HOLLYWOOD PARANORMAL: JOAN CRAWFORD
"“Si vas a ser una estrella, tienes que parecerlo y no puedes salir a la calle si no vas vestida como debería ir Joan Crawford, la estrella de cine. Si quieres ver a la vecina de al lado, entonces vete a la puerta de al lado.”."
Joan Crawford
Fue una de las malas malísimas más famosas del cine y, gracias
al libro "Mommie Dearest", escrito por su hija Christina,
se convirtió en el prototipo de la madre desquiciada. Cuarenta años después de su muerte, la serie de televisión "Feud", que retrata su rivalidad con Bette Davis, la puso nuevamente en boca de todos. Joan Crawford, ¿bruja o embrujada?
JOAN CRAWFORD: UN POCO DE HISTORIA
Lucille Fay Le Sueur, conocida
como Joan
Crawford, nació en San Antonio, Texas, el 23 de marzo de 1904, en una familia modesta. Su padre, Thomas Le Sueur, de origen francocanadiense, abandonó la familia antes del nacimiento de Crawford. Tiempo después, su madre, Anna Bell, de origen sueco, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Henry Cassin, empresario de teatro, lo que mejoró ostensiblemente la economía y la vida de la pequeña Lucille. Tenía dos hermanos mayores, Daisy LeSueur, que falleció muy joven, y Hal Hays LeSueur, nacido en 1903.
El baile fue su primera vocación y en 1921 debutó en el coro de la revista de Katherine Emerine. En 1925 ganó un concurso de danza que facilitó su lanzamiento como actriz por la "Metro Goldwyn Mayer", en un principio únicamente como doble de Norma Shearer. Participó luego en varias películas mudas en la década del '20. En ese entonces, era considerada una flapper, joven de conducta poco convencional y atuendos raros, muy avanzada en sus relaciones amorosas. Al contrario que otras divas de la época, como Mary Pickford y Lillian Gish, Joan pudo adaptarse al naciente cine sonoro, y su matrimonio con Douglas Fairbanks Jr., el 3 de junio de 1929, impulsó su carrera.
Durante las décadas de 1930, 1940 y 1950, Joan Crawford se convirtió en una de las actrices más aclamadas del cine de Hollywood y en una de las mejores pagadas de su tiempo. A mediados de la década del '40 ganó el Oscar a la Mejor actriz por su actuación en la película "Mildred Pierce" (Michael Curtiz, 1945). Contrajo matrimonio con el presidente de la compañía "Pepsi Cola", Alfred Steele, y después de la muerte de su marido, dirigió durante un tiempo de la compañía. Continuó trabajando regularmente durante la década del '60, y después de protagonizar "Trog" (Freddie Francis) en 1970, se retiró definitivamente de la gran pantalla.
Su última aparición pública fue el 23 de septiembre de 1974 en Nueva York, en una fiesta en honor a su vieja amiga Rosalind Russell, quien estaba enferma de cáncer de mama. Joan Crawford falleció el 10 de mayo de 1977 en dicha ciudad, aparentemente a causa de un infarto, aunque llevaba tiempo padeciendo cáncer de páncreas. "Algunas personas
creen que tomó algún medicamento para acabar con su vida, tal vez pastillas
para dormir, pero no se ha podido demostrar. Hay, no obstante, un hecho
revelador. Una semana antes de su muerte regaló a su perro, al cual adoraba", contó su biógrafa Karen Swenson. La leyenda cuenta que, mientras agonizaba, sus últimas palabras fueron dirigidas en tono desafiante hacia su criada, que rezaba en voz alta al pie de la cama: "¡Maldita sea!... No te atrevas a pedirle a Dios que me ayude".
MAMITA QUERIDA
Joan Crawford se casó cuatro veces y tuvo infinidad de amantes,
desde galanes consagrados hasta actores de reparto, incluso jovencitos a los
que se encargó de iniciar, como la estrella infantil Jackie Cooper. Su furor
sexual era legendario, tal como lo recordó el director Vincent Sherman:
“Estábamos en la sala de proyecciones cuando ella cogió mi mano y la puso en su
pecho. De repente se quitó la falda y se bajó las bragas. Estaba lista para
tener sexo en ese mismo momento. Tenía fama de devora hombres”.
