LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS DE HADAS: ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
“¡Qué pobre memoria es aquella que sólo funciona hacia atrás!”
Lewis Carroll
“Alicia en el país de las maravillas” no es un cuento, sino una novela del escritor inglés Lewis Carroll. Sin embargo, me permito incluirlo en este trabajo sobre los cuentos de hadas porque fue recortado y adaptado cientos de veces, y fue una de esas breves adaptaciones la que, hace muchos años y en un día indiscutiblemente glorioso, me abrió las puertas del País de las Maravillas.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
“Las aventuras de Alicia en el país de las
maravillas” (“Alice's Adventures in
Wonderland”), comúnmente abreviado
como “Alicia en el país de las maravillas” (“Alice in Wonderland”), es una novela de fantasía escrita por el matemático, lógico, y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo
el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865 .
Alicia es una niña imaginativa y muy curiosa que suele fantasear y hablar sola. Una tarde de verano, mientras descansa con su hermana mayor a orillas del río Támesis, ve a un Conejo Blanco que parece llegar tarde a algún sitio, y lo sigue con curiosidad hasta su madriguera. La niña cae por el largo agujero aparece en una tierra fantástica llamada País de las Maravillas, habitada por inusitadas criaturas.
"Alicia en el país de las maravillas" está considerada una de las mejores novelas del género del sinsentido. Su narrativa y estructura, junto con sus personajes, han sido una gran influencia tanto en la cultura popular como en la literatura, sobre todo en el género fantástico.
Alicia es una niña imaginativa y muy curiosa que suele fantasear y hablar sola. Una tarde de verano, mientras descansa con su hermana mayor a orillas del río Támesis, ve a un Conejo Blanco que parece llegar tarde a algún sitio, y lo sigue con curiosidad hasta su madriguera. La niña cae por el largo agujero aparece en una tierra fantástica llamada País de las Maravillas, habitada por inusitadas criaturas.
"Alicia en el país de las maravillas" está considerada una de las mejores novelas del género del sinsentido. Su narrativa y estructura, junto con sus personajes, han sido una gran influencia tanto en la cultura popular como en la literatura, sobre todo en el género fantástico.
En esta obra aparecen algunos de los
personajes más famosos de Lewis Carroll, como el Conejo Blanco, la Liebre de Marzo, el Sombrerero, la Oruga azul, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones, quienes han cobrado importancia
suficiente como para ser reconocidos fuera del mundo de Alicia.
Solo se conservan veintitrés copias de la primera
edición de 1865, de las cuales diecisiete pertenecen a distintas
bibliotecas. Las restantes forman parte de colecciones privadas. El libro tiene una segunda parte, menos conocida,
llamada "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí" ("Through
the looking-glass, and what Alice found there", de 1871).
Varias adaptaciones cinematográficas combinan elementos de ambos libros.
La obra ha sido traducida a numerosos
idiomas, incluido el esperanto. En 1998,
un ejemplar de la primera edición del libro se vendió en subasta por la suma de 1,5 millones
de dólares, y
se convirtió así en el libro para niños más caro hasta ese momento.
EL AUTOR
Charles Lutwidge Dodgson, que siempre firmó sus obras como Lewis Carroll, nació en Cheshire, Reino
Unido, el 27 de
enero de 1832. Hijo de una familia de buena posición y muy vinculada a la
Iglesia Anglicana, el joven se distinguió pronto por sus dotes para la
literatura y las matemáticas. Fue un niño brillante que empezó a leer a los
tres años, pero no tenía recuerdos felices de su infancia debido a su mala
salud: padecía epilepsia y tartamudez y, según algunos de sus biógrafos, pudo haber
sufrido algún tipo de abuso en la Rugby School, a la que fue enviado
en 1845. Esta teoría se apoya en las referencias en sus cartas a
ciertas molestias nocturnas padecidas en el lugar: “Creo... que por nada en este mundo volvería
de nuevo a vivir los tres años que pasé allí ... Puedo decir, honestamente, que
si hubiese estado ... a salvo de la molestia nocturna, la dureza de la vida
diurna se me hubiera hecho, en comparación, muchísimo más soportable.”
Carroll era un joven sobresaliente, pero
también perezoso. Se interesaba por demasiadas cosas a la vez y no
era lo suficientemente responsable como para tener un trabajo adecuado a sus
capacidades, por lo que eligió la carrera de Profesor de Matemáticas, que
más tarde compaginó con sus actividades como diácono.
