MAGICAL MYSTERY TOUR XVIII
“¿Por qué asustarse? ¿Por qué dudar? ¿Acaso porque se ignore lo que hay allá, porque no vuelve, o más bien porque es propio de nuestra naturaleza suponer que todo es confuso y tinieblas en lo desconocido?”
Goethe
Hola, mis queridos. Aquí estoy nuevamente para ofrecerles una escalofriante entrega de la saga "Magical Mystery Tour". Pasen y lean.
-TUMBAS LICIAS DE ROCA, MUĞLA, TURQUÍA:
En la actual Turquía, cerca de Fethiye,
se emplaza la que fuera una de las ciudades más grandes de la Alianza Licia, la antigua Myra, célebre por sus tumbas rupestres
excavadas en la roca.
Las
Tumbas de Roca de Licia son dos monumentales complejos de tumbas rupestres,
excavadas en dos emplazamientos distintos, siendo el más famoso el que fue
esculpido en la roca de un acantilado a orillas del río Demre Cay. Las tumbas
son una verdadera joya de la arquitectura en piedra y una
de las construcciones más magníficas y deslumbrantes de Turquía. Su antigüedad
ronda los 2400 años, ya que fueron erigidas en tiempos previos a la llegada del
helenismo. Las sepulturas más viejas están dedicadas a la diosa Leto, según
pudo descifrarse de algunas inscripciones en los altares y columnas del
complejo. En el conjunto de Tumbas de Roca de Licia se encuentra la última
morada de los reyes de
Canuos, una antigua ciudad griega que figuraba entre las más
grandes de la región.
Las tumbas eran excavadas en las alturas para facilitar la
llegada de sus moradores al cielo.
-BURG FRANKENSTEIN, DARMSTADT, ALEMANIA
El Burg Frankenstein (Castillo de
Frankenstein) es un castillo de cima situado a
5 km al sur de Darmstadt, Alemania. Se dice que la colina en la que se erige el castillo fue probablemente ocupada por otro castillo hasta el siglo XI, cuando fue abandonado luego de la construcción del Burg Frankenstein, a unos cientos de metros hacia el noroeste, aunque esto es históricamente improbable.
Antes de 1250,
Lord Konrad II Reiz von Breuberg construyó el Burg
Frankenstein y desde entonces se hizo llamar von und zu Frankenstein. Fundó,
además, el Señorío Imperial Libre de
Frankenstein, que sólo respondía a la jurisdicción del emperador, con
posesiones en Nieder-Beerbach, Darmstadt, Ockstadt, Wetterau y Hesse.
En el año 1292, los Frankenstein abrieron el
castillo a los Condes de Katzenelnbogen y
se aliaron con ellos. En 1363, el castillo fue dividido en dos partes, cada una
de las cuales fue entregada a una familia diferente, ya que los Frankenstein se
enfrentaron en batallas legales. Al principio
del siglo XV,
una de las familias se adueñó de la totalidad de la edificación que fue
agrandada y modernizada, y los caballeros de Frankenstein se independizaron de
los Condes de Katzenelnbogen.
En 1662, el castillo fue
adquirido por el Condado de
Hesse-Darmstadt. Fue usado como refugio y, más tarde, como hospital. Para el
siglo siglo XVIII estaba en ruinas. Sus dos torres, que hoy en día son su
distintivo, son restauraciones históricamente incorrectas de mediados del siglo XIX.
En 1673, el alquimista Johann Conrad Dippel nació en el castillo.
Antes de la década del ’60 se construyó un restaurante dentro del
castillo. En 1976, los soldados estadounidenses estacionados en Darmstadt fundaron
un Festival de Halloween anual en el castillo, celebración que ha crecido hasta
convertirse en uno de los mayores festivales de Halloween de Europa.
