75 VERDADES SOBRE ELLOS - II
“El que busca la verdad corre
el riesgo de encontrarla.”
Manuel Vicent
Queridas mías, luego de unos
días de merecido descanso y, teniendo en cuenta de que lo mío es un sacerdocio,
retomo las “75 verdades sobre
ellos (en 20 palabras o menos)” que
la Cosmopolitan nos arrima poniendo de manifiesto, una
vez más, su sapiencia y su espíritu de servicio. Aquí les acerco 25 verdades más que las ayudarán a comprender,
conocer y dominar a la grey masculina. Anoten,
anoten.
75 VERDADES SOBRE ELLOS – II
Ya saben, damas y damitas,
que las respuestas que la Cosmopolitan y sus especialistas elaboran para esas preguntas que
atormentan nuestra femineidad se caracterizan por ser breves y que ni la
brevedad ni el poder de síntesis son virtudes que me ornamentan. Así
que, como sabrán, la premisa “en 20 palabras o
menos” es ignorada olímpicamente
en esta recreación del revelador artículo de la Cosmo.
26) El hombre que engaña una
vez, ¿suele reincidir? Tremenda pregunta que aflige
a todas aquellas féminas que fueron vilmente corneadas y, por A o por B,
perdonaron al impío corneador. Lamento informarles, chicas, que la Cosmopolitan (que de esto sabe un montón) dice que
sí, que los infieles son reincidentes, por lo menos en la mayoría de los casos.
De todos modos y, para no ser tan cruenta, nuestra revista favorita indica que
se puede confiar en el infiel si nos da una buena explicación y se muestra
arrepentido. Arrepentido puede mostrarse hasta un perro (observen como ocultan
la cola entre las patas cuando se mandaron una macana, aún antes de que
nosotras pongamos el grito en el cielo). Pero no imagino cuál puede ser una
buena explicación para una infidelidad. Ya saben que yo soy partidaria de negar, negar y negar,
y no dar jamás ningún tipo de explicación.
27) ¿Los varones suelen
histeriquear? Los especialistas nos dicen
que no, que generalmente los hombres no histeriquean y que si se muestran
apáticos frente nuestra persona no es ni para hacerse los lindos, ni los
difíciles, ni los fascinantes. Es porque los calentamos menos que un pingüino
de la cama de Arjona. Así que no nos hagamos ilusiones vanas: no es
histeriqueo, es desinterés.
28) Después de la primera
noche, ¿qué le cuenta él a sus amigos? “Si se trata de un touch and
go, todos los detalles”, nos asegura la Cosmopolitan.
Cosa que a mí me deja algo perpleja, ya que la semana pasada tuve trato con otros especialistas que me aseguraron que el hombre no
cuenta nada y que si llega a contar algo, es mentira. Así que no sé. Ustedes
son grandecitas y pueden decidir a qué peritos creerles.
29) ¿Y de la chica con la que
sale desde hace meses? Parece que el hombre cuenta
poco acerca de sus parejas porque no quiere que los otros hombres piensen que
está enamorado y es un reverendo maricón. Apenas suelta unas palabras acerca de
su partenaire. De refilón, como quien no quiere la cosa.
30) ¿Por qué detestan tanto
que haya almohadones sobre la cama? Yo, que tengo una vasta
experiencia en lo que a hombres se refiere porque vengo leyendo revistas femeninas desde hace mil años, no tenía ni idea
de que los hombres odian los almohadones sobre la cama. Pero parece que
sí. Parece que no saber qué hacer con los cojines en el momento del sexo los
perturba. Mirá vos.
31) ¿Por qué ellos hablan
menos que las mujeres? Porque nosotras hablamos demasiado,
obvio. Nos vamos de boca mal. Pero esta verborragia, mis queridas, no es
casual. Según los especialistas
la capa exterior del cerebro que es la que usa y reconoce el lenguaje es más
delgada en los varones.
32) ¿Por qué no me defiende
cuando uno de sus amigos me contesta mal? Porque es un pelotudo, nena, y todavía no cortó el cordón inmundo
que lo ata de manera antinatural a otros pelotudos como él. La Cosmo dice, además, que los hombres
prefieren discutir con nosotras en privado a discutir con sus amigos en público. Ya se sabe que para
ellos los amigos son intocables. Un asco.
33) ¿Debo preocuparme si él
no me abraza en público? Los especialistas sostienen que la incapacidad masculina para
demostrarnos afecto en público es normal. Que ellos son así, fríos como
pescados. Y que no debemos alarmarnos por esta falta de arrumacos, salvo que se
los hayamos pedido expresamente. En ese casó, él está ignorando nuestros deseos
y eso es mala fariña.