En 1856, descubrió una nueva forma de arte, la fotografía, primero por influencia de su tío Skeffington
Lutwidge, y más tarde de su amigo Reginald Southey y del pionero del tema Oscar Gustav Rejlander. La fotografía se convirtió en la expresión perfecta para su personal filosofía
interior: a través
de la fotografía, Carroll trató de combinar sus ideales de libertad y belleza
con la inocencia edénica, donde el cuerpo humano y el contacto humano podían
ser disfrutados sin sentimientos de culpa. En su mediana edad, esta visión se
transformó en la persecución de la belleza como un estado de gracia, un medio
para recuperar la inocencia perdida.
La obra definitiva acerca
de su actividad como fotógrafo "Lewis Carroll, Photographer", publicada por Roger Taylor en el año 2002, documenta exhaustivamente cada una
de las fotografías de Lewis Carroll que se han conservado. Taylor calcula que
algo más de la mitad de su obra conservada está dedicada a retratar a niñas. La niña que más veces le sirvió de modelo fue Alexandra
Kitchin (Xie), hija del decano de la Catedral de Winchester,
a la que fotografió unas cincuenta veces desde que tenía cuatro años hasta que
cumplió dieciséis. Las fotografías y esbozos de desnudos que Lewis Carroll realizaba
alentaron la suposición de que tenía tendencias pedófilas, aunque dicha especulación ha sido desafiada por varios
académicos que argumentan que el escritor debe ser comprendido en contexto y que, para la cultura victoriana, las niñas desnudas simbolizaban la inocencia, apareciendo escenas similares a las fotos de Carroll incluso en postales de
Navidad.
La fotografía le permitió a Lewis Carroll el acceso a círculos sociales elevados. Cuando logró tener un
estudio propio, hizo notables retratos de personajes relevantes, como John Everett Millais, Ellen
Terry, Dante Gabriel Rossetti, Julia Margaret Cameron y Alfred
Tennyson. Cultivó también el paisaje y el estudio anatómico.
LAS LOCAS AVENTURAS DE ALICIA
En 1856, Lewis Carroll publicó su
primera obra con el seudónimo que le haría famoso: el poema “Solitude”, que
apareció en “The Train”. También en 1856, un nuevo
decano, Henry Liddell,
llegó a Christ Church, trayendo con él a su joven esposa y a sus
hijas, Lorina, Alice y Edith, que tendrían un importante papel en la
vida de Lewis Carroll, que entabló una estrecha amistad con la familia,
especialmente con las niñas, a quienes solía llevar de picnic al
río.
Fue
en una de estas excursiones, el 4 de julio de 1862, cuando Carroll imaginó el argumento de la historia
que más tarde llegaría a ser su primer y más grande éxito comercial. Él y su
amigo, el reverendo Robinson Duckworth, llevaron a las tres hermanas Liddell a
pasear en barca por el Támesis.
Según los relatos del propio Carroll, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor
improvisó una narración, que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice.
Después de la excursión, Alice le pidió que escribiese la historia. Carroll pasó una noche componiendo el manuscrito, y se lo regaló a Alice Liddell en la
Navidad siguientes. El manuscrito se titulaba “Las
aventuras subterráneas de Alicia” (“Alice's Adventures
Under Ground”), y estaba ilustrado con dibujos del propio autor.
Tres años más tarde, Carroll llevó el
libro, convenientemente revisado, al editor Macmillan, a quien le gustó de
inmediato. Tras barajar varios títulos, como “Alicia entre las hadas” y “La
hora dorada de Alicia”, la obra se publicó finalmente en 1865 como “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” (“Alice's
Adventures in Wonderland”), y firmada por Lewis Carroll. Las ilustraciones
de esta primera edición fueron obra de Sir John Tenniel. El éxito del libro llevó a su
autor a escribir y publicar una segunda parte, “Alicia a través del espejo” (“Through
the Looking-Glass and what Alice Found There”). Años después, en 1890, Carroll publicó una
nueva versión de Alicia, llamada “Alicia para los
pequeños” (“The Nursery Alice”), dirigida a
niños menores de cinco años.
ALICE LIDELL
Alice Pleasance
Liddell Hargreaves Taylor, conocida
como Alice Lidell, nació en
Westminster, el 4 de mayo de 1852 y falleció en Kent, el 15 de noviembre de 1934. Se
la considera la mayor inspiración del personaje protagonista de los libros “Alicia en el país de las
maravillas” y “Alicia a través
del espejo”. La relación de amistad de Lewis Carroll con la familia Liddell, y especialmente con Alice y sus hermanas Lorina y Edith, se
prolongó durante varios años. Las tres posaron en numerosas ocasiones para ser
fotografiadas por él, y solían ir
juntos de excursión por los alrededores de Oxford.
