COUGAR
TOWN
“A
esa edad no saben lo que hacen, pero lo hacen toda la noche.”
Demi
Moore
¿Qué mujer más o menos grandecita (madurita no, maduritos son los tomates) no soñó alguna vez
con tener su propio Ashton Kutchner para hacer uso y abuso de su persona? Si
bien la historia de este bombonazo y la bella Demi Moore no terminó nada bien,
durante seis años los citados actores fueron la referencia obligada a la hora
de hablar de parejas en las cuales la diferencia de edad es notable y, para
horror de muchos, la mayor es la mujer.
Aún cuando los prejuicios con
respecto a las parejas desparejas en las que la mujer supera en años al varón siguen vivitos
y coleando, y Hollywood todavía elige para sus producciones galanes añosos para
enredarlos románticamente con señoritas veinteañeras (salvo que quiera contar
una historia que gire alrededor de la diferencia de edades entre tórtolos
conflictuados, como en “White Palace” o
"The Rebound"), muchas
féminas se están dado permiso para salir con un pendejo y hacerlo, además, sin ningún tipo de
culpa o vergüenza.
¿Quiénes son las mujeres que
se atreven a salir con hombres mucho menores que ellas? Según los especialistas,
aquellas lo suficientemente evolucionadas en su sexualidad, su economía y sus
emociones como para darse el lujo de tener una relación erótico-amorosa y no
generar con el varón ningún tipo de dependencia. Y de no sentirse afectadas
cuando, maliciosamente, se las llama roba cunas o cougars (pumas).
Las culturas patriarcales
siempre vieron conveniente que el hombre fuera mayor que la mujer, ya que,
tradicionalmente, se consideró al varón como proveedor familiar. Cuando,
motivadas por la Segunda Guerra Mundial, las mujeres tuvieron que salir a ganar
su sustento, comenzaron, además, un largo camino para alcanzar su libertad. En
los albores del Siglo XXI, la mayoría de las féminas se bastan a sí mismas y no
buscan tutores, por lo que una de las grandes ventajas de emparejarse con un
hombre mayor ha desaparecido. Hoy en día, las mujeres no necesitamos ni
manutención ni protección. Pero sí necesitamos amor, obvio.
¿QUÉ ES LO QUE BUSCA UNA MUJER EN UN HOMBRE MÁS
JOVEN?
Un hombre joven presenta una
serie de atractivos que pueden ser irresistibles para más de una dama
acalorada. Pasen y vean.
-BRÍO JUVENIL: Sí bien la juventud no es contagiosa, tener al
lado a un efebo pujante suele actuar sobre señoras y señoronas como un poderoso
afrodisíaco. Un revolcón con un hombre mucho menor que nosotras es una
experiencia más que alentadora: el señorito está en el pico de su rendimiento
sexual y, suponiendo que nuestra experiencia hará que lo comparemos con
antiguos amantes, se esmerará para no decepcionarnos.
-BUENA DISPOSICIÓN PARA EL
SEXO: Además de bríos y ganas de
esmerarse, un muchachito siempre tiene ganas de. Los señores mayores suelen estar más
ocupados, más cansados y ser más reticentes a tener sexo a cualquier hora del
día. Son, además, mucho más convencionales en lo que a nuevas experiencias se
refiere. Los jóvenes están más prestos a cumplir nuestras fantasías y a
explorar nuevas facetas sexuales.
-CIERTA DOSIS DE INOCENCIA: Los chicos jóvenes tienen cierta dosis de
inocencia que vuelve loca a algunas mujeres. Despiertan en ellas deseos de
protegerlos y, por supuesto, de enseñarles unas cuantas cosas, sobre todo en el
plano erótico, tan prominente en este tipo de relaciones.
-PROMESAS DE AVENTURA: Un varón al que le llevamos unos cuantos años es
concebido por nuestra fantasía como aquel que puede abrirnos la puerta para ir a
jugar y jugar con nosotras
juegos imprevisibles, excitantes, mágicos. Representa la aventura. Nos hace
sentir lo suficientemente jóvenes y vigorosas como para embarcarnos en lo que
sea. Es un delicioso riesgo
que corremos encantadas.
