jueves, 12 de mayo de 2016

10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR


10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR

 “Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero más de lo que se cree.” 
Colette 

Parece, mis queridas, que, si bien los humanos tenemos sexo desde que el mundo es mundo (o, por lo menos, desde que Eva se encajetó con la bendita manzana), todavía nos queda mucho que aprender sobre tan placentera actividad. En los albores del siglo XXI,  señoras y señores que nos interesamos sanamente en el tema, venimos a enterarnos de que el amor puede hacerse de muchas maneras, todas provechosas  y satisfactorias. Por lo menos es eso lo que postula el sitio web Entre Mujeres en una esclarecedora nota titulada  “10 tipos de sexo... ¡que tenés que probar!” 
Esperando que, después de leer este artículo, vayan corriendo a catar alguno de estos 10 tipos de sexo que hay que probar sí o sí antes de estirar la pata, reproduzco aquí la lista elaborada por Entre Mujeres añadiendo, eso sí, algunos comentarios y sugerencias de mi cosecha. Que no tengo mucha experiencia en lo que a cuestiones de sexo florido se refiere pero para escribir pavadas soy mandada a hacer.

 10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR

-SEXO KAREZZA: El término “karezza” es una deformación del vocablo italiano “carezza”, que significa, obviamente, caricia.  Este tipo se sexo, no apto para señoras y señores apurados, privilegia la sensualidad sobre el clímax y promueve un encuentro erótico cariñoso, suave y lento. Quienes tengan ganas de incursionar en el sexo karezza  tienen que contar, no sólo con un par de horitas largas, sino también con ganas de contactarse realmente con su partenaire sexual. Durante el encuentro es importante sonreír, mantener, dentro de lo posible, el contacto visual con el otro, tratar de que las respiraciones de ambos se sincronicen y, por supuesto, tocarse mucho. Acariciar, abrazar, masajear, detenernos en los latidos del corazón de nuestra pareja, en sus gemidos de placer, en sus suspiros, son premisas indispensables para que el sexo karezza sea un rotundo éxito.  Este tipo de encuentro sexual está contraindicado, como dije anteriormente, para personas apuradas y jóvenes ardorosos que sólo piensan en la consumación del acto. Los demás lo podemos practicar sin problemas, porque no exige un escenario predeterminado ni una falta de prejuicios escandalosa. La verdad: no es nada del otro mundo.

-SEXO QUICKIE: Este tipo de sexo con nombre de sopa Knorr Suiza es el que todos conocemos con el nombre de “rapidito”: un encuentro sexual apurado, con la ropa puesta y en un lugar más o menos extravagante. Según los especialistas, las parejas más clásicas pueden practicar el sexo quickie en las diferentes habitaciones de la casa, en el auto o en el baño de un bar. Los más osados tienen la posibilidad de desfogarse en los  ascensores, las escaleras y los pasillos del edificio donde viven (o no), la última fila del cine y, por supuesto, en el lugar más promocionado por degenerados varios: el probador de un local de ropa. El momento para practicar este sexo relámpago es cualquier momento: cuanto menos planificado, mejor. Lo único que hay que tener en cuenta es la discreción: el sexo quickie no es apto para gritones ni gemidores. La premisa es disfrutar en silencio, porque, según parece, ese silencio forzado es parte del encanto de esta variante erótica.
Una no es una carmelita descalza pero, por una cuestión más bien generacional, forma parte de lo que los especialistas catalogan como pareja clásica. Podría tener un encuentro carnal en cualquier habitación de la casa. Podría tenerlo, también, en un auto, aunque a esta altura del partido no le encuentra gracia alguna a una palanca de cambios clavada en los riñones. Pero jamás, jamás, haría el amor en el baño de un bar. Porque es clásicamente pudorosa y teme que algún parroquiano con ganas de mear interrumpa el coito y porque los baños de los bares, lejos de ser los lugares afrodisíacos que imaginan los especialistas que escriben en revistas y sitios femeninos, son antros inmundos donde los inodoros pierden, el papel higiénico sucio está esparcido por todo el recinto y la expendedora de preservativos o toallas femeninas no funciona, en el mejor de los casos. Y en el peor porque, cual Cancerbero que cuida la entrada de los Infiernos, en muchos baños de bares, clubes y discotecas (por lo menos en los de las damas) hay una vieja con cara de culo que ofrece papel higiénico (limpio) a cambio de unas monedas.  