Alice Lidell dejó testimonio de estos
largos paseos: “Muchos de los cuentos del Sr. Dodgson nos fueron contados en
nuestras excursiones por el río, cerca de Oxford. Me parece que el principio de
Alicia nos fue relatado en una tarde de verano en la que el sol era tan
ardiente, que habíamos desembarcado en unas praderas situadas corriente abajo
del río y habíamos abandonado el bote para refugiarnos a la sombra de un almiar
recientemente formado. Allí, las tres repetimos nuestra vieja frase: cuéntenos
una historia, y así comenzó su relato, siempre delicioso. Algunas veces para
mortificarnos o porque realmente estaba cansado, el Sr. Dodgson se detenía
repentinamente diciéndonos: esto es todo, hasta la próxima vez: ¡ah, pero esta
es la próxima vez!, exclamábamos los tres al mismo tiempo, y después de varias
tentativas para persuadirlo, la narración se reanudaba nuevamente”.
Lewis Carroll le
obsequió a Alice Lidell el primer manuscrito de “Alicia en el país de las
maravillas” en la Navidad de 1863, a pesar de que poco tiempo antes (en el
verano de ese mismo año) sus relaciones con la familia se habían enfriado. A partir de entonces, Alice y Carroll sólo tuvieron algunos
encuentros esporádicos. Hay constancia de correspondencia entre ambos al menos
hasta 1892. No se sabe a
ciencia cierta cuál fue el motivo del distanciamiento de Lewis Carroll y la
familia Lidell. Hay quienes creen que se debió a que corrieron rumores del
acercamiento del escritor a la institutriz de las niñas o a Ina, la hermana
mayor. Otros, a su obsesión por Alice,
que lo llevó a pedirla en matrimonio cuando la niña sólo tenía once años. En su libro "Alicia anotada" ("The Annotated Alice", 1960), Martin Gardner dice que no existe ninguna prueba que demuestre que Carroll quisiera casarse con Alice o hacerle el amor, pero que su actitud para con ella era la de un enamorado, por lo que la señora Liddell tomó medidas para desalentar el interés de Carroll, y más tarde quemó todas sus primeras cartas a la niña.
Lo
cierto es que, según afirman varios biógrafos, Carroll se sentía atraído por las niñas en general, como bien se ha
plasmado en el libro publicado en al año 2013 “El hombre que amaba a las niñas
- Correspondencia y retratos”, que recoge la
mayor colección de cartas de Lewis Carroll e ilustra la gran obsesión del escritor
por las niñas y su infatigable intento por retratarlas, en numerosas ocasiones
“con su vestido favorito hecho de nada”. El escritor tenía muchas amigas, a las que conocía en los vagones del ferrocarril o en las playas públicas. Llevaba, incluso, una provisión de imperdibles para sujetarles las faldas, cuando querían andar con los pies metidos en el agua. Consideraba que el cuerpo de las niñas era lo más bello, por eso, pintaba o fotografiaba a muchas de sus amigas desnudas, aunque siempre con el permiso de sus padres. "Si tuviese que dibujar o fotografiar a la niña más preciosa del mundo y notase en ella una pudorosa resistencia a quedarse desnuda, consideraría solemne deber para con Dios renunciar por completo a semejante petición", escribió alguna vez. Para que estos retratos desnudos no crearan complicaciones a las niñas cuando crecieran, dispuso que, a su muerte, fueran destruidos o devueltos a las jóvenes o a sus padres.
Carroll estaba obsesionado con la
pureza de la infancia. Servando
Rocha, editor del libro, opina que probablemente Lewis Carroll no tenía interés
en intimar con sus pequeñas modelos, ya que ninguna de estas
jovencitas lo acusó de abusos al llegar a la adultez.
La autora y dramaturga británica Karoline Leach, autora del libro “En la sombra del niño ideal” (“In the Shadow of the Dreamchild”, 1999), no concuerda con estas afirmaciones y asegura que que Carroll estaba lejos de estar obsesionada emocional o sexualmente con las niñas, incluyendo a su musa Alice Liddell. En su libro cuenta cómo nació esta imagen falsa de Carroll y cómo el escritor adoraba (y era adorado) por mujeres de todas las edades, disfrutando de relaciones adultas que habrían escandalizado la época victoriana en la que vivió.
La autora y dramaturga británica Karoline Leach, autora del libro “En la sombra del niño ideal” (“In the Shadow of the Dreamchild”, 1999), no concuerda con estas afirmaciones y asegura que que Carroll estaba lejos de estar obsesionada emocional o sexualmente con las niñas, incluyendo a su musa Alice Liddell. En su libro cuenta cómo nació esta imagen falsa de Carroll y cómo el escritor adoraba (y era adorado) por mujeres de todas las edades, disfrutando de relaciones adultas que habrían escandalizado la época victoriana en la que vivió.
