10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR
“Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero
más de lo que se cree.”
Colette
Parece, mis queridas, que, si bien los humanos tenemos sexo desde
que el mundo es mundo (o, por lo menos, desde que Eva se
encajetó con la bendita manzana), todavía nos queda mucho que aprender sobre
tan placentera actividad. En los albores del siglo XXI, señoras y
señores que nos interesamos sanamente en el tema, venimos a enterarnos de que
el amor puede hacerse de muchas maneras, todas provechosas y
satisfactorias. Por lo menos es eso lo que postula el sitio web Entre
Mujeres en una esclarecedora nota
titulada “10 tipos de sexo... ¡que tenés que probar!”
Esperando que, después de leer este artículo, vayan corriendo a
catar alguno de estos 10 tipos de sexo que hay que probar sí o
sí antes de estirar la pata, reproduzco aquí la lista elaborada por Entre
Mujeres añadiendo, eso sí, algunos
comentarios y sugerencias de mi cosecha. Que no tengo mucha experiencia en lo
que a cuestiones de sexo florido se refiere pero para escribir pavadas soy
mandada a hacer.
10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR
-SEXO KAREZZA: El término “karezza” es
una deformación del vocablo italiano “carezza”, que significa,
obviamente, caricia. Este tipo se sexo, no apto para
señoras y señores apurados, privilegia la sensualidad sobre el
clímax y promueve un encuentro erótico cariñoso, suave y lento. Quienes tengan
ganas de incursionar en el sexo karezza tienen que
contar, no sólo con un par de horitas largas, sino también con ganas de
contactarse realmente con su partenaire sexual. Durante el
encuentro es importante sonreír, mantener, dentro de lo posible, el contacto
visual con el otro, tratar de que las respiraciones de ambos se sincronicen y,
por supuesto, tocarse mucho. Acariciar, abrazar, masajear, detenernos en los
latidos del corazón de nuestra pareja, en sus gemidos de placer, en sus
suspiros, son premisas indispensables para que el sexo karezza sea
un rotundo éxito. Este tipo de encuentro sexual está contraindicado,
como dije anteriormente, para personas apuradas y jóvenes ardorosos que sólo
piensan en la consumación del acto. Los demás lo podemos practicar sin
problemas, porque no exige un escenario predeterminado ni una falta de
prejuicios escandalosa. La verdad: no es nada del otro mundo.
-SEXO QUICKIE: Este tipo de sexo con
nombre de sopa Knorr Suiza es el que todos conocemos con el
nombre de “rapidito”: un encuentro sexual apurado, con la ropa
puesta y en un lugar más o menos extravagante. Según los especialistas, las
parejas más clásicas pueden practicar el sexo quickie en las
diferentes habitaciones de la casa, en el auto o en el baño de un bar. Los más
osados tienen la posibilidad de desfogarse en los ascensores, las
escaleras y los pasillos del edificio donde viven (o no), la última fila del
cine y, por supuesto, en el lugar más promocionado por degenerados varios: el
probador de un local de ropa. El momento para practicar este sexo relámpago es
cualquier momento: cuanto menos planificado, mejor. Lo único que hay que tener
en cuenta es la discreción: el sexo quickie no es apto para
gritones ni gemidores. La premisa es disfrutar en silencio, porque, según
parece, ese silencio forzado es parte del encanto de esta variante erótica.
Una no es una carmelita descalza pero, por una
cuestión más bien generacional, forma parte de lo que los especialistas
catalogan como pareja clásica. Podría tener un encuentro
carnal en cualquier habitación de la casa. Podría tenerlo, también, en un auto,
aunque a esta altura del partido no le encuentra gracia alguna a una palanca de
cambios clavada en los riñones. Pero jamás, jamás, haría el amor en el baño de
un bar. Porque es clásicamente pudorosa y teme que algún
parroquiano con ganas de mear interrumpa el coito y porque los baños de los
bares, lejos de ser los lugares afrodisíacos que imaginan los especialistas que
escriben en revistas y sitios femeninos, son antros inmundos donde los inodoros
pierden, el papel higiénico sucio está esparcido por todo el recinto y la
expendedora de preservativos o toallas femeninas no funciona, en el mejor de
los casos. Y en el peor porque, cual Cancerbero que cuida la
entrada de los Infiernos, en muchos baños de bares, clubes y
discotecas (por lo menos en los de las damas) hay una vieja con cara de culo
que ofrece papel higiénico (limpio) a cambio de unas monedas.
