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COSAS PARA HACER DESNUDA I
“La desnudez de la mujer es la
obra de Dios.”
William Blake
Si ustedes creían que lo que se podían hacer sin
ropa eran tener sexo y bañarse (a lo sumo dormir), se equivocaron, mis
queridas. Hay un sinfín de cosas para hacer tal como Dios nos trajo al mundo y,
como no podía ser de otro modo, es la maravillosa revista “Cosmopolitan” la que nos pone al tanto y nos acerca una fabulosa
lista de actividades para realizar desnudas. Porque cuando estamos sin ropa nos
sentimos transgresoras, sensuales y 100% libres (jamás gordas y viejas). Y
debemos aprovechar ese mundo de sensaciones para hacer cosas. Revisar nuestro
correo, mirar TV y otras actividades más jugosas.
Según
los misteriosos expertos que asesoran a la
“Cosmo”, hacer cosas desnuda tiene efectos positivos en varias áreas de
nuestra vida. La psicóloga Beatriz Goldberg, autora del libro “Cómo lograr plenitud a
través de la autoestima”, asegura que “andar desnudas
puertas adentro nos reconcilia con nuestra imagen y nos permite tomar contacto
con nuestro costado más lúdico y salvaje”.
Para
que hagamos de nuestra desnudez un momento sensual y divertido, la revista “Cosmoplitan” nos ofrece una
conmocionante nota intitulada 50 cosas para hacer desnuda, que, les juro,
cambiará sus vidas para siempre. Está
dividida en dos partes: “Para hacer sola”
y “Para hacer con tu chico”. Así
que sáquense las pilchas y tomen nota.
50 COSAS PARA HACER DESNUDA
Para hacer sola
1) Hablá por teléfono. Mientras no sea una llamada de Skype o un chat, tu
interlocutor no tiene por qué enterarse de que estás como Dios te trajo al
mundo. ¿Cuáles son las ventajas de hablar por teléfono desnuda? La “Cosmo” no las especifica y a mí no se
me ocurre ninguna.
2) Tené un Beauty Day. Después
de trajinar vestida toda la semana, te merecés un día en bolas para dedicarte
exclusivamente a tu belleza. Pintate las uñas, masajeá tu cara y tu cuerpo, probá
esa nueva crema hidratante.
3) Desnudarte
te ayuda a sentirte más atrevida y desprejuiciada. Aprovechá este osado destape
y probá un estilo de maquillaje glam
diva. Imaginate: desnuda y pintarrajeada como David Bowie en la portada de “Aladdin Sane”. Shockeante.
4) Pasar
la aspiradora siempre fue un embole. Pero pasarla desnuda… ¡ah! pasarla desnuda tiene una onda impresionante. Sobre todo si te
ponés unos bigotes de cotillón y emulás a Freddie Mercury en el video de “I Want To Break Free”. Si
vamos a ser osadas, vamos a ser osadas en serio.
5) ¡Hora del
reggaetón! “Ubicate frente al espejo,
elegí algún tema de Daddy Yankee y dedicate a perfeccionar tu perreo”,
sugiere la “Cosmo”, pero para mí el
consejo es muy fuerte. El perreo me
parece inmundo con ropa. Sin ropa me puede llegar a descomponer. A Daddy Yankee
no lo escucho vestida, ¿por qué habría de escucharlo en bolas? Desnudarse no
implica revolear el buen gusto musical junto con la bombacha. Pero si a ustedes
les gustan esas porquerías sigan los consejos de la “Cosmopolitan” y perreen como
Dios las trajo al mundo.
6) Secate el pelo
sacudiendo la cabeza. Debo reconocer que esta idea me encanta. Me
retrotrae a mi lejana infancia cuando quería ser Raffaella Carrà.
7) Aprovechá el coraje que te da el estar sin ropa y
participá de una subasta on-line: vas a conseguir lo que quieras. Ya
dijimos que la desnudez nos convierte en damas osadas. Usen esa osadía para
gastar, que es lo más lindo que hay. Yo, que más vestida que un cosaco gasto a
troche y moche, no me quiero sacar ni una media por temor a tener que hipotecar
la casa y vender un riñón en el mercado
negro.
8) Animate a la depilación total del cavado. ¡Ufa!
Ya empezaron con las cosas que duelen. Yo creí que una se desnudaba para
relajarse y pasarla bien.
9) Leé tu novela romántica favorita. Si el texto te
estremece, lo vas a notar rápidamente en tu piel. También
podés meterte en Todo Relatos y leer
cosas de orgías con los chinos del supermercado, la cajerita malhumorada, el pibe de rastas que repone las latas de
tomate y el gordo de vigilancia que está en la puerta. Ahí la piel, más que
estremecerse, va a sufrir un movimiento sísmico. Y, además, cuando vayas a
comprar 100 grs de jamón cocido sentirás en tus partes un estimulante
cosquilleo (llevo años leyendo la “Cosmo”:
lógico que ya diga las mismas boludeces que la revista).