LA CULTURA DE LAS DROGAS EN “ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS”
En los años ‘60 el movimiento hippie floreció en Estados Unidos y desde entonces, comenzó ponerse el acento en los posibles efectos psicotrópicos que aborda la obra de Carroll. La película de Walt Disney estrenada en 1951, bajo la dirección artística de Mary Blair, se asoció durante unos años a la cultura de la droga. La cinta, que se proyectaba en las universidades, fue retirada de estos ámbitos académicos porque a Disney le gustaba que su creación se asociase con los jóvenes hippies.
Ha habido multitud de especulaciones sobre la posibilidad de que Lewis Carroll hiciera uso de drogas psicoactivas, aunque no existe prueba alguna que respalde esta teoría. No obstante, la mayoría de los historiadores consideran probable que el autor utilizase de vez en cuando láudano, un medicamento común de la época compuesto por vino blanco, opio y azafrán, para combatir la artritis y los dolores de cabeza. Utilizado en dosis lo suficientemente grandes, el láudano puede tener efectos psicotrópicos.
Algunos autores creen que, por las referencias que aparecen en la obra sobre posibles sustancias psicodélicas, Carroll pudo haberla escrito o concebido bajo los efectos de las drogas alucinógenas. Otros, sin embargo, opinan que no existe evidencia alguna que pueda llevar a pensar que Carroll abusara de los narcóticos, ni de que estos tuvieran influencia alguna en su trabajo.
EL CONEJO BLANCO
El Conejo Blanco aparece en el primer capítulo de “Alicia en el país de las maravillas”, llevando un reloj de bolsillo en la mano, vistiendo chaleco y murmurando que llega tarde a alguna parte. Alicia lo sigue hasta la madriguera que lleva hasta el País de las Maravillas.
LOS CAMBIOS DE TAMAÑO
En “Alicia en el país de las maravillas” pueden observarse, desde el primer capítulo, cambios y transformaciones en el tamaño de Alicia, bien por ingerir galletitas y bebidas, o por probar un hongo que la hace crecer o decrecer según lo necesite. Comerse el sombrerete la hacía aumentar de tamaño y el devorar el talo, disminuir. Hay ciertos hongos que al comerlos ocasionan alucinaciones relacionadas con el tamaño y las distancias. Por ejemplo, con la Amanita Muscaria que produce macropsia o micropsia, un trastorno neurológico, también llamado Síndrome de Alicia en el país de las maravillas, que altera la visión de las proporciones de las cosas. Esta enfermedad está relacionada con la migraña pero también con las drogas psicoactivas como el LSD o los hongos.
LA ORUGA AZUL
EL GATO DE CHESHIRE
LA REINA DE CORAZONES
La Reina de Corazones es una monarca de muy mal genio, descripta por Carroll como una mujer "llena de furia ciega". Es rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. La Reina es un naipe de baraja inglesa, y junto a su esposo, el pequeño Rey de Corazones, es la dueña de las tierras donde se desarrolla la historia. A menudo se la confunde con la Reina Roja de “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, pero son dos personajes completamente distintos.
¿ALICIA EN EL PAÍS DE JACK, EL DESTRIPADOR?
Quizás lo más descabellado de todo lo que se ha escrito sobre Lewis Carroll es la acusación del autor Richard Wallace quien en su libro “Jack el destripador, amigo desenfadado” (“Jack the Ripper, Light-hearted friend”, 1996) lo acusó de ser el mítico asesino Jack el destripador, el más célebre de los asesinos en serie de la era moderna. Para sostener esa acusación, Wallace se basa en una serie de anagramas y mensajes codificados que Carroll supuestamente incluyó en “Alicia en el País de las Maravillas”, publicado diecinueve años antes del otoño de 1888, cuando se perpetraron los asesinatos del distrito de Whitechappel.
En los años ‘60 el movimiento hippie floreció en Estados Unidos y desde entonces, comenzó ponerse el acento en los posibles efectos psicotrópicos que aborda la obra de Carroll. La película de Walt Disney estrenada en 1951, bajo la dirección artística de Mary Blair, se asoció durante unos años a la cultura de la droga. La cinta, que se proyectaba en las universidades, fue retirada de estos ámbitos académicos porque a Disney le gustaba que su creación se asociase con los jóvenes hippies.
Ha habido multitud de especulaciones sobre la posibilidad de que Lewis Carroll hiciera uso de drogas psicoactivas, aunque no existe prueba alguna que respalde esta teoría. No obstante, la mayoría de los historiadores consideran probable que el autor utilizase de vez en cuando láudano, un medicamento común de la época compuesto por vino blanco, opio y azafrán, para combatir la artritis y los dolores de cabeza. Utilizado en dosis lo suficientemente grandes, el láudano puede tener efectos psicotrópicos.
