LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: EL MAGO DE OZ
"El que no cree en la magia nunca la encontrará."
Roald Dahl
Buenas tardes, amables lectores. Les traigo hoy una nueva entrega de la
saga “Las verdaderas historias detrás de los cuentos infantiles”,
dedicada esta vez a una novela entrañable: “El Mago de Oz”.
“El maravilloso Mago de Oz” (“The
Wonderful Wizard of Oz”) es una novela infantil escrita por Lyman
Frank Baum e ilustrada por W. W. Denslow. Fue publicada inicialmente
por la George M. Hill Company de Chicago, en el
año 1900. Desde entonces, “El maravilloso Mago de Oz” ha
sido uno de los libros más editados tanto en Estados Unidos como en Europa,
la mayoría de las veces bajo el título "El Mago de Oz" (" The
Wizard of Oz"), que es la denominación de la popular adaptación
musical de Broadway de 1902 y de la icónica película musical de 1939
protagonizada por Judy Garland.
La historia narra las aventuras de una
muchacha llamada Dorothy Gale en la tierra de Oz y constituye
una de las historias más conocidas de la cultura popular norteamericana. Fue el
primer libro de cuentos infantiles con personajes y lugares típicos de Estados
Unidos en una época donde todos los cuentos para niños describían paisajes y
personajes europeos. La Library of Congress (Biblioteca del Congreso) de dicho país lo describió como "el cuento de hadas más grande y más querido de Estados Unidos".
Gracias al gran éxito que alcanzó, L.
Frank Baum escribió trece libros más sobre la tierra de Oz. El libro se
encuentra en dominio público en Estados Unidos
desde 1956.
LA HISTORIA
Dorothy es una niña huérfana
que vive junto a sus tíos Em y Henry en una granja rodeada por un árido paisaje que lo tiñe todo de color gris, en Kansas (Estados
Unidos).
Cierto día, la región es azotada por un tornado (habituales en la zona) y, aunque su tía logra
encerrarse en el refugio de la casa, Dorothy y su pequeño perro Toto no logran
llegar a tiempo y son sorprendidos por la tormenta.
La niña se percata enseguida de que aquel tornado es muy
extraño, ya que, aunque se lleva volando la casa con ella dentro como si de un
globo se tratara, no destroza nada de la construcción. Tras varias
horas de viaje, la construcción aterriza con relativa suavidad en un lugar desconocido, que resulta ser el País Munchkin, gobernado por la Malvada Bruja del Este, quien muere al ser aplastada por el hogar de Dorothy.
La Bruja Buena del Norte llega con tres agradecidos munchkins y le entrega a Dorothy los mágicos zapatos de plata de la Malvada Bruja. Le dice a la niña que la única forma en que puede regresar a su casa es ir a la Ciudad Esmeralda, siguiendo un camino empedrado con adoquines dorados, y pedirle ayuda al gran y poderoso Mago de Oz. Mientras Dorothy se prepara para su viaje, la Bruja Buena la besa en la frente, protegiéndola mágicamente de cualquier daño.
Al inicio de su
camino, la niña se encuentra con un Espantapájaros que tiene la capacidad de
hablar y le pide que lo baje del poste desde donde cuelga. El estrafalario personaje le cuenta que una de sus mayores penas
es la de no tener inteligencia. Dorothy le comenta que se dirige a ver al Mago
de Oz y que, si la ayuda a ella, probablemente también le ayudará a él.
Más adelante ambos hallan a un Hombre de Hojalata completamente inmóvil porque se le han oxidado las articulaciones. Dorothy las aceita y el extraño personaje le confiesa que su principal ilusión
es poder tener un corazón para poder amar, por lo que se suma a la comitiva con la esperanza de que el Mago de Oz se lo conceda.
Luego sale al
encuentro del grupo un León que, pese a su fiera apariencia y su rugido ensordecedor, les cuenta que es un absoluto cobarde. Él también se les une a
fin que el Mago le otorgue la valentía que le falta.
