EL BAÚL DE LOS RECUERDOS I
“El recuerdo de todo hombre es su literatura privada".
Aldous Huxley
En una de sus canciones más bellas, "In my life", John Lennon habla de esos lugares, momentos, amantes y amigos que formaron parte de su vida. Algunos de esos lugares permanecen, otros han desaparecido o han cambiado. Algunos de sus amigos ya no están. Pero todos perduran en la memoria emotiva de John.
Les traigo hoy una lista de lugares, objetos y otras cosillas que forman parte de mis recuerdos más amados. Aquellos que se forjan en la niñez y la adolescencia y nos acompañan toda la vida, con su bagaje de ternura y nostalgia. Pasen y lean.
-EL
ITALPAK
El Italpark fue un parque de diversiones de la ciudad de Buenos Aires que se encontraba emplazado en donde actualmente se encuentra el Parque Thays (avenidas del Libertador y Callao) en el barrio de Recoleta. Fue creado en 1960 por la familia Zanon, inmigrantes italianos. Con aproximadamente 45 000 m², era el parque de atracciones mecánicas más importante de América del Sur durante la década de 1980 y un punto de encuentro y diversión para todos los adolescentes de la época.
El Italpark poseía unos 35 juegos electromecánicos que fueron importados de Italia. Los complementaban una veintena de stands con atracciones. En la primavera de 1979 llegó desde Holanda la montaña rusa llamada Corkscrew, de la empresa holandesa Vekoma, que en su momento era la más alta de Sudamérica y que fue inaugurada en el invierno de 1980. También en 1982 fue traído desde Italia el juego Matter Horn. Era un juego de alta velocidad, y uno de los más populares del parque.
Son muchas los misterios que rodean al Italpark. Según cuenta
Guillermo Barrantes, coautor de la serie de libros “Buenos Aires es leyenda”, el
predio habría sido maldecido por una bruja. El 3 de febrero de 1911 se inauguró en el
lugar el popular Parque Japonés, que recibió un aluvión de visitantes. Esta
situación habría molestado a los vecinos del lugar, quienes recurrieron a los
servicios de la bruja en cuestión. Lo cierto es que un incendio destruyó uno de
los juegos más populares, la Montaña Rusa, y el Parque Japonés cerró sus
puertas. Años después funcionó en el lugar una feria que también fue escenario de
un evento trágico: en la década de 1950 un rayo le cayó a uno de los feriantes
y lo mató en el acto. Se inauguró luego el Italpark, que no estuvo exento de
sucesos nada felices: el 27 de mayo de 1978 un incendio destruyó el Tren
Fantasma y en agosto de 1989 otro siniestro se llevó la pista Súper Monza. Dos
meses después, el fuego devoró el Laberinto del Terror. El 29 de julio de 1990 un trágico suceso le costó la vida a una adolescente de 15 años, Roxana Alaimo, cuando se desprendió un carro del MatterHorn, inaugurado en 1983 y sin controles eficientes desde entonces. La amiga que la
acompañaba terminó en el hospital con heridas graves pero sobrevivió. Este
hecho lamentable significó el fin del Italpark. Fue clausurado definitivamente
por el intendente Carlos Grosso cuatro
meses después, erigiéndose allí posteriormente el Parque Thays.
Con el parque clausurado, los juegos tuvieron diferentes
destinos. Algunos de ellos terminaron en el ArgenPark de Luján. Fue allí, en
diciembre de 2007, donde la supuesta maldición se cobró otra víctima. Rodolfo “Rolo” Herrender, quien arregló y
rearmó los juegos en el ArgenPark, fue embestido por uno de los carros de la
Montaña Rusa mientras hacía unos arreglos. Herrender cayó desde 6 metros de
altura y falleció en el acto.
Como complemento de esta leyenda urbana, se cuenta que quien
consiga una antigua ficha de las que daban acceso al Italpark y se pare a
medianoche frente al lugar donde estaba la entrada principal al parque, lo verá
iluminado y con todos los juegos en funcionamiento. El afortunado poseedor de
la ficha sólo podrá hacer uso de una atracción. De no cumplir con esta regla
quedará atrapado para siempre en lugar.
Más allá de su trágico final, el Italpak fue, durante muchos
años, un lugar de encuentro y de alegría. “Se sigue hablando del Italpark
porque fue una especie de tierra de la felicidad para muchos”, dice Barrantes.
“Incluso en años muy oscuros, en la época de la dictadura, era como el lugar en
el que la oscuridad no pasaba”, agrega.