Algunos autores creen que, por las referencias que aparecen en la obra sobre posibles sustancias psicodélicas, Carroll pudo haberla escrito o concebido bajo los efectos de las drogas alucinógenas. Otros, sin embargo, opinan que no existe evidencia alguna que pueda llevar a pensar que Carroll abusara de los narcóticos, ni de que estos tuvieran influencia alguna en su trabajo.
EL CONEJO BLANCO
El Conejo Blanco aparece en el primer capítulo de “Alicia en el país de las maravillas”, llevando un reloj de bolsillo en la mano, vistiendo chaleco y murmurando que llega tarde a alguna parte. Alicia lo sigue hasta la madriguera que lleva hasta el País de las Maravillas.
En la cultura popular, el Conejo Blanco se ha convertido
en un símbolo. La frase seguir
al Conejo Blanco se usa para describir el acto de seguir a algo
o alguien ciegamente o para correr en pos de aventuras.
La metáfora del Conejo Blanco ha sido utilizada
incontables veces en la literatura, el teatro, el cine y la televisión. Prueba
de ello son las películas “The Matrix” (Hermanas Wachowski, 1999), "Lucía y el sexo" (Julio Medem, 2001) y “Donnie Darko” (Richard Kelly, 2001) o la serie de
televisión “Lost” (2004 / 2010).
“El Conejo Blanco ("White Rabbit") es el título de una canción de la banda estadounidense de rock Jefferson Airplane, pionera del movimiento psicodélico influenciado por el LSD, que tuvo su apogeo a finales de la década del ’60. Esta canción, cuyos primeros acordes se asemejan a los del famoso “Bolero” de Ravel, fue inspirada por esta droga entre cuyos efectos pueden citarse las alucinaciones, la sinestesia (atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde) o la distorsión del tiempo. La canción incluye referencias a varios personajes de la historia de Carroll demás del Conejo Blanco, como la Oruga y la Reina de Corazones.
“El Conejo Blanco ("White Rabbit") es el título de una canción de la banda estadounidense de rock Jefferson Airplane, pionera del movimiento psicodélico influenciado por el LSD, que tuvo su apogeo a finales de la década del ’60. Esta canción, cuyos primeros acordes se asemejan a los del famoso “Bolero” de Ravel, fue inspirada por esta droga entre cuyos efectos pueden citarse las alucinaciones, la sinestesia (atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde) o la distorsión del tiempo. La canción incluye referencias a varios personajes de la historia de Carroll demás del Conejo Blanco, como la Oruga y la Reina de Corazones.
LOS CAMBIOS DE TAMAÑO
En “Alicia en el país de las maravillas” pueden observarse, desde el primer capítulo, cambios y transformaciones en el tamaño de Alicia, bien por ingerir galletitas y bebidas, o por probar un hongo que la hace crecer o decrecer según lo necesite. Comerse el sombrerete la hacía aumentar de tamaño y el devorar el talo, disminuir. Hay ciertos hongos que al comerlos ocasionan alucinaciones relacionadas con el tamaño y las distancias. Por ejemplo, con la Amanita Muscaria que produce macropsia o micropsia, un trastorno neurológico, también llamado Síndrome de Alicia en el país de las maravillas, que altera la visión de las proporciones de las cosas. Esta enfermedad está relacionada con la migraña pero también con las drogas psicoactivas como el LSD o los hongos.
EL PÁJARO DODO
Lewis
Carroll era tartamudo y cuando pronunciaba su apellido decía Do-Do-Dodgson.
El Dodo, ave extinta que aparece en "Alicia en el país de las maravillas", es
la caricatura del propio autor. Se dice que dos de las aves que están con él
son las hermanas de Alice Liddell: el loro es Lorina Charlotte, la
hermana mayor y el aguilucho, la pequeña Edith. El pato es Robinson
Duckworth.
Lewis
Carroll, en su obra, presenta a estos animales en la faena de secarse después
de haberse sumergido en el mar en el que se habían sumergido formado por las
lágrimas de Alicia. El autor se inspiró en un viaje que hicieron los cinco, en
el que recorrieron ocho kilómetros de río, desde el Puente Folly, cerca de
Oxford hasta Godstow.
La Oruga
Azul es mencionada al final del Capítulo IV ("La
habitación del Conejo Blanco"), y es el principal foco de atención en
el Capítulo V ("El
consejo de una Oruga"). Es bastante grosera y mide apenas siete
centímetros de altura.
