viernes, 22 de febrero de 2013

14 TIPOS DE SEXO SIN ATADURAS


  14 TIPOS DE SEXO SIN ATADURAS

“Una de las supersticiones del ser humano es creer que la virginidad es una virtud.” 
Voltaire

Once upon a time, cuando yo era tan blandita como un matambrito tiernizado con leche, mi madre y mi abuela repetían como una soporífera letanía que el revoleo de chancleta en materia sexual sólo debía darse cuando una estuviera muy, pero muy, pero muy enamorada. Y, obviamente, después de haber pasado por el Registro Civil. Para estas damas bienintencionadas pero un tanto arcaicas, la virginidad femenina era un tesoro que había que custodiar y proteger de los inescrupulosos que pretendían hacerse con tan noble trofeo. En las telenovelas, las heroínas jamás entregaban el rosquete, y si lo hacían eran brutalmente castigadas con un embarazo no deseado que irrumpía en sus pobres vidas después de la primera vez que perpetraban el acto lúbrico, poniendo en evidencia la triste puntería de sus partenaires. Estos desgraciados, que en general tenían bastante más fortuna que las pobres ilusas, las dejaban en Pampa y la vía y se casaban con unas guachas tan adineradas como ellos. Semejante situación les quitaba a las muchachas cualquier atisbo de ardor sexual y las empujaba a un lúgubre celibato. Leonor Benedetto en "Rosa de Lejos" y Verónica Castro en “El derecho de nacer”, entre otras, experimentaron estas lamentables peripecias. Como para que a una le quedara bien clarita la sombría máxima popular que postula condenatoriamente “Pájaro que comió voló.”
Los años han pasado y no en vano. Hoy en día, las madres y las abuelas son mucho más modernas y no se ocupan de los escarceos eróticos de las señoritas de la familia. La virginidad perdió su calidad de tesoro y las chicas no tienen ningún problema en revolear las chancletas, las alpargatas, los borceguíes y los stilettos. Y de repimpolotear con muchachos a los cuales no aman con frenesí. Una, que además de prestarle oído a las adalides de la castidad durante años y años, creció juntando figuritas de Sarah Kay y leyendo “Mujercitas”, no adhiere demasiado al peliagudo asunto del sexo casual y sin compromiso. Tiene la cabeza llena de ideas extravagantes y está convencida de que para intimar con un masculino hay que estar 100% segura de que el señor en cuestión es lo suficientemente limpito, lo suficientemente sanito y no tiene veleidades de psicópata. Pero una es un dinosaurio.
Investigando, como siempre, acerca de los usos y costumbres sexuales de las nuevas generaciones, me topé con una lista escandalosa, “14 tipos de sexo sin ataduras”, orientada, claro está, a las jovencitas del nuevo milenio. Como es mi insoportable costumbre, voy a hacerlos partícipes de este indecoroso descubrimiento. Para ilustrarlos debidamente y para tener a otros dinosaurios con quienes compartir mi estupor.

14 TIPOS DE SEXO SIN ATADURAS

1- SEXO RECREATIVO: Antes las mozas nos recreábamos viendo la televisión, escuchando a “The Beatles” o bordando en bastidor. Ahora, la entretención pasa por tener sexo con un inescrupuloso que jamás nos juró ni nos jurará amor eterno. “Imaginemos que este tipo de encuentro sexual es como una divertida cabalgata por el campo, donde estás felizmente subida a otra criatura... u otra criatura está subida sobre ti”, dicen los puercos mentores de la lista. Para esta graciosa incusión por encima o por debajo de un señor con ínfulas de Rocinante, es preciso sentirse feliz y positiva, porque nada puede ser considerado recreativo si una está a tres pasos del suicidio. “El sexo recreativo no te salva de posibles complicaciones futuras (como celos o enfermedades sexuales), pero mientras lo tienes, estás viviendo en el presente sin preocuparte por lo que vendrá después”, continúan los enlistadores. Y una no puede dejar de putear a esos disolutos irresponsables. Siempre hay que preocuparse por lo que vendrá después. Porque si lo que viene después es sífilis o VIH, la recreación te la metés en el culo.