-OMNIPOTENCIA: Sí, ese muchachito lo suficientemente seguro
como para encarar a una mujer mucho mayor que él cree que se come al mundo. Y a
nosotras nos encanta que lo crea. Un pendex no tiene la mochila cargada de
decepciones y fracasos que arrastran los cuarentones, por lo que enfrenta cada
día con expectativas más felices.
¿QUÉ ES LO QUE BUSCA UN HOMBRE EN UNA MUJER
MAYOR?
Una mujer mayor también tiene
unas cuantas cositas para ofrecerle a un mozalbete. Vuelvan a pasar y vuelvan a ver.
-TERNURA: A muchos chicos jóvenes (sobre todo a aquellos
que no han resuelto felizmente su complejo
de Edipo) los seduce una mujer que, además de colmarlos sexualmente, los
hace merecedores de ciertos cuidados y ternezas, imposibles de hallar en chicas de su
edad, y les brinda cierta protección.
-SEXO EXPERIMENTADO: Si bien unas lolas turgentes o una cola sin
rastros de celulitis son dotes femeninas que los hombres en general aprecian,
la experiencia en el plano sexual suele resultar para los jóvenes mucho más
atractiva que un fisiquito tipo Barbie.
El jovenzuelo que se enreda con una mujer mayor lo hace fascinado por todo lo
que dicha fémina puede enseñarle con respecto a las lides eróticas.
-VIDA ORGANIZADA: Las mujeres mayores suelen tener sus vidas
medianamente organizadas, lo que resulta una buena influencia para los
jovencitos enquilombados. Al influjo de estas señoras, los muchachuelos pueden
ajustarse a un estilo de vida más convencional.
-DINERO: Quizás resulte un poco cruel incluir este elemento en la lista de
cosas que un hombre busca en una mujer mayor, pero, como diría Serrat, “nunca es triste la
verdad: lo que no tiene es remedio”. La
seguridad económica que puede ofrecer una señora de cuarenta, con un buen
trabajo o una profesión exitosa, es un imán para muchos señoritos. Recibir
dinero de una amante mayor no es vivenciado por estos jóvenes como algo
inmoral: es un mimo, nada más. Un regalo para agradecer su buena disposición a
la hora de los bifes, su
lozanía y sus bríos.
-CONOCIMIENTOS: Una mujer mayor no sólo ofrece experiencia en el
plano sexual, sino en todos los aspectos de la vida. Es una oportunidad
insuperable para aprender a vivir.
¿CUÁLES SON LAS MUJERES QUE
SE PERMITEN TENER UN ROMANCE CON ALGUIEN MENOR?
Si bien las mujeres que se
atreven a vivir un romance con un precioso doncel suelen tener en común la
seguridad en sí mismas y cierto desprecio por las convenciones sociales, no
pueden ser metidas todas en la misma bolsa de gatos. He aquí un pequeño listado
de féminas que se atreven a vivirlo todo.
-LA ENAMORADA: Una mujer que se enamora pasa por alto alegremente cualquier tipo
de prejuicio o convención social. Y lo bien que hace.
-LA PODEROSA: La mujer poderosa, independiente, que toma
decisiones importantes todos los días y pisa fuerte, suele encontrar sumamente
estimulante que un hombre menor
la encare sin ningún tipo de miedo o vergüenza. Siente que ha encontrado a
alguien con su voluntad y su ambición, pero más tiernito.
-LA QUE DEDICÓ SU JUVENTUD A
UNA CARRERA Y QUIERE RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO: “Cuando cumplí cuarenta años y él,
con poco más de veinte, me tomó del brazo, me sentí renacer”, escribió Simone de Beauvoir. Y esto es, sin
dudas, lo que sienten muchas mujeres que han pospuesto su vida erótico-amorosa
para dar preeminencia a otros intereses, y deciden recuperar el tiempo perdido
en brazos de un mozalbete. Ya lo dicen los filósofos barriales: “El que de joven no
trota de viejo galopa”.
-LA ESTETA: He aquí la señora que se obnubila con unos
abdominales marcados, un cutis terso y una cabellera abundante y vigorosa. La
esteta considera que la belleza es imprescindible a la hora de relacionarse con
un hombre. Y, para qué engañarnos: los veinteañeros suelen ser bastante más
bellos que los señores mayores.