-LAS ILUSTRACIONES SARAH KAY
Vivien Kubbos es una
ilustradora australiana de libros infantiles y tarjetas de felicitación que
vive en Sydney. Sarah Kay se utiliza a menudo como
seudónimo de Vivien Kubbos, aunque en realidad este apelativo se refiere
a los personajes altamente reconocibles que diseñó. Está formado por el nombre
de la perra de su padre (Sarah) y la primera letra de su apellido (K,
pronunciada en inglés Kay).
Los personajes más famosos que Kubbos creó como ilustradora independiente a principios de los años 1970 son los de Sarah Kay: niñas y niños de nariz chata en un entorno bucólico. Las niñas suelen llevar una capucha de tela con un ala que se extiende sobre la cara o sombreros de paja muy grandes, vestidos con volados y zapatos de cuero. Originalmente eran motivo de invitaciones y tarjetas de felicitación bajo el nombre “Sarah Kay Collections” para Valentines Sands Greeting Cards, pero se convirtieron en una marca de merchandising conocida mundialmente. Con origen en Australia, las figuras encontraron amantes en Nueva Zelanda, Europa y América Latina.
Los personajes más famosos que Kubbos creó como ilustradora independiente a principios de los años 1970 son los de Sarah Kay: niñas y niños de nariz chata en un entorno bucólico. Las niñas suelen llevar una capucha de tela con un ala que se extiende sobre la cara o sombreros de paja muy grandes, vestidos con volados y zapatos de cuero. Originalmente eran motivo de invitaciones y tarjetas de felicitación bajo el nombre “Sarah Kay Collections” para Valentines Sands Greeting Cards, pero se convirtieron en una marca de merchandising conocida mundialmente. Con origen en Australia, las figuras encontraron amantes en Nueva Zelanda, Europa y América Latina.
En Argentina, la
Editorial Atlántida puso en circulación estas imágenes en la década de
1970. Durante la segunda mitad de la
dicha década y la primera de 1980, las ilustraciones de Sarah Kay acompañaron a
las niñas y adolescentes. Aparecieron en figuritas, forros de cuadernos, papeles de cartas,
diarios íntimos, y hasta en cortinas, almohadones y sábanas.
-EL SHOPPING SUR
El Shopping Sur fue el primer centro comercial de Argentina. Estaba ubicado en Avellaneda, sobre la Avenida Pavón (hoy Hipólito Yrigoyen) al 200, entre la bajada del Puente Pueyrredón y las vías del ferrocarril Roca, a metros de la Estación Avellaneda. El complejo ocupaba el predio donde había funcionado el viejo "Frigorífico La Negra" (que perteneciera a la Corporación de Productores de Carnes -CAP-) que estaba allí desde el año 1884. La parte trasera del predio daba al Riachuelo.
El Shopping Sur contaba con 98 locales de los más variados rubros, una pista de patinaje, una granja con animales, estacionamiento para dos mil autos y un boliche bailable llamado Soho, donde tocaron las bandas de rock más famosas de la época: Soda Stereo, Sumo y Virus, entre otras. En su época de esplendor, por sus 50.000 metros cuadrados de cubierta pasaban alrededor de 800.000 personas por mes.
El Shopping Sur comenzó utilizando los primeros dos pisos con juegos para niños y amplios locales de compras (Quarry Jeans, Musimundo, Mundo del Juguete, Motor Oil, etc.) También había una sucursal de Pumper Nic y un supermercado propio denominado Ecomax. Algún tiempo después aumentó la oferta de entretenimiento y se agregaron más juegos e instalaciones recreativas dando origen a Shoppylandia.
El Shopping Sur cerró sus puertas el 10 de enero de 1997, y en ese espacio vecino al Riachuelo, la Constructora Gualtieri demolió el complejo levantando en su lugar un Hipermercado Carrefour.
-HENDY
Hendy fue una marca furor en los '80. Fácilmente reconocible por sus adorables Carolitos, bajó la persiana en medio del auge de las importaciones, y aunque volvió años después nunca consiguió el éxito que tuvo en su momento de gloria.
Hendy nació en plena Recoleta a finales de la década del '70 como una coqueta marroquinería. Allí, los hermanos Cordovero, Enrique, Aaron y Horacio, abrieron un comercio donde vendían chalecos de gamuza con flecos, cinturones y otros productos de moda que respondían a la ola hippie chic. Los hermanos decidieron sumar a su padre Enrique al negocio y lo bautizaron con su sobrenombre, Henry. Pero ese nombre ya estaba registrado, así que lo cambiaron a Hendy.
