ventaja incluso en la cama". Con
respecto a esta optimista afirmación, yo tengo mis serias dudas: para mí,
cuanto más boluda es una, mejor la pasa. Pero ya lo dije cienes y cienes de veces: yo no soy especialista. Ni en esto ni en nada.
-Una copa de vino: Hace algunos años, investigadores de la Universidad de Florencia,
Italia, reclutaron a 800 mujeres de 18 a 50 años de edad para averiguar si
beber vino tinto tenía algún efecto sobre la libido femenina. El experimento,
cuyos resultados fueron publicados por la revista “Journal of Sexual
Medicine”, revelaron que consumir una o dos copas de vino al día aumenta el
deseo sexual. Los científicos sugieren que se debe a que los antioxidantes de
dicha bebida aumentan el flujo sanguíneo en zonas claves del organismo. De más está aclarar que
una o dos copas de vino no son ni una botella ni una damajuana: un poco
de alcohol predispone a la hora del amor, pero si nos pasamos de rosca con el
vinito lo más probable es que terminemos roncando y con el pescado sin vender o que nos pongamos belicosas como la
aquí escribiente y terminemos a los golpes con nuestro partenaire por cualquier
nimiedad.
Hasta aquí, mis queridos,
aquellas cositas que la revista “Muy interesante” señala como propiciadoras del
deseo sexual femenino. Cualquiera puede comprarse un chocolate. No sé si un Toblerone, pero un Tokke, sí. Cualquiera puede
animarse a practicar yoga (en muchos Centros de Jubilados o clubes de barrio dan clases gratis).
Cualquiera puede ponerse las
pilas y dejar de comer porquerías para controlar de una vez por todas
a ese colesterol díscolo.
Cualquiera puede acceder a una copita de vino diaria, basta con no hacerle asco
al tetrabrik. Lo de la inteligencia es un poco más difícil, pero no
estamos hablando de ser un experto en geometría
de Riemann: estamos hablando de poder apreciar y expresar de manera justa
nuestras propias emociones y las de otros y usar nuestra sensibilidad con el
fin de motivarnos, planificar y realizar de manera satisfactoria nuestra vida.
Cosas que, según los expertos,
se pueden aprender. Así que las damas y damiselas desganadas tienen mucho para hacer con el fin de
llevar una existencia más feliz y más plena.
Me despido de ustedes, mis
amores, con una frase rotunda de la picante Mae West: “Un orgasmo al día mantiene lejos
al médico.”
…Y es mucho más rico que una
manzana.
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