LA POLILLA DEL TALENTO: ENVIDIAS Y ENVIDIOSOS
“La envidia es la polilla del talento.”
Ramón de Campoamor
“La envidia va tan flaca y amarilla
porque muerde y no come.”
Francisco de Quevedo
Considerada
por el cristianismo como un pecado
capital (generador de otros pecados y destructor del amor al prójimo que
proclama Jesús), la envida es, sin dudas, una de las emociones
más negativas que alberga el corazón humano. Se la define como el sentimiento o estado mental en
el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro,
sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e
intangibles, y nadie está exento de padecerla, ya sea como envidioso o como envidiado. Para que ustedes, mis queridos lectores, sepan todo lo
que tienen que saber sobre este tema espinoso, que perturba a todos y a todas, les acerco hoy el primer opúsculo de los varios que tengo en mente escribir, esta vez referido a los tipos de envidia que podemos experimentar los
seres humanos y, además, a los tipos de envidiosos con los que podemos
cruzarnos en nuestro diario y sacrificado trajinar. Pasen y lean.
TIPOS DE ENVIDIA
Todos
sentimos envidia alguna vez en la vida, así que no hacen falta explicaciones
abundantes acerca de qué es y cómo se siente esta emoción tan destructiva. Un poquitito de envidia no es nada, pero
cuando ese poquitito pasa a ser un montón
y se convierte en un problema para poder encontrar la felicidad porque vivenciamos el éxito ajeno como una
afrenta personal, estamos en problemas.
Para
saber si somos o no envidiosos (u envidiados), es necesario poder
identificar los diferentes tipos de envidia que existen y que podemos padecer.
-Envidia hacia la pareja: "¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta." - Victor Hugo
Los
éxitos de la pareja pueden hacer que las personas que basan sus relaciones en
el poder se sientan muy, muy mal. Estos envidiosos gustan hacerles saber a sus
hombres y mujeres que son mejores que ellos, más lindos, más inteligentes, más
exitosos y con mejores sueldos. Sentimientos tan negativos parecen irreconciliables
con el amor verdadero. Y lo son.
Cuando las parejas se componen de un envidioso y un envidiado,
irremediablemente, se encaminan hacia el naufragio.
-Envidia hacia los amigos: “Tan
grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.” - Séneca
En los grupos
de amigos siempre hay personas a las que les va muy bien: son muy felices, o muy talentosos, o muy bellos, o muy flacos, o muy adinerados. Y esto es una tortura china para el envidioso que necesita ser siempre el mejor. Competir con los otros y perder le producirá amargura y
rencor, y lo hará proclive a los tarascones desesperados.
-Envidia hacia los compañeros de clase o trabajo: “El
silencio del envidioso está lleno de ruidos.” - Khalil Gibran
El envidioso no soporta que sus compañeros de trabajo
o de clase estén por encima de él, por eso vive compitiendo ferozmente con ellos y buscando eclipsar sus logros.
Cosa que agota la paciencia de los camaradas y genera legiones de enemigos.
-Envidia hacia las
personas exitosas: "La envidia es el adversario
de los más afortunados." - Epicteto de Frigia
El envidioso suele creer que el éxito y el dinero son
pasaportes seguros a la felicidad. Y nada que ver. Ni un coche más potente, ni
una casa más grande, ni unas vacaciones más ostentosas, ni unas tetas más
orondas, harán feliz a un competidor compulsivo incapaz de superar la envidia y
aceptarse tal cual es.
TIPOS DE ENVIDIOSOS
-El sádico-sarcástico: "En los campos ajenos, la cosecha
siempre es más abundante." – Ovidio
Este tipo de envidioso es aquel que se toma todo con
muchísimo humor, pero se delata cuando no puede evitar recibir alguno de
nuestros logros con una sonrisita sarcástica o un comentario irónico. No le
gusta mostrar la hilacha y trata de
mantener sus envidias en el más absoluto secreto, por eso intenta camuflar lo
negativo con lo positivo y suele soltar frases como “Gracias, pero me podrías haber preguntado
cuál era mi bebida favorita antes de traerme una”.
-El Exocet, directo al
blanco: “El envidioso puede morir, pero la envidia nunca.” - Molière
El Exocet es el envidioso que no duda
en lanzar sus dardos envenenados en forma de comentarios lapidarios
relacionados con nuestro físico: "¡Largá
los postres!”, “Tu nuevo corte de
pelo es espantoso”, “Metida dentro de ese vestido pareces una mortadelita
Paladini”, "Nena, qué nariz", etc., etc. Este envidioso está absolutamente descontento con su
aspecto físico y con estas acotaciones malsanas busca que los demás se sientan
tan miserables como él.
-El negativo: "La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente." - Ovidio
El envidioso negativo es el adalid de la mala onda. De su boca caen constantemente, como si de sapos y culebras se tratara, vocablos mordaces y destructivos. ¿Conseguimos un buen trabajo? En cualquier momento nos pondrán de patitas en la calle. ¿Empezamos a salir con un guacho con los abdominales de Pico Mónaco? Ojo que no somos Pampita. ¿Nos ganamos un pan dulce en la rifa de un Centro de Jubilados? Seguro que lo tienen desde diciembre del año pasado. El negativo es especialista en bajarnos de un hondazo.
-El asesino horriblemente lento: "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual."- Miguel de Unamuno
El asesino horriblemente lento es ese envidioso deplorable que gusta del trabajo de hormiga. Despacito, y con sutileza, va a aportando día a día su granito de arena para que nos sintamos cada vez más desgraciados y es, además, experto en hacernos daño cuando menos lo esperamos.
-El entrometido: "Un envidioso jamás perdona el mérito." - Pierre Corneille
Experto en meter su naricita díscola donde no debe, este envidioso suele presentarse como alguien que quiere ayudar. Oculta tras esa fachada de buen samaritano su compulsión por examinar y viviseccionar cristianos inocentes y regodearse en los fracasos ajenos.
-El ególatra: "La envidia es una declaración de inferioridad." - Napoleón Bonaparte
Harto sabido es que los ególatras son insoportables. Pero, además, suelen ser envidiosos. El ególatra pondrá siempre en claro que lo suyo es mejor que lo tuyo: casa más grande, hijos más educados, auto más moderno, culo más modosito. No está satisfecho con lo que tiene y busca aparentar lo contrario. Destruyéndonos.
-El stalker: "La envidia se traduce en grandes molestias corporales: palidez lívida, consunción, ojos hundidos, aspecto torvo y degenerado." - Juan Luis Vives
En apariencia, el stalker no está ni a favor ni en contra de tu grata persona. Pero observa detenidamente todos tus movimientos y está presto a saltarte a la yugular ante el primer traspié. "Te lo dije", es su frase favorita. La sisea como una víbora cruel mientras se refocila en nuestras catástrofes.
Hasta aquí, mis queridos, el primer opúsculo sobre este tan peliagudo tema: la envidia. Me despido de ustedes con un pensamiento del genial Alejandro Dolina: "La envidia es acaso el peor de los pecados. El goloso come, el lujurioso verifica el acto venéreo, el avaro toma su dinero; en cambio el envidioso se reseca en... bueno, su envidia."
Buenas noches.
Fotografía: Jayne Mansfield y Sophia Loren en Romanoff's Restaurant, Beverly Hills (1957)
Fotografía: Jayne Mansfield y Sophia Loren en Romanoff's Restaurant, Beverly Hills (1957)
MUY BUENA DEFINICIÓN SOBRE LA ENVIDIA. LO COMPARTO Y ME LO COMPARTO EN MI MURO.SARAH
ResponderEliminarAbrazo, Sarah!
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