sábado, 27 de octubre de 2012

LOVELY LINDA


LOVELY LINDA

 “Tal vez estoy sorprendido por la forma en que me amas todo el tiempo.”
 “Maybe I’m Amazed”,  Paul McCartney

 Hay un famoso dicho popular que sostiene que “detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer”. Muchas veces, el dicho en cuestión no tiene demasiado que ver con la realidad, y, detrás de un gran hombre, encontramos a una tilinga a la cual deseamos retorcerle el pescuezo (cualquier parecido con Heather Mills es pura coincidencia). Pero a veces, sí. A veces hay una gran mujer detrás de un gran hombre. Y es así como se gestan historias de amor inolvidables.
Linda McCartney nació como Linda Eastman en Nueva York, 24 de septiembre de 1941. Fue intérprete musical, compositora, activista en favor de los derechos de los animales y fotógrafa. Pero, además, fue la adorada esposa de Paul McCartney.
Linda se casó en primeras nupcias con John Melvin Jr. el 18 de junio de 1962, y su hija Heather nació el 31 de diciembre de ese mismo año. El matrimonio se disolvió en junio de 1965. Linda comenzó, entonces, a trabajar como recepcionista para la revista Town & Country, y, más tarde, se desempeñó como fotógrafa. Retrató artistas importantísimos como Aretha Franklin, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Janis Joplin, Simon and Garfunkel, The Who, The Doors y Neil Young. Una fotografía que le tomó a Eric Clapton fue portada de la revista Rolling Stone el 11 de mayo de 1968. Linda se convirtió, entonces, en la primera mujer en fotografiar al artista de la portada de dicha revista. Unos años más tarde, el 31 de enero de 1974, Linda y Paul McCartney también aparecieron en la portada de la Rolling Stone, hecho que la convirtió en la única persona que tomó una fotografía para la portada de la revista y apareció, además, como artista en esa portada.
El 15 de mayo de 1967, Linda, se encontró con Paul McCartney en un concierto de Georgie Fame, en Londres. Ella estaba en el Reino Unido en una misión para tomar fotografías de los músicos ingleses, especialmente de los integrantes de The Beatles. Iniciaron una relación y se casaron en una pequeña ceremonia civil (cuando ella estaba embarazada de cuatro meses de su hija Mary) en el Registro de Marylebone, el 12 de marzo de 1969. Linda y Paul tuvieron tres hijos: Mary, Stella y James. Después de la ruptura de The Beatles en 1970, Paul le enseñó a tocar el teclado y el piano, y le insistió mucho que formara parte de su nuevo proyecto musical, Wings. Linda se negó durante un tiempo a embarcarse en semejante aventura, argumentando que no estaba preparada, pero finalmente accedió. El grupo obtuvo varios premios Grammy, e incluso un premio Oscar por la canción Live And Let Die,convirtiéndose en una de las bandas más exitosas de la década del '70.
Linda introdujo a su marido al vegetarianismo en 1975, y promovió la dieta vegetariana a través de sus libros de cocina: Linda McCartney´s Home Cooking, Linda’s Kitchen y Simple and Inspiring Recipes for Meatless Meals. Explicó su conversión al vegetarianismo alegando que no quería "comer a un ser vivo" y que si "en los mataderos hubiese paredes de cristal, todo el mundo sería vegetariano".
Los McCartney se convirtieron en fervorosos activistas por los derechos de los animales. En 1991, Linda presentó una línea de vegetales congelados, bajo el nombre de Linda McCartney. Apareció con Paul, en forma animada, en un episodio de “The Simpsons” (Lisa la vegetariana, 1995). Lisa se convirtió en vegetariana a causa de una exigencia que pusieron los McCartney para parecer en el programa.
En 1996, en un chequeo de rutina, Linda McCartney se enteró de que tenía cáncer. Le descubrieron un tumor maligno en uno de sus pechos y hubo que operarla de inmediato. Paul sintió que el mundo se le venía abajo, ya que había perdido a su madre siendo apenas un adolescente debido a la misma terrible enfermedad. Linda se sometió gran parte del año a un tratamiento de quimioterapia. Su espíritu jamás flaqueó, y mucho menos frente a su marido, al que sabía absolutamente frágil frente a su enfermedad. Lamentablemente, la quimioterapia no fue suficiente para detener el cáncer que la aquejaba. Linda sabía que se enfrentaba a una muerte próxima, y una de sus mayores preocupaciones era la que se relacionaba con su lucha por la defensa de los animales. Buscaba asegurarse de que las drogas con las que se la trataba no hubiesen sido testeadas previamente en seres vivos. Y, más allá de su amor a Paul y a su familia y el natural temor a la muerte, la desvelaba pensar qué pasaría con los pobres animales si ella no lograba superar el cáncer. Encontró en Chrissie Hynde, líder de Pretenders, alguien a quien contarle sus preocupaciones y a quien pasarle la antorcha de su lucha, ya que hacía tiempo que ambas compartían trincheras a favor de la vida.