Cuando el grupo de compañeros, después de vivir varias aventuras, llega a Ciudad Esmeralda, el Mago de Oz está muy reacio a reunirse con ellos, ya que nunca ha otorgado audiencias. Sin embargo, cuando se entera de que Dorothy lleva los zapatos de plata y ha matado a la Malvada Bruja del Este, acepta hablar con ellos y se compromete a conceder sus deseos si logran eliminar a la Malvada Bruja del Oeste que controla el cuadrante occidental de Oz, el País Winkie.
Dorothy logra eliminar a la bruja echándole un balde de agua y descubre luego que la apariencia imponente del Mago de Oz es una ilusión y detrás de ella se encuentra un afable anciano que al
igual que ella también desea abandonar el lugar. Al final, Dorothy puede regresar a su casa cuando Glinda, la Bruja Buena del Sur, le revela que los zapatos de plata pueden llevarla a cualquier lugar.
Dorothy toma a Toto en sus brazos, golpea los talones juntos tres veces y desea regresar a casa. Al instante, comienza a dar vueltas en el aire hasta llegar a su granja de Kansas, donde corre hacia su tía Em diciendo: "¡Estoy tan contenta de estar en casa otra vez!".
INSPIRACIÓN
E INFLUENCIAS
Lyman
Frank Baum reconoció la influencia de los Hermanos Grimm y de Hans
Christian Andersen en “El Mago de Oz”, aunque aseguró que en su historia aspiraba a "ser un cuento de hadas modernizado, en el que se retienen la admiración y la
alegría y se dejan de lado los dolores de corazón y las pesadillas". Sobre el origen de la novela el autor solía comentar: “Estaba sentado en el perchero del vestíbulo, contando un
cuento a los niños, cuando de pronto apareció éste y tomó posesión de mí. Pedí
a los niños que me dejaran solo, tomé una hoja de papel que había en el
perchero y empecé a escribir. Parecía que se escribiera solo, la verdad.
Después, como no tenía papel normal, seguí escribiendo en lo primero que
encontré, incluso en sobres viejos.”
La leyenda local cuenta que para idear la fantástica
Ciudad Esmeralda el escritor se inspiró en un prominente edificio con forma de
castillo en la comunidad de Castle Park, cerca de Holland, Michigan, donde
vivió durante un verano. Los biógrafos de Baum a menudo se refieren a la Feria
Mundial de Chicago de 1893 como inspiración para Ciudad Esmeralda. Otras opiniones indican que la idea vino del Hotel Del Coronado cerca de San Diego,
California, donde Baum era un invitado frecuente. El camino de ladrillos
amarillos, aparentemente, se inspiró en uno similar en Peekskill, Nueva York, donde el escritor asistió a la Academia Militar.
En una entrevista de 1903 con "Publishers Weekly", Baum
declaró que el nombre Oz provenía de su archivador etiquetado como
O-Z. Con estas dos letras formó una palabra que consideró
fácil de pronunciar y recordar, por lo que decidió emplearla para su obra. John
Algeo publicó un artículo en el periódico “American Speech” en 1990 titulado “Australia as the Land of Oz” en el que sugiere
que el autor pudo haberse inspirado en Australia para la creación de Oz. En “Ozma
of Oz” (1907), Dorothy regresa a Oz como resultado de una tormenta en el mar
mientras ella y el tío Henry viajan en barco a Australia. Al igual que
Australia, país relativamente nuevo en el momento de la publicación original del libro, Oz forma parte de un continente insular en algún lugar al oeste de California, con regiones habitadas que bordean un gran desierto. Según Algeo, es fácil imaginar que
Baum pretendía que Oz fuera Australia, o quizás una tierra mágica en el centro
del gran desierto australiano.
