SEIS PELÍCULAS DE TERROR
QUE NINGÚN CRISTIANO (NI MUSULMÁN, NI JUDÍO, NI ATEO, NI AGNÓSTICO) DEBERÍA VER
JAMÁS
.
"El negocio del cine
es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de
burdel."
Federico Fellini
Harto
conocida es, entre quienes me frecuentan, mi adicción al cine de terror. Mi
gusto por las historias tétricas surgió cuando a los 8 años descubrí a
Vincent Price (y, gracias a él, a Edgar Allan Poe) y fue aumentando con el
correr de los años. Al principio (y dada mi escasa edad) debí conformarme con
las películas que, cada sábado a la noche, ofrecía el ciclo “Viaje a lo
inesperado”. En los ’80, cuando cumplí los 18, me di el gusto de ver
unas cuantas películas de terror en el cine. El advenimiento de la video
cassettera fue un milagro que me permitió ponerme al día con ciertos clásicos
que nunca habían pasado por la TV (como “The exorcist”) y darme una
panzada de films variopintos cada sábado a la noche, cuando el programa
obligatorio era ver cuatro películas horrorosas al hilo, sin repetir y sin
soplar. La televisión por cable ofreció nuevas posibilidades que incrementaron
una adicción que hoy, cuando en cualquier bolichito comprás un DVD trucho por
10 mangos, se ha descontrolado completamente.
Películas
malas hay a montones. Películas de terror malas, ni les cuento. Los más
memoriosos hablan de arañas y hormigas gigantes muy de los ’50. Los más
puristas meten en la bolsa de filmes calamitosos a las precarias creaciones de
Ed Wood (pero una aprendió a amar a Ed Wood a través de Tim Burton y sus
filmes le provocan una ternura infinita). Algunos jodidos hablan de “House
of Wax” (2005) sin tener en cuenta que Jared Padalecki te salva cualquier
cosa (incluso si en esa cosa aparece Paris Hilton). Yo
tengo mi listita muy actualizada de películas que no hay que ver jamás porque
hacerlo significa una lastimosa pérdida de tiempo y, además, un insulto a
nuestra inteligencia (que la tenemos, aunque no se note).
He aquí
el listado de películas con las que un ser humano más o menos bueno no debería
cruzarse nunca.
"ALICE IN MURDERLAND" (Dennis Devine, 2010, EE.UU.)
La
maravillosa Alicia es, como muchos de ustedes sabrán, una de
mis obsesiones. Cuando me topé con esta película en el puesto de una de
esas ferias bajo techo tan en boga hoy en día, me llamó la atención. El título
de la película era interesante y la carátula bastante atractiva. Cuando mi hijo
me vio con la cajita de la peli en la mano me espetó:
-No irás
a comprar esa basura, ¿no?
-Por ahí
está buena, dije yo. Y sí, la compré.
He visto
películas horribles. Pero creo que esta las supera a todas. Tiene un punto de
partida absolutamente ridículo: ¿a qué persona en sus cabales se le ocurriría
festejar su cumpleaños en la casa donde años atrás destriparon a su madre? La
fiesta en cuestión (más aburrida que jugar al ajedrez con un muerto) es
temática: Alice, la protagonista, aparece, obviamente, vestida de Alicia.
Y las otras seis o siete boludas que la secundan, del Gato de Cheshire,
de la Reina de Corazones, del Conejo Blanco, de Tweedledum y Tweedledee,
etc. Las chicas se aburren, hablan, se aburren, y cada tanto aparece un bicho
(que resulta ser el bendito Jaberwookie, que ya me tiene harta) y
hace cagar a alguna. La película es prácticamente un video casero, con efectos
especiales de cuarta, actuaciones patéticas y un sonido de mierda. El
argumento, casi inexistente. El cartelito que reza que semejante bodrio está “basado
en hechos reales”, la cosa más grotesca que vi en mi vida. De
lo pior, pior. Ni se molesten.
"PORN SHOOT MASSACRE" (Corbin Timbrook, 2009, EE.UU.)
El día
que compré esta película no estaba borracha, pero casi. No tenía nada para ver
y tampoco había nada nuevo que pudiera interesarme. Así que me llevé este
bodrio que hacía rato estaba en el puestito, dejándome obnubilar por la palabra “massacre”.
La
historia que cuenta este film vomitivo es el asesinato sistemático de señoritas
pechugonas durante la filmación de una porno. Creo que, además de las pulposas
niñas, también es asesinado algún señor, pero la verdad es que no me acuerdo.
Lo que sí recuerdo es que esta historia patética es que fue escrita por un tal
Antonio Hernández, que espero que no sea mi novio de la adolescencia, porque me
daría mucha pena saber que ese pobre chico terminó con la cabeza tan hecha
mierda.
Culos y
tetas hay, pero también hay culos y tetas en otras películas con mejor sonido,
mejores efectos especiales, mejores actuaciones y mejores argumentos (en una
porno de verdad, por ejemplo). Tampoco se molesten con ésta. Suficiente
con que me haya molestado yo.
"THE SACRED" (Brett Donowho, 2009, EE.UU.)
Ésta
prometía. Si bien el “grupo de estudiantes” ha sido explotado
hasta el hartazgo por la industria del cine de terror, en el caso de “The
Sacred” no hay asesino en serie ni muerto ni vivo, lo que
resulta toda una novedad. Este grupete de futuros antropólogos llega a un
antiguo predio donde una tribu de nativos americanos (no se especifica cuál)
juzgaba y castigaba a quienes cometían crímenes, buscando quién sabe qué. El
lugar está maldito, y cualquier pecador que ose pisarlo será juzgado y
ajusticiado por los muertos que cargue en su conciencia, porque todo muerto con
ansias de venganza resucita ahí, por más que lo hayan enterrado en el culo del
mundo.