-SEXO ACUÁTICO: La psicóloga y
sexóloga Sandra Lustgarten sostiene que “el baño es un complemento
ideal en la pareja” y que los profesionales recomiendan este
juego para “darle primacía al erotismo” en la relación
sexual. El baño en cuestión (marco
del sexo acuático, lamento decepcionar a aquellos que fantaseaban
con un chapuzón erótico en San Clemente o en la pileta de Racing) puede ser de
inmersión (ideal para todo tipo de caricias, ya que los músculos
logran relajarse y la textura de la piel se vuelve mucho más suave al tacto) o
en la ducha. En los sex shops venden manijas que se colocan en
la pared para facilitar todo tipo de postura cuando se hace el amor bajo la
ducha (mirá vos, yo pensé que eran toalleros). El sexo acuático tampoco
exige un escenario complicado ni una falta de prejuicios escandalosa y puede
ser practicado por cualquier cristiano con ganas de jarana, aunque la
Licenciada Lustgarten reconoce que colocar el preservativo en medio de un baño
es bastante peliagudo, por lo que aconseja extremar los cuidados.
-SEXO OUTDOOR: El sexo
outdoor consiste en tener sexo al aire libre, aunque sea en el jardín
de casa. Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta, comenta que el sexo
puertas afuera es sumamente placentero, tanto de día como de noche y que el
goce del encuentro sexual se ve realzado por “la amplitud del espacio,
la vivencia de libertad y las sensaciones que provocan los estímulos naturales
cuando actúan sobre los cuerpos desnudos”. El sexo
outdoor puede practicarse, corriendo grandes riesgos, eso sí, en
plazas y parques, en sitios de acampe y, por supuesto, en la playa (con
lonita o sin lonita, que un poco de arena en el culo no le
hace mal a nadie).
-SEXO ROLE-PLAYING: El sexo role-playing se
practica fingiendo que se es otro. De eso se trata el cambio de roles,
específicamente: dejar de ser un ama de casa algo hastiada de la vida para
pasar a ser una enfermera hot, una colegiala calentona o una presidente a la
que hay que tenerle un poco de miedito. Los varones pueden
convertirse en médicos, electricistas, cowboys, maestros, policías, strippers…
O lo que su imaginación les ofrezca (siempre y cuando tengan una imaginación
más bien convencional, porque el acting de Mesalina castigada
por Calígula y la Guardia Pretoriana por
haberle sido infiel a Claudio es bastante complicado, sobre
todo porque se necesitan varios personajes en escena). El sexo role-playing permite
a ambos integrantes de la pareja sentir la emoción de “estar con otra
persona”. La mejor manera de iniciar un encuentro sexual del
tipo role-playing es simular que nuestro partenaire es un
desconocido, preguntarle quién es y darle así la posibilidad de desarrollar su
propio personaje.
-SEXO GOURMET: “Comer con la
mano una costilla de cordero y convidarle a nuestro acompañante un bocado es,
sin dudas, algo muy sensual. También lo es saborear los frutos de mar que, con
su aroma, nos recuerdan los sudores femeninos”, sugiere Carlos Di Césare,
dueño del restaurante afrodisíaco “Te Mataré Ramírez”. El
chef Maximiliano Pettit, dueño del restaurante “Pájaro que
comió”, también dice lo suyo: “Comidas donde se utilicen los
dedos, se incluyan alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán
mayores chances de lograr cierto clímax”. Parece que el sexo
gourmet poco tiene que ver con el splosh (la
puerca y jacarandosa costumbre de llevar comida a la cama para utilizarla
durante los juegos eróticos) y mucho con una buena cena, preparada con
alimentos de colores, sabores, olores y texturas excitantes.
El sexo gourmet no está recomendado para aquellos
glotones que comen hasta reventar: con la panza llena el corazón puede estar
muy contento pero las partes pudendas se vuelven mustias como crisantemos a los
que no hemos regado en dos semanas. Tampoco es aconsejable para los que empinan
demasiado el codo (un poco de alcohol desinhibe a la hora del amor,
pero si nos pasamos de rosca con el champagne lo más probable es que terminemos
roncando y con el pescado sin vender), ni para los miserables que consideran
que “una gran cena” es aquella que uno puede zamparse en un
tenedor libre chino.
