SEXO EN
LA PRIMERA CITA: ¿SÍ O NO?
“La
lujuria merece tratarse con piedad y disculpa cuando se ejerce para aprender a
amar”.
Dante
Alighieri
Navegando en la web, como es mi infructuosa
costumbre, me topé con una desprejuiciada nota firmada por el equipo de
redacción de Glamour México con un
título más que sedicioso: ¿Sexo en la primera cita? Que sí y qué no hacer. Por supuesto, me aboqué a su lectura
con fruición, siempre pensando en mis lectoras, porque yo hace años que no
tengo una primera cita. Así que hoy
estoy en condiciones de disertar acerca de este tema controversial para que
ustedes, mis queridas, decidan si vale la pena o no revolear la chancleta desde el vamos. De nada.
La Glamour arranca diciendo, muy
pertinentemente, que la decisión de tener o no sexo en la primera cita es
cuestión íntima y personal y que cada individuo es responsable de sus actos.
Aunque siempre hay que tener en cuenta que un encontronazo erótico puede resultar
maravilloso o todo un desastre, dependiendo de lo poco o mucho que los nervios
influyan en el approach y de nuestras expectativas con respecto a
nuestro partenaire sexual. Para gozar
el momento y divertirse, según este pequeño opúsculo, a
la hora de los bifes hay que tener en cuenta algunas cositas.
LO QUE SÍ DEBÉS HACER
- Nunca hagas nada que no quieras. Si algo
no te gusta, decíselo a la otra
persona. Consejo más que obvio pero no por eso menos necesario. El sexo debe estar
orientado al disfrute. Siempre. Jamás
hay que permitir que nos fuercen a hacer algo contra nuestra voluntad y,
tampoco, hacer cosas que nos disgustan sólo para complacer al otro. Nosotras
debemos ser las primeras complacidas
cuando decidimos tener sexo. De no ser así, no vale la pena.
- Escuchalo y mostrá interés por sus gustos. Así como es
fundamental que el tórtolo en cuestión muestre respeto por nuestros gustos y necesidades, también lo es
que nosotras les paguemos con la misma moneda.
- Adoptá una actitud divertida y disfrutá
el momento, dejá a un lado los nervios, él se puede dar cuenta y su momento hot se puede venir abajo. Relájense y gocen, mis queridas.
- Responsabilizate de tu placer. Expresá tus
necesidades y procuraá satisfacerlas. “¡Pidan, chicas, pidan!”, diría el señor que vende pirulines en las playas de San Bernardo.
Y sí, pidan. Aprovechen este primer encuentro para sentar las bases de una
hipotética futura relación en la que las deseos, los gustos y las fantasías se
verbalicen. Asuman de una buena vez que los hombres no tienen la bola de
cristal ni nacen sabiendo cuáles son nuestras necesidades.
- ¡Cuídense! Es una regla básica, nunca
olviden usar preservativos para no contraer ninguna enfermedad o tener un embarazo no deseado. Otro consejo más
que obvio. Pero fundamental.
LO QUE NO DEBÉS HACER
- Convertirte en un personaje que no sos.
¡Sé vos misma! Armar un
personaje le va a quitar espontaneidad y disfrute al encuentro.
- Ser excesivamente sincera. Antes de decir lo que
pensás, planteate por qué y para qué lo vas a decir. No sé a ustedes, pero a mí me parece que este consejo
entra en conflicto con el anterior.
-Tener
miedo. Aprovechá que es alguien que no te conoce sexualmente para ser
más creativa, y también déjate sorprender. Liberá tu mente y tu cuerpo, buscá
hacer nuevas cosas. Y, sí, chicas,
aprovechen. Sean libres y atrévanse a hacer aquellos chichitos que tienen
pendientes.
- Acomplejarte. Imaginate
sexy y comportate sexy. Si es un encuentro casual no vale la pena que te
preocupes por lo que te incomoda de tu cuerpo. A ver, a ver. Este consejito no vale sólo para el
sexo en la primera cita: vale para todos los encuentros sexuales. Si nos
sentimos divinas, nuestro amante nos verá divinas. Si nos ocultamos detrás de
sábanas y toallas con vergüenza, el señor a quien vamos a prodigar nuestros
favores sentirá que está a punto de liberar
a Willy y no de tener un delicioso encuentro sexual. Ya lo dijo la filósofa
argentina Mirtha Legrand: “Como te ven,
te tratan.”
