LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: EL GATO CON BOTAS
“Cualquier gato que no consigue atrapar a un ratón finge que iba tras una hoja seca.”
Charlotte Gray
“Cualquier gato que no consigue atrapar a un ratón finge que iba tras una hoja seca.”
Charlotte Gray
Buenas tardes, mis queridos. Aquí estoy para ofrecerles una nueva entrega de la saga “Las verdaderas historias detrás de los cuentos infantiles”, esta vez dedicada a un famosísimo cuento amado por generaciones: “El gato con botas”.
EL GATO CON BOTAS
“El gato con botas” (“Le chat botté”) es un cuento popular europeo publicado en 1697 por Charles Perrault en su libro “Cuentos de mamá ganso” (“Les Contes de ma mère l'Oye”) con el título “El gato maestro” (“Le chat maître”). Tiene sus antecedentes en "Costantino Fortunato", recopilado en 1500 por Giovanni Francesco
Straparola en su libro “Las noches agradables” (“Le piacevoli notti”); y en “Cagliuso”, publicado en 1634 por Giambattista Basile en "Lo cunto de li cunti
overo lo trattenemiento de peccerille" ("El cuento de los cuentos, o el entretenimiento de los pequeños"), conocido como el "Pentamerón".
Siglos antes de la publicación del cuento de Perrault, el brahmán sivaísta llamado SomaDeva Bhatta reunió una vasta colección de cuentos populares indios en una colección llamada "Kathá-sarit-ságara" ("El océano de ríos de leyendas"), compuesta por dieciocho libros. El décimo libro contiene copias del "Panchatantra", atribuido a Vishnú Sharma compuesto después del siglo III a.C. Allí aparece la historia de un gato que, con engaños, intenta hacer fortuna en el palacio de un rey.
LA HISTORIA
El molinero del
reino, fallece y deja como herencia a su hijo mayor el molino; a su hijo del medio, unas mulas y a su hijo más joven, un gato. El muchacho quiere
abandonar al gato o comérselo, pero para su sorpresa descubre que el felino habla y escucha muy
bien. El gato le pide confianza y un par de botas y un saco, prometiéndole
que saldrán de la pobreza.
Decidido a hacer fortuna para su amo, el gato atrapa un conejo en una bolsa en el bosque y lo presenta al rey como un regalo de su dueño, el ficticio Marqués de Carabás. El gato sigue haciendo regalos para el rey de parte del Marqués durante varios meses.
Un día, el rey decide dar un paseo con su hija. El gato convence a su amo para quitarse la ropa y entrar en el río cerca del cual pasará la corte. El gato pone la ropa del joven debajo de una roca y, cuando se acerca el coche real, empieza a pedir ayuda clamando y gritando. Cuando el rey se detiene para averiguar qué pasa, el gato le dice que su señor, el Marqués, se estaba bañando en el río y unos vándalos le robaron su ropa. El rey le ofrece al muchacho un traje espléndido y lo sienta en el coche junto a la princesa, que se enamora de él.
El gato propone al rey ir a casa de su amo, que es, según el animal, un imponente palacio desde el que se gobiernan campos y grandes extensiones de tierra. El rey accede, y el hijo del molinero se angustia sin poder imaginar de dónde sacará el gato dichos bienes. El gato toma la delantera con la excusa de preparar el palacio para la visita real, y ordena a los campesinos a lo
largo de la carretera que digan que las tierras perteneces al Marqués de Carabás, amenazándolos con tomar represalias si no lo hacen. El gato, entonces, llega al castillo del dueño de las tierras, un ogro que es capaz de transformarse en diversas criaturas. El ogro muestra su habilidad convirtiéndose en un león y el gato lo engaña para que se transforme en
un ratón. El gato se lanza sobre el ratón y lo devora. El rey llega al castillo que antiguamente pertenecía al ogro, e,
impresionado con el falso Marqués y su estado, le ofrece la princesa en matrimonio.
