viernes, 16 de octubre de 2020

CRÍMENES DE HOLLYWOOD: WILLIAM DESMOND TAYLOR


CRÍMENES DE HOLLYWOOD: WILLIAM DESMOND TAYLOR

“Todo crimen es como una cebolla: hay que cortar a través de muchas capas para ver qué esconde y por el camino hay que derramar unas cuantas lágrimas.”
Carlos Ruiz Zafón

William Desmond Taylor fue un director de cine mudo, conocido por su elegancia. Su asesinato, en su casa por un disparo, el 1 de febrero de 1922, y otro gran escándalo de Hollywood, el juicio de Roscoe Arbuckle por la muerte de Virginia Rappe, condujeron a un frenesí de sensacionalismo periodístico, con detalles escabrosos inventados por la prensa. El caso ocupó los titulares de todos los diarios. Sin embargo, el autor del homicidio de Taylor jamás fue descubierto.
Bienvenidos, mis queridos, a una nueva saga: "Crímenes de Hollywood".


WILLIAM DESMOND TAYLOR: UN POCO DE HISTORIA

William Desmond Taylor nació como William Cunningham Deane-Tanner en Irlanda, el 26 de abril de 1872. Se mudó a Kansas en 1890, y de allí pasó a Nueva York donde se apasionó por la actuación y cortejó a la actriz Ethel May Hamilton. La pareja se casó en 1901 y tuvo una hija. El 23 de octubre de 1908, a la edad de 36 años, Taylor desapareció misteriosamente, abandonando a su esposa y a su hija, Ethel Daisy. Después de la desaparición de Taylor, sus amigos dijeron que había sufrido "lapsos mentales" antes, y su familia pensó que al principio se había alejado durante un episodio de amnesia. Su esposa obtuvo un decreto estatal de divorcio en 1912.
Poco se sabe de los años inmediatamente posteriores a su desaparición. Viajó a través de Canadá, Alaska y el noroeste de los Estados Unidos. Para cuando llegó a San Francisco alrededor de 1912, William Deane-Tanner ya había cambiado su nombre a William Desmond Taylor. Allí se reunió con algunos conocidos de Nueva York, que le facilitaron dinero para que se estableciera en California. 
En Hollywood, Taylor trabajó como actor de cine a partir de 1913. Dirigió su primera película, "The Awakening", en la que también actuó, en 1914. En los siguientes años, dirigió más de 50 películas y dirigió a algunas de las estrellas más populares de la época, como Mary Pickford, Wallace Reid, Dustin Farnum y su protegida, Mary Miles Minter, que protagonizó "Anne of Green Gables" en 1919. Para entonces, la ex esposa y la hija de Taylor sabían que él estaba trabajando en Hollywood. En 1918, mientras veían la película "Captain Alvarez", vieron a Taylor aparecer en la pantalla. Ethel gritó: "¡Ese es tu padre!" En respuesta, Ethel Daisy escribió a Taylor, que la visitó en Nueva York en 1921 y la convirtió en su heredera legal.
Entre 1914 y 1919, Taylor estuvo comprometido con la actriz Neva Gerber, a quien conoció durante el rodaje de "The Awakening". 


EL ASESINATO DE WILLIAM DESMOND TAYLOR

La mañana del 2 de febrero de 1922, William Desmond Taylor fue encontrado muerto  en su casa, prolijamente vestido. Cuando la policía llegó al lugar, el chalet estaba lleno de gente:  ejecutivos de la Paramount, la actriz Mabel Normand, el mayordomo del muerto, todos iban y venían nerviosamente por la casa. Cuatro individuos transportaban extrañas cajas y hasta hubo un médico que aparentemente pasaba por allí y que dio su diagnóstico: muerte natural por hemorragia estomacal, aunque cuando se levantó el cadáver apareció un charco de sangre que manaba de un pequeño orificio en la espalda de Taylor: había sido asesinado con una pistola de pequeño calibre, que no se encontró en la escena.
En los bolsillos de Taylor, se hallaron 78 dólares, una cigarrera, un reloj, un medallón con la foto de la actriz Mabel Normand, y un anillo de diamantes en uno de sus dedos, por lo que se deduce que el motivo del crimen no fue un robo. Pero una importante suma de dinero, que Taylor le había mostrado a su contador antes de morir, desapareció misteriosamente.
En la casa de Taylor descubrieron cartas de amor de varias mujeres, entre ellas las actrices Mabel Normand y  Mary Miles Minter, que tenía sólo 19 años. Se dijo que también había prendas íntimas femeninas marcadas con las iniciales M. M. M. y fotos del fallecido en actitudes procaces, rodeado de jovencitas. El escándalo no tardó en estallar en los periódicos de la época y fueron varios los señalados como sospechosos o testigos del asesinato, que nunca llegó a resolverse.