34) ¿Qué piensa la primera
vez que me ve desnuda? “Nada: la lujuria domina su
mente”, sostiene la Cosmopolitan. Lo
que no deja de ser un alivio para muchas damas mortificadas. Él no piensa ni
que estamos gordas, ni que tenemos celulitis, ni que estamos blancas como teta
de monja, ni que nos olvidamos de depilarnos como la del bikini a lunares
amarillo, diminuto, justo, justo. En lo único que piensa es en
consumar el acto carnal. ¿No es divina la lujuria?
35) ¿Por qué algunos tipos
piden el teléfono si al final no llaman? “Sólo quieren inflar su ego
con un levante”, nos escupen en plena cara los
especialistas. Triste.
36) ¿Por qué finge que no le
pasa nada cuando es notorio que está de mal humor? Parece, señoras, que entre las limitaciones masculinas (que son
muchas y muy variadas), se encuentra la incapacidad para verbalizar lo
que siente. El tipo está de mal humor pero no sabe explicarnos por qué.
Casi como un bebé, pero sin la posibilidad de berrear. Pobre.
37) Mi novio es copado con
todos, menos con mi grupo de amigos. ¿Por qué? La respuesta es tan sencilla que no amerita que
la chica Cosmo gaste una de las 75 preguntas en
semejante boludez. Porque no se los banca, nena. Porque es un clásico de clásico
que uno deteste a los amigos de su media naranja y viceversa. Gracias a
Dios, después de mucho ensayo y error, vuestra servidora recaló en los
brazos de un señor que tiene menos amigos que la madrastra de Blancanieves. Porque los amigos de nuestros tórtolos siempre son insoportables.
38) ¿Por qué los
hombres suelen olvidarse de los aniversarios? Según la Cosmo, ellos
consideran que nosotras sobrevaluamos las conmemoraciones y por eso deciden no prestarles atención. Noten, por
favor, que, para despejar esta duda puntual, los especialistas utilizan la
palabra deciden. De esta afirmación se desprende que
los señores no se olvidan sin querer de determinadas fechas: eligen olvidarse.
Ladino modo de ahorrarse efusividades, paseos y regalos y de hacernos saber
de forma poco sutil que nuestras lágrimas y caras de traste los tienen muy sin
cuidado.
39) ¿Es verdad que los
varones piensan en otras mujeres cuando tienen sexo? Ante esta duda existencial femenina la Cosmopolitan dispara: “Sí. Suelen fantasear
con famosas y hasta con una ex.” Sabida
esta verdad cruenta tenemos dos caminos: ofendernos y retirarle nuestros
favores al señor con el que compartimos colchón o reconocer que es justo, dado
que cuando tenemos sexo nosotras pensamos en Ewan McGregor, en Mark Wahlberg, en Johnny Depp y hasta
en Tim Burton.
40) ¿Por qué casi nunca me
dice que me quiere? Después de leer tantas y
tantas pavadas y de haber convivido con uno o dos sátrapas, una sabe que los
hombres no son dados a la cháchara. Ahora, gracias a la Cosmo, a ese saber
empírico se le suma una explicación científica que justifica el insistente
silencio de señores y señoritos: la
capa exterior del cerebro que es la que usa y reconoce el lenguaje es más
delgada en los varones. Esta particularidad física sumada a lo poco propensos
que son los varones a hablar de sus sentimientos, hace que decir “Te quiero” sea para ellos algo tan doloroso como
un parto (ni hablar de un “Te amo”). Los especialistas agregan, además, que los hombres son
más físicos que verbales y que tienden a demostrar su afecto a través de gestos
y no de palabras.
41) ¿Hay una razón por la que
a ellos les resulta tan fácil el sexo casual? Para esto también hay una
explicación científica: cuando hacemos el amor las mujeres segregamos oxitocina,
una hormona que fomenta el apego amoroso, cosa que no le sucede a los varones.
Por eso ellos pueden acostarse con cualquier mujer sin involucrarse
sentimentalmente y nosotras terminamos llorando por cualquier boludo.
42) Me dijo que necesita “un
poco más de aire”, ¿cómo lo interpreto? Hay que ser muy gila para
desconocer la respuesta a este desesperado interrogante. Necesitar aire, espacio, tiempo,
etc., son eufemismos que los señores utilizan para decirnos que no quieren
volver a vernos ni en pintura. La Cosmo los llama cobardes; yo opto por un apelativo bastante más
gráfico: cagones.