2- SEXO DE ÚLTIMO MINUTO: “Esta modalidad de sexo se da entre amigos con beneficios y suele acordarse por teléfono luego de las once de la noche, básicamente porque él (o tú) no encontraron a nadie mejor con quien irse a la cama... o estuvieron bebiendo”, cacarean los autores de la lista. Y a mí se me pone la piel de pollo. El sexo de último minutoes tan emocionante como ver crecer un geranio. Adherir a esta tristísima modalidad erótica equivale a llevar colgado del pescuezo un cartel lastimoso que reza “SALE – 100% OFF” en grandes letras de neón.

3- SEXO POR CITA: El sexo por cita es casi similar al sexo de último minuto, sólo que el mustio encuentro se acuerda con 24 hs. de anticipación y no por teléfono sino por correo electrónico (¿?). Parece que este modo de tener actividad lujuriosa es muy común entre los workaholics (en castizo, adictos al trabajo) y los padres solteros que no tienen ni tiempo ni ganas para salir a buscar algo mejor que un ente tan insulso y desahuciado como ellos.

4- SEXO CON EL EX: Lógicamente, es mucho más fácil tener sexo con un malo conocido que con un bueno por conocer. Por eso algunas féminas concretan encuentros carnales con mozos con los que ya tuvieron algún tête-à-tête, aunque las relaciones con los susodichos hayan acabado de forma brutal. Los creadores del listado aconsejan darse un lindo revolcón con el ex cada vez que aparecen unas picarescas cosquillitas ahí abajo, pero no intentar recuperarlo entre las sábanas, so pena de un corazón destrozado. A mí esto del sexo con el ex no se me da. Terminé tan mal con ellos que no me quieren ver ni en figuritas.

5- SEXO UNILATERAL: Antes de leer la escueta descripción que hacen los autores de la lista, especulé que el sexo unilateral se daba en aquellas situaciones en las que uno de los integrantes de la yunta amatoria estaba dormido o muerto y el partenaire todavía no se había dado cuenta. Pero no: el sexo unilateral es aquel en el cual uno de los amadores supone que el encuentro es meramente sexual y el otro barrunta que es el inicio de un gran romance. El sexo unilateral también es triste. Sobre todo para la pavota que ya está eligiendo el salón donde van a celebrar la fiesta de casamiento.

6- SEXO TENTEMPIÉ: Este sexo con vocación de canapé es el que se da cuando una está muerta de hambre y es capaz de comerse cualquier cosa o coso. Es un refrigerio ligero que, si bien no quita el apetito, sirve para engañar al estómago.

7- EL SEXO DÉJÀ VU: Esto es más o menos así: en el viaje de egresados tuviste un encuentro cercano con un mocito al que, previa graduación, no volviste a ver en la puta vida.  Pero resulta que, después de diez años, te lo volvés a encontrar. Y terminás retozando con él entre las sábanas: eso es sexo déjà vu. Yo, personalmente, desconfío de este encontronazo erótico. La vida no es “El efecto mariposa” y el muchacho con el cual te revolcaste en Bariloche tampoco es Ashton Kutcher. Así que no vale la pena.

8- SEXO MISERICORDIOSO: He aquí el sexo que ofrece una buena samaritana: “En realidad el chico no te atrae mucho, pero te da lástima. Quizás haya estado enamorado de ti toda la vida y lo único que desea es "una noche contigo entre sus brazos" para recordarla por siempre. También puede que el chico tenga 30 años y aún sea virgen, o que esté pasando por una larga abstinencia sexual.” Hacer el amor por lástima es el postulado más escabroso del que tuve noticias. Una no puede andar bajándose los calzones con todos sus enamorados platónicos. Tampoco está en el mundo para desvirgar pajarones ni para volver a poner en circulación a señores retraídos o traumados. La que quiera hacer caridad tiene que vaya a la iglesia. 

9- SEXO LA ESCALA TÉCNICA: Esta modalidad sexual consiste en interrumpir tus actividades diarias para echarte un rapidito y después volver a tus diligencias. Los hacedores del listado no especifican con quién te echás el rapidito. Lo dejo a su criterio.

