50
COSAS PARA HACER DESNUDA II
“No hay ninguna desnudez
comparable a lo que uno siente cuando está desnudo ante alguien por primera vez.”
John Irving
Buenas
tardes, mis queridas. Aquí les traigo la segunda y jugosa parte de mi
recreación de la nota de la “Cosmopolitan”,
intitulada descaradamente 50 cosas para hacer desnuda. En nuestro soliloquio anterior hablamos de
las cosas que se podían hacer en bolas y sola. Esta vez, nos enteraremos de las
posibilidades que tenemos en bolas y acompañadas. Por nuestro chico. Pasen y vean.
50
COSAS PARA HACER DESNUDA
Para hacer con tu chico
24) Dense masajes mutuamente. Pueden empezar por los
pies e ir subiendo lentamente. Saltéense la pelvis y sigan por la cintura, el
torso, el cuello y los brazos. Luego vuelvan a descender y, ahora sí, dedíquense a los masajes más hot.
Preámbulos del coito. La novedad está en saltearse la pelvis en la primera
masajeada. Pero tampoco es tan
novedad.
25) Apaguen las luces y jueguen al gallito ciego o a
Marco Polo: uno tiene que ir a tientas por la casa para encontrar al otro. Si
vamos a hacer el ridículo lo hacemos con todo. Yo sé jugar al gallito ciego, pero a Marco Polo no jugué nunca. No sé cómo
es. Si alguien está en condiciones de desasnarme, agradecida.
26) Una
versión más caliente que la anterior: las luces están prendidas pero el que
busca debe ir con los ojos vendados. La “presa” va a ver a su “cazador” desnudo
haciendo movimientos totalmente desconocidos. No, no, no es
para mí. Prefiero que el cazador conserve
algo de misterio. Verlo desnudo, con
los ojos vendados y dando vueltas como
una calesita drogada me aniquila la libido.
27) Desafialo a un
partido de Scrabble y sumá puntos extra con cada sinónimo de sus zonas
erógenas. Nadie quiere jugar Scrabble
conmigo porque les gano a todos, desnudos y vestidos.
28) Alguna madrugada de verano, vayan a la
pileta del edificio y sáquense la ropa en el agua. Eso sí: déjenla a mano, por
si aparece algún vecino desvelado. No tengo comentarios para hacer.
29) Jueguen a verdad o consecuencia. Estar desnudos va
a llevarlos a subir las apuestas. Sí, sí, a verdad
o consecuencia sé jugar. Qué suerte.
30) Sáquense fotos el uno al otro. Tienen que quitarse
la ropa de a una prenda por toma. Ni loca. Nada
de fotos o videos que en algún momento un macho despechado puede hacer
públicos.
31) Acomoden la biblioteca. Para alcanzar los estantes
superiores vas a tener que adoptar posiciones muy tentadoras. Me
están jodiendo, ¿no? ¿La lectora promedio de la “Cosmopolitan” tiene biblioteca? (ya saben amables lectoras, que yo
leo la revista sólo por cuestiones
científicas). No sé cuán altas tienen las Cosmo las sombras de Grey
(las 50, las más oscuras y las liberadas)
y las cuatro derrapadas vampíricas de Stephenie Meyer, pero más de un estante no creo que ocupen.
32) ¿Te acordás de la escena de la película “Viviendo con mi ex”, en la que Jennifer Aniston se paseaba desnuda
delante de Vince Vaughn, mientras él jugaba un videojuego? Bueno, hacé lo
mismo. Hacelo si querés, pero si está jugando a la Play tu chico ni se va a enterar. Esas cosas sólo pasan en las películas.
33) Acampen en la terraza de tu casa. Una vez que estén
dentro de una bolsa de dormir, desnúdense. Cualquier movimiento resultará muy
sexy. Lo que me encanta de la “Cosmopolitan” es la increíble capacidad que tiene para convertir
cualquier boludez en una movida hot.
34) Poné un tema vintage y sexy (elegí cualquiera de
Michael Bublé), y bailen cheek to cheek. ¿Por qué
Bublé? ¿Por qué no Sinatra? ¿Por qué no hacen que la chica salga de su estúpida
zona de confort de una vez por todas?
35) Cuéntense los lunares. Eso les va a dar la chance
de conocer todavía más sus cuerpos. Esto es muy sabinesco, muy “Dieguitos y Mafaldas”. ¿Por qué Bublé, entonces? ¿Por qué?
36) Hacele un desfile de modas privado. Eso sí: solo
podés lucir zapatos y accesorios. Hay que
tener coraje.
37) Dejalo
mirar mientras te duchás. Por supuesto: en algún momento te tiene que ayudar a
enjabonarte. Y en otro momento se te cae el jabón… ¿Esto ya lo vimos o me parece a
mí?
38) ¿Qué tal un póker hot, pero invertido? El ganador de cada mano elige qué prenda devolverle al otro. Ah, empezás desnuda y terminás vestida. Yo no sé jugar al póker. Yo no sé jugar a nada que no sea la escoba de quince. Habría que buscar una variante erótica para la escoba.
39) Caten
vinos. Si llegás a derramar un poco de Malbec sobre la piel de él… ya sabés qué
hacer, ¿no? Yo no soy una borracha perdida (creo), pero en mi
sencillo mundo cuando entra el alcohol, sale el sexo. Porque, tal como lo
postuló la filósofa argentina Victoria Xipolitakis, llevo champagne en las venas. Y prefiero el champagne a cualquier
otra cosa en el mundo (cabeza a cabeza con los discos de Los Beatles y el dulce de leche).
40) ¡Batalla de crema batida! El combate es en la
cocina (ahí es más fácil limpiar el enchastre). Cada impacto en el cuerpo del
rival suma cinco puntos. ¿No puede ser
batalla de dulce de leche?
41) Con chocolate, miel y salsa de frutilla pinten
sobre el cuerpo del otro lo que más les divierta. Como broche de oro, compartan
la ducha. Qué se yo, a mí esto de desperdiciar comida
habiendo tanto muerto de hambre mucha gracia no me hace.
42) Organicen una maratón de juegos (generala, escoba y
truco). El ganador puede pedir… ¡lo que se le ocurra!
Acá está la variante erótica de la
escoba. Bien.
43) Hagan un karaoke. Él puede dedicarte algún tema
roquero, y vos podés lucirte con “We Can’t Stop”. ¿Tu plus? La sonrisa y los
gestos al más puro estilo Miley Cyrus. Ay, se me puso
la piel de gallina. Creo que del horror. Un karaoke
es la cosa más ridícula que existe. Un karaoke en bolas, la hecatombe. Un
karaoke en bolas imitando a Miley Cyrus, el
Armagedón (Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16). La “Cosmopolitan” se podría dejar de joder
con estas cosas.
44) Adoptá una posición sexy y dejá
que dibuje tu retrato (o tu caricatura). Después, es tu turno de jugar a ser
Frida Kahlo. Frida Kahlo. No.
45) …
¿Pueden creer
que la “Cosmo” me vendió una nota
intitulada 50 cosas para hacer desnuda que sólo sugiere 44 cosas. ¿No saben
contar?
Indignada por la carencia de las últimas seis sugerencias, que juzgo las
más potables, sólo por mantener aceitado mi espíritu de disconformidad, me despido de
ustedes con unas bellas palabras de Roque Dalton, cosa de que si este esta
cháchara baladí no les aportó nada, se vayan, por lo menos, con algo de poesía: “Tu
desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas para que
te adivine, me toma de la mano como a un niño perdido que en ti dejara quieta
su edad y sus preguntas.”
Buenas tardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario