EL
DISCRETO ENCANTO DE SER UNA TEEN
“El adolescente es un ser extraño, inocente como un ángel, orgulloso como un príncipe, valiente como un héroe, vanidoso como un pavo real, perezoso como un asno, indomable como un toro, irritable como una damisela.”
“El adolescente es un ser extraño, inocente como un ángel, orgulloso como un príncipe, valiente como un héroe, vanidoso como un pavo real, perezoso como un asno, indomable como un toro, irritable como una damisela.”
Stanley
Hall
Hace mucho, pero mucho, pero mucho mucho, que yo no soy adolescente. Cosa que, como ustedes comprenderán, tiene sus pro y sus contra. Las contras son varias:
*No puedo comerme un kilo de helado sin acusar recibo de semejante bacanal en mi rechoncha humanidad.
*No puedo dormir los domingos hasta las 3 de la tarde sin que nadie me rompa las pelotas.
*No puedo colgar posters de señores agraciados en las paredes de mi habitación sin que se me acuse de vieja desubicada.
*No puedo peinarme como Cindy Lauper (Ustedes dirán, con justa razón, que hoy en día ninguna señorita se peina como Cyndi Lauper. Con la bonhomía que los caracteriza sabrán disculpar que vuestra servidora se haya quedado en los ’80).
Los pro podrían englobarse en uno grandioso y abarcativo:
*Estoy a salvo de las gazmoñas, anodinas y desabridas publicaciones para teens.
Prosiguiendo con mi concienzuda investigación acerca de las revistas argentinas, caí como peludo de regalo, precisamente, entre las glamorosas páginas de la “Para Teens”. De movida, nomás, me encontré con dos bellas mozas ataviadas (¡sí, adivinaron!) a tono con el Mundial. Las chicas portan bombacha y camiseta con los colores de la enseña patria. A mí, que vengo de ver tantos culos, me parecen tan arropadas como señoritas victorianas. El título de la nota en cuestión, donde las pendejas festejan pero sin revolear el corpiño, es “Outfits mundialeros”. Frente a este apelativo me siento un Tiranosaurio Rex: no tengo ni la más puta idea de lo que significa la palabra “Outfits”.
Sigo mariposeando por la “Para Teens” y me topo con otra señorita, flequilluda ella, con una guitarra en la mano. Pero no se equivoquen: esta piba no sabe cómo tocar el mentado instrumento. Ni siquiera canta. Por eso los ¿profesionales? de la “Para Teens” le tiran una idea fabulosa: “Todas soñamos con que un músico hermoso nos dedique un día una canción, pero hasta que ese día llegue, ¿por qué no ser vos la que regale un tema a tu boy? ¿Cómo? La cosa es así: vos le contás tu romántica historia a un grupo de músicos y compositores y les indicás el género de música que te gusta, ellos se encargan de crear un tema en ese estilo, vos se la regalás a tu chico y quedás ¡como una diva! ¿No es súper original?” Sí, es súper original y súper idiota. No quiero ni imaginarme el nivel que tendrán estos “músicos y compositores”. Tampoco quiero imaginarme lo boludas que pueden llegar a ser las canciones nacidas de tan peregrina idea. Las historias de amor entre adolescentes no son, precisamente, la que viven Francesca y Robert Kincaid en “Los puentes de Madison” o Elinor y Edward en “Sensatez y sentimientos”. Son más bien pavotas. Ojalá que las chicas no se ofendan. Además, no creo que a ningún pibe le haga gracia que su girl le dedique una melodía impregnada de baba. Salvo que sea un mariconazo hecho y derecho. No olviden que yo tengo un hijo de 15 años y sé con que bueyes aro.
Aparece luego una nota que, en la “Para Teens”, es una extravagancia igual que un perro a cuadros, igual que un gato azul. El artículo en cuestión se intitula “Capitalismo: Una historia de amor” y versa sobre el último documental de Michael Moore. La verdad, no creo que haya una sola adolescente que sepa, siquiera, quién es Michael Moore. Y si lo sabe, seguro que no lee la “Para Teens”. Seguro, seguro.
Pegadita a Michael Moore hay una pibita a la cual le tiraron el catálogo completo de Alba en su dulce carita de manceba. Para mí que los profesionales de la “Para Teens” tienen algún curro con los de Maybelline o los de Revlon. Porque es innecesario que una niña de 15 años se maquille tanto. Innecesario y nefasto. En 1983 las chicas de 15 años éramos frescas como rosas. Ignorábamos qué era el make-up. Ignorábamos la existencia de un elemento pringoso llamado base de maquillaje. Ignorábamos en qué consistía un polvo. Perdón. El polvo. Y jamás de los jamases nos teñíamos el pelo, so pena de ser catalogadas como descaradas atorrantitas (por eso conservo aún hoy la calentura con el peinado anaranjado de Cyndi Lauper). Teníamos 15 y parecíamos de 15. A lo sumo de 16.