La Oruga Azul, recostada en un
hongo, fuma de su misteriosa narguile (pipa oriental),
bosteza y habla a Alicia con voz lánguida y
soñolienta. Este personaje puede representar perfectamente al fumador
de opio, sustancia
legal en la sociedad victoriana inglesa.
LA FALSA TORTUGA
La Falsa Tortuga o Tortuga Artificial debe su
origen a un
plato inglés creado en el siglo XVIII, popular en la época victoriana: la sopa de tortuga falsa o mock
turtle soup, un sustituto barato de la frecuentemente
inaccesible sopa de tortuga.
En vez de utilizar carne de tortuga, la textura de la misma se imitaba
empleando pedazos de vísceras, sesos, pezuñas,
patas y colas de novillo.
La Falsa Tortuga es un personaje melancólico, que
añora, al parecer, los días en los que era una tortuga de verdad.
EL GATO DE CHESHIRE
El Gato de
Cheshire es un gato ficticio de la cultura popular
inglesa, que se distingue, principalmente, por estar sonriente todo el tiempo.
En Reino Unido, las expresiones gato de Cheshire o reír
como gato de Cheshire datan del siglo XVIII, aunque no se sabe muy
bien de dónde proviene esta singular expresión.
El Brewer's
Dictionary of Phrase and Fable afirma que sonreír como el Gato
de Cheshire es una expresión popularizada por Lewis Carroll y
añade que en Cheshire (donde nació el escritor) "se
vendía queso con forma de gato sonriente" y que cuando el queso
se comía de afuera hacia dentro, la figura del gato iba desapareciendo hasta
quedar solamente la sonrisa.
También se ha señalado
la teoría de que dichos quesos mostraban el emblema heráldico de un noble de Cheshire,
un león, que era confundido con un gato sonriente.
Samuel Mander, en el siglo XIX,
menciona como el origen de la expresión, el error cometido por un pintor local
de Cheshire que, al intentar representar el emblema heráldico
de una familia noble del lugar en los tablones que servían de letrero en las posadas de
aquella época, sólo logró un dibujo que parecía un gato, lo que ocasionó que la
familia recibiera ese mote.
Algunos estudiosos
defienden que Carroll se inspiró para crear al Gato de
Cheshire en una escultura situada en la St Peter Church,
en Croft-on-Tees, pequeña localidad situada al noreste de Inglaterra,
donde su padre fue rector de 1843 a 1868.
Sin embargo, en 1992
miembros de la Lewis Carroll Society anunciaron que habían
descubierto que el personaje del risueño gato está basado en una gárgola esculpida
en un pilar de St Nicolas Church, en Cranleigh, lugar
al que Carroll solía viajar cuando vivía en Guildford, y
donde su padre también fue rector. Otros atribuyen su origen a una
escultura en la cara oeste de la torre de St Wilfrid's Church, Grappenhall, Warrington,
en el condado de Cheshire, de donde toma el nombre.
En el cuento de Carroll, el Gato
de Cheshire tiene la capacidad de aparecer y desaparecer a voluntad,
entreteniendo a Alicia mediante conversaciones paradójicas de
tintes filosóficos. Aparece para animar a Alicia cuando
esta se materializa en el campo de croquet de la Reina de
Corazones y cuando es condenada a muerte, y desconcierta a todos
haciendo desaparecer su cuerpo y dejando visible su cabeza, lo que provoca una
discusión entre el Rey, la Reina y el verdugo acerca
de si se puede decapitar a una criatura que no tiene cuerpo.
Otra de sus características
más singulares es que el Gato de Cheshire puede desaparecer
gradualmente hasta que no queda nada más que su amplia sonrisa, haciendo notar
a Alicia que muchas veces habrá podido ver a un gato sin sonrisa, pero nunca
una sonrisa sin gato.
EL SOMBRERERO
El Sombrerero es
también conocido como el Sombrerero Loco, aunque en la
obra de Carroll nunca se lo nombra de ese modo. La confusión
probablemente proviene del hecho de que el Gato de Cheshire le
advierte a Alicia que el Sombrerero está
loco, afirmación que éste confirma con su excéntrico comportamiento.
Además, el capítulo donde aparece el Sombrerero se
titula "Una merienda de locos". El Sombrerero aparece
nuevamente en la secuela de la obra, llamada "A través del espejo y lo
que Alicia encontró allí", con el nombre Hatta, uno
de los mensajeros del Rey Blanco.
