MISTERIOSA BUENOS AIRES VII
"Desde uno de tus patios haber mirado
las antiguas estrellas."
Jorge Luis Borges
Buenas noches, mis queridos. Aquí estoy nuevamente para ofrecerles la séptima parte de “Misteriosa Buenos Aires”, para que sigamos descubriendo esos rincones de la ciudad que nos emocionan y nos sorprenden con sus historias que son las nuestras.
-Estadio Antonio Vespucio Liberti (Av. Figueroa Alcorta y Av. Udaondo, Belgrano)
El Estadio Antonio Vespucio Liberti, también
conocido como Estadio Monumental o Monumental de Núñez,
es un estadio propiedad del Club Atlético River Plate ubicado en la intersección de las
avenidas Figueroa Alcorta y Avenida
Udaondo del barrio porteño
de Belgrano (no Núñez como se cree comúnmente). Fue inaugurado el 26 de
mayo de 1938 por el presidente de ese entonces, Antonio Vespucio Liberti quien, además, decidió su construcción. Es el estadio dedicado a la práctica futbolística más grande de Argentina, y uno de los más grandes de América, además de poseer una pista de atletismo.
El 23 de junio de 1968, en un encuentro por el campeonato local de fútbol, se enfrentaron los dos equipos más grandes de la Primera División del deporte más popular de la Argentina: River Plate y Boca Juniors. El partido se jugó en el estadio de River Plate, transcurrió sin incidentes y acabó en un empate sin goles.
El 23 de junio de 1968, en un encuentro por el campeonato local de fútbol, se enfrentaron los dos equipos más grandes de la Primera División del deporte más popular de la Argentina: River Plate y Boca Juniors. El partido se jugó en el estadio de River Plate, transcurrió sin incidentes y acabó en un empate sin goles.
Varios minutos antes de que terminase el encuentro, un nutrido
grupo de simpatizantes de Boca comenzó a retirarse del estadio y transitar por
los accesos que llevaban a la salida del público visitante. En el caso de la Puerta
12, este acceso era un sector de
escaleras estrechas que desembocaba en una salida a la cual debían
desmontarse los molinetes que controlaban la entrada al estadio, hecho
fundamental para que no estorbaran el paso de quienes intentaban abandonar la
cancha. Aquí, las versiones acerca de lo sucedido difieren: algunos testigos presenciales afirman que el flujo de la multitud se
vio impedido por los molinetes, que no habían sido retirados. Otros aseguran
que la puerta estaba cerrada y atrancada. También hay quienes incluyen el
clima político de la época y aseveran que grupos policiales se acordonaron en el
acceso 12 e impidieron la salida de la multitud. Quienes avalan esta versión
señalan que en ese entonces la Argentina se encontraba gobernada por una rígida
dictadura militar que ya había incurrido en numerosos actos de represión, y que
el accionar que provocó la desgracia fue una represalia por choques con fuerzas
policiales que había protagonizado momentos atrás una parte de la hinchada
xeneize. Lo cierto es que la presión de
la multitud que intentaba salir causó la muerte de 71 personas. Fue la catástrofe más grande del fútbol argentino y se la conoce como la tragedia de la
Puerta 12.
La mayoría de los muertos eran jóvenes y adolescentes. El
promedio de edad, 19 años. La causa quedó a cargo de un Juez de
Menores, Oscar Hermelo. Cuando al día siguiente fue al estadio para hacer una inspección ocular, todavía había cordones, hebillas de cinturón y peines
sobre los escalones. Y manchas de sangre. Pero para la Justicia nunca
hubo responsables.
Quienes
concurren asiduamente al estadio de River Plate cuentan que hechos extraños
suceden en el lugar cuando se aproxima el aniversario de la tragedia. La zona,
que ha sido rebautizada como Acceso L, es escenario de una fuerte actividad paranormal y allí pueden escucharse
lamentos, quejas, susurros y puertas que se cierran o abren sin que nadie las
toque, lo que hacen suponer que el sector que fue hace tantos años escenario
del horror está habitado por los fantasmas de las víctimas de la tragedia.
