jueves, 2 de noviembre de 2017

TIPS PARA UNA PREVIA BIEN ARRIBA


TIPS PARA UNA PREVIA BIEN ARRIBA

“La creatividad funciona con el sexo, es la fuente principal para su desarrollo.
Adán Jodorowsky

Es de público conocimiento que la rutina hace estragos aún en las camas mejor tendidas. Que no hay sábana caldeada que resista el cruento paso del tiempo ni ardores que no se apaguen con un golpe de almanaque. La vida es así, mis queridas. Y así hay que aceptarla. Pero aceptarla no significa que no hagamos todo lo posible para mantener viva la llama de nuestra entrepierna y la de la entrepierna de nuestro bombón escocés. Para ayudarnos en esos menesteres tenemos la página web Fashion TV. Que es mucho más que un lugar donde ver noticias de las celebridades desfilando por la alfombra roja. Es una panacea para nuestras desolaciones. Un sitio donde podemos encontrar notas tan esclarecedoras como la que hoy comentaremos, titulada Tips para una previa bien arriba y firmada por María Cotelo, que recoge siete sabios consejos de Paola Kullock, directora de la primera Escuela de Sexo de Buenos Aires y autora del libro “Sexo, ¡ponele ganas”.  Los consejos apuntan a romper la rutina y animarnos a jugar más con nuestro chico. Y a lograr que él se quede pensando en nosotras todo el día. Tomen nota.
Tips para una previa bien arriba
1) Dejalo con ganas: Después de pasar la noche juntos, cuando estén a punto de despedirse para ir cada uno a su trabajo, dale un beso apasionado, aprovechá para manotearlo y volvé a ponerlo hot. Como no hay tiempo, van a tener que dejar el asunto inconcluso. Resultado: él se va a quedar caliente como una pava, sin poder excluirte de su mente, y te va a mandar un chat pidiéndote que esa noche vuelvan a encontrarse.
2) Animate al juego de roles: Mandale un mensaje de texto desde tu celu (¡qué sepa que sos vos!) diciendo algo así como: “¡Hola! Soy amiga de una amiga tuya y estoy sola. Me dijeron que vos también estás solito, que sos divino y sabés cómo hacer que una chica la pase bien. Nos vemos?”. La idea es que encuentren como dos desconocidos. Ya se sabe que el sexo es mejor con desconocidos que con los sátrapas con los que compartimos colchón. Con este jueguito tendrán que volver a seducirse y conseguirán una noche increíble. Tengamos en cuenta que, para aceptar esta propuesta sin alarmarse, el señor en cuestión no debe dudar de nuestras facultades mentales. Porque si duda (como mi marido) llamará a nuestro psiquiatra para informarle que por fin derrapamos, creemos ser alguien que no somos y desconocemos al cristiano que nos mantiene.
3) Organizá una producción hot: Elegí cuatro o cinco atuendos de diferentes estilos (algo de lencería atrevida, una camisa de él, un jean y un vestido sexy) y jueguen al fotógrafo y la modelo. Él te indicará cómo posar y vos coquetearás y mostrarás “un poco más de lo debido”. Entre flash y flash, la cosa se va caldeando y termina en revolcón sí o sí. Tip importante: no miren las fotos en el momento. Vos las editás, borrás todas esas en las que te ves gorda o ridícula, agarrás una que esté más o menos, la photoshopeas un poco, le ponés 500 filtros y la usás como foto de perfil en Facebook. No, no, perdón: se la regalás a tu chico para que se encienda como una luciérnaga macho cada vez que abra la billetera y la vea.
4) Ponete creativa: Comprá henna para tatuajes. La idea es que él dibuje sobre las zonas de tu cuerpo que nadie ve y vos, sobre las de él. La sensación del pincel sobre la piel es muy sensual.  Tené en cuenta que la tinta tiene una duración de 15 días, así que cada vez que se pongan en bolas y vean los mamarrachos que el otro estampó en sus cueros volverán a arder.
5) Escribile: ¿Fueron a una cena formal con sus compañeros de trabajo o al casamiento de su primo y estás más aburrida que un hongo? Mandale un chat contándole que estás en llamas. Al rato, acercate y, con mucho disimulo, guardá tu bombachita súper sexy en el bolsillo de su saco (no se especifica dónde y cuándo sacarse la bombachita, o si es menester para hacer estas chanchadas llevar una bombachita extra en la cartera). Tu próximo chat será un jacarandoso: “Fijate qué tenés en el bolsillo”. Y el último, “Ya estoy lista para vos.” Y  al carajo. Se acabaron la cena formal, la fiesta, el reencuentro con los pibes del secundario, todo. Con esta movida él estará presuroso de huir de esos lugares para insulsos y entregarse a las mieles del amor. 
6) Compartí tu imaginación: Antes del encuentro andá caldeando el ambiente y decile que esa noche le vas a contar tu mejor fantasía. Cuando llegue el momento, ponete muy cerca suyo y susurrale al oído qué es lo que más te seduce, de pe a pa, con lujo de detalles (siempre y cuando tu mejor fantasía no sea que Leonardo Di Caprio te unte de pies a cabeza con mermelada de arándanos, porque el señor se sentirá desplazado de tu imaginario erótico, y con justa razón). Hacele entender que tenés ganas de volver realidad tu fantasía en ese instante.
7)  Volvé a lo clásico: En su billetera o en la guantera del auto (o cualquier sitio que sólo él revise), dejale una tarjetita que diga “Vale por un masaje de geisha”, con la aclaración de que el servicio debe ser reservado con 24 horas de anticipación. Hacete un rodete y un buen delineado en los ojos, encendé velitas  aromáticas, prepará tus aceites y cremas para hacerle un masaje y jugá a ser Yoko Ono por una noche. 
Estos son, mis queridas, los tips que nos ofrece Paola Kullock para encender la previa y no ir directo a los bifes, porque lo mejor del sexo son los preliminares. Son cositas fáciles que pueden hacer la diferencia en nuestra vida erótica. Pruébenlas. Dejen de lado el miedo al ridículo. Atrévanse. ¿Qué pueden perder? Nada (a lo sumo recibirán una carcajada o un dejate de joder amistoso). ¿Qué pueden ganar? Todo. Vamos por todo.
Me despido de ustedes con un pensamiento de  la antropóloga Helen Fisher: “Sé que todo esto parece un juego. Pero es que el amor lo es; es el único juego de la naturaleza. Casi todas las criaturas de este planeta lo practican, con la intención inconsciente de transmitir su ADN hacia el futuro.”

Buenas noches. 

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