lunes, 3 de enero de 2011

LAS INQUIETUDES DE LA CHICA COSMO



LAS INQUIETUDES DE LA CHICA COSMO

 “Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano.” 
 Johann Christoph Friedrich Von Schiller

Existe un tipo de mujer  que, además de desconcertarme, me pone bastante nerviosa: la chica Cosmo. A favor de esta reverenda pavota tengo para decir que no se intitula mujer, sino chica, lo que nos da la vaga esperanza de que cuando crezca un poco descienda su nivel de boludez en sangre. Aunque, no sé, sospecho que la que nace para Cosmo nunca llega a National Geographic. 
La chica Cosmo es una mujer como todas y tiene sus inquietudes.
¿Quién soy yo?
¿Qué soy yo?
¿Por qué existo?
¿Qué son el Bien y el Mal?
No, no. La chica Cosmo se pregunta otras cosas. Pasen y vean.

1-¿NO SERÉ MUY GRANDE AHÍ ABAJO?

Sí. La chica Cosmo teme que las dimensiones de su vagina sean elefantinas. Teme que el uso indiscriminado de la misma la haya ampliado hasta convertirla en una bonita palangana (la chica Cosmo no tiene hijos, por lo tanto, las monstruosas anchuras de sus partes íntimas no se deben jamás  a la parición de un par de vástagos).
¿Por qué la chica Cosmo es atormentada por esta posibilidad?  Porque teme que los atributos de su chico se pierdan en semejantes inmensidades. Y por lo tanto el chico calcule (si es que a un chico Cosmo le fue dado el preciado don de  calcular)  las horas de uso que tiene el tesorito de la muchacha.
Los profesionales Cosmo tranquilizan a la chica preocupada: “La vagina promedio mide siete centímetros de circunferencia y, como el pene promedio mide cerca de quince, digamos que siempre la va a sentir pequeña.” Pero ya se sabe como son los profesionales Cosmo: tienen la idea fija. Así que le aconsejan a la pavota atormentada una pose para resaltar la estrechez de su bendito recinto: “Acostada de lado y con las piernas juntas, pedile a él que te penetre desde atrás: te aseguramos que se sentirá un gigante dentro de un dedal.”

 2-¿ES NORMAL QUE ME DIGA PERRA MIENTRAS LO HACEMOS?

Parece que el chico Cosmo es algo lengua larga. Cosa que la chica Cosmo agradecería si el muchacho usara su apéndice bucal para algún menester más gratificante que gritarle perra. 
Es sabido que, durante el acto, cualquier señor se va de boca y la amada deja de ser una princesa impoluta para convertirse en  un león de la Metro, un puma de Bengala o un yacaré mesopotámico (los hombres no se caracterizan por ser muy imaginativos; tienden a repetir las boludeces que escuchan por ahí).
Una es lo suficientemente avispada como para no preocuparse por esta metamorfosis. Concluye el acto y concluyen los atisbos de bestialismo de nuestro amante. Y todos tan contentos.
Claro, una tiene la conciencia tranquila: sabe que es una santa y que el tipo se fue de boca de caliente que estaba, nomás. Pero la chica Cosmo tiene, evidentemente, la cola de paja. Es consciente de que si el chico Cosmo notó lo grande que tenía el tesorito e hizo algunos cálculos, se enteró, inevitablemente, de que por ahí pasó medio Buenos Aires.
Los profesionales Cosmo tranquilizan a la muchachuela: “Las palabras pierden su valor habitual y ganan una dimensión erótica: se dicen pura y exclusivamente para excitar”, lo que en criollo quiere decir, más o menos: “Quedate tranquila que el tipo no se dio cuenta de que no le hiciste asco a nada, te dijo perra de pedo.” Y, haciendo gala de su perversión, incitan a la chica no sólo a disfrutar de las palabras hot de su partenaire, sino a usarlas ella también. ¡Qué poca vergüenza!

3-¿POR QUÉ A VECES PIENSO EN MI EX CUANDO TENGO SEXO CON MI ACTUAL NOVIO?

Si será pavota la chica Cosmo.  Yo no me ando torturando porque cuando tengo sexo con mi partenaire pienso en Simon Baker. Es normal, ¿no? ¿NO?
Los profesionales Cosmo le explican a la chica acongojada: “No siempre podemos estimularnos con quien tenemos a nuestro lado y por eso mentalmente aparecen desconocidos, famosos o bien gente que nos es familiar, como un ex. Un episodio como ése es ‘normal’, sólo que los hombres lo tienen más incorporado que las mujeres.”
¿Vieron que era normal?

4- ¿Y SI MI TÉCNICA ORAL LE PARECE MALA?