10- SEXO EL CALDO DE POLLO: “Tuviste un día horrible en la oficina, se murió tu perrito o acabas de romper con el amor de tu vida y necesitas calor humano para reconfortarte. Tal vez tengas que pedirle a alguien que te haga el favor (vuelve a leer el número 8). Será lento, en posición misionera, sostendrás su cara entre tus manos y quizás haya música clásica de fondo.” Como verán, el sexo caldo de pollo es como el sexo misericordioso pero al revés. Acá, la que anda dando lástima es una. ¿Cuán desesperada debe estar una damisela para arrastrarse por el puto fango y pedirle a un masculino que le haga el favor? No sé, no sé.

11- SEXO CIRCUNSTANCIAL: El sexo circunstancial se da, como su nombre lo indica, cuando las circunstancias se confabulan para que nos urja sacarnos la bombacha. Estas circunstancias pueden ser “un gran apagón (se fue la electricidad y no había otra cosa que hacer), una declaración de guerra o hasta la euforia que provoca el lanzamiento del nuevo álbum de tu artista favorito.” A mí lo de la guerra mucho no me cierra. Pero, en fin, por ahí las chicas modernas se hacen eco del consabido consejo del vulgo: “A repimpolotear que se acaba el mundo”.  

12- SEXO LA MENTA: Para sacarse el mal gusto que un ex nos dejó en la boca, nada mejor que echar mano a un señor con vocación de caramelo Mentho-Lyptus. Este sexo también es conocido por las gentes sapientes como sexo sorbet, ya que, al igual que los sorbetes de limón que se ofrecen entre plato y plato en las cenas copetudas, sirve para limpiar el paladar. 

13- SEXO TEMPORAL: Resulta que una está esperando que aparezca el príncipe azul que le prometieron los estudios Walt Disney. Podría esperar fumando, como dice el tango. Pero, no. Espera teniendo amantes temporarios, cosa de que no se le apolille “la Zona V”. “El bar de los happy hour o el club literario pueden ser considerados como agencias de empleo temporal", prometen los mentores del puerco inventario que nos ocupa. El bar de los happy hour, puede ser. Pero el club literario, definitivamente no. En un club literario las mujeres se encuentran con pavotes con anteojos o con babosos desquiciados que escriben poemas empalagosos. Si hay algún espécimen que valga la pena, seguro que viene munido de una señorita con alma de vigilante.

14- SEXO DE ODIO: Permítanme decirles que éste es el mejor sexo de todos. “El sexo con alguien a quien odias con toda tu alma puede ser incendiario”, sugieren los responsables de la lista. Y tienen razón, nomás. “Gritarle "Te odio" mientras llegas al orgasmo posiblemente sea una buena terapia”. Morderlo, arañarlo y darle un lindo trompazo, también. Si vamos a odiar, odiemos como Dios manda. Porque de pico odia cualquiera. Hay que odiar a trompada limpia.

Aquí culmina la lista que desencadenó mi estupor y me hizo tomar conciencia de mi triste condición de triceratops. Porque de todos estos escandalosos sexos el único que tuve es el sexo de odio. Ya se sabe que soy un mal bicho y tengo una tendencia a odiar que da calambre. Odio a mis ex, odio a mi actual y odio a los señores que vendrán. Odio a los hombres en general. Mucho más a los que están tan estropeados como para relacionarse conmigo. El sexo de una sola noche no me va, porque a mí a los hombres me gusta atormentarlos. Y para atormentarlos como corresponde se necesita un poco más de tiempo.
Yo sé, queridas gentes, que haber dejado atrás los prejuicios con los que debieron cargar nuestras madres y abuelas es algo que amerita una fastuosa celebración. Y que el hecho de que la “Zona V” de señoras y señoritas haya perdido su condición de tesoro inexpugnable es una gran noticia.
Me despido de ustedes con una frase de José Luis Alvite con la que me siento totalmente identificada: Detesto cualquier ejercicio físico cuya última consecuencia no sea el orgasmo.”   

Buenas tardes.

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