TEMPORADA DE BRUJAS I
“Las brujas que desde mi infancia me han acompañado, me escoltarán
hasta las mismas puertas del infierno.”
Reinaldo Arenas
Reinaldo Arenas
El
estereotipo de bruja como mujer de aspecto desagradable y edad
indefinida, conocedora de todo tipo de encantamiento o maleficio, capaz de
transportarse por los aires para acudir a perversas reuniones nocturnas con sus
congéneres, practicante de rito sacrílegos y en estrecha relación con las
fuerzas del mal, se compone de creencias cuyos orígenes se remontan a tiempos
antiquísimos. Tiene raíz en una fantasía específica: la existencia, en algún
sector de la sociedad, de un grupo pequeño y clandestino, adicto a las
prácticas abominables, que pone en riesgo la existencia de la comunidad toda.
Pero recién fue en el siglo XVI, en el marco de la temible Inquisición,
cuando aparecieron las primeras definiciones legales de bruja. Jean
Bodin, destacado intelectual y estricto demonólogo francés,
publicó en el año 1580 el tratado “Démonomanie des sorciers”, donde
definió a la bruja como “aquella persona que,
conociendo las leyes de Dios, intenta establecer pacto con el diablo”. Bodin
se propuso sentar fundamentos legales en la persecución, enjuiciamiento y
acusación de las brujas, y para ello dio detalle de quince crímenes
específicamente relacionados con la brujería:
1-Negación de Dios.
2-Maldición de Dios y blasfemia de su nombre.
3-Rendir homenaje al diablo, adorándolo y ofreciendo sacrificios
en su nombre.
4-Dedicación de los niños al diablo.
5-Asesinato de niños antes de que hayan sido bautizados.
6-Ofrecimiento de los niños a Satán antes de haber nacido.
7-Difusión de propaganda relativa al culto demoníaco.
8-Juramentos en nombre del demonio.
9-Incesto.
10-Asesinato de hombres y niños pequeños para hacer brebajes.
11-Desenterramiento de los muertos para comer su carne y beber su
sangre.
12-Asesinato mediante venenos y hechizos.
13-Muerte del ganado.
14-Hechizos destinados a esterilizar campos.
15-Prácticas sexuales con demonios.
Algunos
años después, en 1608, Francesco María Guazzo, fraile milanés perteneciente a
la Congregación de San Ambrosio de Nemus, escribió, por
sugerencia del cardenal Federico Borromeo, arzobispo de Milán, el “Compendium
Maleficarum”, dando a conocer los once pasos que conformaban la
conversión de una persona devota en una bruja demoníaca:
1-Las candidatas establecían un pacto con el diablo.
2-Daban la espalda a la fe católica, a Dios, a Jesucristo, a la
Virgen y a los santos, rechazando los sacramentos.
3-Desechaban sus rosarios, cruces y medallas, arrojándolos al
suelo y pisotéandolos.
4-Prometían obediencia al diablo y le rendían homenaje, haciendo
votos y promesas de no retornar a la fe católica y jurando no faltar ni a un
solo aquelarre.
5-Prometían difundir en otros posibles adeptos su adoración
satánica.
6-Eran nuevamente bautizadas en el nombre de Lucifer, Belcebú y
otros demonios, tomando nuevos nombres.
7-Cortaban un trozo de vestiduras y, como tributo, lo entregaban
al diablo, quien lo guardaba consigo.
8-El diablo procedía entonces a trazar un círculo en el suelo y
las candidatas confirmaban sus votos de lealtad, adoración y obediencia.
9-Pedían que sus nombres fuesen borrados del libro de Cristo e
inscriptos en el libro de Satán.
10-Prometían ofrecer sacrificios a Satán cada cierto tiempo, ya
fuera asesinar niños, provocar tormentas o atraer plagas.
11-El Diablo concluía el ritual imprimiendo su marca a las nuevas
brujas.
Huelga
decir que lo escrito por estos buenos señores y otros tantos tan angelicales
como ellos, contribuyó a que miles de mujeres fueran perseguidas, torturadas y
asesinadas de la forma más cruel. Afortunadamente, los tiempos han cambiado
para bien y hoy en día a nadie se le ocurre prenderles fuego a las
vecinas porque se le secaron los gladiolos, aunque todavía hay mentes empapadas
en agua bendita que juzgan la celebración de Halloween como un
lujurioso revolcón con las huestes demoníacas.
El
cine se ocupó de las brujas desde sus inicios y, si bien
utilizó muchas veces el estereotipo de la mujer físicamente poco agraciada y no
tan joven como inspiración para sus hechiceras y sibilas, también supo
obsequiarnos con personajes deliciosos que nos conquistaron con sus encantos y
encantamientos. Hete aquí, como broche de oro de octubre, la primera
parte de mi Top Ten de brujas de Hollywood.