Rememorando mis venturosos 15, no puedo sustraerme al pérfido encanto de otro artículo de la “Para Teens” orientado a que las niñas tengan una idea cool acerca del vestido que lucirán en la noche más importante de sus pequeñas vidas. Porque si hay algo fundamental en el universo de la “Para Teens” es la moda. La revista asegura que este año, a tono con el boludeo de Tim Burton, se viene con todo la onda “Alicia en el País de las Maravillas”. Esto no quiere decir, como supondrán los más despistados, que la niña deberá entrar al salón donde se celebre la deseada festichola del brazo de un conejo. No, no. Esto quiere decir que los trajes quinceañeros tendrán muchas gasas y volados. Y encajes y volados. Y todos tendrán corsets y escotes strapless. Convengamos en que Burton esta vez meó fuera del tarro e inventó una Alicia boba, desabrida y vieja. Pero Alicia, señores, la verdadera Alicia, no usa ni usará gasas, encajes, voladas y corsets. Y menos que menos escotes strapless. A lo sumo, se le verá una puntilla miserable porque la enagua se le asoma debajo de la pollerita. Y gracias. Pero esta distorsión malsana de las pilchas de Alicia no es lo más alarmante de este folletín. Lo más alarmante son los precios de los vestidos que la “Para Teens” propone para la apoteósica joda. Ofrece un modelito de Laurencio Adot que es una bicoca: US$ 1.800. Y otro, del mismo diseñador, que resulta, indudablemente, una ganga imperdible: US$ 2.300. Las botinetas que sugiere la revisteja son de Ricky Sarkany. El precio de las mismas no aparece. Mejor.
La “Para Teens”, queridos amigos, tiene una obsesión mal disimulada con el retoño de Lewis Carroll: resulta que para convencer a las mozuelas de tirarse encima ropas carísimas y bastante insulsas, los profesionales del pasquín inventaron un verso deplorable y plantean “un encuentro de Alicia de niña y ya como mujer, para reencontrar la libertad de su infancia” (¿?). Según estas gentes modernas “la propuesta es borrar los límites entre la realidad y lo imposible”. Cómo se hace esto no sé. El quid de la cuestión es conseguir un look aventurero y desinhibido, apto para tirarse de cabeza en una madriguera y jugar al croquet con la Reina de Corazones. Look que se alcanza con “distintos tipos de algodones, cuero, terciopelos y encajes de lana”. Ah.
Pero no todas las niñas quieren volados, conejos, sombrereros y reinas enculadas. Hay chicas que están para otra cosa muy distinta. Son aquellas a las cuales la “Para Teens” sugiere una “propuesta rockera y descontracturada al estilo Sex Pistols”. Sí, ya sé. Yo también me cagué de risa cuando lo leí. Las chicas de la “Para Teens” están tan cerca de los Sex Pistols como la Mona Jiménez de "Stairway to Heaven". Pero los profesionales de la revistita les hacen creer otra cosa. Total, para tener el estilo de los Pistols basta con lucir “hombros bien marcados, vestidos de noche adherentes y sensuales, pero por sobre todo las tachas, lentejuelas, encajes y estampados jugados.” No sé, no sé. Yo a Johnny Rotten con un vestido adherente nunca lo vi. Por ahí ustedes sí.
La “Para Teens” sigue y sigue mostrando ropas y accesorios para las chicas cool. Las sigue mostrando hasta el infinito y más allá. Permítanme ser una grosera y gritar a los cuatro vientos que los asesores de moda de la revista viven en una nube de pedos. ¿A qué ente en su sano juicio se le ocurriría gastar $ 165 en una vincha o $ 98 en una boina tejida? ¿A qué ser vivo cuyo coeficiente intelectual supere los 25 puntos se le antojaría ostentar en su cabecilla una coronita de plata y nácar para que todo el mundo se le ría insensiblemente en la cara? Sobre todo sabiendo que la mentada coronita cuesta $ 720. Otra bicoca.
