viernes, 17 de julio de 2020

LAS 8 FRASES QUE MÁS CALIENTAN A LOS HOMBRES EN LA CAMA


LAS 8 FRASES QUE MÁS CALIENTAN A LOS HOMBRES EN LA CAMA

“Esta noche no me digas nada solo endúlzame los oídos.”

Si ustedes creyeron que los consejos sexuales algo pavotes eran monopolio exclusivo de la revista Cosmopolitan y que sólo las lectoras de la mentada revista, jóvenes, inexpertas y ansiosas de convertirse en devoradoras de hombres, podían seguirlos, se equivocaron fiero. No sólo la Cosmo nos ayuda a mejorar nuestra vida sexual: hay cientos de sitios en la web que nos aconsejas cientos de cosas para que los hombres se calienten con nosotras hasta cuando hacemos un omelette y nuestros orgasmos sean mejores.
Buscando alguna nota que resultara útil a mis lectoras, terminé en la página de Fashion TV. Página que yo suponía orientada a obsesionarnos con zapatos que nunca tendremos y perfumes demasiado caros ahora que el dólar se fue al carajo. Pero no. Fashion TV también se mete alegremente entre nuestras sábanas y nos ofrece un artículo esclarecedor: Las 8 frases que más calientan a los hombres en la cama”. Parece, mis queridas, que con sólo 8 frases cuasi mágicas, podemos convertir a una mojarra moribunda en un volcán incandescente. Si no me creen, pasen y lean.

LAS 8 FRASES QUE MÁS CALIENTAN A LOS HOMBRES EN LA CAMA

1) “Quiero que lo hagamos ya”: Parece que, para los hombres, que una mujer tome la iniciativa y los atropelle con un “Hagámoslo ya” desesperado y calenturiento, es sumamente estimulante y que esta frase, dicha en el momento y en el lugar adecuados, es el preámbulo perfecto para un encuentro súper apasionado. ¿Por qué hago pie en el momento y el lugar adecuados? Porque un “Hagámoslo ya” en la cola del supermercado apunta más a salir corriendo sincronizadamente con una lata de tomates afanada que a revolear calzones y entregarse a las mieles del sexo.

2) “Te la voy a…”: A todo el mundo le gusta el sexo oral, aunque existan entes oscuros como el apóstol Guillermo Maldonado que lo declara antibíblico y el Tribunal Supremo de Turquía que lo tilda de antinatural (y eso a pesar de la fama de reventaditos que tienen los turcos, culpa de Antonio Gala, seguro).  Pero, además de practicarlo (ya encontraremos por ahí consejos para hacerlo como Dios manda, a pesar de la dudosa palabra del apóstol Maldonado), si deseamos que nuestros hombres se conviertan en bestias babeantes dispuestas al sexo desenfrenado, debemos anunciar la práctica. Parece que el oído también puede ser un órgano sexual y las palabras, un invaluable instrumento de excitación. Bruno, un garoto y pintor de brocha gorda perdido en la red, declara: “Me extraña mucho cuando veo ciertas películas porno, o estoy con algunas personas que no hablan ni dicen nada en la cama. ¿Guardan pacto de silencio? En Brasil hablamos mucho, decimos cosas lindas o avanzamos lo que les vamos a hacer la próxima vez, porque el oído es un órgano muy erótico para nosotros. Quizás por eso damos tanta importancia a la música. Yo no concibo estar con una mujer y no decir nada”. Tomen nota, sobre todo si están planificando una canita al aire en las playas de Ipanema.

4- “Cómo te siento”: El señor que nos está penetrando sabe que nos está penetrando. Pero, para encender las luces de la lujuria, nada mejor que recordárselo verbalmente. Eso le causa mucho placer. Vuelvan a leer los dichos de Bruno, nuestro garoto amigo. En la cama, los hombres quieren cháchara.

5- “No aguanto más”: Hacerle saber a nuestro hombre que estamos calientes como una pava también lo calienta muchísimo a él.  Porque una se da cuenta enseguida cuando un  hombre está excitado (recordemos las palabras de la fabulosa Mae West: “¿Llevas una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?”), pero a los varones les resulta más complicado saber si nosotras también estamos desesperadas por un fogoso revolcón. Por eso es importante avisarles. También en el momento y lugar adecuados. Y con un tono más bien franelero. Porque un “No aguanto más” espetado en la cara de un masculino después de revolear al gato del vecino y a un par de los platos que ese turro no lava nunca, no será jamás prólogo de delicias eróticas y puede desembocar en poner el gancho en los papeles de divorcio.

6- “Ahora voy yo arriba”: Para los hombres, que  vayas arriba, es una manera de que tomes la iniciativa. De que vos trabajes un poco también y muestres que no sos ni una muñeca inflable ni una mujer en piloto automático. A los varones no les gustan las mujeres excesivamente pasivas en la cama, salvo que se trate de un degenerado al que lo excita que una se haga la muertita. Como Nacho Martínez en “Matador”, ¿se acuerdan?

7- “Me encanta tu…”: Así como a las damas las regocija que los hombres alaben sus lolas o su cola, a los varones les gusta que las señoritas piropeen su miembro viril. Los excita, los exalta, los enloquece. El hombre es naturalmente egocéntrico y  su miembro es, para él, su bien más preciado. Ya hablamos, en otras ocasiones, que los piropos y frases amables dedicados al pene están encuadrados dentro de ciertas reglas de convivencia. Nada de diminutivos. En la cama no hay cositas, señoras. Hay cosas descomunales. Mientan, si es necesario (lo será la mayoría de las veces), pero no derrapen poniéndole a las partes de sus hombres apodos que remiten a gatitos, ositos, y otros bichitos tiernos y pequeños.

8- “Quiero que me beses toda”: Esta frase también habla de una mujer que toma la iniciativa. Pero, además, habla de una dama que sabe lo que quiere y verbaliza sin pudores sus gustos y preferencias. Parece que, en la cama, hay que empezar a pedir. Cosa que me parece muy bien. Porque, para ser justa con los varones, debo admitir que las mujeres en general pretendemos que el tipo sepa qué hacer, cómo hacerlo y dónde hacerlo sin que nosotras soltemos palabra. Chicas, asumamos de una vez que, además de ser un poco torpes, los hombres no tienen la bola de cristal. Es una exigencia desmedida pretender que nuestro masculino sepa qué nos gusta si jamás nos tomamos el trabajo de decírselo.

Hasta aquí, señoras, las 8 frases que más calientan a los hombres en la cama según el sitio web de Fashion TV. Espero que haya sido de utilidad para aquellas damas y damitas que quieren encender el fuego de la pasión sin hacer grandes gastos (bah, ningún gasto, porque las palabras son gratis, cosa que no se puede decir de las medias de red y las esposas de peluche para el bondage de mentiritas).
Porque creo firmemente en el poder de la palabra, esta vez, y a pesar de haber hecho algunos comentarios odiosos, adhiero completamente al misterioso equipo de redacción que firma esta nota. Y los dejo reflexionando sobre las palabras con la voz de Anne Sexton: “Igual estoy enamorada de las palabras./ Son palomas que caen del techo./ Son seis naranjas sagradas en mi regazo./ Son los árboles, las piernas del verano,/y el sol, su cara apasionada.” 

Buenos días.

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