EL EKEKO
"La buena fortuna siempre favorece a los valientes".
Virgilio
El Equeco o Ekeko (del aimara Iqiqu) es un símbolo andino de la abundancia, la fecundidad y la alegría. Es una manifestación cultural característica del altiplano andino y que recibe culto en el occidente andino de Bolivia, principalmente en La Paz, en las regiones sur de Perú y el norte de Chile y Argentina. Se lo conoce también como Keko, Iquiqu o Tonupa.
Se cree que el Ekeko provee de abundancia al hogar donde se le rinde tributo. Toma la forma de un hombre de corta estatura, sonriente, ligeramente grueso, vestido con ropas típicas del altiplano y, ocasionalmente, con ropa de ejecutivo e incluso de mendigo. Suele cargar gran cantidad de bultos de alimentos y otros bienes de primera necesidad. Cuanto más cargado esté el Ekeko mayor es la riqueza que obtendrá su dueño. En la actualidad, estas figuras vienen con una abertura en la boca para que sus dueños le puedan poner un cigarro y hacerlos fumar. Y esto se debe a que la tradición señala que “hay que engreír al Ekeko” (cargarlo con billetes, serpentinas, pica pica, cigarros) para que dé abundancia y protección.
El Ekeko es la figura principal de la Feria de la Alasita, un evento cultural que ocurre cada 24 de enero en La Paz, Bolivia. En Perú la fiesta principal en honor al Ekeko se celebra el 3 de mayo de cada año en la ciudad de Puno, en el cerro Machallata.
El origen del Ekeko no está del todo claro. Algunos historiadores señalan que su origen data del siglo XVIII, después de la la llegada de los españoles al continente americano. Otros sostienen que la imagen de este personaje es mucho más antigua, y retroceden hasta la cultura inca explicando que el Ekeko era el dios de la abundancia.
LA LEYENDA DEL EKEKO
La leyenda cuenta que en 1781, el joven Isidro Choquehuanca ofreció una estatua del pequeño dios a su enamorada Paulita Tintaya, cuando ella partió a trabajar en la casa de Doña Josefa Úrsula de Rojas Foronda y Don Sebastián de Segurola en la ciudad de La Paz. Don Sebastián era el gobernador y comandante de armas de la ciudad.
Poco después de la llegada de Paulita a La Paz, la ciudad fue cercada por un movimiento indígena de 40.000 hombres, comandados por Tupac Katari, que se levantaron contra la corona española. Durante varios meses, La Paz no podía hacerse de provisiones y el agua y los alimentos eran bienes escasos. Paulita, sin embargo, no sufrió esta situación ya que su novio, reclutado en el ejército de Tupac Katari, cruzaba las líneas de defensa en secreto, para llevarle agua y comida.
Paulita decidió compartir su comida con Doña Josefa y Don Sebastián sin poner en peligro a Isidro y contó que eran dones de la estatuilla que Isidro le había obsequiado y representaba al dios de la abundancia de Tiahuanaco. Sus patrones aceptaron esta explicación sin quejarse y agradecieron humildemente a este pequeño dios andino quien, en aquella época, era representado desnudo y con un pene enorme en erección ya que, además de ser el dios de la abundancia, lo era de la alegría y la fertilidad.
Después de varios meses de asedio, el ejército español llegó a La Paz y la ciudad fue liberada. Los habitantes de La Paz habían sufrido una terrible hambruna que no había afectado a Don Sebastian y su esposa. El Gobernador decidió rendir homenaje al pequeño dios precolombino que los había salvado. Trasladó la feria que hasta entonces se celebraba el 20 de octubre de cada año (fecha de la fundación de la ciudad de La Paz) al 24 de enero. Durante esta feria, comenzaron a intercambiarse o venderse Ekekos, ya que Don Sebastián le aseguro a su pueblo que eran milagrosos.
Los españoles decidieron modificar la apariencia del Ekeko: se deshicieron de su pene exhuberante y lo vistieron con ropas típicas del altiplano.
La Feria de la Alasita es una feria anual tradicional de miniaturas artesanales con la finalidad ritual de que las mismas se conviertan en realidad. El Ekeko es considerada la deidad de esta feria que se celebra principalmente en la ciudad de La Paz, en Bolivia, cada 24 de enero. Los que han adquirido las miniaturas, someten estas a un ritual que puede variar según el celebrante. La ceremonia consiste básicamente en una ch'alla, rito andino que incluye una rociada con alcohol o vino, pétalos de flores, sahumerio, adornos coloridos y oraciones que mezclan tradiciones prehispánicas y católicas.
En La Paz la festividad de la Alasita se celebra con una feria que aglutina alrededor de 5000 artesanos de todos el país y países invitados. El evento dura un mes y se inicia el mediodía del 24 de enero, pero tiene sus propias versiones locales con fechas propias en otras ciudades bolivianas. Esta tradición, que se originó en la época prehispánica, adquirió aceptación y vigencia en la sociedad de la época colonial y en la actualidad es un elemento cultural común de la sociedad boliviana y una de las fiestas tradicionales más importantes de Bolivia. El 27 de noviembre de 2017, los Recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita, fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
En La Paz la festividad de la Alasita se celebra con una feria que aglutina alrededor de 5000 artesanos de todos el país y países invitados. El evento dura un mes y se inicia el mediodía del 24 de enero, pero tiene sus propias versiones locales con fechas propias en otras ciudades bolivianas. Esta tradición, que se originó en la época prehispánica, adquirió aceptación y vigencia en la sociedad de la época colonial y en la actualidad es un elemento cultural común de la sociedad boliviana y una de las fiestas tradicionales más importantes de Bolivia. El 27 de noviembre de 2017, los Recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita, fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
A lo largo del siglo XX la Feria de la Alasita, como producto de la migración y los intercambios culturales en la región, ha comenzado a celebrarse en diferentes ciudades del mundo.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para contarles acerca de este simpático hombrecito. Me despido de ustedes con una frase de Thomas Fuller: "Un hombre sabio convierte el azar en buena suerte".
Buenas tardes.
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