10) “¿Tu departamento está en el contrafrente? Entonces,
pasá frente a la ventana (con las cortinas cerradas) y fantaseá que algún
vecino puede vislumbrar tu cuerpo a través del voile.
Obvio: no
corras riesgos innecesarios”, picantea la “Cosmo”. ¿Qué decir, mis queridas? Mis
cortinas no son de voile. Odio el voile. Tampoco vivo en un departamento.
No sé ustedes.
11) Preparate un desayuno completísimo y descubrí el
placer de comer sin pensar que la mermelada te va a manchar la remera. ¿Pero
al final qué sos? ¿Una chica Cosmo o una bestia? ¿Tenés que
estar desnuda para comer una tostada con mermelada y no mancharte la ropa?
12) Poné un DVD de una sesión de yoga y animate a hacer
la clase sin ropa. Esta sugerencia, que no me parece
tan descabellada comparada con alguna de las enumeradas anteriormente, apunta a
que podamos conectarnos mejor con nuestro cuerpo, sin telas que dificulten el
vínculo.
13) Acostate
desnuda cuando estrenes sábanas satinadas o de algodón suave: vas a regalarte
la mejor siesta de tu vida. Lo de dormir desnudas no es ninguna novedad. Es una
de las pocas cosas que sabíamos que se podían hacer en bolas.
14) Mimá
tu Punto G. Separá las ediciones de "Cosmo" dedicadas al tema y aprovechá tu
desnudez para explorar esa locación secreta. Ay, ay, ay. Tarde o temprano
íbamos a caer en el onanismo. Que no tiene nada de malo, pero tampoco es una
novedad. Si no tenés ediciones de la “Cosmo”
dedicadas al esquivo Punto G, no te preocupes. Entrá a Todo Relatos y buscá
alguno intitulado “El día que iba parada
en el 160 y un señor descubrió mi Punto G. Y después llamó a otros cincuenta
señores que me lo siguieron descubriendo”.
15) Abrí
al máximo la canilla del agua caliente y dejá que el baño se llene de vapor.
Eso hará maravillas en tus pulmones… ¡y en tu piel! Bañarse ya
estaba entre las opciones de la gente normal.
16) Hacé on-line todas las gestiones aburridas
pendientes: tu declaración de la AFIP, el pago de facturas, etcétera.
Esta sugerencia apunta a ponerle un poco de picor a cosas tan prosaicas como
pagar las facturas de la luz.
17) Ensayá
tu presentación de proyecto o tu próxima entrevista de trabajo sin ropa. Si lo hacemos en bolas, con la osadía y el
ridículo que implica, cuando lo hagamos con un trajecito sastre nos va a salir de
taquito.
18) Desafiate
a alguna acrobacia absurda. ¿La vuelta carnero? ¿El flic flac? Así, después
podrás contar que tu especialidad es “la vertical al natural”. No sé ustedes,
pero yo soy incapaz de dar una vuelta
carnero, desnuda o vestida. No tengo ni la más remota idea de lo que es el flic flac, pero seguro que no me sale
tampoco. Y la vertical… la vertical y
yo tenemos problemas desde 1983, cuando me llevé Gimnasia a diciembre (por
suerte la di estudiándome de memoria el reglamento del vóley, porque de ser por
la vertical yo todavía estaría en 3º año
del secundario).
19) ¡Exfoliate!
Para esta grata tarea la “Cosmo”
propone mezclar media taza de sal gruesa con dos cucharadas de miel y un
chorrito de aceite común. Y untarse con esa porquería para eliminar todas las
células muertas.
21) Organizá
una limpieza a fondo de tu guardarropa. Vas a poder probarte lo que quieras y
decidir qué se queda y qué se va. Ni por putas, con perdón de los presentes. El
desorden del placard apunta a que las prendas que no me entran
pasen desapercibidas. Entre tanto bollo de tela es imposible adivinar qué cosa
es qué, y mucho mejor aún, de qué talle es.
22) Si te compraste varios conjuntos de ropa interior y
no sabés cuál te queda mejor, es el momento de desfilar ante un espejo de
cuerpo entero. Perdón, pero esta no es una actividad para hacer
desnudas. Desde que nos probamos el conjunto de ropa interior estamos vestidas.
Con poco, pero vestidas.
23) Nada
como estar completamente desnuda para aplicarte parejo el autobronceante. No, ni se les
ocurra. Nada más desagradable que el autobronceante. Ese color intermedio entre
café aguado y zanahoria es realmente muy feo. Si quieren broncearse, salgan al
sol. Bánquense estar desnudas al sol. Eso es atrevimiento, carajo.
Hasta aquí, la primera parte de este folletín que
recrea la nota de la “Cosmopolitan” 50
cosas para hacer desnuda. Primera
parte que se ocupó de las cosas que una puede hacer en bolas y sola. Prontito
la segunda parte, donde se enterarán de las cosas que pueden hacer desnudas con
un chico al lado. Me despido de
ustedes con un pensamiento de Heinrich Heine: “Si
bien lo consideramos, todos estamos desnudos dentro
de nuestros vestidos”.
Buenas tardes.
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