A mediados del siglo
XIX los fabricantes de sombreros utilizaban en su trabajo mercurio, uno
de los elementos más tóxicos. Los sombreros se hacían con dos materiales: piel
de castor, los más catos, o de conejo, los más económicos. Estas pieles
necesitaban un proceso químico para poder ser utilizadas. Primero se trataban
con nitrato de mercurio para y darles un tono mate, y después
se sumergían en ácido hirviendo para endurecerlas. Los trabajadores estaban en
talleres mal acondicionados, sin ventilación, y respiraban
constantemente vapores tóxicos. El envenenamiento por mercurio presentaba
síntomas fácilmente asimilables a la locura: irritabilidad,
hiperactividad, labilidad emocional, timidez y pérdida de
memoria. Hay una conocida expresión inglesa que reza “loco como un
sombrerero”.
La fabricación de
sombreros era el principal comercio en Stockport, un pueblo
cercano al lugar donde creció Carroll, y no era raro ver a los
sombrereros parecer perturbados o confundidos. Sin embargo, el Sombrerero
de “Alicia en el país de las maravillas” no exhibe los
síntomas típicos de envenenamiento por mercurio.
En las ilustraciones
de este personaje se muestra una tarjeta en el sombrero que dice "10/6".
Es el precio del sombrero que era diez chelines y seis peniques.
En sistema decimal, equivale a 52½ libras.
Carroll, para crear a
este personaje, se inspiró en Teophilus Carter,
un vecino suyo de Oxford que vendía muebles y al que
llamaban Sombrerero loco porque era proclive a las ideas
excéntricas y siempre llevaba un sombrero de copa.
LA LIEBRE DE MARZO
La Liebre de
Marzo, llamada también Haigha en "A través
del espejo", donde también sirve al Rey Blanco, aparece en
la escena de la merienda junto al Sombrerero y el Lirón.
El personaje de Alicia comenta:
"La Liebre de Marzo será mucho más interesante y, tal vez, como nos
encontramos en Mayo no estará loca de atar…, por lo menos no tanto como estaba
en Marzo."
La frase loco
como una liebre en marzo es una expresión común del inglés británico
que ya aparece en la compilación de proverbios de John Heywood publicada
en 1546. Martin Gardner, en su obra "Alicia anotada" ("The Annotated
Alice", 1960), afirma que esta expresión se basa en una creencia
popular sobre el comportamiento de las liebres en la época de
apareamiento, que en el Reino Unido dura de febrero a septiembre. A principio de
la temporada, las hembras no receptivas usan su patas delanteras para repeler a
los machos, y se creía erróneamente que estas peleas se producían entre machos
para disputarse la supremacía.
Al
igual que su amigo el Sombrerero, la Liebre se
ve obligada a participar continuamente en una merienda o té, desde que la Reina
de Corazones acusara a dicho Sombrerero de "matar
el tiempo" mientras cantaba en un concierto. La ilustración
de John Tenniel la muestra con paja en la cabeza, una
forma común de representar la locura en la época victoriana.
LA REINA DE CORAZONES
La Reina de Corazones es una monarca de muy mal genio, descripta por Carroll como una mujer "llena de furia ciega". Es rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. La Reina es un naipe de baraja inglesa, y junto a su esposo, el pequeño Rey de Corazones, es la dueña de las tierras donde se desarrolla la historia. A menudo se la confunde con la Reina Roja de “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, pero son dos personajes completamente distintos.
La Reina es considerada
por algunos estudiosos de la obra de Carroll como una caricatura de la Reina
Victoria. Otros, en cambio, creen que el personaje alude a la Reina Margarita
de la Casa de Lancaster. Durante la Guerra de las Rosas, una rosa roja fue el
símbolo de la Casa Lancaster. Sus rivales, de la Casa de York, tenían una rosa
blanca como símbolo. La escena en la que los jardineros pintan de rojo las
rosas blancas plantadas por equivocación puede ser una referencia a estas dos Casas.
Quizás lo más descabellado de todo lo que se ha escrito sobre Lewis Carroll es la acusación del autor Richard Wallace quien en su libro “Jack el destripador, amigo desenfadado” (“Jack the Ripper, Light-hearted friend”, 1996) lo acusó de ser el mítico asesino Jack el destripador, el más célebre de los asesinos en serie de la era moderna. Para sostener esa acusación, Wallace se basa en una serie de anagramas y mensajes codificados que Carroll supuestamente incluyó en “Alicia en el País de las Maravillas”, publicado diecinueve años antes del otoño de 1888, cuando se perpetraron los asesinatos del distrito de Whitechappel.
Según
Richard Wallace, Lewis Carroll era un
hombre desequilibrado, cuyas ensoñaciones podían parecer inofensivas a simple
vista, pero que enmascaraban una serie de pistas sobre un plan sistemático de
homicidios. Para Wallace, Alicia prefigura
a todas las mujeres asesinadas por al temible Jack, y el mítico País de las Maravillas no es más
que el distrito de Whitechapel
exaltado.
