lunes, 27 de noviembre de 2017

COUGAR TOWN


COUGAR TOWN

“A esa edad no saben lo que hacen, pero lo hacen toda la noche.” 
Demi Moore

¿Qué mujer más o menos grandecita (madurita no, maduritos son los tomates) no soñó alguna vez con tener su propio Ashton Kutchner para hacer uso y abuso de su persona? Si bien la historia de este bombonazo y la bella Demi Moore no terminó nada bien, durante seis años los citados actores fueron la referencia obligada a la hora de hablar de parejas en las cuales la diferencia de edad es notable y, para horror de muchos, la mayor es la mujer.
Aún cuando los prejuicios con respecto a las parejas desparejas en las que la mujer supera en años al varón siguen vivitos y coleando, y Hollywood todavía elige para sus producciones galanes añosos para enredarlos románticamente con señoritas veinteañeras (salvo que quiera contar una historia que gire alrededor de la diferencia de edades entre tórtolos conflictuados, como en  “White Palace” o "The Rebound"), muchas féminas se están dado permiso para salir con un pendejo y hacerlo, además, sin ningún tipo de culpa o vergüenza.
¿Quiénes son las mujeres que se atreven a salir con hombres mucho menores que ellas? Según los especialistas, aquellas lo suficientemente evolucionadas en su sexualidad, su economía y sus emociones como para darse el lujo de tener una relación erótico-amorosa y no generar con el varón ningún tipo de dependencia.  Y de no sentirse afectadas cuando, maliciosamente, se las llama roba cunas o cougars (pumas).
Las culturas patriarcales siempre vieron conveniente que el hombre fuera mayor que la mujer, ya que, tradicionalmente, se consideró al varón como proveedor familiar. Cuando, motivadas por la Segunda Guerra Mundial, las mujeres tuvieron que salir a ganar su sustento, comenzaron, además, un largo camino para alcanzar su libertad. En los albores del Siglo XXI, la mayoría de las féminas se bastan a sí mismas y no buscan tutores, por lo que una de las grandes ventajas de emparejarse con un hombre mayor ha desaparecido. Hoy en día, las mujeres no necesitamos ni manutención ni protección. Pero sí necesitamos amor, obvio.

¿QUÉ ES LO  QUE BUSCA UNA MUJER EN UN HOMBRE MÁS JOVEN?

Un hombre joven presenta una serie de atractivos que pueden ser irresistibles para más de una dama acalorada. Pasen y vean.

-BRÍO JUVENIL: Sí bien la juventud no es contagiosa, tener al lado a un efebo pujante suele actuar sobre señoras y señoronas como un poderoso afrodisíaco. Un revolcón con un hombre mucho menor que nosotras es una experiencia más que alentadora: el señorito está en el pico de su rendimiento sexual y, suponiendo que nuestra experiencia hará que lo comparemos con antiguos amantes, se esmerará para no decepcionarnos.

-BUENA DISPOSICIÓN PARA EL SEXO: Además de bríos y ganas de esmerarse, un muchachito siempre tiene ganas de. Los señores mayores suelen estar más ocupados, más cansados y ser más reticentes a tener sexo a cualquier hora del día. Son, además, mucho más convencionales en lo que a nuevas experiencias se refiere. Los jóvenes están más prestos a cumplir nuestras fantasías y a explorar nuevas facetas sexuales. 

-CIERTA DOSIS DE INOCENCIA: Los chicos jóvenes tienen cierta dosis de inocencia que vuelve loca a algunas mujeres.  Despiertan en ellas deseos de protegerlos y, por supuesto, de enseñarles unas cuantas cosas, sobre todo en el plano erótico, tan prominente en este tipo de relaciones.

-PROMESAS DE AVENTURA: Un varón al que le llevamos unos cuantos años es concebido por nuestra fantasía como aquel que puede abrirnos la puerta para ir a jugar y jugar con nosotras juegos imprevisibles, excitantes, mágicos.  Representa la aventura. Nos hace sentir lo suficientemente jóvenes y vigorosas como para embarcarnos en lo que sea.  Es un delicioso riesgo que corremos encantadas.