- Hacer algo que te haga daño o dejarte
llevar haciendo cosas que no querés hacer. Ponete en el lugar del otro, sé cuidadosa y si notás que
algo no te está bien, es mejor darse la vuelta y salir del lugar de inmediato. Ya lo dijimos unos renglones más arriba: Jamás
hay que permitir que nos fuercen a hacer algo contra nuestra voluntad y,
tampoco, hacer cosas que nos disgustan sólo para complacer al otro. Y si el asunto no va, no hay que sentir pena por emprender la retirada. Ya saben: soldado que huye sirve para otra guerra.
Les confieso, amables lectoras, que la nota de la Glamour me dejó con gusto a poco. Así que enfilé para el portal de
citas eDarling, que me aseguró, en
una esclarecedora nota intitulada Sexo en la primera cita: ¿relación estable o simple atracción?, que las personas que tienen sexo en la primera cita
también pueden llegar a tener una verdadera relación estable en el futuro. Y me señaló algunas otros detalles a tener
en cuenta.
Sexo en la primera cita: ¿qué tener en cuenta?
Según un estudio publicado en Health Day News y citado
por eDarling, no existen grandes diferencias entre las parejas
estables que iniciaron la relación teniendo sexo en la primera cita y las que
no: todos son igual de infelices o infelices, sin importar cuánto tiempo hayan
esperado para revolear los calzones.
El estudio
también reveló (chocolate por la
noticia) que muchas de las personas que mantenían relaciones esporádicas, buscaban
uniones cortas, sin interesarse
por relaciones serias o a largo plazo.
Primera cita: ¿tener sexo o esperar?
Según un
estudio a escala mundial, publicado en diario El País, un 80% de los hombres reconoció haber tenido sexo en la primera cita, superando
ampliamente al menos de 40% de mujeres
que aseguraron haberlo hecho.
John Palacio,
médico, y René Solano, sociólogo,
opinan que este tipo de encuentro sólo es beneficioso en el momento mismo de su
concreción, cuando se experimenta el placer, pero no más allá. Los sexólogos y
terapeutas Manuel González y Martha Mejía no piensan lo mismo, ya que para
ellos el efecto benéfico de una noche de placer tiene incidencia en la vida
cotidiana de las personas. Incluso arriesgan que el hecho de no saber si la
aventura sexual llegará a buen puerto y existirá un segundo encuentro, hace que
todo resulte más intenso. Otro beneficio es
que, si el sexo es bueno, la próxima cita surgirá naturalmente. Y si el sexo es
malo, no habremos perdido tiempo teniéndole
la vela a un señor que no nos mueve un pelo (esto lo agrego yo, por
supuesto, que siempre tengo alguna acotación para hacer).
¿Existen desventajas?
Existen casos
en los que el sexo en la primera cita
puede acarrear alguna desventaja: incomodidad por falta de confianza,
expectativas no cumplidas y desengaños brutales. Por eso es sumamente
importante tener claro qué significa para nosotras una noche esporádica de
sexo, para evitar arrepentirnos o sentirnos mal luego del tiroteo.
Se preguntarán ustedes, mis queridas, qué es lo que pienso yo de este delicado asunto. La verdad es que no soy para nada partidaria del sexo en la primera cita. Y esto no se debe ni a la mojigatería ni a mi reputada y asumida condición de dinosaurio. Se debe a que siempre gusté considerar el sexo como una ceremonia y las ceremonias exigen preparación. No digo ir al extremo de los yankees, que ensayan hasta los casorios, quitándole toda la espontaneidad al asunto. Pero sí darme mi tiempo para que todo sea perfecto. Además, debo confesar que soy una mujer con preocupantes rasgos paranoides. Y que las películas de terror a las que soy adicta tampoco ayudan demasiado: antes de intimar con un hombre tengo que estar segura de que no es Norman Bates. Y que no escapó de ningún laboratorio portando un virus letal que terminará convirtiéndome en una zombie desquiciada (he visto en estos días un film llamado "Contracted" que sólo les recomiendo si sus estómagos no son demasiado sensibles y están buscando una ineludible razón para no tener sexo en la primera cita).
Dicho todo lo que tenía para decir sobre el sobre el asunto, me despido de ustedes con una bella cita de José Ortega y Gasset: “No hay amor sin instinto sexual. El amor
usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el
viento.”
Buenas noches.
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