MISTERIOSA ARGENTINA XVII
“Nada podrá descubrir quien pretenda
negar lo inexplicable. La realidad es un pozo de enigmas.”
Carmen Martín Gaite
Buenas noches, amables lectores. He aquí una nueva entrega de "Misteriosa Argentina". Disfruten.
-Cementerio Municipal El Salvador (Jujuy)
En setiembre de 2016, el personal del Cementerio Municipal El Salvador vio
ingresar a la necrópolis, un par de horas antes de que el lugar cerrara sus
puertas, a una mujer que jamás salió del lugar. Con
la noche declarada empezaron a escucharse gritos
espeluznantes provenientes del interior del cementerio.
La recorrida efectuada por los
guardias y sepultureros por la necrópolis no dio resultados positivos en el
intento de encontrar a la visitante, a la que recuerdan vestida de negro y con
una bolsa blanca, y a la que, incluso, llegaron a advertir que la necrópolis
estaba por cerrar, a lo que la dama en cuestión respondió “Ya me voy”. Juan Crinejo, director del cementerio, dio aviso a la policía que tampoco
pudo encontrar rastros de la misteriosa mujer.
El hecho fue puesto en consideración del
intendente riojano Alberto Paredes Urquiza, quien ordenó
incrementar la seguridad en la necrópolis que ya fue escenario de diversos
hechos paranormales. Crinejo señaló en
declaraciones periodísticas que unos vecinos le aportaron otro dato
inquietante: unos días atrás habían visto como una joven salía y entraba del
cementerio atravesando las rejas como si fuera un fantasma. Según
los testigos, la joven estuvo sentada llorando más de media hora en un banco de
la zona parquizada situada frente a El Salvador, para al cabo de ese tiempo
ingresar de nuevo a la necrópolis, traspasando las verjas de hierro. Las autoridades del cementerio convocaron a un sacerdote que bendijo las instalaciones.
La noche de la desaparición de la misteriosa mujer hubo en el Cementerio Municipal El Salvador
otro hecho traumático: en el marco de la búsqueda realizada entre las tumbas un
empleado encontró una sepultura profanada. Juan Crinejo
relató a un canal riojano que al recorrer la zona donde la mujer había sido
vista por última vez, se descubrió una sepultura con indicios haber sido
violentada. Efectivamente, cuando un sepulturero levantó la tapa del ataúd, comprobó
que al cadáver le faltaba el cráneo.
-Villa
Hortensia (Rosario, Santa Fe)
Villa
Hortensia es una mansión en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Se encuentra en el barrio Alberdi, en Warnes 1917, en el noreste de Rosario.
La
casona fue construida en 1890 por el arquitecto Boyd Walker para
la familia de José Nicolás Puccio, fundador del "ex
Pueblo Alberdi". La vendió a Ciro Echesortu, y luego
a Alfredo Rouillón, casado con María Hortensia
Echesortu (de quien tomó el nombre). Los Rouillon usaban Villa
Hortensia como residencia veraniega, por lo rural de la zona, la
cercanía a la Barranca del río Paraná y la sombreada
forestación.
El
mantenimiento de la casona fue disminuyendo con los años, hasta caer casi en
ruinas. En 1989, se la declaró Monumento Histórico Nacional, desapareciendo
así la posibilidad de su demolición-derrumbe. La villa fue comprada por
la Municipalidad de Rosario el 30 de mayo de 1996 con
el objeto de utilizarla como Centro Administrativo. Fue
restaurada y reabierta como el primer Centro Municipal de Distrito el 13
de octubre de 1997.
Los
vecinos de Villa Hortensia cuentan que, cuando el edificio
estaba abandonado y sin energía eléctrica, las luces se encendían y se apagaban
repetidas veces durante la noche. Algunos aseguran, además, haber visto a una
misteriosa mujer caminando por los rincones de la mansión, llorando. El
espectro es, para todos, el de María Hortensia Echesortu, a quien
entristecía enormemente la posibilidad de que demolieran su majestuosa
morada en Alberdi y que desde el más allá hizo lo imposible
para protegerla. Aun hoy, los guardias nocturnos suelen ver pasear a “alguien” por
los jardines del Villa Hortensia.