¡Esta chica Cosmo! ¡Es de lo que no hay! ¿A quién carajo se le puede ocurrir preguntarse semejante cosa?
Los profesionales Cosmo, en lugar de decirle bien clarito “dejate de joder” le siguen la corriente: “…si él antes se mostraba entusiasmadísimo con la idea de que vos bajaras y de repente parece que no le hace ni fu ni fa, quizá te hayas vuelto un tanto ‘robótica’...” Es sabido para que cualquier actividad sexual resulte medianamente exitosa una tiene que tratar de parecerse a Sharon Stone en “Bajos instintos” y no a Robin Williams en “El hombre bicentenario”, pero estos profesionales son unos desalmados. ¡Tratar a la chica Cosmo de Robotina! Como para que no se acompleje, pobre.
Al final, los profesionales no son tan malos porque le aconsejan que, para que el chico Cosmo no se desinfle, basta “con una actitud sexy y provocativa, más una buena dosis de auténtico entusiasmo.”

5- ME GUSTA QUE EL ME TIRE DEL PELO Y ME PEGUE CHIRLOS. ¿SOY UNA FREAK?

La chica Cosmo resultó ser un tanto ambigua: se espanta cuando el chico Cosmo la llama perra pero quiere que le de un par de chirlos. Y teme ser un aparato por esta singular apetencia.
Aquí, los profesionales Cosmo echan mano al recurso más trillado de las revistas femeninas: la encuesta. Según una encuesta, el 70 % de las chicas Cosmo quieren que les den un par de golpes. Para acomodarles las ideas, digo yo.
Los profesionales tranquilizan a la muchacha: “Los modos de excitación de cada quien son totalmente únicos y personales, y si el compañero sexual acepta y también logra estimularse con ese juego, no hay por qué censurarse”. Y le aconsejan como actuar en el caso de que no se anime a decirle de frente manteca al chico Cosmo que le propine  un par de bifes: “Dale una muestra gratis del asunto, por ejemplo, pegándole en la cola o tirándole un poco del pelo mientras lo besás apasionadamente. Va a captar la ‘indirecta’…” 
¿Cuántas posibilidades hay de que un chico Cosmo cuente con las suficientes neuronas como para captar una indirecta? Los profesionales no echan ningún tipo de luz sobre este tema.

 6- ADORO TENER SEXO CON MI HOMBRE, PERO TUVE UN SUEÑO HOT CON UNA CHICA

La chica Cosmo está asustada: soñó que se revolcaba con otra chica Cosmo. ¿Y ahora?
Ahora los profesionales la tranquilizan: “…eso no significa que seas gay. Además, se trata de una fantasía que excita tanto a los varones como a las mujeres: algunos de ellos les piden a sus parejas ‘jugar’ con esa imagen.” 
A la chica Cosmo, quizás porque es más psicótica de lo que cree o quizás porque es redondamente boluda, le cuesta un huevo distinguir entre fantasía y realidad. ¡Y se hace problema por cada idiotez!

 7- SIENTO QUE ME HAGO PIS CUANDO ACABO. ¿PUEDE SER?

A la chica Cosmo, como a cualquier chica Cosmo que se precie, la avergüenza mearse en público.  Se tortura al creerse dueña de una vejiga incontinente, sin saber que ha sido bendecida por la Madre Natura: :“Lo más probable es que no se trate de pis, sino de un líquido que segrega el famoso Punto G cuando es estimulado. Como esa zona tiene tejidos similares a los del pene, es capaz de producir esta clase de emisiones de líquido que, sin ser semen, se le aproxima bastante”, aclaran los “profesionales Cosmo”. E instan a la chica a sentirse sumamente orgullosa de esta eyaculación femenina.
En este caso puntual, desconfío de la chica Cosmo y desconfío de los profesionales. Cristina Wargon, en su impecable disertación acerca del orgasmo femenino, se muestra perpleja ante los ardientes chorros que las mujeres lanzan en el momento del éxtasis según la tradición literaria (que va desde las “Memorias de una Princesa Rusa” hasta las obras de Henry Miller). Ella nunca vio el chorro. Jamás de los jamases. Les confieso, caros lectores, que yo tampoco lo vi. Ni mi amiga. Ni la amiga de mi amiga.  Ni siquiera la amiga de la amiga de la amiga de mi amiga. Y eso que ésa ve de todo.
En síntesis: la chica Cosmo se mea. A mí que no me jodan.

8- ¿ME PUEDO VOLVER ADICTA AL VIBRADOR?