COSTANTINO
FORTUNATO
La historia "Costantino Fortunato", publicada por Giovanni Francesco Straparola en el año 1500, es muy similar a la que conocemos actualmente. Apareció en “Las noches agradables” (“Le piacevoli notti”), el primer libro europeo de cuentos de hadas. En el cuento de Straparola sin embargo,
el pobre joven es el hijo de una mujer de Bohemia, el gato es un hada
disfrazada, la princesa se llama Elisetta, y el castillo no pertenece a un
ogro, sino a un caballero que, convenientemente, perece en un accidente. El
pobre joven finalmente se convierte en el rey de Bohemia.
No se sabe a ciencia cierta si la historia fue concebida por Straparola o provino de fuentes orales.
CAGLIUSO
En 1634, otro cuento con un gato tramposo como héroe fue publicado en el "Pentamerón" de Giambattista Basile. En esta versión, el protagonista es un niño mendigo llamado Cagliuso (a veces Gagliuso) cuya fortuna se consigue de una manera similar a la del molinero de Perrault. Sin embargo, el cuento termina con Cagliuso prometiendo al felino un ataúd de oro después de su muerte como forma de agradecimiento. Tres días más tarde, el gato decide poner a prueba a Cagliuso haciéndose pasar por muerto y se mortifica al escuchar al joven diciéndole a su esposa que tomara al gato muerto por las patas y lo tirara por la ventana. El gato salta, exigiendo saber si el maltrato era la recompensa prometida por ayudar al niño mendigo a tener una vida mejor. El gato huye, obligando a su amo para valerse por sí mismo. En otra versión, el gato realiza actos de valentía, por lo que un hada lo convierte en un gato normal para que pueda estar con sus congéneres.
ANÁLISIS DEL CUENTO
Los folcloristas Iona y Peter Opie observan que, a pesar de la popularidad del cuento, su dudosa moralidad o, en realidad, la ausencia de ella, lo ha hecho menos interesante de analizar que otras historias de la época. Comparado con el rico material proporcionado en "La bella durmiente" o "Barbazul", "El gato con botas" es considerada una historia menor y más alegre en tono. Perrault era conocido ciertamente por sus tendencias moralistas, pero si realmente hay una lección por aprender en "El gato con botas", parece ser que el engaño y la mentira dan beneficios más rápida y generosamente que el trabajo duro y el talento.
Para algunos lectores actuales, la nota éticamente discordante aparece cuando el gato amenaza a los campesinos que trabajan para el ogro, obligándolos a decir que trabajan para el Marqués de Carabás. En una versión moderna, el gato con botas llega a un acuerdo con los campesinos, ya que si dicen ser siervos del Marqués, el felino los librará de la tiranía del cruel ogro. Esto eleva considerablemente el tono moral de la historia.
En otras interpretaciones el gato con botas representa el interjuego de las naturalezas racional y animal en el destino del hombre. El gato es un animal humanizado que camina erguido y habla, un animal que razona, pero libera sus instintos cuando es necesario, por ejemplo cuando amenaza a los campesinos o se come al ogro trasformado en ratón.
En su libro"Psicoanálisis de los cuentos de hadas" ("The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales", 1976), Bruno Bettelheim señala que "cuanto más simple y directo es un buen personaje en un cuento de hadas, más fácil es para un niño que se identifique con él y que rechace el mal de otro. El niño se identifica con un buen héroe porque la condición del héroe hace un llamamiento positivo para él. Si el personaje es una persona muy buena, es probable que el niño desee ser bueno también. Los cuentos amorales, sin embargo, no muestran la polarización o yuxtaposición de personas buenas y malas. Cuentos amorales como "El gato con botas" construyen el carácter, no obligando al niño a el elegir entre el bien y el mal, sino dándole niño la esperanza de que incluso el más manso puede sobrevivir. La moral es de poco interés en estos cuentos, que apuntan a proporcionar la garantía de que uno puede sobrevivir y tener éxito en la vida. Los niños pequeños pueden hacer poco por su cuenta y estas historias los ayudan a superar la decepción en sus intentos. Los cuentos de hadas dan una gran dignidad a los logros más pequeños (como hacerse amigo de un animal o ser amigo de un animal), y muestran que dichos eventos ordinarios pueden llevar a grandes cosas. Los cuentos de hadas animan a los niños a creer y confiar en que sus pequeños logros reales son importantes aunque quizás no reconocidos en el momento."