Otra influencia
radica en “Alicia en el país de las maravillas” (“Alice in Wonderland”), de Lewis Carroll. Una reseña de septiembre de
1900 en el “Grand Rapids Herald” calificó a “El Mago de Oz” como "una
verdadera ‘Alicia en el País de las Maravillas’ traída al nivel actual de la
literatura juvenil". Baum descubrió
que, aunque las tramas de Carroll eran incoherentes, se podía identificar
fácilmente la fuente de popularidad de sus libros: la figura de Alicia, una niña con quien los niños lectores podían
identificarse, lo que determinó la elección de la protagonista de “El Mago de
Oz”. Baum también fue influenciado por la creencia de Carroll de que los libros
para niños deberían tener muchas imágenes y ser agradables de leer. Lewis Carroll
rechazó la ideología de la época victoriana que sostenía que los libros infantiles debían estar saturados de enseñanzas morales, ya que creía que a los
niños se les debía permitir ser niños. Basándose en el estilo de Carroll, Baum
combinó las características convencionales de un cuento de hadas (brujas y
magos) con cosas bien conocidas en la vida de sus pequeños lectores (espantapájaros
y campos de maíz). Baum opinaba que la literatura fantástica era importante
para los niños, pero también quería crear una historia que tuviera elementos
estadounidenses reconocibles, como la agricultura y la industrialización.
Muchos de los personajes, accesorios e ideas de “El
Mago de Oz” fueron extraídos de las experiencias personales del autor. Cuando
era niño, Baum frecuentemente tenía pesadillas en las que un espantapájaros lo perseguía a
través de un campo. Momentos antes de que los "harapientos dedos de
heno" lo tomaran por el cuello, solía despertarse. Décadas más tarde, integró a su torturador en la novela como el Espantapájaros. Según su hijo Harry, el Hombre de Hojalata nació de la atracción de Baum por los
escaparates. Dueño de la tienda Baum's Bazaar, en Aberdeen, Dakota del Sur, buscó hacer algo cautivador para una vitrina, utilizó una
variedad ecléctica de restos y logró una figura llamativa, que finalmente se
convirtió en el Hombre de Hojalata. John D. Rockefeller era el némesis del
padre de Baum, un barón del petróleo
que se negó a comprar acciones de Standard
Oil a cambio de vender su propia refinería de petróleo. Evan I. Schwartz,
autor de “Finding Oz: How L. Frank
Baum Discovered the Great American Story” (2009) postuló que Rockefeller
inspiró una de las numerosas caras del Mago. En una escena de la novela, el Mago de Oz es visto como una "cabeza tiránica y sin pelo". Cuando
Rockefeller tenía 54 años, la alopecia le hizo perder cada mechón de cabello en
la cabeza. Schwartz también señaló que a
principios de la década de 1880, la obra de Baum, “Matches”, se estaba representando cuando el
"parpadeo de una lámpara de querosene encendió las vigas", causando
que el teatro fuera consumido por las llamas, y que este incidente podría haber inspirado el terror más severo
del Espantapájaros: "Hay una sola cosa en el mundo a la que le temo: un
fósforo encendido".
En 1890, Aberdeen, lugar de residencia de Baum, experimentó una gran sequía, y el autor escribió
una historia ingeniosa en su columna "Our Landlady" en el “The
Saturday Pioneer” sobre un granjero que le dio gafas verdes a sus caballos,
haciéndoles creer que las astillas de madera que estaban comiendo eran pedazos de
hierba. De forma similar, el Mago hizo que la gente de la Ciudad Esmeralda
usara gafas verdes para creyera que su ciudad se había construido con piedras preciosas.
La esposa de
Baum, Maude, visitaba con frecuencia a su sobrina, Dorothy Louise Gage. La bebé enfermó gravemente y murió el 11 de
noviembre de 1898, por "congestión del cerebro", cuando tenía apenas
cinco meses. Cuando Dorothy murió, Maud, que la adoraba como la hija que nunca tuvo, quedó
devastada y necesitó consumir medicamentos. Para mitigar su angustia, Frank bautizó con su
nombre a la protagonista de su historia. El personaje del tío está inspirado en Henry
Gage, el padre de Maud. Las brujas del cuento fueron influenciadas por una
investigación sobre la caza de brujas recogida por la suegra de Baum, Matilda.
Según los economistas Paul Krugman y Maurice Obstfeld, cuyas opiniones se basan en las de Hugh Rockoff, "El Mago de Oz" es una alegoría directa de la lucha política y económica entre los
partidarios del patrón oro y los del bimetalismo en Estados Unidos a fines del
siglo XIX. La carretera de ladrillos amarillos es la falsa promesa del oro,
Kansas el estado agrícola endeudado, los zapatos de plata el camino de vuelta a
casa, y Oz, la medida de peso del oro (oz. = onza).