Son muchas las historias que
rodean al Burg
Frankenstein. Se dice que en sus alrededores fue sepultado un gran tesoro
perteneciente a una familia de la nobleza y que, en alguna época, fue lugar de
reunión de brujas, debido a que las piedras del lugar están imbuidas de magia
celta. Otra historia muy popular es la del caballero Georg von Frankenstein quien,
en 1512 y según cuenta la leyenda, luchó contra un dragón para evitar que su
amada fuera entregada en sacrificio a la bestia. Esta historia nació como consecuencia
de la imagen de un caballero con un dragón a sus pies que se encuentra en la
tumba de Georg von Frankenstein que es, en realidad, una representación de San
Jorge.
La mayor cantidad de leyendas
relacionadas con el Burg Frankenstein
tienen como protagonista a Johann Conrad Dippel. Dippel estudió
teología, filosofía y alquimia en la Universidad de Giessen, obteniendo el grado en Teología en el año 1693. Llevó una
vida aventurera y tuvo problemas debido a sus polémicas opiniones
y a algunas dificultades económicas. Sostenía que la religión no debía ser
dogmática, sino basarse exclusivamente en el amor y en el sacrificio personal.
Durante su estancia en el Burg Frankenstein, Johann Conrad Dippel practicó la alquimia
y la anatomía. En esa época descubrió un aceite animal conocido como aceite empireumático o aceite de Dippel, que se emplea como antiséptico y para desnaturalizar los
alcoholes. El aceite se utilizó en Berlín en 1704 buscando crear un tinte rojo, pero al utilizarlo en reemplazo del carbonato de
potasio, se obtuvo el tinte azul llamado Azul de Prusia, Azul Prusiano o Azul
Berlinés.
Los rumores afirmaban que Dippel llevaba a cabo cruentos experimentos con
cadáveres en el Burg Frankenstein. Aunque los detalles reales de esos
experimentos nunca han sido confirmados, se decía que el alquimista intentaba
transferir el alma de un cadáver a otro. La destrucción de una de las torres
del castillo derivada de uno de sus experimentos no hizo más que aumentar las habladurías
acerca de sus extrañas actividades.
Si bien las afirmaciones actuales sobre la influencia de Dippel en la
novela de Mary Shelley, “Frankenstein”, son controvertidas, los historiadores
locales creen que las leyendas que rodearon la vida del alquimista fueron
transmitidas por el lingüista y mitólogo Jacob Grimm a la traductora de
sus cuentos, Mary Jane Clairmont, madrastra de Mary. Se dice, además, que en 1814, de camino al Lago Lemán
(Lago Ginebra), Mary, su
hermanastra Claire Clairmont y su pareja Percy Bysshe Shelley visitaron el Burg Frankenstein.
El historiador Radu Florescu compara la trayectoria vital de Dippel con
la del protagonista de Frankenstein, confirmando vehementemente que haya sido
la inspiración para crear el personaje. Entre los argumentos para avalar esta
teoría, apunta el prestigio que la alquimia poseía en la época en la que vivió Dippel,
y que él mismo afirmara que poseía la clave para el principio vital que le permitiría crear vida a partir de materia
inanimada. Además, Johann
Conrad Dippel fue expulsado de la
Universidad de Giessen por contraponerse a la autoridad de sus profesores
esgrimiendo la de filósofos alquimistas como Paracelsus.
-FOREPAUGH'S RESTAURANT, ST. PAUL, MINNESOTA, EE.UU.
El Forepaugh's Restaurant es un establecimiento de alta cocina francesa en St.
Paul, Minnesota, EE. UU. El edificio, de
estilo victoriano, con tres plantas, sótano y una gran zona ajardinada, fue
construido en la década de 1870 por Joseph Forepaugh, un adinerado empresario
dedicado a la industria textil.
Joseph contrató a una joven llamada Molly para que ayudara en las
tareas domésticas de su gran mansión. Poco tiempo después iniciaron un romance
que fue descubierto por la esposa de Joseph, que exigió que la relación
adúltera terminara inmediatamente. Molly, que estaba embarazada, se ahorcó colgándose de la araña de una de las
habitaciones del 3º piso.