EDWARD F. SANDS

Edward Sands había sido empleado como asistente personal de Taylor, quien lo dejó a cargo de sus asuntos durante unas vacaciones en Europa en 1921. Cuando regresó de su viaje, Sands había desaparecido con varias de sus posesiones, incluyendo su automóvil, un talonario de cheques, una gran cantidad de cigarrillos y joyas. Sands había cobrado varios cheques en blanco dejados por Taylor y, usando el talonario de cheques robado, comenzó a falsificar  su firma. Poco después, le hizo saber que conocía su verdadera identidad, que Taylor había mantenido oculta desde su llegada a Hollywood,  y entro a robar en el bungalow del director, dejando sus huellas en la cama.
La policía consideró a Sands un fuerte sospechoso del asesinato, pero nunca emitió una orden de arresto contra él, que desapareció después del crimen. 


HENRY PEAVEY

Henry Peavey era el mayordomo y cocinero de Taylor, contratado para reemplazar a Sands. Tres días antes del asesinato, había sido arrestado por "vagancia social" y acusado de ser "lascivo y disoluto". 
Henry Peavey fue quien descubrió el cuerpo de Taylor. Interrogado repetidamente por la policía y los periodistas por posibles pistas, fue de poca ayuda. Algunos periodistas de William Randolph Hearst sospechaban que Peavey estaba reteniendo información, por lo que lo secuestraron unas semanas después del crimen e intentaron asustarlo para que confesara. En una entrevista en 1930, Peavey expresó la opinión de que Mabel Normand había sido la asesina de Taylor.


MABEL NORMAND 

Mabel Normand, la actriz cómica más popular del cine mudo, compartía con William Desmond Taylor  el interés por los libros, y ambos se hicieron íntimos amigos e, incluso, amantes. Fue la última persona que visitó a Taylor en su casa. Adicta a la cocaína, fue investigada por la policía, aunque nunca llegó a ser la principal sospechosa del crimen. La prensa especuló sobre la culpabilidad de Normand por su consumo de drogas y sus muchas actuaciones junto a Roscoe Arbuckle, quien había sido acusado poco antes del asesinato de Virgina Rappe. 
En el libro "A Deed of Death: The Story Behind the Unsolved Murder of William Desmond Taylor" (1990), Robert Giroux sostiene que Taylor se reunió con fiscales federales poco antes de su muerte y se ofreció a ayudarlos a presentar cargos contra los proveedores de cocaína de Normand, quienes se enteraron de esta reunión y contrataron a un asesino a sueldo para asesinar al director. 
Mabel Normand falleció de tuberculosis en la década del '20, y según su amiga y confidente, Julia Brew,  se preguntó, antes de morir, si alguna vez encontrarían al asesino de Taylor.


CHARLES EYTON

Charles Eyton era el gerente general de Paramount Pictures. Fue una de las primeras personas en llegar al lugar del asesinato, y se dice que fue él quien descubrió que dispararon a Taylor cuando intentó levantar el cuerpo. La policía entrevistó a Eyton, quien negó saber sobre cartas y otros artículos comprometedores que, aparentemente, habían sido retirados de la casa de Taylor después de su muerte.


MARY MILES MINTER

Mary Miles Minter, ex estrella infantil e ídolo adolescente de la pantalla, cuya carrera había sido guiada por Taylor, había crecido sin padre y sólo tenía tres años más que la hija que Taylor había abandonado en Nueva York. Se encontraron cartas de amor de Minter en el bungalow del director, que sirvieron para que la prensa alegara que las relaciones sexuales entre Taylor, de 49 años, y Minter, de 19, había comenzado cuando ella tenía 17. Sin embargo, Robert Giroux  sostiene en su libro que el amor de Minter por Taylor no fue correspondido, y que él se describía a sí mismo como "demasiado viejo para ella". Las cartas apasionadas de la joven actriz se imprimieron en los periódicos, rompiendo para siempre su imagen de pantalla como una joven modesta y sana. 