En marzo de 1998, se supo que el cáncer de Linda afectaba su hígado y que poco más se podía hacer por salvarle la vida. Lejos de mostrarse abatida, se dedicó a planificar y dejar instrucciones para todos los que iban a encargarse de sus proyectos cuando ya no estuviese. Murió a las cinco de la mañana del 17 de abril, a los 56 años, en el rancho de la familia McCartney en Tucson, Arizona. Cuando Paul comprendió que había llegado el momento de decir adiós, pronunció las palabras que había elegido para conducir a su adorable Linda hacia el otro mundo: “Vas montada en tu hermoso caballo Appaloosa. Es un hermoso día de primavera. Cabalgamos por el bosque. Las azucenas están en flor y el cielo es azul cristalino”. Linda emitió entonces su último suspiro y Paul anunció a sus hijos, presentes en este trascendental momento, “Se ha ido”.
Linda fue incinerada en Tucson, y sus cenizas fueron esparcidas en la finca de los McCartney, en Sussex, Inglaterra. Paul McCartney quedó devastado tras la muerte de su esposa. Habían estado casados por casi treinta años y las únicas noches que pasaron separados fueron aquellas que Paul estuvo arrestado en Japón, por tenencia de marihuana. James, el hijo varón de los McCartney, fue quien pasó incontables noches en la cama paterna, procurando que Paul pudiera descansar y que extrañara lo menos posible a su esposa. McCartney sugirió a los fans que, en memoria de Linda, donaran dinero a la investigación sobre el cáncer de mama "o el mejor homenaje, conviértanse en vegetarianos".
Yoko Ono escribió una emotiva carta publicada por la revista Rolling Stone, donde recordó a Linda y contó que, al saber de su enfermedad, le había dedicado una canción en un concierto en Londres, pero manteniendo su nombre en el anonimato. “Así éramos, amigas sin nombre”, escribió Yoko. Resaltó, también, su lucha a favor de los animales, pero acotó que “sus contribuciones más importantes fueron hechas en privado. Como tantas otras mujeres, ella hizo la diferencia en silencio. Fue bueno conocerte, Linda.”
El episodio de “The Simpsons” de 1998, “Basura de titanes”, fue dedicado a la memoria de Linda McCartney. En vida, Linda prestó su apoyo a muchas organizaciones como PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), The Council for the Protection of Rural England y Friends of the Earth, y fue patrona de la League Against Cruel Sports. Después de su muerte, PETA creó el Premio Linda McCartney.
El 10 de abril de 1999, Paul McCartney actuó en el homenaje "Concierto para Linda" en el Royal Albert Hall, de Londres, junto a numerosos artistas como George Michael, The Pretenders, Elvis Costello, Eric Clapton, Phil Collins Tom Jones. En enero de 2000, McCartney anunció importantísimas donaciones para la investigación del cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y el Centro del Cáncer de Arizona, en Tucson, donde su esposa siguió su tratamiento. Los centros recibieron $ 1 millón de dólares cada uno. Ese mismo año, el Centro Linda McCartney, una clínica para pacientes con cáncer, se inauguró en el Royal Hospital de la Universidad de Liverpool.
En noviembre de 2002, el Kintyre Linda McCartney Memorial Trust, abrió un jardín conmemorativo en Campbeltown -la principal ciudad de Mull of Kintyre-, con una estatua de Linda donada por Paul.
Linda McCartney fue una mujer excepcional. Una gran mujer detrás de un gran hombre.Ella se fue, pero quedó su compromiso con la vida y su lucha a favor de los animales. Quedaron, además, las canciones de amor que le escribió su esposo a lo largo de 30 años, aquellas que todavía tarareamos y aún nos emocionan. Y, aunque menos populares que las canciones, quedaron los poemas que Paul le escribió. De lo que se deduce, por supuesto, que  esta nota, además de ser un homenaje a Linda, es una excusa para compartir con ustedes algunos de esos poemas.
En algún lugar mejor, ella pasea montada en su hermoso caballo Appaloosa. Siempre es primavera. Siempre hay azucenas en flor. El cielo siempre es azul y hace juego con sus ojos. Nosotras la envidiamos un poco. Como la envidiamos siempre. Pero también la extrañamos. Amigas sin nombre, eso fuimos. Eso somos.
Fue bueno conocerte, Linda. 