Otro
indicio de actividad paranormal es la materialización de objetos que pertenecen
a otra época y tiene que ver con una ruptura en el equilibrio energético que causa de un suceso violento que, en general, pone fin a la vida de una o varias
personas. Se dice que en el Acceso L es común la aparición inexplicable de
ropa, zapatos, gorras y banderines. Los objetos son guardados cuidadosamente,
pero pocos días después de los aniversarios desaparecen, ya que la energía que
provoca su materialización se disipa.
Una
curiosa leyenda urbana conectada con la tragedia
de la Puerta 12 habla de una ceremonia de iniciación que los jugadores más
jóvenes de River Plate realizan para ganarse el favor de las almas en pena y de
ese modo canalizar su energía de forma favorable. La ceremonia, a veces
erróneamente confundida con un exorcismo, es un acto propiciatorio que rinde respetos a
las almas de los muertos.
-Clínica Neuropsiquiátrica Saint Emilien (Crisólogo Larralde 3990, Saavedra)
La Clínica Neuropsiquiátrica Saint Emilien, ubicada en la Avenida Crisólogo Larralde (en ese entonces Republiqueta) 3990, entre Estomba y
Rómulo Naón, en el barrio de Saavedra, se incendió la noche del
26 de abril de 1985. En ese momento había más de 400 pacientes internados en un
edificio de seis pisos, sin escalera de emergencia, construido con materiales
altamente inflamables, y con graves falencias en sus condiciones de seguridad.
Tras el incendio, la Municipalidad de Buenos Aires reconoció que la clínica
funcionaba con permisos precarios y que acumulaba decenas de actas por
infracciones, una de las cuales ponía como fecha máxima para resolver las
irregularidades exactamente el día del incendio. De todos modos, no se responsabilizó a nadie por el siniestro.
En el incendio, que se inició en el 3º piso y se propagó
rápidamente por todo el edificio, murieron 79 personas y más de
200 resultaron heridas. Por tratarse de un centro
psiquiátrico, algunos pacientes habían sido dormidos con sedantes como parte de
su tratamiento y no pudieron huir de las llamas.
Otros hallaron las puertas de seguridad de sus habitaciones cerradas y con
barrotes. Lo mismo ocurrió con algunas ventanas. Las víctimas quedaron a merced
de las llamas y de los gases. Los que no murieron calcinados lo hicieron
por asfixia.
Los atónitos observadores del siniestro vieron cómo una enfermera de la
clínica se arrojaba por una ventana del 3º piso intentando escapar de las llamas.
Iba envuelta en un colchón. La joven encontró la muerte por el impacto de la
caída. También los internos pretendían huir arrojándose desde las alturas.
Los vecinos del lugar aseguran que los guardias de seguridad prefieren cumplir servicio de custodia afuera del lugar, ya que por las
noches, aún pueden escucharse allí gritos desgarradores.
-Las sombras de la Plaza Marcos Sastre (Monroe 4600, Villa Urquiza)
La Plaza Marcos Sastre se
encuentra en el barrio de Villa Urquiza, en la Ciudad de Buenos Aires. Está delimitada por las calles Monroe, Miller,
Valdenegro y las vías del Ferrocarril Mitre. Desde el año 1875 hasta el 23 de marzo de 1898 funcionó en
el terreno ocupado en parte por la actual Plaza Marcos Sastre, el segundo Cementerio de Belgrano.
Las epidemias de cólera y fiebre amarilla de aquella época ocasionaron
la creación
de lugares de entierro en diferentes puntos de la Ciudad de
Buenos Aires. Uno de los sitios elegidos fue este terreno que poco a poco vio
colmada su capacidad y fue clausurado a fines del siglo XIX. Los
cadáveres allí enterrados se trasladaron en 1896 al Cementerio Municipal de la
Chacarita (por aquel entonces conocido como Cementerio del Oeste), pero algunos vecinos están convencidos de que no
todos los muertos fueron removidos. Luis
Alposta, historiador y escritor de “Geografía Íntima de Villa
Urquiza” (1981), recuerda que las bóvedas y varias lápidas permanecieron en
total estado de abandono hasta que en 1919, cuando se declaró el terreno como plaza
pública.
