25 TIPOS DE MUJERES QUE LOS HOMBRES NO SOPORTAN
“No importa que las
mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la
misma.”
Noel Clarasó
“Una mujer sería
encantadora si uno pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos.”
Ambrose Bierce
Las
mujeres somos divinas. Eso nadie lo pone en duda. Ya dijo Rubén Darío: "Sin
mujeres, la vida es pura prosa". Pero también es cierto que,
cuando queremos, solemos ponernos insoportables. Y tenemos
comportamientos capaces de espantar a cualquier señor y condenarnos a quedar
para vestir santos ad eternum. Para que no corran el riesgo de
convertirse en solteronas enloquecidas que hablan con los gatos y los potus y
le pinchan la pelota a los hijos del vecino, les acerco hoy, haciendo gala de
mi habitual espíritu de servicio, un listado con los 25 tipos de mujeres que los
hombres no soportan. De nada.
1) LA CELOSA: La celosa es un tipo de mujer los hombres de verdad no
soportan. Sólo los mequetrefes y los inseguros se sienten halagados cuando los
persiguen, los acosan, les revisan los bolsillos buscando algo más que un billete
de $100 y les hacen escenas con lloro y crujir de dientes porque
miraron a la cajera del supermercado chino. Ser celosa, mis queridas, no les
garantiza no ser engañadas. Al contrario: muchos hombres engañan sólo
para darle la razón a sus mujeres. El toque de queda orientado
a que los varones estén en casa temprano y no anden por ahí boludeando con los
amigos, tampoco. He vivido muchos años en las inmediaciones de un hotel
alojamiento y puedo jurar que a las diez de la mañana se revolean más
calzones que a las doce de la noche.
2) LA COMPARADORA: Lo hemos dicho en este
espacio cientos y cientos de veces: los hombres odian las
comparaciones. Sobre todo si los comparamos con nuestros ex. Cosa bastante
comprensible: a ninguna mujer le gustaría que su amorcito le escupiera en la
cara que su ex cocinaba mejor o tenía las tetas más grandes. Trae a colación un
ex es desubicado y odioso.
3) LA CRITICONA: Hacerle cada tanto una
crítica constructiva al varón que supimos conseguir no está
mal. Lo que está mal es encontrar defectos en todo lo que él dice o
hace, repudiar su gusto para vestirse y calzarse, repeler su corte de pelo y
refutar su barba de tres días. Toser como Margarita Gautier cada vez que él
enciende un cigarrillo, puteando porque se nos llenan la ropa y el pelo de olor
a humo, y fruncir la nariz cuando se baña en la colonia berreta que le regaló
la mamá. Decirle que el asado está demasiado crudo o demasiado cocido, que los
chorizos son muy picantes y que los chinchulines están mal lavados. Etc.
4) LA DESESPERADA: Pocas cosas hay tan patéticas como una mujer desesperada por hacerse de un masculino para cagarle la vida. Las mujeres desesperadas asustan a los hombres. Cualquier señor huirá despavorido si en la tercera cita una señorita a la que apenas conoce se descuelga hablando de planes de casamiento. Y lo bien que hace.
5) LA SEGUNDA MAMÁ: Ya lo dice el refrán, caras lectoras: madre hay una sola. Gracias a Dios. Ningún ser humano podría lidiar con dos madres. Y, aunque a veces se nos olvide debido a sus comportamientos cuasi animalescos, los hombres son seres humanos. Si bien los varones gustan de ser mimados y bien atendidos, erigirnos en sucedáneas de la mujer que lo trajo al mundo es un error: verá en nosotras todos los defectos que no ve en ella. Y nos colgará la galleta por hincha pelotas.
6) LA QUE ODIA A SUS AMIGOS: Por si todavía no les quedó claro, se los vuelvo a gritar en la
oreja: los amigos de los caballeros son sagrados. Nada nos
quita más puntos a los ojos de un hombre que tirarnos en contra de los pibes,
los vagos, los muchachos de la esquina o los viejos chotos del Centro
de Jubilados de la Conchinchina. No importa lo sátrapas que sean los
amigos de nuestra media naranja: a las mujeres se nos está vedado hacer
comentarios sarcásticos, viboriles o malintencionados sobre
ellos. También es contraproducente acompañar a nuestro hombre a una reunión con
esos miserables y quedarnos en un rincón con cara de culo cual muebles
malhumorados o, directamente, hacernos las enfermas para no ir.