Una foto de los chalecos que vendía Hendy, con flecos larguísimos hasta las rodillas, fue publicada en la revista Para ti, muy popular en la época, y provocó que la gente llegara hasta el local pidiéndolo. Hendy se puso de moda y empezó a vender otros productos, como jeans y remeras. Al local original le sumaron uno más amplio y más cercano a la popular Avenida Santa Fe. Los sábados se armaban verdaderas fiestas, con músicos, magos, mimos, heladeros y sorteos. Algunas veces había que cortar la calle debido a la cantidad de gente que se acercaba al local.
En 1982, Enrique Cordovero descubrió los dibujos de una joven empleada del equipo de diseño llamada Carola González. Eran los famosos Carolitos, llamados así en honor a su creadora. Cuando los estamparon en buzos y remeras fueron un éxito. Hendy se convirtió en una marca adorada por niños y adolescentes y en un icono de la colorida década de los '80. Hendy competía con marcas muy fuertes, como John L. Cook y Osh Kosh. Pero los Carolitos hacían la diferencia.
En la década del '90, con el 1 a 1, Hendy tuvo serios problemas económicos. Era el auge de las importaciones y la producción nacional era demasiado costosa. Se cerraron todos los locales y los entrañables Carolitos quedaron en el recuerdo. La marca volvió al ruedo una década después, pero no tuvo el éxito esperado. El último local que pertenecía abierto, en Villa Crespo, cerró sus puertas en 2019, pero la marca quedó grabada en la memoria emotiva de todos aquellos que éramos niños o adolescentes en los '80. Enrique Cordovero contó en una entrevista: "Hay quienes todavía me escriben y la recuerdan. Muchas clientas me dicen que guardan algún buzo o remera de Hendy en el placard y eso me reconforta. Sin dudas, nos ganamos el corazón de la gente".
The Embers fue el primer restaurante de comida norteamericana instalado en Argentina. Nació en Acasusso, San Isidro, en un local ubicado en la Avenida del Libertador al 14.600, a principios de la década del '60, antes de que se instalaran en en el país las cadenas de comida rápida estadounidenses. Hamburguesas -con las infaltables banderitas de distintos países-, sandwiches especiales, aros de cebolla, huevos revueltos, pollo frito, ribs de cerdo y súper hot-dogs eran parte de la oferta gastronómica de The Embers. Además de una tentadora variedad de postres.
El restaurante tuvo gran repercusión entre el público joven, tanto por su oferta gastronómica como por su diseño moderno. El éxito de The Embers provocó que en los años '70 se abriera su primera sucursal sobre la avenida Callao, casi esquina Santa Fe. En los '80 continuó expandiéndose y abrió otras dos sucursales, una en la avenida Cabildo y otra sobre la peatonal Lavalle, que para entonces conservaba el atractivo de sus cines. Era un clásico de nuestra adolescencia pasar por ahí después de haber visto una película.
El crecimiento de la oferta gastronómica similar hizo que la marca se achicara durante algunos años, aunque siempre conservó el local de Acassuso. Desde hace algunos años, The Embers está transitando una suerte de renacimiento y ha abierto nuevos locales en los barrios de Villa Urquiza y Belgrano, y en los shoppings Tortugas Open Mall, Unicenter y Las Palmas del Pilar.
-FIDO DIDO
Fido Dido es un personaje de ficción muy popular en la década de 1990 como imagen de la bebida gaseosa 7-Up. Fue creado en 1985 por Sue Rose y Joanna Ferrone, dos diseñadoras de Nueva York: la primera dibujó el diseño preliminar en una servilleta de papel, mientras que la segunda le puso el nombre. El personaje es un chico joven dibujado en blanco y negro, con aspecto delgado, pelos de punta y una actitud despreocupada. La idea inicial de sus creadoras era utilizarlo como marca para vender productos, y a finales de los años 1980 lograron popularizar remeras con el eslogan "Fido is for Fido, Fido is against no one" ("Fido está a favor de Fido, Fido no va contra nadie").
En 1988, Rose y Ferrone llegaron a un acuerdo con PepsiCo para convertir a Fido Dido en la mascota de 7-Up a nivel mundial. El personaje obtuvo mucha popularidad durante los cinco años que duró el primer acuerdo, así que PepsiCo lo ha utilizado en posteriores campañas publicitarias. El rey de lo cool, como se presenta en su cuenta de X, se transformó en un ícono de los '90.
Hasta aquí, mis queridos, este asalto nostálgico al baúl de los recuerdos. Me despido de ustedes con unas palabras de Marcel Proust: "Cuando uno extraña un lugar, lo que realmente extraña es la época que corresponde a ese lugar; que no se extrañan los sitios, sino los tiempos."
Buenas tardes.
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