P.S. I LOVE
YOU: 10 CONSEJOS PARA ESCRIBIR CARTAS DE AMOR
“Nadie es
más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta.”
Elias Canetti
Si ustedes pensaban que todo estaba perdido, aún con
Fito Páez ofreciendo su corazón, se equivocaron fiero. El mundo no se fue tan
al carajo como creíamos. No todo es sexo, reviente, Facebook y WhatsApp. Todavía
existen sitios web impolutos que disertan sobre cosas más nobles que la
masturbación, el sexo al aire libre y los infaltables disfraces hot. Sitios que conservan la esencia del
romanticismo, de la galantería, de los abanicos y de los desmayos. Sitios como Diario
Femenino, que nos ofrece 10 maravillosos
consejos para escribir cartas de amor. Sí, sí, leyeron bien: escribir cartas de amor. Les juro que se
me pone la piel de pollo.
Parece, gente querida, que eso de que escribir cartas de amor había
pasado a la historia gracias a las nuevas tecnologías no es más que una vulgar
mentira. Ni Facebook, ni Twitter, ni WhatsApp pueden reemplazar la conmoción que supone recibir una
carta edulcorada escrita a mano por nuestra media naranja. Las cartas de amor aún siguen vigentes
porque recuperan la naturalidad y la sinceridad, y son una prueba contante y
sonante de que invertimos tiempo, papel y tinta en nuestra relación. Por lo
menos es lo que sostiene Laura Vélez, la orfebre de estos mágicos consejos, y
no se lo voy a discutir. Laura reivindica las cartas de amor, sin dejar de lado los nuevos formatos
como el correo electrónico, ni los más viejos, como los mensajes de amor en una botella (se me pone la piel de pollo, de
gallina y de gallo, mensajes de amor en
una botella, jamás recibí ninguno pero me emociono con sólo imaginarlo).
A mí me encanta
escribir cartas de amor. Escribo cartas de amor desde que tenía seis
años. Primero, al jovencísimo Michael Landon de “Bonanza”, aunque para mi desdicha infantil jamás conseguí la
dirección de La Ponderosa. Después,
al plantel de la Selección Argentina que
jugó el Mundial 78. Más tarde a David Cassidy, que puede considerarse,
sin lugar a dudas, el primer gran amor de mi vida. Con el tiempo a objetos de
deseo más prosaicos: compañeros de escuela, vecinos y sufridos novios y ex
novios. Aunque nunca dejé de lado el ejercicio de la carta de amor platónico: andaba por los 16 cuando le escribí y,
además, le envié, una carta de amor a Federico Moura, antes de darme cuenta de
que era gay.
Ahora que lo pienso, hace un tiempo largo que no
escribo una carta de amor de puño y
letra. Estoy algo oxidada. Algo desengañada, también. Y algo vaga. Así que
los consejos de Laura me van a venir a mí tan bien como a ustedes. Tomemos nota.
1) Escribir la carta de amor con naturalidad,
sinceridad y sencillez. Para escribir una buena carta de amor es
necesario hacerlo en un lenguaje que dominemos y, sobre todo, que nuestro
partenaire entienda. Nada de ampulosidades: ni nenúfares, ni humus, ni maremotos. No somos Gioconda Belli. Nuestros hombres
ignoran de qué les estamos hablando cuando les pedimos que acaricien con su ancla el centro del lirio.
2) No escribir una carta de amor demasiado larga. Mandarle a un señor dos o tres hojas hablando de lo maravilloso que es el
amor compartido o de lo mucho que pensamos en él cuando estamos en la cola del
cajero automático sólo conseguirá aburrirlo. Los hombres son como los chicos:
una puede captar su atención por escasos minutos. Esos preciosos minutos tienen
que ser aprovechados para hacerles llegar nuestro mensaje de amor contundente y
escrito en pocas líneas. Lo bueno, si
breve, dos veces bueno.
3) Al escribir la carta de amor tener siempre en mente la imagen del
destinatario. No dejemos que las distracciones sean ripios en
el precioso camino que supone escribir una carta de amor. Para que la carta sea
efectiva, nuestras palabras tienen que nacer dirigidas a la persona a la cual
le enviaremos la carta. Si nos es difícil visualizar al tipo porque tenemos una
mente rebelde que se resiste a visualizar cosas, podemos ayudarnos con una
fotografía del susodicho.
4)
Buscar fuentes de inspiración en poemas, películas y canciones. Ya sé lo que están pensando: que retiro todo lo que
dije acerca de los nenúfares, el humus y los maremotos. Y la verdad que no. Si van a inspirarse en un poema
busquen algo sencillo: “Poesía eres tú”
y sanseacabó. Las películas y las
canciones también búsquenlas sencillas. Más vale un bombón asesino que se comprenda que un ininteligible durazno sangrando.
5) Escribir la carta de amor en un momento de tranquilidad: Para escribir una carta decente es necesario hacerlo en un momento
tranquilo, sin interrupciones de ningún tipo. Apaguen la TV y los celulares.
Escriban la carta en esa hora esplendorosa en la que la prioridad es su
bomboncito. Esto permitirá que la misiva resultante sea más intensa.
6) Tener muy en claro el objetivo de la carta de amor. Es importante que primero escribamos las ideas que queremos transmitir,
cual cuadro sinóptico amoroso y, después, darle a esas ideas una forma apropiada. Traten de no irse por las ramas. Boludeo, no.
7) Elegir un formato adecuado para la carta de amor: Hay que decidir si la carta va a ser romántica o
divertida, clásica o moderna, en papel o por mail. Perdonen si aquí discrepo
con Laura: una carta de amor por mail
me parece patética. La carta de amor
biennacida exige papel y tinta.
8) La decoración de la carta de amor es muy
importante: Hay que tratar
de que la decoración sea acorde al tono de la carta y al gusto del destinatario.
Si tu amorcito detesta las babas de azúcar es un despropósito decorar la carta
con una catarata de corazones. Hay que tener criterio y usarlo.
9) La carta debe ser sorpresa: Salvo que se trate de una carta de aniversario lo ideal es que la carta de amor sea inesperada. Siempre es bueno sorprender.
10) Dejar que sea el corazón el que dicte la carta de
amor: Esta es, sin dudas, la premisa más
importante. Dejar que sea el corazón el que dicte la carta, el que decore el
sobre, el que pague el franqueo. Si vamos a ser dinosaurios románticos seamos dinosaurios
románticos en serio: nada de carta en mano, señoras. Correo Argentino. A comerse la cola eterna de los que no quieren
mandar cartas de amor pero si quieren cargar
la SUBE, cobrar el plan o pagar fácil la luz, el gas o el barrido y limpieza.
Hasta
aquí, queridas mías, los consejos de nuestra amiga Laura Vélez orientados a
escribir una carta de amor que haga
la diferencia. Estoy emocionadísima con esta nota y dispuesta a ponerme a
escribir ya una carta de amor como
aquellas que escribía en mi más tierna infancia. Cierto es que nunca conseguí
la dirección de La Ponderosa. Ni
siquiera la de la pequeña casa en la
pradera. Y que Michael Landon hace
rato pasó a mejor vida (demasiado joven, sí, habiendo tanto hdp suelto). Pero aún conservo algo de esa precoz niñita
de seis años: su irreprimible entusiasmo. Así que a escribir se ha dicho. Y a decorar los sobres con muchos, muchos
corazones.
Me
despido de ustedes con un pensamiento de Petronio, gratamente sorprendida porque, al final, estos romanos eran unos tiernos: “Enviar una carta es una excelente manera de trasladarse a
otra parte sin mover nada, salvo el corazón.”
Buenas noches.
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