-SEXING O FITNESS ERÓTICO: “Si pensamos en
los beneficios del sexo para la salud podemos compararlos con asistir
frecuentemente al gimnasio”, comenta el personal trainer
Fede Delpiano. Según los que saben, besar quema de 120 a 135
calorías por hora (2 a 5 calorías por minuto), lo que significa que si besamos
a nuestro tórtolo durante 20 minutos todos los días en un año quemaremos la
nada despreciable suma de 36.500 calorías, lo que equivale a perder 5 kilos.
El juego previo también es bueno para gastar calorías. Y el
coito propiamente dicho nos hace quemar de 50 a 100 calorías en
promedio. A mí, sacar todas estas cuentas ya me hizo perder
las ganas de, porque nada es tan deserotizante en la vida como
sacar cuentas.
El sexo fitness es, parece, el sexo de todos los
días pero orientado a perder peso.
-SEXO VOYEUR: A esta altura del
partido, todo el mundo sabe de qué se trata el voyeurismo: es la
contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual
con el objetivo de conseguir excitación sexual. Ser un voyeur (palabra
derivada del verbo voir, ver, con
el sufijo -eur del idioma francés, y traducida
literalmente como “mirón” u “observador”)
implica encontrar la satisfacción o el placer sexual observando la
intimidad de los otros. “En el ámbito terapéutico, muchas veces los
especialistas fomentamos el voyeurismo cuando invitamos a observar la
sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales
que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de
evaluación de la propia sexualidad”, explicó la anteriormente citada
Licenciada Sandra Lustgarten.
Practicar sexo voyeur mirando películas porno me
parece tristísimo. Practicarlo mirando Real Sex por HBO,
más triste todavía (nada menos excitante que los swingers de Real Sex,
desabridos y pálidos como mojarras). Para practicar el sexo
voyeur como Dios manda hay que arriesgarse un poco más y atreverse
a espiar en la ducha a las vecinas (sobre todo mientras las
chicas practican alguna variante de sexo acuático).
-SEXO EXHIBICIONISTA: El sexo
exhibicionista es la contratara del sexo voyeur. Consiste
en mostrarnos en situaciones íntimas con la intención (o la fantasía) de que
alguien nos vea. Para practicar esta variante de encuentro sexual no hace falta
ponerse en bolas a las 12 del mediodía en la plaza del pueblo: dejar una
ventana entreabierta o desfogarse en un auto (rezando para que el voyeur que
nos toque en suerte no sea Jason Voorhees) es más que
suficiente para experimentar una deliciosa sensación de riesgo.
-SEXO TÁNTRICO: “Con la práctica
del tantra se busca disfrutar con todo el cuerpo, disfrutar con cada poro, con
cada caricia”, comentan en Escuela Tántrica. Los
practicantes del sexo tántrico opinan que menos es mejor, y
recomiendan hace el amor una vez al mes para acumular energía sexual. Los
encuentros son sin sexo genital y sin eyaculación. La base está en los
preparativos, el poder de la mirada, las caricias, los masajes y en el control
de la respiración. Y, por último, un largo y profundo orgasmo, que
no es el final de la fiesta sino el principio de la
celebración. Sting dijo en una entrevista, tras el lanzamiento de su
disco “Sacred Loved”, que, gracias al tantra, podía
hacer el amor durante ocho horas. Qué quieren que les diga: a mí ocho horas de
sexo seguidas, aún con Sting, me parecen una exageración. Cochinamente
occidental como soy, prefiero encuentros más cortos y más asiduos.
Hasta aquí, caras lectoras, los 10 tipos de sexo que,
según los expertos, hay que probar sí o sí. Seguramente, ustedes se sentirán
más inclinadas por algunas variantes de encuentro carnal
que por otras, cosa perfectamente natural. Lo importante es abrir
nuestras mentes y preparar nuestros cuerpos para nuevos goces sexuales. Me
despido de ustedes con una frase de Robert Louis Stevenson, delicioso
escritor escocés, aparentemente partidario del sexo quickie: “Sexo: lo
que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de
Shakespeare.”
Que les aproveche.
10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR
“Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero
más de lo que se cree.”