7) LA ESTAMPILLA: Se preguntará, mis queridas, cuál es la mujer estampilla. Fácil: es aquella que no deja a su hombre ni a sol ni a sombra, como si se tratara de un inmundo sello postal adosado al pobre y agobiado caballero. La que pretende estar todo el tiempo junto al hombre que supo conseguir y no lo deja, ni siquiera, ir a mear solito. Una pesadilla.
8) LA GRITONA: A los machos los gritos
femeninos los sacan de las casillas. Las mujeres gritonas están
entre las más detestadas por la grey masculina. Es cierto que gritar por
cualquier pavada es parte de nuestra estridente naturaleza, pero debemos
aprender a controlarnos. Sobre todo si estamos en lugares públicos, porque no
hay nada tan repelente para los cromosomas XY como una loca que los haga pasar
papelones delante de los vecinos.
9) LA QUE ODIA EL FÚTBOL: Es cierto, señoras: el fútbol es una reverenda pelotudez. Pero no podemos ser tan egoístas como para no dejar que nuestros hombres lo disfruten. Las caras largas, los requerimientos eróticos, y las charlas para ver hacia dónde va la pareja están terminantemente prohibidas cuando juega Boca.
10) LA ESPÍA: Si hay algo que fastidia a
un hombre es sentirse y saberse espiado. Esas loquitas que esperan a que su
media naranja se vaya a bañar para abalanzarse sobre su celular, le roban las
contraseñas de sus cuentas de mail y le mandan solicitudes de Facebook con
identidades apócrifas para ver si el tipo se hace el langa con
otra son hembras totalmente repudiadas por señores y señoritos de toda edad.
Además, es de público conocimiento que el que busca encuentra. Y
a veces es mejor permanecer en las tinieblas de la ignorancia.
11) LA ENGRUPIDA: A los hombres les gustan las mujeres lindas, por supuesto. Lo que no se bancan son las tipas que viven prendadas de su imagen y son incapaces de comerse un choripán para no atentar contra su preciosa silueta. Las que se tienen complejo de Mariana Nannis y van por la vida alucinando que son caviar y que las otras son mortadela. Las que no se dejan ni tocar el culo si no están convenientemente depiladas, convenientemente acicaladas y no tienen puesta una bombacha nueva. Las que sólo usan ropa de marca y miran con desprecio a los del almacén. Las boludas, bah.
12) LA AMARRETA: Nada resulta tan repugnante para los hombres que las mujeres que no comen huevo por no tirar la cáscara. Las amarretas les ponen los pelos de punta. Prefieren una gastadora compulsiva como vuestra servidora. Toda la vida.
13) LA DISERTADORA: Chicas, a los caballeros les rompe soberanamente las pelotas eso de estar discutiendo sobre el significado de la pareja, el rumbo de la relación, las necesidades femeninas y las notas de la Cosmo. Las disertaciones sobre temas profundos los agotan. Los únicos hombres interesados en saber qué es el amor son los de Foreigner. A los señores comunes y corrientes les importa tres carajos. Tampoco están interesados en saber si la relación está tomando el rumbo de los tomates.
14) LA CHANTAJISTA: Con los varones el chantaje
no va. Métanselo de una vez por todas en esas cabecitas huecas. Retacear el
sexo o los ravioles del domingo para conseguir beneficios, pecuniarios o no,
son conductas que, a la larga, consiguen que los hombres se cansen y se vayan a
comer a la fonda y a retozar en camas ajenas. Ojo.
15) LA MOJIGATA: Nada
más tedioso para un varón que una damita mojigata. Las
señoritas que fruncen la nariz ante todo requerimiento erótico que exceda la
conservadora posición del misionero, exigen luces apagadas
para cualquier tipo de intercambio carnal y hacen un culto del pudor y las
buenas costumbres, son la peor pesadilla de cualquier caballero en edad de
merecer. Por suerte ya casi no quedan.