Querer
hacernos creer que en un grupo de cinco personas (estudiantes de antropología,
además, no fugados de Alcatraz ni integrantes de “La
Mara Salvatrucha”), tres han asesinado a alguien, es demasiado.
Que el marmota que apedreó a un perro cuando tenía diez años tenga el mismo
final que el degenerado violador que secuestro y asesinó a un pibito, el avaro
que asfixió a su abuela por dinero y la enfermera inescrupulosa que le inyectó
cualquier cosa a un pobre viejo moribundo para poder seguir revoleando la
bombacha tranquila, es demasiado también.
Tengo
para decir a mi favor que la cajita de “The Sacred” está llena de
laureles y dice “Winner” de aquí y “Winner” de
allá. Pero la película es horrible.
"LA CASA MUDA" (Gustavo Hernández Pérez, 2011, URUGUAY)
Ya sé,
todas las casas son mudas. Pero supongamos que este título rebuscado es una
metáfora. Esta película uruguaya, supuestamente inspirada en un hecho
real ocurrido en los años ’40 (¿cuál es el hecho real?) fue
premiada en muchos festivales, pero es aburrida. Aburridísima.
Laura y
su padre Wilson se internan en una lejana casona de campo para
reacondicionarla, ya que su dueño piensa venderla. Padre e hija deciden pasar
la noche en el lugar y, a partir de unos ruidos que escucha la piba, se desata
una cosa que no sé qué es. Perdonen.
“La casa muda” se centra en los
últimos setenta y ocho minutos, segundo por segundo, en los cuáles Laura
intenta salir con vida de la casa, que no dice ni mu. Si a ustedes los
entretiene ver a una boluda perseguida por una cámara corriendo de acá para
allá durante más de una hora, han dado con la película correcta. Si
gustan de “Pet Sematary” o “The shining” enfilen
para otro lado, porque van a odiar “La casa muda” tanto como
la odié yo.
"THE DEVIL INSIDE" (William Brent Bell, 2012, EE. UU.)
En este
film espantoso una piba cuya madre asesinó a tres personas durante un exorcismo
viaja a Italia donde su progenitora está internada, descubre que ella también
está posesa y se hace exorcizar tres o cuatro veces. Hasta que el Diablo
aniquila a todos. O por lo menos eso es lo que parece, porque esta es otra
horrible película filmada como si se estuviera registrando una situación
real que termina abruptamente cuando el maldito de turno hace mierda la cámara.
Este recurso que quisieron presentar como la gran novedad con “The Blair Witch Project” (1999,
EE. UU.), ya había sido usado por Ruggero Deodato en “Holocausto
Caníbal” (1980, Italia), que si bien no asustaba por lo menos daba
impresión.
De más
está decir que odié “The Blair Witch Project”,
odié “Emergo”, odié “REC” y odié “Paranormal Activity”.
Películas imbéciles que con un argumento inexistente y que, encima, salieron
$2. Pero las películas de exorcismos me gustan mucho. Así que me arriesgué con
“The devil inside”. Al pedo.
"SOMOS LO QUE HAY" (Jorge Michel Grau, 2010, MÉXICO)
Horrible película
que se centra en una familia antropófaga que vive en el México actual, cuyo
padre, el proveedor de tan refinado alimento, fallece (no me acuerdo si
se lo comen o no). Los restantes miembros de la familia tienen que
arreglárselas para conseguir “comida” por su cuenta, además de
tratar de no ser víctimas del apetito de su madre y sus hermanos. La historia
es ridícula. La película es ridícula. La reflexión social con que
intentan aderezarla algunos intelectualoides es más ridícula todavía.
El film
es aburridísimo y está muy mal actuado. Un bodrio de aquellos.
"IT’S ALIVE" (Josef Rusnak, 2008, EE. UU.)
Si de
ridiculeces hablamos, “It’s alive” se lleva todas las palmas. Lenore queda
embarazada de su novio de toda la vida, llamado Frank. Abandona
la universidad, se va a vivir con el muchacho en cuestión y se prepara para
hacerse cargo de su bebé. Los problemas empiezan en la sala de partos, cuando
el médico que asiste a la chica y sus ayudantes son asesinados de forma
extraña. A partir de ahí, el dulce bebé parido por esta pobre mujer se la
pasará destripando personas y animales, trancando puertas, saboteando el
circuito eléctrico de la casa, etc. (y pensar que hay madres que se quejan
porque sus bebés hacen pis y caca y no las dejan dormir). ¿Quieren saber algo
realmente triste? Esta peliculeja es la remake de un film de
1974. Lo que significa que esta reverenda boludez se filmó dos veces.
“It’s alive” es una pavada hecha y
derecha. Mala por donde se la mire. Mal escrita, mal actuada, mal dirigida. Mal
parida, bah. El origen del bebé monstruoso se explica con la ingesta de unas
pastillas anticonceptivas. Lo que no se explica es como hace un bebé para crear
semejante caos. Cuando me vio con la cajita de “It’s alive” en
la mano mi hermano me avisó: “¡¡¡¡¡Es una mierda!!!!” Lamento
no haberle hecho caso y haber perdido mi precioso tiempo mirando eso.
Por
supuesto que hay muchísmas más películas de terror infumables, ridículas y
patéticas. Todavía recuerdo el estupor que me causó ver a Jason en
el espacio. Pero estas seis son las que tengo más frescas en la memoria.
Si alguno
de ustedes se cruza con alguno de estos engendros, por favor, recuerde este
opúsculo. Que mi tiempo perdido sirva para algo.
De nada.
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