Colette
Parece, mis queridas, que, si bien los humanos tenemos sexo desde
que el mundo es mundo (o, por lo menos, desde que Eva se
encajetó con la bendita manzana), todavía nos queda mucho que aprender sobre
tan placentera actividad. En los albores del siglo XXI, señoras y
señores que nos interesamos sanamente en el tema, venimos a enterarnos de que
el amor puede hacerse de muchas maneras, todas provechosas y
satisfactorias. Por lo menos es eso lo que postula el sitio web Entre
Mujeres en una esclarecedora nota
titulada “10 tipos de sexo... ¡que tenés que probar!”
Esperando que, después de leer este artículo, vayan corriendo a
catar alguno de estos 10 tipos de sexo que hay que probar sí o
sí antes de estirar la pata, reproduzco aquí la lista elaborada por Entre
Mujeres añadiendo, eso sí, algunos
comentarios y sugerencias de mi cosecha. Que no tengo mucha experiencia en lo
que a cuestiones de sexo florido se refiere pero para escribir pavadas soy
mandada a hacer.
10 TIPOS DE SEXO QUE TENÉS QUE PROBAR
-SEXO KAREZZA: El término “karezza” es
una deformación del vocablo italiano “carezza”, que significa,
obviamente, caricia. Este tipo se sexo, no apto para
señoras y señores apurados, privilegia la sensualidad sobre el
clímax y promueve un encuentro erótico cariñoso, suave y lento. Quienes tengan
ganas de incursionar en el sexo karezza tienen que
contar, no sólo con un par de horitas largas, sino también con ganas de
contactarse realmente con su partenaire sexual. Durante el
encuentro es importante sonreír, mantener, dentro de lo posible, el contacto
visual con el otro, tratar de que las respiraciones de ambos se sincronicen y,
por supuesto, tocarse mucho. Acariciar, abrazar, masajear, detenernos en los
latidos del corazón de nuestra pareja, en sus gemidos de placer, en sus
suspiros, son premisas indispensables para que el sexo karezza sea
un rotundo éxito. Este tipo de encuentro sexual está contraindicado,
como dije anteriormente, para personas apuradas y jóvenes ardorosos que sólo
piensan en la consumación del acto. Los demás lo podemos practicar sin
problemas, porque no exige un escenario predeterminado ni una falta de
prejuicios escandalosa. La verdad: no es nada del otro mundo.
-SEXO QUICKIE: Este tipo de sexo con
nombre de sopa Knorr Suiza es el que todos conocemos con el
nombre de “rapidito”: un encuentro sexual apurado, con la ropa
puesta y en un lugar más o menos extravagante. Según los especialistas, las
parejas más clásicas pueden practicar el sexo quickie en las
diferentes habitaciones de la casa, en el auto o en el baño de un bar. Los más
osados tienen la posibilidad de desfogarse en los ascensores, las
escaleras y los pasillos del edificio donde viven (o no), la última fila del
cine y, por supuesto, en el lugar más promocionado por degenerados varios: el
probador de un local de ropa. El momento para practicar este sexo relámpago es
cualquier momento: cuanto menos planificado, mejor. Lo único que hay que tener
en cuenta es la discreción: el sexo quickie no es apto para
gritones ni gemidores. La premisa es disfrutar en silencio, porque, según
parece, ese silencio forzado es parte del encanto de esta variante erótica.
Una no es una carmelita descalza pero, por una
cuestión más bien generacional, forma parte de lo que los especialistas
catalogan como pareja clásica. Podría tener un encuentro
carnal en cualquier habitación de la casa. Podría tenerlo, también, en un auto,
aunque a esta altura del partido no le encuentra gracia alguna a una palanca de
cambios clavada en los riñones. Pero jamás, jamás, haría el amor en el baño de
un bar. Porque es clásicamente pudorosa y teme que algún
parroquiano con ganas de mear interrumpa el coito y porque los baños de los
bares, lejos de ser los lugares afrodisíacos que imaginan los especialistas que
escriben en revistas y sitios femeninos, son antros inmundos donde los inodoros
pierden, el papel higiénico sucio está esparcido por todo el recinto y la
expendedora de preservativos o toallas femeninas no funciona, en el mejor de
los casos. Y en el peor porque, cual Cancerbero que cuida la
entrada de los Infiernos, en muchos baños de bares, clubes y
discotecas (por lo menos en los de las damas) hay una vieja con cara de culo
que ofrece papel higiénico (limpio) a cambio de unas monedas.