-SEXO ACUÁTICOLa psicóloga y sexóloga Sandra Lustgarten sostiene que “el baño es un complemento ideal en la pareja” y que los profesionales recomiendan este juego para “darle primacía al erotismo” en la relación sexualEl baño en cuestión (marco del sexo acuático, lamento decepcionar a aquellos que fantaseaban con un chapuzón erótico en San Clemente o en la pileta de Racing) puede ser de inmersión  (ideal para todo tipo de caricias, ya que los músculos logran relajarse y la textura de la piel se vuelve mucho más suave al tacto) o en la ducha. En los sex shops venden manijas que se colocan en la pared para facilitar todo tipo de postura cuando se hace el amor bajo la ducha (mirá vos, yo pensé que eran toalleros). El sexo acuático tampoco exige un escenario complicado ni una falta de prejuicios escandalosa y puede ser practicado por cualquier cristiano con ganas de jarana, aunque la Licenciada Lustgarten reconoce que colocar el preservativo en medio de un baño es bastante peliagudo, por lo que aconseja extremar los cuidados.

-SEXO OUTDOOR: El sexo outdoor consiste en tener sexo al aire libre, aunque sea en el jardín de casa. Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta, comenta que el sexo puertas afuera es sumamente placentero, tanto de día como de noche y que el goce del encuentro sexual se ve realzado por “la amplitud del espacio, la vivencia de libertad y las sensaciones que provocan los estímulos naturales cuando actúan sobre los cuerpos desnudos”. El sexo outdoor puede practicarse, corriendo grandes riesgos, eso sí, en plazas y parques, en sitios de acampe y, por supuesto, en la playa (con lonita o sin lonita, que un poco de arena en el culo no le hace mal a nadie).

-SEXO ROLE-PLAYING: El  sexo role-playing se practica fingiendo que se es otro. De eso se trata el cambio de roles, específicamente: dejar de ser un ama de casa algo hastiada de la vida para pasar a ser una enfermera hot, una colegiala calentona o una presidente a la que hay que tenerle un poco de miedito. Los varones pueden convertirse en médicos, electricistas, cowboys, maestros, policías, strippers… O lo que su imaginación les ofrezca (siempre y cuando tengan una imaginación más bien convencional, porque el acting de Mesalina castigada por Calígula y la Guardia Pretoriana por haberle sido infiel a Claudio es bastante complicado, sobre todo porque se necesitan varios personajes en escena). El sexo role-playing permite a ambos integrantes de la pareja sentir la emoción de “estar con otra persona”.  La mejor manera de iniciar un encuentro sexual del tipo role-playing es simular que nuestro partenaire es un desconocido, preguntarle quién es y darle así la posibilidad de desarrollar su propio personaje.

-SEXO GOURMET: “Comer con la mano una costilla de cordero y convidarle a nuestro acompañante un bocado es, sin dudas, algo muy sensual. También lo es saborear los frutos de mar que, con su aroma, nos recuerdan los sudores femeninos”, sugiere Carlos Di Césare, dueño del restaurante afrodisíaco “Te Mataré Ramírez”.  El chef Maximiliano Pettit, dueño del restaurante “Pájaro que comió”, también dice lo suyo: “Comidas donde se utilicen los dedos, se incluyan alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán mayores chances de lograr cierto clímax”.  Parece que el sexo gourmet poco tiene que ver con el splosh  (la puerca y jacarandosa costumbre de llevar comida a la cama para utilizarla durante los juegos eróticos) y mucho con una buena cena, preparada con alimentos de colores, sabores, olores y texturas excitantes. 
El sexo gourmet no está recomendado para aquellos glotones que comen hasta reventar: con la panza llena el corazón puede estar muy contento pero las partes pudendas se vuelven mustias como crisantemos a los que no hemos regado en dos semanas. Tampoco es aconsejable para los que empinan demasiado el codo (un poco de alcohol desinhibe a la hora del amor, pero si nos pasamos de rosca con el champagne lo más probable es que terminemos roncando y con el pescado sin vender), ni para los miserables que consideran que “una gran cena” es aquella que uno puede zamparse en un tenedor libre chino.