-LA QUE HUYE DE LA VEJEZ: La mujer que huye de la vejez no soporta tener a
su lado a un señor que empieza a mostrar señales de decadencia física, por más
sutiles que sean. Canas, arrugas, pequeños achaques, son cosas que le provocan
horror. Tiene la ilusión de que emparejándose con un hombre joven podrá
incorporar para sí algo de su lozanía.
-LA QUE NECESITA MUCHA
ATENCIÓN AMOROSA: Un varón en la flor de la
edad suele estar sexualmente dispuesto, pero, además, suele ser bastante más
cariñoso que un señor con más de media vida vivida y un bagaje de desengaños.
Es más propenso a los mimos, a las atenciones y a los arrumacos.
-LA SEXUALMENTE MOTIVADA: Lo dijimos y lo repetimos: el sexo es más
variado y más abundante con un mozalbete. Hay más bríos, más deseo, más ímpetu
y más alegría. Casi nada.
CONSEJOS Y ADVERTENCIAS PARA
LAS SEÑORAS QUE SE ANIMAN A SALIR CON UN HOMBRE MÁS JOVEN
Si bien salir con un hombre
más joven suele ser una experiencia vivificante, hay ciertos consejos y
advertencias que cualquier dama debe tener en cuenta antes de enredarse con un
mocito.
-NO TRATAR DE PARECER MÁS
JOVEN DE LO QUE SE ES: Salir con un hombre más joven
no significa tener que vestir, hablar y comportarse como una adolescente. Una
mujer de cierta edad puede ser irresistible sin necesidad de hacer el ridículo
o negar patológicamente el paso del tiempo.
-SENTIRSE BELLA Y CONFIADA: Muchos hombres jóvenes aprecian la belleza de
las mujeres de más edad, y las eligen como parejas más allá de sus de sus
defectos o pequeñas imperfecciones. También
suelen acercarse a ellas atraídos por su confianza en sí mismas y su
experiencia de vida.
-DISFRUTAR DE LAS ATENCIONES
QUE UN HOMBRE JOVEN PUEDE BRINDAR: Los hombres más jóvenes
tienden a ofrecer más atención a su pareja. Su inexperiencia en lo que respecta
a desengaños y fracasos amorosos los hace ser mucho más abiertos a la hora de
expresar sus sentimientos.
-NO TRATAR A LA PAREJA COMO
SE TRATARÍA A UN HIJO: En una relación de este tipo
hay que evitar las frases demoledoras como “Yo ya tuve tu edad y
sé cómo son las cosas” y no
traer a colación a cada rato la falta de experiencia del partenaire, así como
evitar retos y amonestaciones más propios de una madre que de una amante.
-MOSTRARSE EN PÚBLICO CON
NATURALIDAD: La mujer que acepta tener
como pareja a un hombre más joven sabe que se verá expuesta a las críticas de
algunas personas prejuiciosas e incluso al rechazo de la familia o amigos de su
partenaire. Estas circunstancias adversas no deben tener ningún tipo de
influencia negativa en la relación.
Señoras y señoronas, esto es
todo lo que puedo decirles acerca de las parejas desparejas en las cuales la mayorcita es la
mujer. Puedo agregar, sí, algo que tiene que ver con todas las parejas desparejas,
conocimiento que viene de la experiencia de estar emparejada con un señor
quince años mayor que yo: los desencuentros son
muchos. Es imposible
compartir con nuestro tórtolo recuerdos de niñez y adolescencia porque las
hemos vivido en tiempos distintos. No escuchamos la misma música, ni juntamos
las mismas figuritas, ni vimos los mismos programas de televisión. Hay distintas cuotas de energía. Lo
que para uno es una tragedia griega para el otro es sólo un traspié. Etc.,
etc., etc. Pero, si hay amor, todos estos desencuentros se convierten en nimiedades, por cursi
que parezca esta afirmación.
Me despido de ustedes, mis
queridas, esperando haberles sido útil y con una sabia frase de Anatole France: “Cada
cual tiene la edad de sus emociones.”
De nada.
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