En 1866, aproximadamente un año después del suicidio de Molly, Joseph
Forepaugh se trasladó con su familia a Europa, en un intento de dejar atrás la
tragedia. La casa fue adquirida por el general John Henry Hammond, un veterano
de la Guerra Civil.
En 1889 los Forepaugh regresaron a Minnesota y Joseph construyó
otra mansión de estilo victoriano, justo al final de la calle de la casa
anterior. Tres años más tarde, se pegó
un tiro en el jardín de su casa.
La mansión Forepaugh tuvo varios dueños. En 1983 fue adquirida por
sus actuales propietarios, quienes decidieron convertirla en un elegante
restaurante. Algunos empleados y clientes del lugar afirman haber visto a los
fantasmas de Joseph y Molly paseando por el restaurante, vestidos a la usanza del siglo XIX. Joseph
suele ser visto en la planta baja y Molly, en el 3º piso.
-KARNER BEINHAUS, HALLSTATTN, AUSTRIA
Karner Beinhaus
(Casa de los Huesos) es una pequeña capilla
con un cementerio adyacente en la aldea de Hallstattn, Austria. El cementerio
sirve como lugar de reposo eterno para muchos de los habitantes de la ciudad,
pero según las lápidas, sólo aquellos quienes han fallecido recientemente
descansan en estas tierras, situación que se comprende al entrar al osario
donde se encuentran decenas de filas de cráneos
humanos maravillosamente decorados.
El diminuto cementerio no puede albergar las tumbas de todos los
ciudadanos de Hallstatt muertos a través de cientos de años. Debido a la
posición geográfica de este poblado, construido sobre una pequeña franja de
tierra entre las montañas y al margen del lago Hallstätter, apenas hay espacio
suficiente para algunos edificios y una ruta, por lo que resulta imposible
mantener un cementerio grande. Por eso, y con el objetivo de hacer espacio, se
fueron desenterrando los restos más antiguos. Los cráneos se blanquearon al sol
y posteriormente fueron pintados con diversos motivos como el nombre del
difunto, flores, hojas, cruces y el año del fallecimiento. La práctica tuvo sus
inicios en 1970, y de los 1200 cráneos en Karner Beinhaus, unos 610 tiene
decoraciones con los estilos más variados, según el tiempo en que fueron
exhumados.
-LaLAURIE MANSION, NUEVA ORLEANS, LUISIANA, EE.UU.
Marie Delphine
LaLaurie (nacida Macarty o Maccarthy)
nació en Nueva Orleans, Luisiana,
EE. UU., en el año 1775, en el seno de una
familia de origen irlandés con una holgada situación económica. Siempre se
movió en los círculos de la alta
sociedad de Luisiana y, en el verano de 1800, se casó con un
caballero español, Don Ramón
de López y Angulo, quien, cuatro años después, se convirtió en Cónsul
General de España en Luisiana. Ese mismo año, el matrimonio viajó a España. Delphine, que
estaba embarazada, dio
a luz a bordo del barco y, ya en España, llegó a conocer a la
reina, María Antonia de Nápoles, primera
esposa de Fernando VII, que
quedó impresionada con su belleza. Su marido, en cambio,
murió durante la travesía, en La Habana.
Delphine regresó a Nueva Orleans
con su hija, y
en 1808 contrajo nuevas nupcias, esta vez con el acaudalado
magnate Jean Blanque,
con quien tuvo otros cuatro hijos. Blanque, que era anciano, falleció ocho años
después, y el el 25 de junio de 1825, Delphine
volvió a casarse, esta vez con un hombre más joven que ella, el médico Leonard Louis Nicolas Lalaurie.
Los Lalaurie vivían en una imponente mansión de tres plantas y estilo colonial francés
en Royal Street 1140, en pleno centro urbano, y mantenían una posición importante en los círculos
sociales de Nueva Orleans. Delphine detestaba a su esposo.