Wallace comienza su libro con cautela. “Esta es una historia sobre Jack el destripador. Digo una historia porque se han escrito muchas sobre él y ésta puede convertirse en otra”, aclara. Pero proporciona a los lectores lector información bastante sesgada que les hace dudar de la inocencia de Lewis Carroll, culpándolo arbitrariamente, del mismo modo que la escritora de novelas de suspenso Patricia Cornwell lo hizo con el pintor Richard Sickert hace unos años. Se ha comprobado que Carroll estuvo lejos del lugar donde se perpetraron los asesinatos atribuidos al Destripador, por lo menos cuando se llevaron a cabo tres de ellos.
Wallace comienza su libro con cautela. “Esta es una historia sobre Jack el destripador. Digo una historia porque se han escrito muchas sobre él y ésta puede convertirse en otra”, aclara. Pero proporciona a los lectores lector información bastante sesgada que les hace dudar de la inocencia de Lewis Carroll, culpándolo arbitrariamente, del mismo modo que la escritora de novelas de suspenso Patricia Cornwell lo hizo con el pintor Richard Sickert hace unos años. Se ha comprobado que Carroll estuvo lejos del lugar donde se perpetraron los asesinatos atribuidos al Destripador, por lo menos cuando se llevaron a cabo tres de ellos.
La
hipótesis que culpa a Lewis Carrol de
haber sido Jack el Destripador es
rechazada unánimemente por los especialistas en el tema (los llamados ripperólogos) y también por los biógrafos
del escritor. La dramaturga y autora
británica Karoline Leach, autora del
libro “En la sombra del niño ideal” (“In the Shadow of the Dreamchild”, 1999), probó
lo absurdo de la teoría de Richard Wallace con anagramas hallados en “Winnie-the-Pooh”
(1926), de A.A. Milne, donde aparecen todos los
nombres de las mujeres asesinadas en Whitechappel.
Hasta aquí todo lo que tenía para contarles de esta indiscutida obra maestra de la literatura. Me despido por hoy con un delicioso poema de Jorge Teillier:
Hasta aquí todo lo que tenía para contarles de esta indiscutida obra maestra de la literatura. Me despido por hoy con un delicioso poema de Jorge Teillier:
LEWIS CARROLL
Un profesor de matemáticas de Oxford
El reverendo Dogson
Ligeramente tartamudo y zurdo
Nos deja en la primera casilla de otro mundo
Allí para el unicornio somos monstruos fabulosos
Y se oye el ruido de armaduras
De caballeros que piensan mejor cuando están cabeza abajo
El señor Dogson pasea con tres niñitas
Tal vez sueña fotografiarlas desnudas
Pero estamos en el siglo XIX
En plena Era Victoriana
Y se contenta con escribir cartas festivas
Con narrarles historias
Sobre el otro lado del espejo
y ver fluir sus tiernos rostros en el atardecer de una barca
El nombre de Alicia significa ahora Aventura
Y cuando lleguemos a la octava casilla
Empezaremos a ser reyes
En un juego que ya no vamos a olvidar.
El reverendo Dogson
Ligeramente tartamudo y zurdo
Nos deja en la primera casilla de otro mundo
Allí para el unicornio somos monstruos fabulosos
Y se oye el ruido de armaduras
De caballeros que piensan mejor cuando están cabeza abajo
El señor Dogson pasea con tres niñitas
Tal vez sueña fotografiarlas desnudas
Pero estamos en el siglo XIX
En plena Era Victoriana
Y se contenta con escribir cartas festivas
Con narrarles historias
Sobre el otro lado del espejo
y ver fluir sus tiernos rostros en el atardecer de una barca
El nombre de Alicia significa ahora Aventura
Y cuando lleguemos a la octava casilla
Empezaremos a ser reyes
En un juego que ya no vamos a olvidar.
Buenas noches.
Ilustración 1: Hilary S S Wickenhauser
Ilustración 2: Júlia Sardà
Ilustración 3: David Delamare
Ilustración 4: Leticia Lacy
Ilustración 5: Alice Lidell fotografiada por Lewis Carrol
Ilustración 6: Benjamin Lacombe
Ilustración 7: Dominic Murphy
Ilustración 8: Alison Jay
Ilustración 9: Valentin Sandulyak
Ilustración 10: Natalie Shau
Ilustración 11: Salvador Dali
Ilustración 12: MidnightArtDragon
Ilustración 13: Pilar Lama
Ilustración 14: David Delamare
Ilustración 15: John Tenniel
Ilustración 16: Autor desconocido
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