No contentos de aconsejar a las adolescentes acerca de las bombachas que deben usar (bombachas que, como ustedes imaginarán, cuestan entre $150 y $200, que para usar calzones comprados en la feria está una que tiene mil años), los profesionales de la “Para Teens” se meten a dar consejos en asuntos del corazón. Ay, ay, ay, ay. Con los de la “Cosmopolitan” bastaba. Parece que la teen quiere conquistar un teen. Y no sabe para dónde disparar. Así que los profesionales le tiran una serie de consejitos de lo más deplorables:
♥ “En primer lugar, es de gran ayuda que hables con tus amigas y amigos, ellos seguro te contarán sus experiencias y también vas a poder confesarles tus miedos. No hay duda de que charlando vas a aprender un montón.”
Sorprende que la “Para Teens”, que se hace tanto la cancherita, tenga un desconocimiento tan bochornoso acerca del comportamiento adolescente. Sobre todo del comportamiento adolescente femenino. Si nuestra pobre teen les cuenta a sus amigas que ha perdido el apetito por un jovenzuelo, su secreto se esparcirá por doquier como reguero de pólvora. Y además, la chica correrá el bruto riesgo de que otra teen, probablemente más agraciada que ella, tire toda la carne al asador para llamar la atención del mentado borrego. Nada hace más atractivo a un hombre que ser deseado por una mujer que no es una. Pibes feos y pavotes se han visto acosados por mozalbetas que en circunstancias normales no les hubieran dado ni la hora, sólo porque algunas teens desprevenidas confesaron que se bebían los vientos por los susodichos. Así que, querida teen, cerrá el pico. Ya.
♥ “¡Ojo! No todas las relaciones son iguales. No existe una fórmula mágica para que tu muchachito se enamore de vos: algunos te podrán decir que la clave es mirarlo de forma sugerente para llamar su atención, otros te indicarán que te hagas la indiferente y no faltará quien te aconseje que le des celos. Por esta razón, está bueno conocer distintas historias para, luego, encontrar aquellos tips que más se aplican a tu situación particular y ponerlos en marcha.”
Si conquistar a un hombre fuera tan sencillo como mirarlo de forma sugerente, hacerse la indiferente o darle celos, el mundo no estaría lleno y lleno de pobres solteronas que se han quedado sin ilusión y sin fe. No hay que engañar a la teen tan vilmente: levantarse a un tipo no es tan fácil. Hay tipos que jamás de los jamases reparan en la pobre chica, aunque la mencionada se ponga en pelotas frente a sus ojitos esquivos. Es imposible hacer que alguien se enamore de una. Si se tiene que enamorar, se enamorará. Y si no, rumbeará para otros lares, por más que le prendamos 100 velas a San Expedito. Que según dicen es el más gauchito de todos los santos, pero para estas cosas no da bola.
♥ “Lo más probable es que, si te gusta alguien, no sólo sea una atracción física sino que, además, compartan intereses. A lo mejor miran las mismas películas o programas de televisión, escuchan música parecida o se cruzan en recitales, leen libros y revistas similares, a los dos les encanta el deporte o salen a los mismos lugares a divertirse. A partir de ahí, entonces, es de donde tenés que emprender tu plan de conquista. Porque si bien los chicos son distintos a nosotras, eso no quiere decir que no nos puedan gustar cosas similares. Al contrario, lo más probable es que cuanto más hablen, más cosas en común encuentren.”
Lo más probable es que, si a los 15 te gusta alguien, lo tuyo sea calentura hecha y derecha. De eso me acuerdo. Poco importa el asunto de los intereses en común. Mejor. Porque no los tendrán. La teen se agasajará con “Crepúsculo” y el teen jugará a la “PlayStation”. La teen escuchará a Axel y el teen se espantará ante la inmunda telaraña de azúcar que bloquea los oídos de la muchachuela. La teen leerá la “Para Teens” y el teen no leerá nada. Y así durante los siglos de los siglos, amén.
♥ “El primer paso es ir acercándote con la mejor onda y generar conversaciones sobre esos temas que los apasionan a los dos y, así, ir construyendo una confianza que se base en la conexión. El pilar de toda relación es compartir esas actividades que los entretienen a los dos. Pasarla bien y reírse mucho es fundamental. De a poco, demostrale lo copada que sos y lo mucho que podrían divertirse si se animaran a pasar más tiempo juntos.”
Tanto boludeo me pone mal. Ya dije que la teen y el teen no tienen nada en común ni lo tendrán jamás. Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, ¿capisci? Y siempre lo serán. Así que es al divino botón que la teen intente demostrar lo copada que es. Más le vale tener un culo grande o unas tetas decentes.
♥ “Todo en su justa medida, no dejes que la ansiedad te juegue en contra. Una recomendación: no lo ahogues con dos mil mensajitos de texto por día, 300 llamadas al celular o 45 e-mails porque lo vas a asustar. Andá de a poco, y siempre confiá en vos.”