Mientras estuvo abandonada, la plaza fue
un lugar tétrico y sombrío, escenario de montones de mitos e historias de
terror barriales. Se dice que en la última remodelación de los juegos infantiles, se
encontraron restos humanos.
Muchos años atrás, existía una vieja
escalinata en la esquina de la calle Miller, que conducía a un túnel oscuro y
tenebroso que llevaba al subsuelo y asustaba a los curiosos intrusos. Para todo el barrio, el lugar era hogar de
espíritus y fantasmas. En realidad, dicha escalera conducía a un depósito
utilizado por los trabajadores del ferrocarril. Pero los mitos del cementerio
siempre fueron más fuertes que cualquier explicación sensata.
A pesar de haber superado el tan temido
abandono y de haberse convertido en un lugar de encuentro para las familias de
Villa Urquiza, la historia secreta de la Plaza Marcos Sastre vuelve una y otra
vez y es transmitida de generación en generación. “Es inevitable pensar que
todos estos árboles tan viejos y todas las plantas que crecen tan frondosas
emergieron sobre tierras abonadas por restos humanos”, acota Cristina, una
vecina. Otros vecinos comentan que en las
noches oscuras es común ver fantasmas en el lugar. Los que se han cruzado con ellos
comentan que son muy altos y emiten gritos que congelan la sangre.
-El laberinto
(Parque Chas)
Parque Chas es uno de los barrios en los que está dividida la ciudad de Buenos Aires.
Es el último barrio en conformarse, ya que su formación fue aprobada por
la Legislatura de la Ciudad de Buenos
Aires el 6 de diciembre de 2005 a través de la
ley Nº 1907/06. Si bien anteriormente había sido un barrio, en 1976 el
intendente de facto Osvaldo Cacciatore, durante la dictadura
cívico-militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, le
quitó esa condición.
La principal característica y rasgo de
identidad del barrio es la existencia, en su centro histórico, de una serie de
calles circulares con nombres de ciudades europeas que
le dieron fama de ser un verdadero laberinto.
Se dice que es imposible dar vuelta a la
manzana acotada por las calles Berna, Marsella,
La Haya y Ginebra. Quien lo intenta, aparece en cualquier otro lugar del
barrio. También suele suceder que un transeúnte siga en la misma calle aún
después de doblar una esquina.
-Palacio de Tribunales (Talcahuano 550, San Nicolás)
El Palacio de Justicia de la Nación, conocido
popularmente como Palacio de Tribunales, Tribunales de
Talcahuano (por la calle donde tiene su entrada principal) o, simplemente Tribunales, es un
complejo arquitectónico estatal ubicado en Buenos Aires, sede del Poder Judicial y de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Es un edificio de siete pisos de estilo neoclásico con
influencias griegas y romanas, diseñado por el arquitecto francés Norbert Maillart.
Su arquitectura mantiene una rigurosa simetría, que se acompaña a cada paso con
símbolos que remiten a la idea de justicia, como balanzas o
pequeñas hachas rodeadas de haces de varas, símbolos del poder romano. En el al
Hall de Entrada se encuentra la obra del escultor argentino Rogelio Yrurtia, "Justicia”, hecha en bronce y de casi tres
metros de alto. A los costados, pueden verse los coronamientos que representan
las Tablas de la Ley sostenidas por figuras humanas.
Dicen que cuando
anochece y quedan pocas personas en el edificio, pueden verses diversas sombras
y espectros. Muchos aseguran que son las almas en pena de muchos
condenados que decidieron suicidarse en el lugar.
Me despido de ustedes con unas palabras del poeta, novelista, ensayista, traductor e hispanista neerlandés Cees Nooteboom: "A orillas del Río de la Plata encontré dos piedras que me gustaron. Para hacerme un pequeño territorio en Buenos Aires, las puse sobre la mesa del departamento. A partir de ese momento, ese espacio fue mío."
Buenas noches.
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