-SEXO ACUÁTICO: La psicóloga y
sexóloga Sandra Lustgarten sostiene que “el baño es un complemento
ideal en la pareja” y que los profesionales recomiendan este
juego para “darle primacía al erotismo” en la relación
sexual. El baño en cuestión (marco
del sexo acuático, lamento decepcionar a aquellos que fantaseaban
con un chapuzón erótico en San Clemente o en la pileta de Racing) puede ser de
inmersión (ideal para todo tipo de caricias, ya que los músculos
logran relajarse y la textura de la piel se vuelve mucho más suave al tacto) o
en la ducha. En los sex shops venden manijas que se colocan en
la pared para facilitar todo tipo de postura cuando se hace el amor bajo la
ducha (mirá vos, yo pensé que eran toalleros). El sexo acuático tampoco
exige un escenario complicado ni una falta de prejuicios escandalosa y puede
ser practicado por cualquier cristiano con ganas de jarana, aunque la
Licenciada Lustgarten reconoce que colocar el preservativo en medio de un baño
es bastante peliagudo, por lo que aconseja extremar los cuidados.
-SEXO OUTDOOR: El sexo
outdoor consiste en tener sexo al aire libre, aunque sea en el jardín
de casa. Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta, comenta que el sexo
puertas afuera es sumamente placentero, tanto de día como de noche y que el
goce del encuentro sexual se ve realzado por “la amplitud del espacio,
la vivencia de libertad y las sensaciones que provocan los estímulos naturales
cuando actúan sobre los cuerpos desnudos”. El sexo
outdoor puede practicarse, corriendo grandes riesgos, eso sí, en
plazas y parques, en sitios de acampe y, por supuesto, en la playa (con
lonita o sin lonita, que un poco de arena en el culo no le
hace mal a nadie).
-SEXO ROLE-PLAYING: El sexo role-playing se
practica fingiendo que se es otro. De eso se trata el cambio de roles,
específicamente: dejar de ser un ama de casa algo hastiada de la vida para
pasar a ser una enfermera hot, una colegiala calentona o una presidente a la
que hay que tenerle un poco de miedito. Los varones pueden
convertirse en médicos, electricistas, cowboys, maestros, policías, strippers…
O lo que su imaginación les ofrezca (siempre y cuando tengan una imaginación
más bien convencional, porque el acting de Mesalina castigada
por Calígula y la Guardia Pretoriana por
haberle sido infiel a Claudio es bastante complicado, sobre
todo porque se necesitan varios personajes en escena). El sexo role-playing permite
a ambos integrantes de la pareja sentir la emoción de “estar con otra
persona”. La mejor manera de iniciar un encuentro sexual del
tipo role-playing es simular que nuestro partenaire es un
desconocido, preguntarle quién es y darle así la posibilidad de desarrollar su
propio personaje.
-SEXO GOURMET: “Comer con la
mano una costilla de cordero y convidarle a nuestro acompañante un bocado es,
sin dudas, algo muy sensual. También lo es saborear los frutos de mar que, con
su aroma, nos recuerdan los sudores femeninos”, sugiere Carlos Di Césare,
dueño del restaurante afrodisíaco “Te Mataré Ramírez”. El
chef Maximiliano Pettit, dueño del restaurante “Pájaro que
comió”, también dice lo suyo: “Comidas donde se utilicen los
dedos, se incluyan alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán
mayores chances de lograr cierto clímax”. Parece que el sexo
gourmet poco tiene que ver con el splosh (la
puerca y jacarandosa costumbre de llevar comida a la cama para utilizarla
durante los juegos eróticos) y mucho con una buena cena, preparada con
alimentos de colores, sabores, olores y texturas excitantes.
El sexo gourmet no está recomendado para aquellos
glotones que comen hasta reventar: con la panza llena el corazón puede estar
muy contento pero las partes pudendas se vuelven mustias como crisantemos a los
que no hemos regado en dos semanas. Tampoco es aconsejable para los que empinan
demasiado el codo (un poco de alcohol desinhibe a la hora del amor,
pero si nos pasamos de rosca con el champagne lo más probable es que terminemos
roncando y con el pescado sin vender), ni para los miserables que consideran
que “una gran cena” es aquella que uno puede zamparse en un
tenedor libre chino.