-OMNIPOTENCIA: Sí, ese muchachito lo suficientemente seguro como para encarar a una mujer mucho mayor que él cree que se come al mundo. Y a nosotras nos encanta que lo crea. Un pendex no tiene la mochila cargada de decepciones y fracasos que arrastran los cuarentones, por lo que enfrenta cada día con expectativas más felices.

¿QUÉ ES LO  QUE BUSCA UN HOMBRE EN UNA MUJER MAYOR?

Una mujer mayor también tiene unas cuantas cositas para ofrecerle a un mozalbete. Vuelvan a pasar y vuelvan a ver.

-TERNURA: A muchos chicos jóvenes (sobre todo a aquellos que no han resuelto felizmente su complejo de Edipo) los seduce una mujer que, además de colmarlos sexualmente, los hace merecedores de ciertos cuidados y ternezas,  imposibles de hallar en chicas de su edad, y les brinda cierta protección.

-SEXO EXPERIMENTADO: Si bien unas lolas turgentes o una cola sin rastros de celulitis son dotes femeninas que los hombres en general aprecian, la experiencia en el plano sexual suele resultar para los jóvenes mucho más atractiva que un fisiquito tipo Barbie. El jovenzuelo que se enreda con una mujer mayor lo hace fascinado por todo lo que dicha fémina puede enseñarle con respecto a las lides eróticas.

-VIDA ORGANIZADA: Las mujeres mayores suelen tener sus vidas medianamente organizadas, lo que resulta una buena influencia para los jovencitos enquilombados. Al influjo de estas señoras, los muchachuelos pueden ajustarse a un estilo de vida más convencional.

-DINERO: Quizás resulte un poco cruel incluir este elemento en la lista de cosas que un hombre busca en una mujer mayor, pero, como diría Serrat, “nunca es triste la verdad: lo que no tiene es remedio”.  La seguridad económica que puede ofrecer una señora de cuarenta, con un buen trabajo o una profesión exitosa, es un imán para muchos señoritos. Recibir dinero de una amante mayor no es vivenciado por estos jóvenes como algo inmoral: es un mimo, nada más. Un regalo para agradecer su buena disposición a la hora de los bifes, su lozanía y sus bríos.

-CONOCIMIENTOS: Una mujer mayor no sólo ofrece experiencia en el plano sexual, sino en todos los aspectos de la vida. Es una oportunidad insuperable para aprender a vivir.

¿CUÁLES SON LAS MUJERES QUE SE PERMITEN TENER UN ROMANCE CON ALGUIEN MENOR?

Si bien las mujeres que se atreven a vivir un romance con un precioso doncel suelen tener en común la seguridad en sí mismas y cierto desprecio por las convenciones sociales, no pueden ser metidas todas en la misma bolsa de gatos. He aquí un pequeño listado de féminas que se atreven a vivirlo todo.

-LA ENAMORADA: Una mujer que se enamora pasa por alto alegremente cualquier tipo de prejuicio o convención social. Y lo bien  que hace.

-LA PODEROSA: La mujer poderosa, independiente, que toma decisiones importantes todos los días y pisa fuerte, suele encontrar sumamente estimulante que un hombre menor la encare sin ningún tipo de miedo o vergüenza. Siente que ha encontrado a alguien con su voluntad y su ambición, pero más tiernito.

-LA QUE DEDICÓ SU JUVENTUD A UNA CARRERA Y QUIERE RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO: “Cuando cumplí cuarenta años y él, con poco más de veinte, me tomó del brazo, me sentí renacer”, escribió Simone de Beauvoir. Y esto es, sin dudas, lo que sienten muchas mujeres que han pospuesto su vida erótico-amorosa para dar preeminencia a otros intereses, y deciden recuperar el tiempo perdido en brazos de un mozalbete. Ya lo dicen los filósofos barriales: “El que de joven no trota de viejo galopa”.

-LA ESTETA: He aquí la señora que se obnubila con unos abdominales marcados, un cutis terso y una cabellera abundante y vigorosa. La esteta considera que la belleza es imprescindible a la hora de relacionarse con un hombre. Y, para qué engañarnos: los veinteañeros suelen ser bastante más bellos que los señores mayores.

