sábado, 15 de diciembre de 2012

10 IDEAS PARA CELEBRAR LAS FIESTAS EN PAREJA


10 IDEAS PARA CELEBRAR LAS FIESTAS EN PAREJA

“¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?”
Julio Cortázar

Las fiestas navideñas  y de Año Nuevo están íntimamente ligadas a las tradiciones. Todos los años armamos el arbolito y el pesebre, compramos regalos, preparamos vitel toné y nos juntamos a comer con gente a la que no soportamos del todo. Estas tradiciones se repiten año tras año  y, muchas veces, se convierten en un peso que no nos deja festejar como Dios manda.
En el sitio  About en español, la experta en consejos de amor Paloma Corredor nos propone que este año celebremos la Navidad en pareja. Nada de cuñadas que no lavan los platos. Nada de suegras que fruncen la nariz ante nuestra vajilla berreta. Nada de sobrinos maleducados a los que hay que hacerles regalos aunque no tengamos ganas. Sólo amor y comunión con nuestra naranja.
Algunas de las ideas de Paloma pueden parecerles demasiado tradicionales. Otras, les resultarán alegremente novedosas. Algunas, los empujarán a concretar aquello que siempre quisieron llevar a cabo pero nunca se atrevieron. Como soy una persona amable y gusto de que mis lectores disfruten de cualquier fiesta, aún de ésas que a la mayoría de los seres pensantes nos resultan tan pesadas, les acerco aquí las 10 ideas de nuestra amiga Paloma, deseando que sean útiles a todos ustedes. De nada.


1) Disfruten como los niños: Paloma nos sugiere que vayamos a patinar, a ver al señor disfrazado de Papá Noel que se gana unos mangos en el shopping, a comer hamburguesas, helado y golosinas varias. Hay que entusiasmarse, reír, corretear, romper los kinotos, tal como lo hacen los niños.

2) Una cena casera: Tómense tiempo para cocinar una cena tradicional y devorarla sin prisas. Si no se pueden evitar los compromisos familiares que tanto nos agobian, reserven,  aunque sea una noche, para cenar en solitario con la pareja.

3) Envíen tarjetas: Trágicamente, el e-mail y las redes sociales, han suplantado a las otrora ineludibles tarjetas de Navidad. ¿Recuerdan lo lindo que era recibir salutaciones navideñas de nuestros amigos, escritas de puño y letra, y enviadas por correo tradicional en los dorados años ’80? No podemos volver a los 17, mal que le pese a Violeta Parra, pero podemos recuperar esta florida costumbre para sorprender a nuestros afectos y darle un poco de laburo al cartero. El costado negativo de esta idea es, por supuesto, el tiempo que uno pierde en el Correo. Por cada dinosaurio que quiere mandar una carta hay 200 que van a pagar impuestos, cargar la SUBE, cobrar planes sociales… La función original del Correo degeneró en eso. Muy triste.

4- Un maratón de cine: ¡A ver películas navideñas se ha dicho! Las hay para todos los gustos. Clásicas: It's a Wonderful Life” (“¡Qué bello es vivir!”), "Miracle on 34th Street" ("Milagro en la calle 34"). Románticas: “Sleepless In Seattle” (“Sintonía de amor”), “The Family Man” (“Hombre de familia”). Infantiles:The Polar Express” (“El Expreso polar”), “The Nightmare Before Christmas” (“Pesadilla antes de Navidad”). Comedias: “Scrooged”, “Home Alone” (“Mi pobre angelito”). De terror; “Black Christmas” ("Negras Navidades"), “Christmas Evil”  ("Navidad perversa"). Aunque Paloma sugiere la elección de filmes optimistas y alegres, así que los dos últimos títulos suprímanlos, porque les harán ver la Navidad más deprimente de lo que es.

5- Aléjense de todo: “Todo” es la familia, obviamente. Política y no. Aléjense, aléjense, aléjense. Corran, corran y que nadie los socarra. Escapen del vitel toné, la mayonesa y las nueces. No se dejen alcanzar por los platos sucios. Una escapada a cualquier lugar que no sea ése donde nuestros parientes festejan con alegría es bienvenida siempre.

 6- Rodéense de los pequeños: ¿Cómo? ¿No eran ideas para celebrar en pareja? ¿Ya nos encajaron a los pendejos? Paloma sugiere que, para estas fechas jacarandosas, nos rodeemos de niños: hijos, sobrinos, hijos de vecinos y amigos, pibitos que encontramos por ahí. Parece  que los niños siempre saben cómo esparcir alegría, ternura e inocencia a su alrededor. Encarnan la esencia del espíritu navideño y lo contagian (Cierto es que los niños son, casi siempre, los que hacen que la Navidad valga la pena. Pero, ¡ufa!, yo quería celebrar en pareja).
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7- Den una mano: En la época navideña y de fin de año, proliferan las iniciativas solidarias. Es una buena idea poder acercarse a sociedades de fomento, iglesias, clubes o cualquier institución barrial y ver si hay alguna campaña solidaria en la que podamos engancharnos. Es muy gratificante ayudar a los demás. Linda idea.

8- Dejen la negatividad de lado: En Navidad todos colapsamos. Por h o por b. A todos nos pasaron cosas terribles durante el año. Todos tenemos una silla vacía en la mesa. La fiesta, además, se ha comercializado de forma alarmante.  Ninguna de estas realidades atroces tienen que mancillar nuestro espíritu navideño.  Conectémonos con lo que la Navidad es realmente: una fiesta religiosa que evoca el nacimiento de Jesús.

Hasta acá los consejos de Paloma. Que son 8, no 10. Parece que alguien no sabe contar o se mamó antes de la fiesta. Debo confesarme algo desilusionada: supuse que las ideas que nos empujarían a concretar aquello que siempre quisimos llevar a cabo pero nunca  nos animamos tendrían algún cariz erótico. Pero esto no es la “Cosmo”.  Qué pena.
Para completar la lista les sumo dos ideas de mi propia cosecha. Que no aportarán mucho a la celebración  en pareja pero son imprescindibles para tener la fiesta en paz:

9- Compartan un rico champagne o una sidrita asturiana pero no tomen de más: A muchos, el alcohol nos pone belicosos. A otros, patéticos. Tomar de más no es una gracia: es una tragedia.

10- Díganle NO a la pirotecnia: Sí. Yo también llegué a esa edad entre madura y lastimosa en la cual los perros pasan a ser hijos. A los animalitos les hace mal la pirotecnia. No jodan.

Me despido de ustedes, mis queridos,  con un pensamiento de Charles Dickens, nuestro héroe navideño por excelencia: “Siempre he pensado en la Navidad como un buen momento. Un momento amable, caritativo y dedicado al perdón. La única vez en el año, que yo sepa, cuando los hombres y las mujeres parecen abrir sus corazones, normalmente cerrados, libremente y por consenso.

Buenas Fiestas.

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