21 CONSEJOS PARA MANTENER LA LLAMA DEL AMOR
ENCENDIDA I
“El matrimonio debe combatir sin
tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre.”
Honoré de Balzac
Como ya se habrán
dado cuenta, amables lectores, si hay algo
a lo que no puedo resistirme es a los
consejos de sitios web y revistas varias que se empeñan en decirnos cómo
debemos vivir nuestras vidas. Sobre todo si tienen que ver con el amor, el sexo
y las relaciones de pareja. Creo que es una tara que arrastro desde los 11
años, cuando me encerraba con mi amiguita Mabel a tratar de fumar (de verdad no
nos salía) y a leer revistas “Nocturno”. Que
traían fotonovelas. Pero también
traían una sección (mi favorita, claro) en la que la mítica Tita Merello aconsejaba
a mujeres desesperadas. Corazón desangrado,
de Lugano, Seducida y abandonada, de
Rosario, o Rota y mal parada, de La
Quiaca, tenían problemas de índole casi siempre amoroso y Tita las asesoraba. No
recuerdo cuáles eran los dramas de estas señoras que no se atrevían a dar sus
nombres reales (imagino que poco tendrían que ver con los de la chica Cosmo, han pasado casi cuarenta
años y ya no hay costureritas que dieron
el mal paso, gracias a Dios). Tampoco recuerdo los consejos de la Merello, pero considerando que se trataba de una
mujer de armas tomar, imagino que
alguna vez incluirían un tortazo bien dado al macho abandónico o torturador. No sé. Lo único
que recuerdo era la conmoción que me provocaba leer las tragedias femeninas y los sabios consejos de Tita.
Esta compulsión por los consejos me ha llevado a recalar en
el sitio web del diario ecuatoriano “El
Comercio” que, con ese nombre y todo, ha publicado una reveladora nota
intitulada 21 consejos para mantener la llama del amor encendida, cuya
primera parte recrearé en el día de la fecha.
Ya sé lo que están
pensando: que lo de la llama del amor
suena un poco cursi. Y… sí. Pero no se olviden que yo crecí leyendo la revista “Nocturno” y las historietas de “Susy, secretos del corazón”. Más alguna
novelita de Corín Tellado que me prestaba una vecina más grande, la que los
sábados a la tarde se hacía la toca. Y
que, mal que me pese, la cursilería
la llevo tatuada en el corazón desde mi más tierna infancia. Así que sigamos
con la llama, que no le hacemos mal a
nadie.
Antes de arrancar con
los consejos propiamente dichos, “El Comercio” tiene el buen tino de
advertirnos que la clave para conquistar cada día a nuestra media naranja es dar cariño porque sí, sin obligar a que el otro haga lo
mismo, consideración que comparten los expertos en terapia de pareja, Pablo
García y Jacqueline Estrada. Son ellos quienes aportan su sapiencia
para la elaboración de estos indispensables
consejos orientados a evitar que
la rutina, el trabajo y el tiempo afecten nuestra relación sentimental. Los especialistas
aclaran que los consejos no son la
panacea universal y no resuelven todos los entuertos románticos. Y que el resultado de ponerlos en práctica no
será inmediato. Hechas ya las
pertinentes aclaraciones, pasamos a las recomendaciones para que la llama arda,
siempre, con frenesí.
21
consejos para mantener la llama del amor encendida I
1) Aceptar
los desacuerdos: Es importante
aceptar que convivir acarrea, siempre, una cantidad importante de
desacuerdos. Lo que para uno es blanco
para otro es negro. Caliente, frío. Seco, húmedo. Triste, alegre. Genial,
aburrido. Así podríamos seguir hasta el
infinito y más allá. No lo vamos a hacer por respeto a nuestros lectores. Pero
queremos que quede claro que esas parejas armoniosas, que no tienen ni un sí ni un no, son mentira. Las
parejas normales tienen discrepancias y hay que aceptarlas.
2) Preocuparse por la sexualidad: Nadie
dice que la vida en pareja debe ser cuasi conejil y estar enfocada sólo a la consumación del
acto sexual (bueno, la “Cosmo” sí lo
dice, por hoy no le hagan caso). Pero
las parejas a las que le falta carnalidad se enfrían irremediablemente. Y
terminan escuchando a Arjona y a sus pingüinos en la cama. Tengan sexo, por
lo menos por amor a la música.
3) Identificar la etapa de tu relación: Es
sabido que una pareja atraviesa distintas instancias: noviazgo, convivencia,
cría de vástagos y madurez. Hay que tener claro en qué etapa estamos, porque si
creemos estar noviando y en realidad estamos en el momento de criar hijos,
¿quién corno se va a ocupar de los pobres pibes?
4) Tener presente siempre a tu pareja: Es importante que nuestra pareja esté presente en nuestras
conversaciones para algo más que para putearla. Hay que hablar bien de nuestra
media naranja y exaltar sus cualidades. También hay que hablar de sus
maravillas estando nuestros bomboncitos presentes: no hay que dar todo por
sentado, hay que decirle a otro lo que sentimos por él y lo lindo que es.
5)
Motivación: El amor
es una plantita y hay que regarla todos los días. La pareja necesita
nutrientes, un motivo para seguir adelante y no caer en el desgano o el
aburrimiento. Es importante que tu pastelito sepa que está en tus más caros pensamientos.
Enviar mensajes con emoticones edulcorados, esconder notitas románticas en la
billetera, son modos emocionantes y baratos de demostrar afecto. ¡Ojo! Si van a
esconder una notita en la billetera no se vean tentados a llevarse a cambio un
billete de $100. Eso no se hace.
6) Dedicación: Sorprendan a su pareja con detalles.
Tanto el hombre como la mujer deben demostrar que están pendientes del otro. Un
llamado telefónico inesperado (sin fines inquisitivos, sólo para saludar), un
regalito que no responda a ninguna fecha especial o a pedir disculpas por
alguna trastada, una flor robada de los jardines de Quilmes…
7) Expresión: Las miradas y hasta el tono de voz son
importantes en el momento de la
comunicación. Hay que mostrar cariño en cada gesto. Nada de miradas de odio y
tonitos violentos. Bajando un cambio. Tratemos al otro como nos gustaría ser
tratados.
8) Evitar resentimientos: El rencor
es malo. Muy malo. Genera en la pareja un clima adverso difícil de sobrellevar.
También es mala la desconfianza. Una pareja no puede prosperar entre hostilidades
y dudas.
9) Generar
afecto físico: Hay que
tocarse más, besarse más, abrazarse más. Sin caer en la variante conejo, difícil de sobrellevar para las parejas con más
años encima y sexos algo más aletargados. Ni en la variante caracol, porque una cosa es generar afecto físico y otra muy distinta atragantarse con baba.
10) Pedir atención: No teman quedar como pedigüeños insoportables. Pidan
lo que necesitan. Nuestra media naranja no tiene una bola de cristal. No puede
adivinar lo que nos gusta o nos hace felices.
Hasta aquí, mis queridos, la primera
parte de esta reveladora nota. Me despido de ustedes con la cálida palabra de
Julio Cortázar: “Por
eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces
de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.”
Buenas
noches.
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