REINA GRIMHILDE ("Snow White and the Seven
Dwarfs", 1937)
La Reina Grimhilde no es otra que la malvada madrastra de la pobrecita Blancanieves y debutó en el cine en el año 1937, en el primer largometraje de animación producido por Walt Disney, “Snow White and the Seven Dwarfs” (“Blancanieves y los siete enanitos”). La película, una adaptación del cuento de hadas homónimo que los hermanos Grimm publicaron en 1812, causó un profundo impacto en el público y fue un indiscutido éxito de taquilla. Grimhilde, conocida también como La Malvada Reina, La Reina y La Madrastra, es una mujer vanidosa y malvada que no soporta que exista una mujer más hermosa que ella, sobre todo si esa mujer (o mujercita) es la bobalicona de su hijastra Blancanieves. Dispuesta a deshacerse de la pobre chica, encarga primero su muerte al Cazador y, después de enterarse de que el susodicho le perdonó la vida a su hijastra, no duda en beber una poción mágica y convertirse en la horrible bruja que le ofrece a Blancanieves la famosa manzana envenenada. La cosa no termina bien para Grimhilde, que, como corresponde, tiene un accidente mortal por dañina.
La Reina Grimhilde no es otra que la malvada madrastra de la pobrecita Blancanieves y debutó en el cine en el año 1937, en el primer largometraje de animación producido por Walt Disney, “Snow White and the Seven Dwarfs” (“Blancanieves y los siete enanitos”). La película, una adaptación del cuento de hadas homónimo que los hermanos Grimm publicaron en 1812, causó un profundo impacto en el público y fue un indiscutido éxito de taquilla. Grimhilde, conocida también como La Malvada Reina, La Reina y La Madrastra, es una mujer vanidosa y malvada que no soporta que exista una mujer más hermosa que ella, sobre todo si esa mujer (o mujercita) es la bobalicona de su hijastra Blancanieves. Dispuesta a deshacerse de la pobre chica, encarga primero su muerte al Cazador y, después de enterarse de que el susodicho le perdonó la vida a su hijastra, no duda en beber una poción mágica y convertirse en la horrible bruja que le ofrece a Blancanieves la famosa manzana envenenada. La cosa no termina bien para Grimhilde, que, como corresponde, tiene un accidente mortal por dañina.
Ghimhilde es considerada la villana más cruel de
Disney, ya que no solo manda a asesinar a una pobre chica que estaba a su
cargo, sino que, como muestra de la tarea cumplida le pide al Cazador que le
lleve el corazón de Blancanieves. En el TOP 30 de Villanos de Disney ocupa el
puesto número 4, por encima de Úrsula, la Bruja del Mar, y el malvado león Scar.
La actriz Lucille La Verne fue la encargada de prestar su voz a la temible Reina Grimhilde. También fue modelo inspirador de la Reina Grimhilde en el pasaje en el que se transforma en bruja. Su parecido físico con el personaje se puede observar en “Little Caesar” (1931), donde desempeña el papel de María Magdalena, y en la versión de MGM de la célebre novela de Charles Dickens “A Tale of Two Cities” ("Historia de dos ciudades"), de 1922, en la que desempeña el papel de una aliada de la Sra. Defarge llamada La Venganza.
La actriz Lucille La Verne fue la encargada de prestar su voz a la temible Reina Grimhilde. También fue modelo inspirador de la Reina Grimhilde en el pasaje en el que se transforma en bruja. Su parecido físico con el personaje se puede observar en “Little Caesar” (1931), donde desempeña el papel de María Magdalena, y en la versión de MGM de la célebre novela de Charles Dickens “A Tale of Two Cities” ("Historia de dos ciudades"), de 1922, en la que desempeña el papel de una aliada de la Sra. Defarge llamada La Venganza.
LA MALVADA BRUJA DEL OESTE (“The Wizard of Oz”, 1939)
La Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton) es uno de los
personajes más temibles que habitan el fantástico mundo de Oz.
Durante años ha aterrorizado a sus residentes y, luego de que accidentalmente
la pequeña Dorothy asesina a su hermana, la Malvada
Bruja del Este, “dejándole caer una casa encima”, jura vengarse de la
niñita. “The Wizard of Oz” (“El Mago de Oz”), basada en la
novela infantil “The Wonderful Wizard of Oz” (“El maravilloso Mago de
Oz”) de Lyman Frank Baum, fue dirigida por Victor Fleming
en 1939. Margaret Hamilton dio vida a una bruja verde, malvada y absolutamente
inolvidable. Durante el rodaje de la película sufrió quemaduras que la
obligaron a permanecer en recuperación durante seis semanas.
Margaret
Hamilton comentó, alguna vez, que la preocupaba que los niños la confundieran
con su personaje. En 1975 apareció en un episodio de la serie infantil “Mister
Rogers' Neighborhood”, mostrando su transformación en la
Malvada Bruja y explicándole a la audiencia que sólo era una actriz
interpretando un papel.