Gracias. 


POEMAS PARA LINDA - PAUL McCARTNEY


VÍSPERA DE LUNA LLENA

En una víspera de luna llena,
un tigre se abalanzó
y empezó a roer
al hombre que fui.

Una pálida calina alumbra la mirada del zorro.
Y…
después de cerciorarse,
se marcha por un agujero en el seto.

Los antiguos amores vuelven
para besar los labios,
no vaya a ser que la galería vacía
se llene de desconocidos que susurran
como un diluvio.


SIN RIMA

Ni rima, ni razón,
ni barco, ni forma.
Nos tendemos en la cama
para huir.
  

BENDECIDO

Regresaba de un paseo
con algunos versos que recitarle.
Y después de escucharme, ella me decía:
“¡Cuánto talento!”

Doblaba mis palabras en su mente,
y aunque mis versos no hubieran sido
soberbios, ella no intentaba ser sólo amable.
Decía lo que sentía.

Y yo me siento bendecido
porque ella dijo: “¡Cuánto talento!”
 

LUCERO DEL ALBA

Tú eres
el lucero más brillante
en el azul del alba.

Venus
sobre nuestras cabezas,
entre nosotros.

Miramos fascinados
como Júpiter.


ELLA ES…

Ella es…
el Yin de mi Yang,
el I de mi Ching,
el ir de mi venir,
la cara de mi cruz,
el lirio de mi valle.


 PÉRDIDA

Perdí a mi mujer,
ella perdió su vida.

Hasta entonces
el lujo
de no tener responsabilidades.

La guadaña no
cayó esa noche
mientras, apretujados dentro de un guante,
aspirábamos
el uno la energía del otro.



QUE DECIR

Tanto que decir,
nada que decir.

Mi amor está vivo,
mi amor está muerto.

Oigo su voz
en mi cabeza.

Tanto que decir,
nada que decir.

Tanto que recordar,
tanto que olvidar.

Mi amor está caliente,
mi amor está húmedo
como si fuera
la noche que nos conocimos.

Tanto que recordar,
tanto que olvidar.

Tanto que decir,
nada que decir.


SU ALMA

Su alma agita las campanillas
cuando el aire está en calma
e inunda las habitaciones
con aroma de azucenas.

Sus ojos azul verdosos
se muestran
llenos de alegría
con nada.

Su alma hace que
hasta las tuberías canten:
Dale más fuerza a tu ritmo, hermano.

Su alma me habla
a través de los animales,
preciosa criatura,
acuéstate conmigo.

El pájaro que dice mi nombre
insiste en que ella está aquí,
y nada más
hay que temer.

Una blanca ardilla
al pie de un árbol
clava en mí
su mirada inocente.

Su alma me habla.
  

 

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