LAS 8 FRASES QUE MÁS CALIENTAN A LOS HOMBRES EN LA CAMA
“Esta noche no me digas nada solo endúlzame los oídos.”
Si ustedes creyeron
que los consejos sexuales algo pavotes eran monopolio exclusivo de la revista Cosmopolitan y que sólo las lectoras de la
mentada revista, jóvenes, inexpertas y ansiosas de convertirse en devoradoras
de hombres, podían seguirlos, se equivocaron fiero. No sólo la Cosmo nos ayuda a mejorar nuestra vida
sexual: hay cientos de sitios en la web que nos aconsejas cientos de cosas para
que los hombres se calienten con nosotras hasta cuando hacemos un omelette
y nuestros orgasmos sean mejores.
Buscando alguna nota
que resultara útil a mis lectoras, terminé en la página de Fashion TV. Página que yo suponía orientada a
obsesionarnos con zapatos que nunca tendremos y perfumes demasiado caros ahora
que el dólar se fue al carajo. Pero no. Fashion
TV también se mete
alegremente entre nuestras sábanas y nos ofrece un artículo esclarecedor: “Las 8
frases que más calientan a los hombres en la cama”. Parece, mis queridas, que con sólo
8 frases cuasi mágicas, podemos convertir a una mojarra moribunda en un volcán
incandescente. Si no me creen, pasen
y lean.
LAS 8 FRASES QUE MÁS
CALIENTAN A LOS HOMBRES EN LA CAMA
1) “Quiero que lo hagamos ya”: Parece que, para
los hombres, que una mujer tome la iniciativa y los atropelle con un “Hagámoslo ya” desesperado y
calenturiento, es sumamente estimulante y que esta frase, dicha en el
momento y en el lugar adecuados, es el preámbulo perfecto para un encuentro
súper apasionado. ¿Por qué hago pie en el momento y el lugar adecuados? Porque
un “Hagámoslo ya” en la cola del supermercado apunta
más a salir corriendo sincronizadamente con una lata de tomates afanada que a
revolear calzones y entregarse a las mieles del sexo.
2) “Te la voy a…”: A todo el mundo le gusta el sexo oral,
aunque existan entes oscuros como el apóstol Guillermo Maldonado que lo declara antibíblico y el Tribunal Supremo de Turquía que
lo tilda de antinatural (y eso a pesar de la fama de reventaditos que tienen los turcos, culpa de
Antonio Gala, seguro). Pero, además de practicarlo (ya encontraremos por
ahí consejos para hacerlo como Dios manda, a pesar de la dudosa palabra del apóstol Maldonado), si deseamos que nuestros
hombres se conviertan en bestias babeantes dispuestas al sexo desenfrenado,
debemos anunciar la práctica. Parece que el oído también puede ser
un órgano sexual y las palabras, un invaluable instrumento de excitación.
Bruno, un garoto y pintor de brocha gorda perdido en la red, declara: “Me
extraña mucho cuando veo ciertas películas porno, o estoy con algunas personas que no
hablan ni dicen nada en la cama. ¿Guardan pacto de silencio? En Brasil hablamos mucho, decimos cosas
lindas o avanzamos lo que les vamos a hacer la próxima vez, porque el oído es
un órgano muy erótico para nosotros. Quizás por eso damos tanta importancia a
la música. Yo no concibo estar con una mujer y no decir nada”. Tomen nota, sobre todo si
están planificando una canita al aire en las playas de Ipanema.
4- “Cómo te siento”: El señor que nos
está penetrando sabe que nos está penetrando. Pero, para encender las luces de
la lujuria, nada mejor que recordárselo verbalmente. Eso le causa mucho placer.
Vuelvan a leer los dichos de Bruno, nuestro garoto amigo. En la cama, los hombres quieren
cháchara.
5- “No
aguanto más”: Hacerle saber a nuestro hombre que
estamos calientes como una pava también lo calienta muchísimo a él.
Porque una se da cuenta enseguida cuando un hombre está excitado
(recordemos las palabras de la fabulosa Mae West: “¿ Llevas una pistola en el
bolsillo o es que te
alegras de verme?”), pero a los varones les resulta más complicado
saber si nosotras también estamos desesperadas por un fogoso revolcón. Por eso
es importante avisarles. También en el momento y lugar adecuados. Y con un tono
más bien franelero. Porque un “No aguanto más” espetado en la cara de un
masculino después de revolear al gato del vecino y a un par de los platos que
ese turro no lava nunca, no será jamás prólogo de delicias eróticas y puede
desembocar en poner el gancho en los papeles de divorcio.
6- “Ahora
voy yo arriba”: Para los hombres, que vayas arriba, es una manera de que tomes la
iniciativa. De que vos trabajes un poco también y muestres que no sos ni una
muñeca inflable ni una mujer en piloto
automático. A los varones no
les gustan las mujeres excesivamente pasivas en la cama, salvo que se trate de
un degenerado al que lo excita que una se haga
la muertita. Como Nacho
Martínez en “Matador”, ¿se acuerdan?
7- “Me encanta tu…”: Así como a las damas las regocija que los
hombres alaben sus lolas o su cola, a los varones les gusta que las señoritas
piropeen su miembro viril. Los excita, los exalta, los enloquece. El hombre es
naturalmente egocéntrico y su miembro es, para él, su bien más preciado.
Ya hablamos, en otras ocasiones, que los piropos y frases amables dedicados al
pene están encuadrados dentro de ciertas reglas de convivencia. Nada de
diminutivos. En la cama no hay cositas, señoras. Hay cosas descomunales. Mientan, si es necesario (lo será
la mayoría de las veces), pero no derrapen poniéndole a las partes de sus
hombres apodos que remiten a gatitos, ositos, y otros bichitos tiernos y pequeños.
8-
“Quiero que me beses toda”: Esta frase también habla de una mujer
que toma la iniciativa. Pero, además, habla de una dama que sabe lo que quiere
y verbaliza sin pudores sus gustos y preferencias. Parece que, en la cama, hay
que empezar a pedir. Cosa que me parece muy bien.
Porque, para ser justa con los varones, debo admitir que las mujeres en general
pretendemos que el tipo sepa qué
hacer, cómo hacerlo y dónde hacerlo sin
que nosotras soltemos palabra. Chicas, asumamos de una vez que, además de ser
un poco torpes, los hombres no
tienen la bola de cristal. Es
una exigencia desmedida pretender que nuestro masculino sepa qué nos gusta si
jamás nos tomamos el trabajo de decírselo.
Hasta
aquí, señoras, las 8 frases que más calientan a los hombres en
la cama según el sitio web de Fashion TV. Espero
que haya sido de utilidad para aquellas damas y damitas que quieren encender el
fuego de la pasión sin hacer grandes gastos (bah, ningún gasto, porque las
palabras son gratis, cosa que no se puede decir de las medias
de red y las esposas de peluche para el bondage de
mentiritas).
Porque
creo firmemente en el poder de la palabra, esta vez, y a pesar de haber hecho
algunos comentarios odiosos, adhiero completamente al misterioso equipo
de redacción que firma esta nota. Y los dejo reflexionando sobre las
palabras con la voz de Anne Sexton: “Igual estoy enamorada de las palabras./
Son palomas que caen del techo./ Son seis naranjas sagradas en mi regazo./ Son
los árboles, las piernas del verano,/y el sol, su cara apasionada.”
Buenos días.
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