Hamilton,
acérrima defensora de los derechos de los niños y los animales, dio vida a
una bruja mala malísima, considerada por el American
Film Institute como la 7º villana más dañina en la historia del cine,
sólo aventajada por personajes tan truculentos como el caníbal Hannibal
Lecter, el psicópata Norman Bates, el intergaláctico Darth
Vader y la dañina enfermera Ratched.
JENNIFER ("I married with a bitch", 1942)
En
el Salem colonial, Jennifer (Verónica Lake) es acusada de brujería
y quemada en la hoguera junto a su padre, Daniel. Antes de
morir, lanza una maldición sobre su acusador, el puritano Jonathan
Wooley, condenando a todos sus descendientes varones a casarse con
mujeres equivocadas y ser infelices en sus matrimonios. En 1942, los espíritus
de Jennifer y su padre son liberados cuando un rayo cae sobre
el viejo roble donde habían quedado atrapados. La preciosa bruja (de
1,50 de estatura pero con un pelo capaz de obnubilar a cualquier galán) se topa
con el último de los Wooley, Wallace, a punto de contraer
matrimonio, y decide enamorarlo con el único fin de hacerlo sufrir. Pero nada
sale según lo previsto y la que termina enamorada es ella.
“I married a witch” (“Me casé con una bruja”), basada en la novela “The
Passionate Witch”, de Thorne Smith, fue dirigida por
René Clair en 1942. Verónica Lake es considerada uno de los grandes
iconos femeninos del cine, famosa por su sensacional cabellera, que cubría su
ojo derecho. Su peinado fue copiado por cientos de mujeres y provocó varios
problemas, ya que sus imitadoras eran, muchas veces, mujeres que trabajaban en
fábricas y solían tener accidentes con las máquinas. Después de la guerra,
Verónica cambió su estilo y su popularidad mermó notablemente. Su partenaire en
la película fue el actor Fredric March, con quien tuvo una muy mala
relación y que rebautizó al film como “I married a bitch”.
GILLIAN HOLROYD (“Bell, Book and Candle”, 1958)
Gillian Holroyd (Kim Novak) es una bellísima bruja de
Greenwich Village, dueña de una galería de arte primitivo. Es un espíritu libre
que no ha tenido demasiada suerte en el amor. Cuando se entera de que su
vecino, el guapo Shep Henderson, está a punto de casarse con una
antigua rival de la Universidad, no duda en embrujarlo para que se enamore de
ella. Por supuesto, las cosas se complican. Y esas complicaciones son las que
dan sustento a esta exitosa comedia romántica dirigida por Richard Quine en
1958.
“Bell, Book and Candle” (conocida por el
público de habla hispana como “Me enamoré de una bruja”), reunió
nuevamente en la pantalla a la pareja de “Vertigo” (Alfred
Hitchcock, 1958), Kim Novak y James Stewart. Stewart siempre consideró
que había sido un error elegirlo para protagonizar a Shep Henderson,
ya que se veía demasiado viejo; éste fue su último papel como protagonista en
una película romántica.
MALÉFICA ("Sleeping
Beauty", 1959)
Maléfica es
la villana de la película de Walt Disney “Sleeping Beauty” (“La bella
durmiente”, 1959). Es una poderosa hechicera que se describe a
sí misma como la "Emperatriz del Mal". Es una bruja
alta, delgada, seria, gótica, terrorífica, que usa un vestido negro
y largo, adornado con llamas de fuego de color violeta y lleva dos enormes
cuernos negros en la cabeza. Resentida por no haber sido
invitada al bautismo de la Princesa Aurora, Maléfica maldijo a la
pequeña augurando que después de la puesta del sol
del día de su cumpleaños número dieciséis, se pincharía el dedo con
el huso de una rueca y moriría. Gracias a la intervención de tres
haditas buenas, Flora, Fauna y Primavera, la
maldición no fue tan terrible y luego de pincharse el dedo con un huso, Aurora no
murió pero cayó en un profundo sueño del que fue rescatada por el Príncipe
Felipe, que se las vio negras luchando contra Maléfica y
su dañino cuervo Diablo, pero al final consiguió que la bruja
pasara a mejor vida.
La
actriz Eleanor Audley fue quien prestó su voz a Maléfica y,
también, a otra famosa villana de Disney, Lady
Tremaine, la malvada madrastra de la Cenicienta.
Hasta aquí, mis queridos, la primera parte de mi Top Ten de brujas hollywoodenses, como para empezar a saborear las primeras golosinas de Halloween. Los dejo relamiéndose y acompañados por un exquisito pasaje de "Las brujas de Salem", de Arthur Miller: "Aquí está todo el mundo invisible, atrapado, definido y calculado. En estos libros está el Diablo desnudado de todos sus torpes disfraces. Aquí están todos los espíritus que os son familiares; vuestros íncubos y súcubos; vuestras brujas que viajan por tierra, por aire y por mar; vuestros hechiceros de la noche y del día. No temáis... ¡Lo encontraremos si es que se ha mezclado entre nosotros, y me propongo destrozarlo por completo en cuanto muestre la cara!"
Buenas noches.
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