CRÍTICAS Y CENSURA
"El
Maravilloso Mago de Oz" recibió críticas positivas después del lanzamiento. En
una reseña de septiembre de 1900, "The New York Times" elogió la novela: "La historia de 'El Maravilloso Mago de Oz' está ingeniosamente tejida con un material fuera de lo común. Por supuesto es una experiencia espectacular para cualquier niño americano, pero seguramente atraerá la atención de los lectores adultos, así como la de los niños más pequeños, a los que será leído por las madres o por quienes estén a cargo de su entretenimiento. Parece que hay un amor innato por las historias en las mentes de los niños, y uno de sus deseos más familiares e insistentes es que se les cuente otra historia como esta." La reseña también aplaudía las ilustraciones por ser un “agradable complemento al texto”.
Sin embargo, la obra de Baum ha sido atacada varias veces. Algunos ministros y
educadores hicieron hincapié en su malvada y negativa influencia negativa, y criticaron el libro por representar
a mujeres en puestos fuertes de liderazgo. No sólo se opusieron a que los niños
lo leyeran, si no también a que lo leyeran los adultos, por temor a que debilitara los roles de género establecidos desde tiempos inmemoriales.
En 1928,
la ciudad de Chicago prohibió "El maravilloso Mago de Oz" en todas las bibliotecas públicas. Dos años más tarde, Anne Carroll Moore, la directora de la División Infantil de las Bibliotecas Públicas de Nueva York, retiró todos los libros de la serie de Oz escrita por L.F. Baum. Otros muchos bibliotecarios de la ciudad siguieron su ejemplo. En 1950, la
bibliotecaria estatal de Florida Dorothy Dodd aseguró que los libros era malsanos para los
niños y trató de que los quitaran de todas las bibliotecas estatales. El
ilustrador infantil, Michael McCurdy llegó incluso a criticar los dibujos de
W.W. Denslow, afirmando que sus ilustraciones eran
chabacanas, ordinarias y mundanas.
En 1957,
el director de la Biblioteca Púbica de Detroit prohibió "El Mago de Oz" por
“no defender los valores de los niños de la época”, por "apoyar el negativismo" y por
“llevar las mentes de los niños a un nivel de cobardía”. El profesor Russel B.
Nye, de la Universidad del Estado de Michigan, respondió que "si el mensaje de
los libros de Oz, el amor, la amabilidad y el altruismo que hacen al mundo ser
un lugar mejor, no tienen valor hoy, entonces sería el momento adecuado para
replantearse otras muchas buenas cosas además de la lista libros para niños
aprobada para la Biblioteca de Detroit".
En uno de
los casos más notables para contribuir a la censura del libro, siete familias
cristianas fundamentalistas de Tennessee se opusieron a la inclusión de la
novela en el programa de la escuela pública y presentaron una demanda en 1986, criticando la representación de brujas benévolas y la promoción de la idea de que los
atributos del hombre se “desarrollan individualmente en vez de ser dados por
Dios”. En los
cargos por incluir brujas buenas en la historia, argumentaron que "todas las
brujas son malas", y por lo tanto es “teológicamente imposible” que existan
brujas buenas. Uno de
los padres declaró: “No quiero que mis hijos sean seducidos por un
supernaturalismo sin Dios”, acusando al libro de enseñar a los niños a ser
autosuficientes en lugar de depender de Dios para atravesar los tiempos
difíciles. También hizo hincapié en la enseñanza de
que las mujeres son iguales a los hombres y en la personificación de los animales.
El dictamen del juez fue que el libro no fuera retirado del programa de la escuela pública, pero autorizó dio a los hijos de los demandantes permiso para ser
excluidos de los planes de enseñanza centrados en la novela. Cuando apelaron esta decisión ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, el tribunal se negó a
escuchar el caso. Los abogados del grupo aconsejaron a todos los “cristianos
temerosos de Dios a retirar a sus hijos de las escuelas públicas”.