-SEXING O FITNESS ERÓTICO: “Si pensamos en
los beneficios del sexo para la salud podemos compararlos con asistir
frecuentemente al gimnasio”, comenta el personal trainer
Fede Delpiano. Según los que saben, besar quema de 120 a 135
calorías por hora (2 a 5 calorías por minuto), lo que significa que si besamos
a nuestro tórtolo durante 20 minutos todos los días en un año quemaremos la
nada despreciable suma de 36.500 calorías, lo que equivale a perder 5 kilos.
El juego previo también es bueno para gastar calorías. Y el
coito propiamente dicho nos hace quemar de 50 a 100 calorías en
promedio. A mí, sacar todas estas cuentas ya me hizo perder
las ganas de, porque nada es tan deserotizante en la vida como
sacar cuentas.
El sexo fitness es, parece, el sexo de todos los
días pero orientado a perder peso.
-SEXO VOYEUR: A esta altura del
partido, todo el mundo sabe de qué se trata el voyeurismo: es la
contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual
con el objetivo de conseguir excitación sexual. Ser un voyeur (palabra
derivada del verbo voir, ver, con
el sufijo -eur del idioma francés, y traducida
literalmente como “mirón” u “observador”)
implica encontrar la satisfacción o el placer sexual observando la
intimidad de los otros. “En el ámbito terapéutico, muchas veces los
especialistas fomentamos el voyeurismo cuando invitamos a observar la
sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales
que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de
evaluación de la propia sexualidad”, explicó la anteriormente citada
Licenciada Sandra Lustgarten.
Practicar sexo voyeur mirando películas porno me
parece tristísimo. Practicarlo mirando Real Sex por HBO,
más triste todavía (nada menos excitante que los swingers de Real Sex,
desabridos y pálidos como mojarras). Para practicar el sexo
voyeur como Dios manda hay que arriesgarse un poco más y atreverse
a espiar en la ducha a las vecinas (sobre todo mientras las
chicas practican alguna variante de sexo acuático).
-SEXO EXHIBICIONISTA: El sexo
exhibicionista es la contratara del sexo voyeur. Consiste
en mostrarnos en situaciones íntimas con la intención (o la fantasía) de que
alguien nos vea. Para practicar esta variante de encuentro sexual no hace falta
ponerse en bolas a las 12 del mediodía en la plaza del pueblo: dejar una
ventana entreabierta o desfogarse en un auto (rezando para que el voyeur que
nos toque en suerte no sea Jason Voorhees) es más que
suficiente para experimentar una deliciosa sensación de riesgo.
-SEXO TÁNTRICO: “Con la práctica
del tantra se busca disfrutar con todo el cuerpo, disfrutar con cada poro, con
cada caricia”, comentan en Escuela Tántrica. Los
practicantes del sexo tántrico opinan que menos es mejor, y
recomiendan hace el amor una vez al mes para acumular energía sexual. Los
encuentros son sin sexo genital y sin eyaculación. La base está en los
preparativos, el poder de la mirada, las caricias, los masajes y en el control
de la respiración. Y, por último, un largo y profundo orgasmo, que
no es el final de la fiesta sino el principio de la
celebración. Sting dijo en una entrevista, tras el lanzamiento de su
disco “Sacred Loved”, que, gracias al tantra, podía
hacer el amor durante ocho horas. Qué quieren que les diga: a mí ocho horas de
sexo seguidas, aún con Sting, me parecen una exageración. Cochinamente
occidental como soy, prefiero encuentros más cortos y más asiduos.
Hasta aquí, caras lectoras, los 10 tipos de sexo que,
según los expertos, hay que probar sí o sí. Seguramente, ustedes se sentirán
más inclinadas por algunas variantes de encuentro carnal
que por otras, cosa perfectamente natural. Lo importante es abrir
nuestras mentes y preparar nuestros cuerpos para nuevos goces sexuales. Me
despido de ustedes con una frase de Robert Louis Stevenson, delicioso
escritor escocés, aparentemente partidario del sexo quickie: “Sexo: lo
que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de
Shakespeare.”
Que les aproveche.
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