-Hospital Guillermo Rawson (San Juan)
El Hospital Guillermo Rawson, de San Juan, es, según varios testigos, escenario de diversos
fenómenos paranormales, cuyo epicentro es la figura de Blanca, espectro que,
supuestamente, es el de una enfermera que se suicidó hace tiempo y aparece ataviado con su uniforme.
La actividad paranormal tiene lugar en la parte ya desafectada del viejo centro
asistencial sanjuanino y, especialmente, en el lugar donde funcionó una morgue
provisoria destinada a albergar a las víctimas fatales del terremoto que
devastó la provincia en enero de 1944. En dicho sector también funcionó una
sala de internación que cada vez tuvo menos aplicación para la funcionalidad
del nuevo hospital y que al caer en desuso se convirtió en un archivo donde aún
se conservan más de dos millones de
historias clínicas de personas que pasaron por el hospital. Ese lugar
repleto de carpetas y hojas amarillentas es una suerte de vórtice de la energía que ha quedado retenida en
el lugar y que se materializa en ruidos inexplicables, objetos que se caen y
apariciones fantasmales.
Psíquicos y entendidos en cuestiones paranormales consideran
que el sector antiguo del Hospital Rawson, en realidad opera como una caja de
resonancia de paquetes de memoria, es decir cargas de energía de personas
que pasaron a otro plano y cuyo registro se conserva entre esas paredes para
cristalizarse a través de fenómenos paranormales.
-Cementerio de los Impuros (Villa Domínico, Avellaneda, Buenos Aires)
Situado en la avenida Crisólogo Larralde, frente al Cementerio Municipal de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires, el Cementerio de los Impuros es la única necrópolis que existe en
Argentina exclusiva para rufianes y prostitutas. Vecinos y trabajadores del
lugar aseguran que el lugar es escenario de diversos fenómenos paranormales que
incluyen súbitas
corrientes de aire frío que soplan aún en días templados y ruidos extraños, comparables
a lamentos lejanos. Estas
manifestaciones sobrenaturales se atribuyen a las almas de
jóvenes europeas, especialmente de nacionalidad polaca, que fueron obligadas a prostituirse a su llegada
al país engañadas por la entidad Zwi Migdal y murieron siendo víctimas de la
trata de personas.
A fines del siglo XIX, la
Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia era la fachada con la que
funcionaba la mayor organización judía de proxenetas de la Argentina, que se
distinguía por traer mujeres jóvenes desde Europa, sobre todo Polonia, a nuestro país. Se proponía a las
jóvenes pobres venir a la Argentina para contraer matrimonio con hombres
de buena posición económica que las rescatarían de las privaciones y el hambre
que padecían en sus países de origen. Sin embargo, la promesa de un matrimonio
ventajoso no era más que burda patraña: una vez aquí las muchachas eran
calificadas y tasadas tras un desfile que debían hacer desnudas ante los
evaluadores, y derivadas a hacia los prostíbulos vip de la high society porteña o los nefastos quilombos de los barrios bajos, donde eran brutalmente explotadas.
Las pobres condiciones de higiene impuestas en los lupanares
no pudieron evitar que las enfermedades venéreas y, principalmente, la
tuberculosis hicieran estragos entre las muchachas, quienes rápidamente eran
discriminadas y abandonadas a su suerte cuando una extremada delgadez las delataba como
portadoras de un mal por aquellos tiempos letal.
La comunidad judía, al tomar conocimiento de la barbaridad
que se consumaba en su nombre, expulsó a los proxenetas que entonces abandonaron
el rótulo de Sociedad de Israelita de Socorros Mutuos Varsovia para adoptar el de Zwi Migdal. Dada la marginación a la eran sometidos tanto rufianes como explotadas y el calificativo de impuros que les imponía su religión, la Zwi
Migdal se vio obligada a tener un cementerio propio, por lo que en 1906 adquirió un predio de aproximadamente un cuarto de
hectárea, donde instaló su propia necrópolis. Varios cientos de rufianes y
mujeres explotadas encontraron en esta necrópolis un lugar de descanso eterno.