¿EL GATO CON BOTAS ERA EL ESPÍRITU FAMILIAR DE UN BRUJO?
El donante o proveedor es
una figura
común a muchos cuentos clásicos. Es un personaje que a la vez
pone a prueba y ayuda al protagonista. Tiene poderes sobrenaturales y actúa como padrino.
Uno de los donantes típicos es el hada madrina, pero también aparecen
proveedores bajo la figura de ancianas, pastoras, muñecos y, en muchas historias europeas, animales.
Un espíritu
familiar es un ente mitológico con poderes mágicos que, según
la tradición, es invocado por una persona versada en lo arcano, generalmente
un mago o un brujo. En algunas leyendas toma la
forma de una criatura demoníaca, pero normalmente cuenta con la apariencia de
un animal doméstico (búho, perro, rana, sapo y, especialmente,
gato). Su característica distintiva es que, tal
como su nombre indica, este espíritu se mantiene dentro
de la familia. El amo debe pasar el conocimiento de todo
aquello que concierne al espíritu familiar a algún miembro de su clan, para que
este continúe a su servicio.
El espíritu familiar es
un ser que obedece los designios de su amo o persona con la cual ha hecho
un pacto, actuando como sirviente y ayudante, o favoreciéndolo económicamente
con sus poderes. Si un familiar tiene el aspecto de un animal doméstico, como
un gato o un búho, puede actuar como espía para su amo.
La historiadora Emma
Wilby, autora del libro “Cunning folk and familiar spirits” (2005), ha identificado en muchísimos cuentos europeos de
diferente tipo el rastro de la creencia en los
espíritus familiares, que es, según su
criterio, muy evidente en “El gato con botas”. El personaje del gato con botas cumple a la
perfección el papel de donante-proveedor
y, a la vez, el de espíritu familiar de un brujo. En el cuento, el
tercer hijo del molinero hereda
al gato de su padre, y, tal como se ha dicho, los espíritus
familiares, permanecen dentro de la
familia. El padre deja el gato en herencia al hijo que sabrá sacarle
provecho. El muchacho no sabe en principio qué hacer con el gato, pero
éste le habla -cosa que
tradicionalmente hacen los espíritus familiares con brujas y magos- y le exige
una primera prueba de fe: debe regalarle un par de botas
y una bolsa. Una vez superada esta etapa iniciática, el gato conseguirá lo que el
joven anhela: riqueza y la mano de la princesa.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para decir acerca de "El gato con botas". Me despido de ustedes con un bellísimo poema de Jorge Leónidas Escudero:
AMIGO ÍNTIMO
Era noche de viento anoche cuando
desvelado oí al gato amigo, el perdido,
llamándome.
Su quejumbre apagada oí e el impulso
tuve de abrir todas las puertas a recibirlo.
Veinte días ya,
y si no lo mató un perro viene ahí.
Salte de la cama y corrí a la ventana
ver si lo veía y hacerlo entrar
acariciarlo darle comida. Sucio, flaco
estaría después e tanta ausencia.
Entonces otra vez oí el llamado;
pero mi di cuenta no era el gato,
era una persiana que con el viento hacía
tal quejumbre.
Cerré la ventana.
Fui a mirarme al espejo ver qué cara
le queda a uno después de desilusionarse.
Y en esas vecindades de viento engañador
y ladridos nocturnos
volví a la cama a no poder dormir. Acaso
¿esto es mucho decir sobre la ausencia de un gato?
Buenas tardes.
Imagen 1: Alejandro Ortiz
Imagen 2: Ximena García
Imagen 3: Paloma Merendón
Imagen 4: Sebastián Barreiro
Imagen 5: Víctor Sánchez
Imagen 6: Ayano Imai
Imagen 7: Autor desconocido