En 2004, Jerry Falwell, fundador de Moral Majority, una organización política de Estados Unidos de orientación ultraconservadora y fundamentalista cristiana, y Pat
Robertson, magnate de medios de comunicación, conspiraron para que la película "El Mago de Oz" (Victor Fleming, 1939) fuese prohibida en la televisión
pública debido a su “depravación moral”. Robertson declaró públicamente “el
Todopoderoso me dijo que los monos voladores y las brujas son una afrenta a
todos los cristianos”. Cuando se le preguntó en aquel entonces si habían visto la
película o leído el libro, lo negaron diciendo que “temían la influencia de los
impíos”.
El libro se ha llegado a criticar, incluso, desde lo político, ya que algunos afirman que promueve valores socialistas y marxistas
debido a su aparente falta de presencia divina.
Algunos bibliotecarios lo han interpretado también como
una parodia del imperialismo estadounidense y del racismo. Rechazaron la
explicación introductoria del autor que lo describe como "un cuento de hadas americano para
animar a los niños a apreciar el asombroso goce de la vida", describiéndolo como “un libro malsano escrito de forma tonta,
sentimental, pobre, sensacionalista e infiel a la vida”.
EL VIAJE DE REGRESO A CASA
"El maravilloso Mago de Oz" es, claramente, un relato iniciático. Dorothy simboliza el alma humana, que ha estado experimentando durante un tiempo en la materia más densa y tosca. Llegado el momento, el alma debe emprender un viaje al más allá, es decir, a los planos sutiles. La Tierra de Oz representa los planos internos en los que Dorothy debe experimentar.
En varios culturas la cruz simboliza la tensión entre espíritu (vertical) y materia (horizontal). En el punto central las fuerzas están equilibradas. Las Brujas Malvadas se sitúan en los puntos cardinales horizontales y representan la materia. Las Brujas Buenas, en los verticales y representan el espíritu. Se deben trascender las fuerzas de la materia para ensalzar y vibrar en el espíritu. El camino amarillo representa el camino de la vida.
El Espantapájaros simboliza a la mente de Dorothy. Está colgado de una estaca, una alegoría sobre el comportamiento de la mente concreta (hemisferio izquierdo). Este hemisferio acostumbra a esquematizar, dividir y tener puntos de vista sumamente estructurados. Para desarrollarse correctamente, necesita equilibrarse con la mente abstracta (hemisferio derecho). Durante el viaje, el Espantapájaros toma decisiones sabias y aporta ideas brillantes sin siquiera ser consciente de ello.
El Hombre de Hojalata representa las emociones. Los sinsabores de la vida las oxidan y las entumecen. Su inmovilidad inicial simboliza la falta de flexibilidad que provoca un estado emocional contenido. En el viaje, el Hombre de Hojalata se convierte en apoyo y velador del grupo desplegando un profundo sentido amoroso.
El valor, la acción correcta y la direccionalidad son características de nuestro cuerpo físico/instintivo, encarnado en la historia por el León. El miedo nos empuja a la no acción y es la acción la que nos abre las puerta de la experiencia y el crecimiento. Sin darse cuenta, el León va a dando cada vez más muestras de valor a lo largo del camino.
Al llegar a Ciudad Esmeralda, cada viajero ha adquirido ya las virtudes que desea. La dirección hacia un objetivo no ha sido tan determinante como la resolución de las situaciones a las que han tenido que enfrentarse. Oz convierte estas virtudes en algo físico, dado que en nuestras vidas siempre esperamos a que una manifestación externa nos confirme una adquisición interna.
Luego de haber aprendido a utilizar adecuadamente la mente, a sentir correctamente con su cuerpo emocional y a afinar el control del cuerpo físico mediante el uso de la fuerza y el valor, Dorothy está en condiciones de regresar a casa. Podría haber vuelto a su hogar el primer día, lo que pone de manifiesto que el verdadero objetivo era el viaje y no el destino, y que allí estaban las enseñanzas que el alma necesitaba.
LOS ZAPATOS PLATEADOS
Los zapatos son una prenda básica de nuestra indumentaria, cuyo significado va más allá de su utilidad, su estética o el código de etiqueta del cual forman parte. En cuanto a su principal significado, el zapato es una base, un cimiento, un objeto que nos ayuda a plantarnos firmemente en el suelo, pero también representa acción y movimiento. Por eso no es casualidad encontrar en la mitología griega a la figura del dios griego Hermes, quien portaba un par de zapatos alados. Entre los antiguos, el zapato también simbolizaba la libertad. Aunque Hermes era el mensajero de los dioses, no era un lacayo: podía moverse entre mundos distintos y oficiaba como psicopompo (guía de almas) y mediador más importante del Olimpo.
El motivo del zapato como vehículo aparece en "El maravilloso Mago de Oz". Dorothy usa los zapatos plateados a lo largo de todo su recorrido por el Camino Amarillo. Su historia tiene que ver con la transformación y la purificación: al ponerse los zapatos de la Malvada Bruja del Este, de alguna manera la sustituye, deshaciendo toda lo impío que ella representaba.
Al final de su trayecto, Dorothy comprende que sus zapatos, como los de Hermes, son capaces de transportarla a donde ella quiera: al haber pasado por determinadas situaciones la niña desarrolló virtudes que le dieron alas, es decir, ampliaron sus perspectivas y le permitieron moverse por la vida con mayor libertad.
En la famosa película de "El Mago de Oz" (Victor Fleming, 1939), los zapatos de Dorothy eran de rojos y no plateados, como en la historia original de L. Frank Baum. Esto se debe a que los creadores de la película querían sacarle la mayor ventaja posible de los procesos Technicolor, nuevos para la época. El color plateado original tiene un simbolismo muy especial: representa la esperanza y la riqueza interior. Es el color de la luna, la guía de los viajeros nocturnos, y un símbolo de resurrección. El rojo, por otro lado, simboliza la pasión pura, que puede tomar varios sentidos: rabia, amor o lujuria.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para decir acerca de "El Mago de Oz". Y ya que estuvimos hablando de magos, me despido de ustedes con un hermoso texto de Alejandro Dolina extraído de "Crónicas del Ángel gris":
MAGIA
El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien sencillo: golpeaba su galera con una varita azul y luego esperaba que apareciera una paloma.
Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo resultado desalentador. La paloma no aparecía.
Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.
La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera magia. Y en cada actuación, en cada golpe de su varita azul estaba la fervorosa esperanza de un milagro. Él no se contentaba con las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redondamente.
Durante largo tiempo lo acompañaron la desilusión y los silbidos. Otro cualquiera hubiera abandonado la lucha. Pero Rizzuto confiaba.
Una noche se presentó en el club Fénix. Otros magos lo habían precedido. Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una paloma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.
Apenas si lo aplaudieron.
Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas aparatosas a los milagros puros.
Rizzuto no volvió a los escenarios. Tal vez siga haciendo aparecer palomas en forma particular.
Buenas y mágicas tardes.
Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para decir acerca de "El Mago de Oz". Y ya que estuvimos hablando de magos, me despido de ustedes con un hermoso texto de Alejandro Dolina extraído de "Crónicas del Ángel gris":
MAGIA
El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien sencillo: golpeaba su galera con una varita azul y luego esperaba que apareciera una paloma.
Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo resultado desalentador. La paloma no aparecía.
Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.
La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera magia. Y en cada actuación, en cada golpe de su varita azul estaba la fervorosa esperanza de un milagro. Él no se contentaba con las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redondamente.
Durante largo tiempo lo acompañaron la desilusión y los silbidos. Otro cualquiera hubiera abandonado la lucha. Pero Rizzuto confiaba.
Una noche se presentó en el club Fénix. Otros magos lo habían precedido. Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una paloma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.
Apenas si lo aplaudieron.
Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas aparatosas a los milagros puros.
Rizzuto no volvió a los escenarios. Tal vez siga haciendo aparecer palomas en forma particular.
Buenas y mágicas tardes.
Ilustración 1: Charles Santore
Ilustración 2: Genevieve
Godbout
Ilustración 3: Leonard
Weisgard
Ilustración 4: Lorena Álvarez
Ilustración 5: Greg
Hildebrandt
Ilustración 6: Kim Minji
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