-LA QUE HUYE DE LA VEJEZ: La mujer que huye de la vejez no soporta tener a su lado a un señor que empieza a mostrar señales de decadencia física, por más sutiles que sean. Canas, arrugas, pequeños achaques, son cosas que le provocan horror. Tiene la ilusión de que emparejándose con un hombre joven podrá incorporar para sí algo de su lozanía.

-LA QUE NECESITA MUCHA ATENCIÓN AMOROSA: Un varón en la flor de la edad suele estar sexualmente dispuesto, pero, además, suele ser bastante más cariñoso que un señor con más de media vida vivida y un bagaje de desengaños. Es más propenso a los mimos, a las atenciones y a los arrumacos.

-LA SEXUALMENTE MOTIVADA: Lo dijimos y lo repetimos: el sexo es más variado y más abundante con un mozalbete. Hay más bríos, más deseo, más ímpetu y más alegría. Casi nada.

CONSEJOS Y ADVERTENCIAS PARA LAS SEÑORAS QUE SE ANIMAN A SALIR CON UN HOMBRE MÁS JOVEN

Si bien salir con un hombre más joven suele ser una experiencia vivificante, hay ciertos consejos y advertencias que cualquier dama debe tener en cuenta antes de enredarse con un mocito.

-NO TRATAR DE PARECER MÁS JOVEN DE LO QUE SE ES: Salir con un hombre más joven no significa tener que vestir, hablar y comportarse como una adolescente. Una mujer de cierta edad puede ser irresistible sin necesidad de hacer el ridículo o negar patológicamente el paso del tiempo.

-SENTIRSE BELLA Y CONFIADA: Muchos hombres jóvenes aprecian la belleza de las mujeres de más edad, y las eligen como parejas más allá de sus de sus defectos o pequeñas imperfecciones.  También suelen acercarse a ellas atraídos por su confianza en sí mismas y su experiencia de vida. 

-DISFRUTAR DE LAS ATENCIONES QUE UN HOMBRE JOVEN PUEDE BRINDAR: Los hombres más jóvenes tienden a ofrecer más atención a su pareja. Su inexperiencia en lo que respecta a desengaños y fracasos amorosos los hace ser mucho más abiertos a la hora de expresar sus sentimientos.

-NO TRATAR A LA PAREJA COMO SE TRATARÍA A UN HIJO: En una relación de este tipo hay que evitar las frases demoledoras como “Yo ya tuve tu edad y sé cómo son las cosas” y no traer a colación a cada rato la falta de experiencia del partenaire, así como evitar retos y amonestaciones más propios de una madre que de una amante.

-MOSTRARSE EN PÚBLICO CON NATURALIDAD: La mujer que acepta tener como pareja a un hombre más joven sabe que se verá expuesta a las críticas de algunas personas prejuiciosas e incluso al rechazo de la familia o amigos de su partenaire. Estas circunstancias adversas no deben tener ningún tipo de influencia negativa en la relación. 

Señoras y señoronas, esto es todo lo que puedo decirles acerca de las parejas desparejas en las cuales la mayorcita es la mujer. Puedo agregar, sí, algo que tiene que ver con todas las parejas desparejas, conocimiento que viene de la experiencia de estar emparejada con un señor quince años mayor que yo: los desencuentros son muchos. Es imposible compartir con nuestro tórtolo recuerdos de niñez y adolescencia porque las hemos vivido en tiempos distintos. No escuchamos la misma música, ni juntamos las mismas figuritas, ni vimos los mismos programas de televisión.  Hay distintas cuotas de energía. Lo que para uno es una tragedia griega para el otro es sólo un traspié. Etc., etc., etc. Pero, si hay amor todos estos desencuentros se convierten en nimiedades, por cursi que parezca esta afirmación. 
Me despido de ustedes, mis queridas, esperando haberles sido útil y con una sabia frase de Anatole France: “Cada cual tiene la edad de sus emociones.”

De nada.

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