16) LA ATORRANTA: Los hombres pueden parecer muy modernos pero en el fondo siguen siendo los cavernícolas inmundos que arrastraban a sus hembras de los pelos de acá para allá. Y son muy conservadores en lo que a libertades sexuales femeninas se refiere. Por eso la atorranta podrá ser tenida en cuenta para un fin de semana de reviente, pero nunca era elegida para constituir una pareja formal.
17) LA AUTOSUFICIENTE: Cierto es, mis queridas,
que las mujeres podemos hacer todo lo que hacen los hombres. Y, en muchos
casos, lo podemos hacer mejor. Pero la actitud de sabelotodo deserotiza
a cualquier macho. No es necesario estar todo el día recordándole a nuestro
partenaire que somos más inteligentes, que tenemos un trabajo más satisfactorio
y mejor pago y que lo único que necesitamos de él es su semen para quedar
preñadas, porque para lo demás tenemos un vibrador.
18) LA PREGUNTONA: A los machos no les agrada
en lo más mínimo que sus mujeres los sometan a exhaustivos cuestionarios sobre
cualquier tema y, muchísimo menos, sobre temas íntimos. Eso de andar
preguntándoles con cuántas mujeres se acostó, con cuál la pasó mejor y cuál
tenía el culo más grande los incomoda muchísimo.
19) LA QUE RENIEGA DE LAS TAREAS HOGAREÑAS: Salvo contadas excepciones, en lo que tareas hogareñas se refiere los hombres son vagos. Puede ser que a alguno le agrade cocinar, pero encontrar a un macho que disfrute fregando pisos o planchando camisas es más raro que aquel verano que no paró de nevar. Por eso, las mujeres que reniegan de las tareas hogareñas son a sus ojos elementos enojosos: ellos necesitan cocineras y mucamas. Por una cuestión de supervivencia.
20) LA EXCESIVAMENTE LIMPIA: A nadie le gusta una cerda, pero esas mujeres
obsesionadas con la limpieza que están todo el día con un trapo en la mano e
intoxican a la gente de bien que se acerca a sus inodoros con mezclas
explosivas de lavandina, ácido muriático y detergentes varios, son repudiadas
por los varones de todas las edades.
21) LA EXCESIVAMENTE SUCIA: A nadie le gusta una
loca que limpia sobre lo limpio, pero esas mujeres que se pasan todo el día con
el culo en la silla mirando la TV o boludeando en Facebook mientras
su sacrosanto hogar se llena de mugre, telas de araña y moscas muertas, son
repelidas por los varones de todas las edades.
22) LA ABUSADORA: Señoras y señoritas debemos comprender de una vez por todas que nuestros novios, maridos y amantes no son nuestros sirvientes ni nuestros esclavos. A los hombres los ponen de muy mal talante las tiranas que necesitan que las lleven, las traigan, les hagan los mandados, les arreglen esto y aquello, les presten sus cosas, etc.
23) LA DESPROLIJA: Nadie pide que una mujer esté hecha una reina las 24 horas del día, pero hay ciertas damas que se pasan de rosca. Pelos sucios y florecidos, pestañas pegoteadas, axilas sin depilar, medias corridas y joggins con zapatos son pecados capitales que los hombres no perdonan.
24) LA PUTEADORA: Será por una cuestión de machismo mal entendido, pero aún a los hombres cuya boca es una cloaca no les gustan las mujeres puteadoras. Los caballeros tienen la peregrina idea de que de las bocas de las damas sólo tienen que salir flores y diamantes como en un cuento de hadas de los hermanos Grimm (esto lo sé por experiencia, porque en mi casa putea todo el mundo pero cuando lo hago yo mis masculinos me reprenden y me llaman al orden).
25) LA MENTIROSA: La mentirosa es,
entre las mujeres detestadas, la más detestada de todas. Los varones no
soportan que le mientan, ni siquiera en pavadas. Si nos agarran en una mentira
pondrán en entredicho todas nuestras verdades. Para siempre jamás.
Si
ustedes, caras lectoras, se han reconocido en alguna de estas minitas insoportables
y no quieren que sus festejantes emprendan la retirada hagan algo ya. Corríjanse
o finjan ser lo que no son, no importa. Pero hagan algo. Porque quedarse
para vestir santos no tiene ninguna gracia. Ya lo dijo Benjamín
Franklin: "El matrimonio tiene muchos sinsabores, pero la soltería
no goza de ningún placer."
Tomen nota.
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