Debo
reconocer que en este punto los genios de la “Para Teen” tienen
razón. Porque los hombres siempre se sienten asfixiados y
gritan destempladamente que las mujeres somos unas hincha pelotas. Y el teen este
no va a ser la excepción.
Acá se acaban las recomendaciones para que nuestra cara niñita se lance a la conquista. Hay que reconocer que los de la “Para Teens” le avisan que esta sarta de pavadas puede no dar resultado. Pero a no bajonearse, por este teen que no le dio bola habrá cientos y cientos que sí se la darán.
Acá se acaban las recomendaciones para que nuestra cara niñita se lance a la conquista. Hay que reconocer que los de la “Para Teens” le avisan que esta sarta de pavadas puede no dar resultado. Pero a no bajonearse, por este teen que no le dio bola habrá cientos y cientos que sí se la darán.
Continuando
con mi sesuda investigación descubro que si hay algo en lo que la “Para
Teens” se destaca, además de la moda, son los test. Porque
una teen tiene que saber ciertas cosas. Y
para saberlas, nada mejor que un test. Contestando unas
preguntitas triviales la muchachuela podrá saber cómo besa, en qué
estado está su corazón, si es una trendsetter (¡Help! ¡I need
somebody! No sé qué corno es una trendsetter), qué
busca en un chico y cuánto falta para que conozca a su próximo
novio. Esto último suena más a videncia que a test, ya
se. Puede ser, puede ser. Porque la “Para Teens” también tiene
su costado esotérico y anda jodiendo con el Horóscopo Maya. Que
es el último alarido de la moda. El Horóscopo Maya tiene
animalitos, como el Horóscopo Chino. Pero son animalitos
latinoamericanos. Los mayas estos son los que anduvieron esparciendo
la idiotez de que en el 2012 (el 22 de diciembre, para ser más justos y
precisos) se acabará el mundo tal como lo conocemos. Algún día me detendré en
la huevada maya, de la cual desconfío desde que leí por ahí que los
tipos “sabían que nuestro sol es un ser vivo que respira y que cada
cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en el que existe” (¿¿¿¿¿¿??????).
Pero este no es el momento. Acá estamos con el fin rastrero de lapidar a la “Para
Teens”.
Yo creo que los editores de las revistas femeninas forman parte de una gran conspiración orientada a pulverizar los sesos de las mujeres y a convertirlas en algo así como las poseídas de Stepford. Para quien no leyó la novela de Ira Levin, diré que estas poseídas tienen un aspecto impecable, una cabeza hueca, una voluntad lastimosamente anulada y un servilismo para con sus hombres que da asco. El siniestro plan para convertir a las mujeres en boludas totales a través de sus lecturas revistiles estaría orquestado más o menos así:
Yo creo que los editores de las revistas femeninas forman parte de una gran conspiración orientada a pulverizar los sesos de las mujeres y a convertirlas en algo así como las poseídas de Stepford. Para quien no leyó la novela de Ira Levin, diré que estas poseídas tienen un aspecto impecable, una cabeza hueca, una voluntad lastimosamente anulada y un servilismo para con sus hombres que da asco. El siniestro plan para convertir a las mujeres en boludas totales a través de sus lecturas revistiles estaría orquestado más o menos así:
-De
0 a 12 años: cualquier revista que se ocupe de las gansadas de Cris
Morena.
-De 12 a 18 años: “Para Teens” y sucedáneas.
-De 18 a 35 años: “Cosmopolitan” / “Glamour” (las más putonas se inclinarán por la “Cosmopolitan”, que es la revista de las calenturientas y las más it optarán por la “Glamour” que es… más glamorosa, valga la redundancia).
-De 35 años en adelante: “Para ti” y sucedáneas.
-De 12 a 18 años: “Para Teens” y sucedáneas.
-De 18 a 35 años: “Cosmopolitan” / “Glamour” (las más putonas se inclinarán por la “Cosmopolitan”, que es la revista de las calenturientas y las más it optarán por la “Glamour” que es… más glamorosa, valga la redundancia).
-De 35 años en adelante: “Para ti” y sucedáneas.
A veces es doloroso hacerse cargo de la realidad. Pero hay que hacerlo, hay que hacerlo. La “Para Teens” existe. Es una amenaza para nuestras niñas en formación. Aunque a esta altura del set tengo la lastimosa sospecha de que nuestras niñas ya están echadas a perder.
Que me perdonen las chicas.