Promediando la década del ’60, la Municipalidad de Avellaneda
llevó a cabo la ampliación de la calle El Salvador, en el tramo que va desde
Arredondo hasta Crisólogo Larralde, para lo cual arrasó con una franja de diez
metros de ancho del cementerio de las polacas. El personal municipal
cumplió con la tarea de quitar los monumentos y lápidas pero nadie tiene
constancia de que los restos mortales de decenas de mujeres hayan sido exhumados. Los
residentes más antiguos de las inmediaciones de la necrópolis aseguran
que muchos de los despojos
mortales de aquellas pobres chicas engañadas y forzadas a prostituirse quedaron
sepultados bajo la vereda y la media calzada de la calle El Salvador, y que algunos pudieron escuchar sus llantos eternos.
En la actualidad, el Cementerio de los Impuros se encuentra cerrado, en estado de abandono y saqueado. Se sitúa a la par del
Cementerio Israelita de Avellaneda, en Av. Crisólogo Larralde al 4100, en el
barrio de Villa Domínico.
-El Familiar (Tucumán)
En la provincia de Tucumán se conoce al Familiar como un feroz y enorme perro negro con o sin cabeza, que arrastra grandes y pesadas cadenas. Por las noches pasea por los cañaverales en una dirección, siempre en línea recta. Se lo identifica con una especie de criatura demoníaca que da poder y dinero a su poseedor a cambio de vidas humanas. Su existencia es tomada como real por la gran mayoría de la población de las plantaciones de azúcar de la región, situación que muchas veces es aprovechada por los dueños de los ingenios argentinos para coaccionar a su peonada. Se ha denunciado que se le atribuyeron al Familiar, incluso, las desapariciones de trabajadores del Ingenio Ledesma durante la Dictadura Cívico-militar Argentina.
Los mitos acerca de perros demoníacos tienen larga data. Durante el siglo XIX se produjo un auge de la industria azucarera gracias a la expansión del ferrocarril. En este contexto, los ingenios pronto comenzaron a producir ganancias millonarias, en lapsos de tiempo tan breves que dispararon la imaginación popular, que llegó a la conclusión de que sus dueños se habían enriquecido tan rápidamente ayudados por el Diablo, u otros demonios menores, con quienes habrían firmado un pacto demoníaco.
Pronto, la mayoría de los ingenios tuvieron su propio Familiar. Se atribuye al Ingenio Santa Ana de Tucumán, propiedad de Clodomiro Hileret, el haber sido el primero en conseguir su propio Familiar. Según la creencia popular, los dueños de los ingenios mantenían a estos demonios escondidos en el sótano o en la chimenea y lo dejaban alimentarse una noche al año del o los peones que tuvieran la desgracia de cruzarse en su camino, o bien que hubieran sido llevado a su presencia mediante engaños del capataz.
Los propietarios de los ingenios azucareros que eran sindicados como poseedores de un Familiar, recibirían poder y dinero a cambio, generalmente, del sacrificio de un obrero por año. De no transmitirse el conocimiento, una vez muerto el patrón, el Familiar moría de hambre y la fortuna de su dueño se perdía. Cuando en las grandes fábricas ocurren accidentes y muere un trabajador, se dice que el Familiar "ya se ha hecho la víctima". Si durante el año muere más de uno es porque está especialmente hambriento. Cuanto más peones coma el Familiar, más provecho obtendrán los dueños del ingenio.
Hasta aquí, mis queridos, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con una cita del gran Stephen King: “Por un momento todo estuvo claro, y cuando eso pasa uno ve que el mundo apenas existe en realidad. ¿No lo sabemos todos en secreto? Es un mecanismo perfectamente equilibrado de gritos y ecos que se fingen ruedas y engranajes, un reloj de sueños que repica bajo un cristal de misterio que llamamos vida.”
Buenas y misteriosas noches.
Hasta aquí, mis queridos, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con una cita del gran Stephen King: “Por un momento todo estuvo claro, y cuando eso pasa uno ve que el mundo apenas existe en realidad. ¿No lo sabemos todos en secreto? Es un mecanismo perfectamente equilibrado de gritos y ecos que se fingen ruedas y engranajes, un reloj de sueños que repica bajo un cristal de misterio que llamamos vida.”
Buenas y misteriosas noches.