martes, 3 de enero de 2012

5 COSAS QUE AUMENTAN EL DESEO SEXUAL EN LAS MUJERES


5 COSAS QUE AUMENTAN EL DESEO SEXUAL EN LAS MUJERES

“Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras, el punto G está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.” 
 Isabel Allende

Parece, carísimos lectores, que en los albores del Siglo XXI son muchas las damas y damitas que se encuentran desganadas. En lo que a sexo se refiere, of course. Los motivos de este desgano suelen ser de lo más variados. Algunos de ellos están íntimamente relacionados con situaciones médico-orgánicas (bajos niveles de testosterona, hipotiroidismo, aumento de prolactina o ingesta de ciertos medicamentos). Otros, en cambio, responden a factores de origen psico-social (estrés, baja autoestima, mala relación en la pareja o aburrimiento). Si bien en ambos casos es insoslayable la visita a un médico o a un terapeuta, existen una serie de cositas para ayudarnos a superar las motivaciones del segundo. Por lo menos, eso es lo que jura la revista “Muy interesante” en un artículo publicado en su sitio web (los que creían que vuestra servidora sólo leía la  descerebrada revista “Cosmopolitan” y el degenerado diario “Clarín”, estaban, como siempre, más cerca del prejuicio que de la verdad verdadera).
Según Meredith Chivers, investigadora de la Universidad de Queens, Canadá, para poder mantener relaciones sexuales satisfactorias es requisito imprescindible una buena estimulación del cerebro femenino. Empeñados en facilitarle las cosas a los masculinos embarcados en tan complicada estimulación, médicos, neurocientíficos y psicólogos han identificado en la última década algunos truquitos que ayudan a despertar el deseo femenino.  Haciendo gala una vez más de mi bonhomía para con todos y todas, se los acerco hoy, esperando que las desganadas dejen de serlo  en un santiamén. De nada.

-Chocolate: De acuerdo con un sesudo estudio publicado en la revista “The Journal of Sexual Medicine”, las mujeres que ingieren, al menos, una tabletita de chocolate negro al día experimentan mayor deseo sexual y tienen relaciones sexuales más placenteras. Contra lo que muchos suponen, el chocolate es un alimento que, además de ser riquísimo, nos aporta múltiples beneficios: entre otras cosas, favorece la producción de serotonina, un neurotransmisor que lleva a una señal nerviosa que produce felicidad, y es una regia fuente de anandamina, un compuesto que activa receptores cerebrales que producen placer y lucidez mental.  El truco del chocolate, cara gente, funciona a cualquier edad: no hace falta ser una jovenzuela para experimentar las glorias de un Toblerone engullido con alegría y buena disposición. Ni hablar si una se zampa, sin repetir y sin soplar, una caja de Mozartkugelns: quedará tan predispuesta al acto como la lúbrica Mesalina de los idos tiempos romanos.

-Yoga: Es sabido que el yoga tiene múltiples beneficios físicos y mentales. Pero, además, científicos de la Escuela Médica de Harvard, EE. UU, han comprobado que la repetición de las posturas o asanas propias de esta actividad durante al menos doce semanas consecutivas consigue aumentar el deseo, la excitación, la lubricación y el número de orgasmos en mujeres de 22 a 55 años, cosa que no debe extrañarnos, si tenemos en cuenta que los precursores del yoga son los mismos calentones que pergeñaron las delicias del Kama Sutra. El yoga genera, según los expertos en el tema, estímulos mentales asociados a la excitación sexual.

-Colesterol a raya: Mucho más sorprendentes que los resultados de consumir chocolate o practicar yoga regularmente son aquellos que devienen de mantener el colesterol a raya. No porque sean más sensacionales. Simplemente, porque una no podría imaginarse jamás  que las pocas ganas de chichoneo que la atormentan tengan relación alguna con un colesterol descontrolado. Katherine Esposito y sus colegas de la Segunda Universidad de Nápoles, Italia, han demostrado que las mujeres con niveles altos de colesterol y otras grasas en sangre experimentan un importante descenso de la excitación, el orgasmo y el deseo. Por su parte, Annamaria Veronelli, de la Universidad de Milán, ha relacionado los problemas de disfunción sexual femenina con diabetes, obesidad y baja actividad de la glándula tiroides. Mantenerse sanitas es, como verán, indispensable para no dejarse ganar por la inapetencia sexual.

-Inteligencia: Según un experimento llevado a cabo en el King’s College de la Universidad de Londres, Inglaterra, con más de mil parejas de hermanas gemelas, las mujeres con mayor inteligencia emocional -habilidad para manejar los sentimientos propios y ajenos- tienen el doble de orgasmos que el resto de las féminas (no me pregunten en qué afectó a este portentoso estudio que las muchachas sondeadas fueran hermanas gemelas porque no tengo ni la más puta idea). Tim Spector, uno de los responsables del mentado experimento, declaró, a la luz de los resultados del mismo, que no cabía duda de que "la inteligencia es una ventaja incluso en la cama". Con respecto a esta optimista afirmación, yo tengo mis serias dudas: para mí, cuanto más boluda es una, mejor la pasa. Pero ya lo dije cienes y cienes de veces: yo no soy especialista. Ni en esto ni en nada.

-Una copa de vino: Hace algunos años, investigadores de la Universidad de Florencia, Italia, reclutaron a 800 mujeres de 18 a 50 años de edad para averiguar si beber vino tinto tenía algún efecto sobre la libido femenina. El experimento, cuyos resultados fueron publicados por la revista “Journal of Sexual Medicine”, revelaron que consumir una o dos copas de vino al día aumenta el deseo sexual. Los científicos sugieren que se debe a que los antioxidantes de dicha bebida aumentan el flujo sanguíneo en zonas claves del organismo. De más está aclarar que  una o dos copas de vino no son ni una botella ni una damajuana: un poco de alcohol predispone a la hora del amor, pero si nos pasamos de rosca con el vinito lo más probable es que terminemos roncando y con el pescado sin vender o que nos pongamos belicosas como la aquí escribiente y terminemos a los golpes con nuestro partenaire por cualquier nimiedad.

Hasta aquí, mis queridos, aquellas cositas que la revista “Muy interesante” señala como propiciadoras  del deseo sexual femenino. Cualquiera puede comprarse un chocolate. No sé si un Toblerone, pero un Tokke, sí. Cualquiera puede animarse a practicar yoga (en muchos Centros de Jubilados o clubes de barrio dan clases gratis). Cualquiera puede ponerse las pilas y dejar de comer porquerías para controlar de una vez por todas a ese colesterol díscolo. Cualquiera puede acceder a una copita de vino diaria, basta con no hacerle asco al tetrabrik. Lo de la inteligencia es un poco más difícil, pero no estamos hablando de  ser un experto en geometría de Riemann: estamos hablando de poder apreciar y expresar de manera justa nuestras propias emociones y las de otros y usar nuestra sensibilidad con el fin de motivarnos, planificar y realizar de manera satisfactoria nuestra vida. Cosas que, según los expertos, se pueden aprender. Así que las damas y damiselas desganadas tienen mucho para hacer con el fin de llevar una existencia más feliz y más plena.
Me despido de ustedes, mis amores, con una frase rotunda de la picante Mae West: “Un orgasmo al día mantiene lejos al médico.”

…Y es mucho más rico que una manzana.

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