-SEXING O FITNESS ERÓTICO: “Si pensamos en los beneficios del sexo para la salud podemos compararlos con asistir frecuentemente al gimnasio”, comenta  el personal trainer Fede Delpiano. Según los que saben, besar quema  de 120 a 135 calorías por hora (2 a 5 calorías por minuto), lo que significa que si besamos a nuestro tórtolo durante 20 minutos todos los días en un año quemaremos la nada despreciable suma de 36.500 calorías, lo que equivale a perder 5 kilos. El juego previo también es bueno para gastar calorías. Y el coito propiamente dicho nos hace quemar de 50 a 100 calorías en promedio.  A mí, sacar todas estas cuentas ya me hizo perder las ganas de, porque nada es tan deserotizante en la vida como sacar cuentas. 
El sexo fitness es, parece, el sexo de todos los días pero orientado a perder peso.

-SEXO VOYEUR: A esta altura del partido, todo el mundo sabe de qué se trata el voyeurismo: es  la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir excitación sexual. Ser un voyeur (palabra derivada del verbo voir, ver,  con el sufijo -eur del idioma francés, y traducida literalmente como “mirón”  u “observador”) implica  encontrar la satisfacción o el placer sexual observando la intimidad de los otros. “En el ámbito terapéutico, muchas veces los especialistas fomentamos el voyeurismo cuando invitamos a observar la sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de evaluación de la propia sexualidad”, explicó la anteriormente citada Licenciada Sandra Lustgarten. 
Practicar sexo voyeur mirando películas porno me parece tristísimo. Practicarlo mirando Real Sex por HBO, más triste todavía (nada menos excitante que los swingers de Real Sex, desabridos  y pálidos como mojarras). Para practicar el sexo voyeur como Dios manda hay que arriesgarse un poco más y atreverse a espiar en la ducha a las vecinas (sobre todo mientras las chicas practican alguna variante de sexo acuático).

-SEXO EXHIBICIONISTA: El sexo exhibicionista es la contratara del sexo voyeur. Consiste en mostrarnos en situaciones íntimas con la intención (o la fantasía) de que alguien nos vea. Para practicar esta variante de encuentro sexual no hace falta ponerse en bolas a las 12 del mediodía en la plaza del pueblo: dejar una ventana entreabierta o desfogarse en un auto (rezando para que el voyeur que nos toque en suerte no sea Jason Voorhees) es más que suficiente para experimentar una deliciosa sensación de riesgo.

-SEXO TÁNTRICO: “Con la práctica del tantra se busca disfrutar con todo el cuerpo, disfrutar con cada poro, con cada caricia”, comentan  en Escuela Tántrica. Los practicantes del sexo tántrico opinan que menos es mejor, y recomiendan hace el amor una vez al mes para acumular energía sexual. Los encuentros son sin sexo genital y sin eyaculación. La base está en los preparativos, el poder de la mirada, las caricias, los masajes y en el control de la respiración.  Y, por último, un largo y profundo orgasmo, que no es el final de la fiesta sino el principio de la celebración. Sting dijo en una entrevista, tras el lanzamiento de su disco “Sacred Loved”, que, gracias al tantra, podía hacer el amor durante ocho horas. Qué quieren que les diga: a mí ocho horas de sexo seguidas, aún con Sting, me parecen una exageración. Cochinamente occidental como soy, prefiero encuentros más cortos y más asiduos.

Hasta aquí, caras lectoras, los 10 tipos de sexo que, según los expertos, hay que probar sí o sí. Seguramente, ustedes se sentirán más inclinadas por algunas variantes de encuentro carnal que por otras, cosa perfectamente natural. Lo importante es abrir nuestras mentes y preparar nuestros cuerpos para nuevos goces sexuales. Me despido de ustedes con una frase de Robert Louis Stevenson, delicioso escritor escocés, aparentemente partidario del sexo quickie: “Sexo: lo que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de Shakespeare.”

Que les aproveche.

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