43) ¿Por qué miran las lolas
de las chicas de una forma tan alevosa? Porque son unos babosos.
Porque no hay teta que les alcance ni culo que los rebase. Porque
prefieren ser poco discretos y tener un quilombo con nosotras a actuar
sutilmente y perderse un buen par de gomas.
44) Hace meses que salimos,
pero no me presentó a sus amigos. ¿Es normal? “Lo es, cuando no está
enganchado”, contesta la Cosmo y aclara que, de estar enamorado, el
hombre se apura a presentarle a sus amigos a la chica que le quita el sueño,
para saber qué piensan sus esbirros de la susodicha.
45) ¿Por qué los hombres no
aprecian un conjunto de lencería carísimo? Porque los hombres no
distinguen un calzón de Victoria's
Secret de una bombacha de
goma. Hace años que pregono a los cuatro vientos que no hay plata más
tirada que la gastada en lencería erótica. Los hombres no quieren
bombachas primorosas, quieren culos, ¿capisci?
46) Un amigo acaba de mudarse
con su novia, pero dice que no quiere casarse con ella. ¿No es raro? No contenta con preguntar acerca de su hombre,
la chica Cosmo se atreve a preguntar acerca de los
hombres de las otras. Parece que, según la sapiente publicación, el novio en
cuestión puede haber sido presionado por su media naranja para buscar
departamento o puede desear compartir los gatos que genera el romance sin
terminar de comprometerse del todo. O, en el mejor de los casos, está hasta las
manos con la amiga preguntona y se fue a vivir con la otra de masoquista que
es. A mí, esta respuesta no me convence. Yo creo que hoy en día todo el mundo
quiere convivir y nadie se quiere casar. Y que el casamiento es algo totalmente
innecesario. Citando otra vez al filósofo Joaquín Sabina: “Y si en verdad me
amas no habrá casorio, ¿para qué? Con dos en una cama sobran testigos, cura y
juez.”
47) ¿Cómo saber si un tipo
quedó afectado por una ruptura nefasta? Según los especialistas de la Cosmopolitan, si
un hombre puede hablar de su relación anterior sin ponerse melodramático es
porque ya la superó y está pronto a enamorarse nuevamente. Si un señor
lloriquea cuando habla de su ex, insiste en comparar nuestro desempeño sexual y
nuestro arte culinario con los de ella, la putea todo el tiempo o la nombra
cuando está dormido, es porque todavía no la olvidó. Puede darse el caso,
también, en el que el hombre olvida a la mujer en cuestión pero de todos
modos queda dañado para futuras relaciones. Ya se sabe que el que se quema con
leche cuando ve una vaca llora.
48) ¿Por qué él hace chistes
cuando trato de hablarle seriamente? Hacerse los boludos es el
mecanismo de defensa más utilizado por la grey masculina. Contar chistes
pavotes mientras una intenta hablar de las grandes cosas de la vida es
una conducta nefasta que los hombres repiten constantemente. La Cosmo dice que, mientras hacen bromas, ellos
piensan qué contestarnos. Pero no. Recuerden que, según estos mismos especialistas, el
cerebro masculino le impide concentrarse en más de un objetivo a la vez. Así
que no me jodan.
49) Cuando un hombre nos
pregunta con cuántos tipos me acosté, ¿realmente quiere saber la verdad? Mamita, poco importa si el preguntón quiere
saber o no la verdad. Lo importante es meter violín en bolsa y no largar un
nombre ni bajo tortura. La lista de nuestros amantes es absolutamente privada.
Lo mejor es hacerle creer al señor que nos festeja que somos casi vírgenes (no digo vírgenes del todo porque después de dos hijos hasta el
masculino más simplón tendría sus sospechas). La Cosmo también aconseja callar. En boca cerrada no
entran moscas.
50) ¿Por qué mi novio supone
que yo no voy a enojarme cuando se burla de mis amigas? Porque él se burla de sus amigos cariñosamente
(los hombres se relacionan entre ellos de maneras extrañas) y cree que es
natural burlarse también de tus secuaces.
Casi sin quererlo, amables
lectoras, hemos llegado a dilucidar 50
verdades atenientes al mundo
masculino. Cada vez estamos más cerca de entender a ese ente ilegible que
comparte nuestros días y nuestras noches. Dejo para mañana (o pasado), la
tarea de desenmarañar las 25 verdades restantes.
Mientras tanto, mis queridas,
disfruten de Antonio Machado: “¿Dijiste media
verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad.”
Bye!
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