viernes, 15 de abril de 2016

DE ARRUGAS, ALERGIAS Y CREMAS MILAGROSAS


DE ARRUGAS, ALERGIAS Y CREMAS MILAGROSAS

“La piel que me rodeaba los ojos se estaba convirtiendo, incluso mientras miraba, en un amasijo de arrugas; tenía la barbilla y los mofletes caídos; mi cuello era como el de un pavo; de la boca a la barbilla me corrían líneas de marioneta a lo Angela Merkel. Mientras me estudiaba, casi pude ver que el pelo se me convertía en una estricta permanente gris. Finalmente había sucedido: era una anciana.”
Helen Fielding 

Cerca de los 40, como casi todo el mundo, empecé a notar que mi visión disminuía. Al principio, no le presté demasiada atención, pero cuando quedé empantanada entre las góndolas del supermercado esperando que apareciera un cristiano con la vista lo suficientemente sagaz como para leerme la fecha de vencimiento del pan lactal y los yogures, supe que debía hacer algo. Así que, silbando bajito, enfilé para el consultorio del oculista.
El especialista en cuestión, como era de esperarse, me recetó un par de lentes. Que cambiaron mi vida. No sólo porque pude volver a leer la fecha de vencimiento de lácteos y panificados, y las contraindicaciones de los medicamentos. Sino porque me enteré de la existencia de algo que, en mi feliz miopía, ignoraba: las antiestéticas arruguitas alrededor de mis ojos. Al principio caí en shock. Naturalmente ojerosa como soy (pariente cercana del tío Lucas, digamos) viví como una malvada afrenta de la vida la irrupción de estas patitas de gallo inesperadas. Después, con más calma, traté de pensar una solución para el caos que empezaba a perfilarse en mi faz otrora inmaculada. Y la solución vino de la mano de Xuxa, ya sin botas, ya sin paquitas, pero con ganas de arreglar la vida de las señoras cuyos rasgos empiezan a desmoronarse. La solución vino en un frasquito chiquito y prometedor. La solución fue, por supuesto, la Cicatricure Contorno de Ojos.
Para qué mentirles, mis queridos: barata no me salió. Pero tratándose de una Cicatricure, con tanto Genomma Lab, tanta Xuxa y tantas mujeres reconstruidas y felices detrás, supuse que lo valía. No sé por qué siempre tuve la idea de que la Cicatricure era una crema más seria que las otras, que tenía un respaldo médico. Será por eso de "Científicamente comprobado". Publicidad fraudulenta, dirán ustedes. Puede ser, puede ser.
Con mi Contorno de Ojos en casa me sentí aliviada. Y comencé el tratamiento tal como lo indicaba el misterioso Genomma Lab. Cremita (más bien gelcito) alrededor de los ojos todas las noches.  El primer día no pasó nada. El segundo, tampoco. El tercero empecé a notar que el contorno de ojos me ardía un poquito. El cuarto tenía la cara como si hubiera visto “Titanic” diez veces seguidas. Verme al espejo y lanzar un aullido capaz de despertar a los muertos fueron actos simultáneos. Mi marido entró al baño como una tromba, pensando que, en mi proverbial torpeza, me había resbalado en la bañadera. Y, presa de un  frenesí del que me avergüenzo, le rugí que me llevara de inmediato a una Guardia de Dermatología. Él, que sólo me vio los ojos un poquito hinchados, me pidió amablemente que me dejara de joder. Yo seguí llorando a los gritos.
No sé si alguna vez les comenté que mi llanto es tan fastidioso e insistente que puede conseguir cosas maravillosas. De chiquita, en el muelle de Santa Teresita, conseguí a lágrima viva que un pobre señor que había pescado una raya la devolviera al mar. Conseguí que una maestra que me había puesto una mala nota en el cuaderno porque charlaba cuando ella estaba explicando algo, arrancara la hoja. Lloro lindo, sí. Soy insoportable. Así que mi benemérito esposo no tuvo más remedio que llamar a OSDE para que me mandara un médico que hiciera algo. Y el médico vino. Con otro, que sería el que manejaba la ambulancia. Los susodichos me dijeron que no existía ninguna Guardia de Dermatología. Y me dieron una inyección de Decadrón para contrarrestar la leve reacción alérgica que la Cicatricure Contorno de Ojos me había provocado. Mal no me trataron. Pero se miraban entre ellos y se reían. Y yo seguía llorando. Conducta nada propicia para que la hinchazón de mi cara fuera aflojando.
Por suerte era sábado. No salí a la calle en todo el día. Y el domingo tampoco. Mi marido y mi hijo trataban de convencerme de que lo peor había pasado (también se miraban entre ellos y se reían). Pero no, no había pasado. Mi contorno de ojos seguía hinchado y, gracias a esa diabólica Cicatricure y a esa hdp de Xuxa, parecía más arrugado que nunca.
Empecé a buscar en la web datos sobre Genomma Lab y me enteré que es una truchada. Que ha sido multado más de una vez por publicidad engañosa. Y que no tiene ningún respaldo médico.  Lo de "Científicamente comprobado" es una mentira vil: los científicos a los que hace alusión la publicidad no existen. Enardecida, busqué la página de Cicatricure para quejarme del espantoso resultado de la Contorno de ojos. Obtuve una rápida y aséptica respuesta: “Hola Raquel, lamentamos mucho lo ocurrido y te pedimos disculpas por todos los inconvenientes. Te contamos que tenemos nuestros profesionales a disposición en el 0800 444 3666. Saludos.” Respondí pronta y precisa: “No quiero disculpas ni charla con los profesionales, quiero que me devuelvan la plata.” Pero no, no hubo caso.
Mi contorno de ojos seguía dando lástima y me entró curiosidad por saber si yo era la única que había tenido tan espantosa experiencia con la Cicatricure. En Facebook, lo primero que encontré, fue un grupo de cuidadores de  rottweilers que protestaban contra una publicidad que presentaba a los mentados perros como los sádicos generadores de las cicatrices que las cremas de Genomma Lab borran  por arte de magia. Seguí buscando y, por fin, aparecieron los testimonios de las mujeres damnificadas. Testimonios que no aparecen ni en la “Cosmopolitan”, ni en la “Oh, la, la” ni en sitio web Entre Mujeres. Testimonios soterrados, porque las revistas y los sitios webs femeninos promocionan los productos de Genomma Lab.

Hete aquí la palabra de las mujeres que, como yo, cayeron en la atroz trampa de Xuxa:

-Ayer me puse la crema para las arrugas y se me puso la cara al rojo vivo y me ardía mucho, qué puede ser, espero su respuesta.

-Qué malas personas son al jugar así con la salud e ilusión de la gente....hacen comerciales que mienten y no sé cómo siguen vendiendo sus productos que han hecho tanto daño a muchos....deberían demandarlos...

-La crema contorno de ojos fue nociva, me salieron unas verrugas en los párpados y cuando fui al médico me dijo que suspenda su uso.

-La dermoabrasión me sacó parte de la piel de la cara. Me llevó 2 meses mejorar y me quedaron más marcas que antes. Expliquen bien  que no es para todas las pieles, cada vez que veo la propaganda me dan ganas de llorar y reventar la tele por tanta mentira.

-¡¡¡¡Mentiras, mentiras!!!! Todavía sigo esperando que Cicatricure Cicatrices borre la que tengo. Son mentirosos.

Y el mejor de todos:

-Dejen de mentir y engañar Son un desastre estas cremas. Que Xuxa pase el teléfono del cirujano.

¿Cómo siguió mi historia? Estuve días y días con el contorno de ojos hecho mierda, perdonen la brutalidad. Fui a la dermatóloga que me mandó al alergista que me dijo “Ah, las mujeres, no quieren aceptar el paso de los años”  y me puso unos parches que arrojaron como resultado que soy alérgica a un producto que se usa para hacer rizos permanentes. Obviamente, y dada la conocida rulosidad de mi cabellera, jamás estuve cerca de ese producto. Pero este misterio develado me llevó a preguntarme: ¿con qué carajo hacen la Cicatricure Contorno de Ojos?
Días y días estuve acordándome de la mamá de Xuxa. Y, más o menos a los dos meses de haber probado el nefasto producto, mi cara volvió a una decorosa normalidad. Durante esos dos eternos meses tuve que soportar las risas burlonas de mi marido y mi hijo cada vez que aparecía en la tele una publicidad de Cicatricure. Muy triste.
Hoy en día, tengo pánico de ponerme cualquier cosa en la cara, así que asisto a su desmoronamiento con una estoicidad admirable y sin echar mano a ningún producto milagroso. Los años pasan, nos vamos poniendo viejos. Hay que aceptarlo. Y dejar de darle de comer a Xuxa y a los siniestros entes que manejan Genomma Lab. Que no se aprovechen de nuestra nobleza nunca más.
Me despido de ustedes con un bello pensamiento de Agatha Christie: “Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.”

Buenas tardes.

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