CHARLOTTE SHELBY

Charlotte Shelby era la madre de Mary Miles Minter. Al igual que muchas madres de actrices jóvenes, ha sido descripta como manipuladora y consumida por la codicia desenfrenada en referencia a la carrera de su hija. Minter y su madre estuvieron divididas por disputas financieras, pero luego se reconciliaron. Las declaraciones iniciales de Shelby a la policía sobre el asesinato fueron evasivas en lo que se refería a la relación de su hija con el fallecido.
Shelby supuestamente poseía una pistola de calibre 38 y algunas balas muy similares a las que mataron a Taylor. Después de que esta información se hiciera pública, la mujer arrojó la pistola en un pantano de Luisiana. Shelby conocía socialmente al fiscal del distrito de Los Angeles y pasó años fuera de los Estados Unidos, en un esfuerzo por evitar las investigaciones oficiales de su sucesor y la cobertura de la prensa relacionada con el asesinato. En 1938, su otra hija, la actriz Margaret Shelby (que por entonces padecía depresión clínica y alcoholismo), acusó abiertamente a su madre del asesinato. Shelby fue considerada sospechosa del crimen. La escritora Adela Rogers St. Johns especuló que la mujer estaba desgarrada por los sentimientos de protección materna hacia su hija y su propia atracción hacia Taylor. 
Casi 20 años después del asesinato de Taylor, el fiscal del distrito de Los Angeles, Buron Fitts, concluyó que la evidencia era insuficiente para acusar formalmente a Shelby y recomendó que las pruebas restantes y los archivos del caso se retuvieran de forma permanente (todos estos materiales desaparecieron). Shelby murió en 1957. Fitts, con mala salud, se suicidó en 1973.


MARGARET GIBSON

Margaret Gibson era una actriz de cine que había trabajado con Taylor cuando llegó por primera vez a Hollywood. En 1917, fue acusada, juzgada y absuelta de cargos equivalentes a la prostitución (también con acusaciones de tráfico de opio), después de lo cual cambió su nombre profesional a Patricia Palmer. En 1923, Gibson fue arrestada y encarcelada por cargos de extorsión, que luego fueron retirados.
Gibson tenía 27 años y estaba en Los Angeles en el momento del asesinato de Taylor. Su nombre no fue mencionado en su momento en relación con la investigación. Pero el 21 de octubre de 1964, mientras vivía en Hollywood, sufrió un ataque al corazón en su casa. Sintiendo que se estaba muriendo, la mujer, una católica romana recién convertida, pidió un sacerdote y luego confesó a sus vecinos que ella era la responsable de la muerte de  William Desmond Taylor. Falleció poco después.


LA TEORÍA DE KING VIDOR

A finales de 1966, King Vidor, un talentoso director y notable conocedor del Hollywood de aquellos días, inició por su cuenta una investigación para esclarecer la muerte de Taylor. Quería escribir un guión y recurrió a la memoria de mucha gente de la industria del cine para reconstruir, más de 40 años después, lo sucedido el 2 de febrero de 1922.   Investigó archivos policiales, la correspondencia del estudio y  los diarios de la época, y, aparentemente, llegó a resolver el caso aunque nunca llegó a rodar una película sobre Taylor, ya que su verdugo aún vivía.
El biógrafo Sidney Kirkpatrick cuenta en una documentada biografía que Vidor  descubrió que Taylor había abandonado a su mujer y a su hija y se había ido a California para, entre otras cosas, dar rienda suelta a su homosexualidad. Mabel Normand era su tapadera para frenar las murmuraciones: por aquel entonces y durante mucho tiempo después, para la industria cinematográfica, era más presentable un donjuán que un gay. 
Mary Miles Minter estaba enamorada sin remedio de Taylor, tal como lo proclamó a los cuatro vientos besando el cadáver del cineasta en el velatorio y gritando que el muerto le había susurrado prometiéndole amor eterno, ante la atónita mirada de la concurrencia. Pero nunca hubo nada entre ellos. La lencería marcada con las iniciales M. M. M. había sido plantada en la casa de Taylor  por los ejecutivos de la Paramount con la intención de involucrar a la actriz y sacársela literalmente de encima: su madre pedía mucho dinero y el estudio no estaba seguro de la inversión. 

Hasta aquí, amables lectores, esta primera entrega de la crónica negra de Hollywood. Me despido de ustedes con una cita de  Friedrich Dürrenmatt: "La diferencia entre los seres humanos y los animales salvajes es que los seres humanos oran antes de cometer un asesinato".

Buenos días.

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