En
1940, cuando tenía 35 años y acababa de divorciarse de su segundo marido, la
actriz adoptó a su primera hija, Christina. Le siguieron luego otros tres niños: Christopher, y las gemelas Cathy y Cyndi. En 1978, Christina Crawford escribió un escalofriante libro titulado "Mommie Dearest", en el que la describe como una mujer colérica, maltratadora de sus hijos y obsesionada con la limpieza. Joan Crawford se mostraba en los medios como una madre devota y cariñosa pero, aparentemente, maltrataba a sus hijos. En su libro, Christina habla de la obsesión de Joan con las perchas de metal y de sus incursiones nocturnas cuando, por cualquier motivo, se presentaba en mitad de la noche en la habitación de la niña y la golpeaba. También cuenta cómo ataba con correas a su hermano Christopher y narra momentos truculentos como aquellos en los que la actriz llamaba a la prensa para hacerles abrir a ella y a sus hermanos los regalos de Navidad delante de los paparazzi. Una periodista recordaba que era “la cosa menos espontánea” que había visto en su vida.
Una de las últimas decisiones que tomó Joan antes de morir fue la de desheredar a sus hijos Christina y Christopher. En su testamento no daba muchas explicaciones. Simplemente decía: “Los motivos ya los conocen ellos”. Fue ese detalle lo que animó a Christina Crawford a escribir su libro, en el que se basó la película "Mommie Dearest" (Frank Perry, 1981), en la que Joan fue interpretada por Faye Dunaway.
Como contracara de lo expresado por Christina, las gemelas Cathy y Cindy afirmaron públicamente que su hermana mayor era una mentirosa e insistieron en que Joan era una madre cariñosa, exigente pero nunca maltratadora.
LA CASA EMBRUJADA DE JOAN CRAWFORD
Sherry Hansen-Steiger y Brad Steiger, autores paranormales,
escucharon en 1989 rumores acerca de la casa de Joan Crawford en Brentwood,
California, a la que se señalaba como embrujada. Entrevistaron a su hija Christina
y la mujer afirmó que de, en su infancia, había visto en la mansión fantasmas de niños y escuchado extrañas voces que provenían de las paredes, y que en la casa había zonas frías en las que nadie se atrevía a entrar. Christina contó que no había vuelto al lugar desde que tenía 17 años: "Fue entonces cuando fui a la universidad [en 1956], en ese momento, Crawford todavía era dueña de la casa".
Según Christina, todas las personas que vivieron en la casa después de Joan Crawford tuvieron problemas, incluyendo enfermedades graves y adicciones. A fines de la década del '80, los dueños de la mansión convocaron a la clarividente Rosalyn Bruyere del "Healing Light Center" para que hiciera una limpieza del lugar. "Es cierto que la casa sufrió incendios espontáneos, principalmente en el muro detrás de donde solía estar la cama de Joan Crawford", contó Bruyere. "Sin embargo, no sentí que el fantasma de Joan Crawford estuviera allí". La psíquica opinó que la casa había sido maldecida de alguna manera antes de que Crawford se mudara al lugar, y que el mal en ella había aumentado la neurosis de Joan. Bruyere afirmó que algunas personas habían sido torturadas en la casa, y que sus fantasmas continuaban rondándola como almas en pena.
“Era un lugar muy negativo. Lo llamé un 'Centro Astral', una especie de reunión de espíritus que fueron atraídos por las vibraciones negativas”, dijo Rosaly a los medios de comunicación. Pero la teoría de que el espíritu de Joan Crawford no estaba en la casa no contentó a todos, ya que algunas personas afirmaron haber tenido encuentros fantasmales con la actriz fallecida en la mansión de Brentwood.
Hasta aquí, mis queridos, todo lo que tenía para contarles hoy. Me despido de ustedes con unas palabras de la indomable Joan: "Me gustaría ser un gorila anciano o un elefante. He oído que cuando saben que han llegado a sus últimos días se alejan para estar solos y sencillamente desaparecer. En lo que a mí respecta, es una gran idea".
Buenas noches.