La chica Cosmo teme enviciarse con el aparatito jaranero.  Comprensible.
Los profesionales Cosmo  son bastante lógicos: una vez por día, todos los días, convertirá a la chica Cosmo en una fuente inagotable de sonrisas. Pero hay que cuidarse de alternar el aparato a pilas con el aparato de algún chico Cosmo dispuesto: “Muchas mujeres se vuelven aficionadas al ritmo constante y perfecto del vibrador y sienten que no pueden llegar al clímax sin él.” 
O sea que sí, piba, te podés volver adicta al vibrador.  Y eso sin siquiera considerar que el vibrador es huérfano, no ronca y no ve fútbol.

9- ¿UNA MUJER REALMENTE PUEDE DISFRUTAR DEL SEXO ANAL?

Me importa un carajo lo que digan los profesionales Cosmo No les creo. Sospecho que la chica tampoco.

 10- ¿SE PUEDE USAR CUALQUIER COSA COMO SEX-TOY?

La chica Cosmo es más insaciable de lo que uno pensaba. No le alcanza con el chico Cosmo y el vibrador. Entonces pretende echar mano a cuanta fruta o verdura encuentre en la heladera. "¿Qué tal esta berenjena? ¿Éste pepino? ¿Ésta zanahoria?"
Si es imaginativa y audaz se preguntará, relamiéndose: “¿Qué tal este envase de ‘Impulse’?” 
Los profesionales Cosmo son muy claritos al respecto: “Habiendo semejante variedad de juguetes sexuales diseñados para oficiar como tales, conviene dejar las verduras para el momento del almuerzo o la cena.”

 12- ¿CÓMO LE CUENTO UNA FANTASÍA A MI CHICO SIN QUE SE HORRORICE O SE PONGA MAL?

A la chica Cosmo, sin ninguna duda, le falta calle. Lo que se puede contar se cuenta y hasta puede servir para condimentar el acto. Lo que no se puede contar no se cuenta, que echarse un polvo cada tanto no implica que el otro deba conocer hasta nuestro ADN. Salvo que una sea exacerbadamente pavota, sabe con qué bueyes ara.  Si el chico Cosmo es exageradamente celoso contarle que nos ratoneamos con su mejor amigo sería una pelotudez hecha y derecha.
Los profesionales aseguran: “En muchos casos, la que suele asustarse es una misma, que no avala sus propias fantasías,  y no, nuestra pareja.” No sé, no sé.

13- ¿A ÉL PUEDEN DESEROTIZARLO LOS ‘RUIDOS MOLESTOS’ QUE HAGO DURANTE EL SEXO?
 La chica Cosmo es ruidosa. La verdad, esta piba las tiene todas. Parece que cada tanto, en medio del revuelque, aparece lo que la Rampolla denomina una cornetita vaginal. Seguro que el chico Cosmo ni se entera. Pero la chica Cosmo se quiere morir, ¿viste?
Los profesionales Cosmo sugieren: “Desdramatizar. Un ruidito inesperado puede, por caso, ponerle carcajadas al sexo, volverlo menos ceremonioso y más divertido.”

14- ¿QUÉ PIENSA EL DE MI CARA DE ORGASMO?

La chica Cosmo teme que, en el momento crucial, su cara se vea desfigurada por el éxtasis y deje de ser una chica Cosmo para convertirse en una chica cualquiera.
Para los profesionales Cosmo los chicos aman las mejillas rojas, los ojos en blanco (¡o bizcos!), los músculos contraídos y los labios tensos (o muy relajados)”. Para alimentar el ego del chico Cosmo no bastan los gemidos, los gritos, ni las palabras hot que la chica pueda susurrar.  Según un estudio de la Universidad de Indiana (es un misterio absoluto porque las universidades estudian estas boludeces) cuando ellos miran a la mujer con quien están teniendo sexo, se fijan en sus facciones antes que en cualquier otra parte del cuerpo.
Así que, dormí tranquila, querida chica Cosmo. El adora tu cara de éxtasis. Así que los profesionales Cosmo aconsejan “no inhibirse o tener algún prejuicio contra la cara de orgasmo.”
La chica Cosmo vive, sin duda, en un universo paralelo. Un universo donde lo único que cuenta es ser linda, estar flaca, peinarse bien y darle a la matraca como los conejos. Estas pibas ni siquiera tejen o cocinan, como hacían las marmotas de antaño, azuzadas por las perversas revistas femeninas. Sólo se preocupan por su cara de orgasmo.  Y necesitan estar convenientemente informadas acerca del tema.
No es por hacerme la viva, pero yo a la chica Cosmo la doy vuelta como un guante.

Jamás necesité que nadie disertara sobre mi cara de pocos amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario