21 CONSEJOS PARA MANTENER LA LLAMA DEL AMOR ENCENDIDA II
"Compórtate con tu mujer como te comportarías con la de otro."
Jean Giraudoux
Aquí estoy, mis queridos, tal como lo
prometí hace algunos días, dispuesta a compartir con ustedes la segunda y
última parte de la nota publicada por “El
comercio”, intitulada 21 consejos para mantener la llama del amor encendida, y basada en la sapiencia de los expertos en
terapia de pareja Pablo García y
Jacqueline Estrada. Al grano.
21
consejos para mantener la llama del amor encendida II
11) Ser altruista: No se ama
para ser amado. No se da para recibir. Tenemos que encarar la relación pensando
que lo que realmente nos hace felices es dar.
De este modo, no sólo no nos sentiremos jamás decepcionados sino que si,
a pesar de los consejos la pareja
naufraga, estaremos hechos pelota pero tranquilos porque lo dimos todo.
12) Acortar distancias con tus
palabras: Las parejas con más acercamiento se susurran,
mientras que las que las que están alejadas, se gritan. Susurremos entonces (salvo que nuestro
pastelito sea medio sordo y gritar sea una premisa fundamental para la
comunicación).
13) Respetar el silencio del otro: A veces es bueno
callarse la boca y permitir al otro que se la calle. No debemos vivenciar el silencio de nuestro bienamado como una afrenta. Que esté callado no significa que esté elucubrando cosas en nuestra contra. A cortarla con tanta paranoia.
14) Cuidar tu imagen: La atención que le dedicamos a nuestro
cuerpo es la que demuestra el amor que nos tenemos a nosotros mismos. ¿Vieron?
Zamparse una docena de facturas no era amor verdadero, sólo un estúpido flirteo
con nuestro estómago. Cuidarse es quererse.
Y logra, además, que nuestro bombón escocés mantenga el interés en
nuestra persona. Dicen los especialistas
que, por lo general, al hombre le gusta
lo que mira y a la mujer le gusta lo que escucha. O sea que ellos sí se
pueden zampar la docena de facturas. Mientras no salgan cantando hay pingüinos en la cama.
15) Realizar actividades diferentes: Los paseos y las salidas permiten
cambiar la rutina y conocer otros sitios fuera de la intimidad de tu casa. Avísenle
a mi marido.
16) Salgan con parejas de amigos: Salir con parejas de amigos es genial. Frente a la miserabilidad ajena uno se da cuenta de que no es tan miserable.
17) Colaborar con las tareas del hogar: Parece que, cuando uno decide ayudar
al otro en labores domésticas, hay más tiempo después para disfrutar de la
relación. En muchos casos mejora la vida sexual, porque no es lo mismo un
revolcón en una cama con sábanas limpias que un revolcón en un chiquero. Yo
agregaría a esta premisa no ser excesivamente hincha pelotas con el asunto de
la limpieza y el orden. Porque agota. Lo sé por experiencia. Mi esposo padece
de una dolencia que, a falta de nombre mejor, yo bauticé anorexia doméstica. Así como el anoréxico que se mira al espejo se
ve gordo, mi marido ve sucia
una casa que está indiscutiblemente limpia. Ve desorden donde no lo hay. Ve
polvo donde no lo hay. Ve basura donde no la hay. Abrumador.
18) Caricias espontáneas: Así, de la nada, pegale un manotazo a
tu pastelito. No te reprimas, ni avergüences.
19) Respetar el espacio y el tiempo de
tu pareja: A ver si se entiende
de una vez por todas. RESPETAR EL
ESPACIO Y EL TIEMPO DE TU PAREJA. Tanta rotura de kinotos cansa y precipita
naufragios amorosos. El otro no es una estampilla que debe estar siempre
adosada a nuestra grata persona. Los
especialistas reconocen que esta premisa se complica cuando uno de los dos
tórtolos es infiel. O lo ha sido en el pasado. Yo agrego que, como protesta
contra tanto atosigamiento, puede serlo en el futuro. Recuerden que en Praga
las olas empujaban a Joaquín Sabina a dejar a su chica para darle la razón. No
se expongan a que les sean infieles para darles la razón. No asfixien a sus
medias naranjas.
20) Enseñale lo que te gusta: Tratá a tu pareja como esperás ser
tratado. Mimá, halagá, reconocé. Es fácil, es gratis.
21) Dedicá tiempo a ustedes dos: Es importante dedicar tiempo a estar
juntos. Pero tiempo de calidad. Si él está en el sillón del living haciendo
zapping porque para qué carajo pagamos el
cable si total no hay nada y vos estás en otro sillón escribiendo pavadas
como las que estás leyendo, están juntos
pero no están juntos. Eso no es tiempo compartido. Tan difícil de entender
es.
Hasta aquí, mis queridos, la segunda y última parte de la impactante nota publicada por “El Comercio”. Me despido de ustedes con
un pensamiento de León Tolstói: "El matrimonio es una barca
que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún
movimiento brusco, la barca se hunde."
Buenas noches.
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