El 10 de abril de 1834 se declaró un incendio en la mansión que sólo la afectó levemente pero que suscitó la intervención de los bomberos locales, quienes, en la cocina, donde se había desatado el siniestro, se encontraron con una desagradable sorpresa. Atada por el tobillo al horno había
una vieja esclava negra medio
asfixiada por el humo. La mujer declaró que había sido ella quien iniciara el
incendio, como un intento de suicidio, porque estaba a punto de ser llevada a
un cuarto en el último piso de la casa para ser castigada por una supuesta
falta. Aseguró, además, que ninguna de las personas que habían sido llevadas a esa misteriosa habitación había sido vista otra vez. Inmediatamente se derribó la puerta de la
temible habitación superior, cerrada con llave, y allí, colgados del techo mediante argollas en sus cuellos había siete
esclavos aún vivos pero en penosas condiciones, mutilados
y con signos claros de tortura.
Una de las personas que entró a la mansión fue el juez Jean-Francois Canonge, que más tarde declaró haber encontrado en la mansión LaLaurie, entre otros, a "una negra... utilizando un collar de hierro" y "una vieja mujer negra que había recibido una herida muy profunda en su cabeza [que estaba] demasiado débil para poder caminar". Canonge agregó que cuando interrogó al esposo de Madame LaLaurie acerca los esclavos, el médico le contestó en forma insolente que "algunas personas debían quedarse en sus casas en lugar de ir a las casas de otras para dictar leyes y meterse en las vidas de los demás"
Los esclavos fueron trasladados a la cárcel local para dispensarles cuidados médicos. Allí los visitaron miles de personas que no podían creer aquella macabra historia. Una
turba de ciudadanos enardecidos atacó la residencia LaLaurie.
El Pittsfield Sun, citando
al New Orleans Advertiser en un artículo escrito varias
semanas después de la evacuación de la dependencia de esclavos de LaLaurie,
indicó que dos de los esclavos encontrados en la mansión habían
muerto luego su rescate y añadió: "Entendemos que... luego de cavar en el jardín,
se encontraron cuerpos, y una vez destapado el pozo de la mansión se
encontraron más, entre ellos el de un niño".
Al
parecer, la familia LaLaurie se las arregló para escapar en algún momento en
medio de los desmanes, refugiándose primero en Alabama, donde el
doctor se separó de su esposa. Delphine dejó a sus hijos a cargo de unos familiares
y embarcó hacia París. Allí falleció el 7 de
diciembre de 1842, a los 67 años, según cuenta la leyenda en un accidente de
caza de jabalíes.
La casa en la que vivía Delphine
LaLaurie en Nueva Orleans aún sigue en pie
en Royal Street Nº 1140, en la esquina de Royal Street y la Calle Governor
Nicholls. Luego de que LaLaurie huyera de los Estados Unidos, la casa
estuvo en ruinas hasta casi 1836, pero en algún momento antes de 1888 fue restaurada y,
en las décadas siguientes, utilizada como escuela pública, conservatorio de
música, casa pública, refugio de
delincuentes juveniles, bar, tienda de muebles y edificio de departamentos de
lujo. En 2007 la mansión fue adquirida por el actor Nicolas Cage.
Se dice que la Mansión LaLaurie es uno
de los edificios más embrujados de Nueva Orleans y que en el lugar pueden oírse
lamentos,
voces de ultratumba y ruidos inexplicables.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con un pensamiento de Carlos Castañeda: “El mundo es incomprensible. No vamos a entenderlo nunca, no vamos a desentrañar sus secretos nunca. Por lo tanto, debemos tratar al mundo tal como es: un gran misterio.”
Buen domingo.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con un pensamiento de Carlos Castañeda: “El mundo es incomprensible. No vamos a entenderlo nunca, no vamos a desentrañar sus secretos nunca. Por lo tanto, debemos tratar al mundo tal como es: un gran misterio.”
Buen domingo.
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