YO
AMO A LA TV II
"Quiero
que la gente se ría y llore, no que se sienten y que se queden mirando a la
pantalla."
Michael
Landon
Como les venía contando, soy adicta a la televisión. He tenido horas y horas de romance con
la caja boba. No tengo ningún prurito en confesarlo:
a los cuarenta y tantos no me
interesa sacar chapa de inteligente. Pasé
mucho tiempo frente a la TV, y no precisamente mirando Canal(á). Mirando otras cosas.
“THE TIME TUNEL”
La serie de ciencia ficción “El Túnel del Tiempo” giraba alrededor de las vidas del Dr. Tony Newman (James Darren ) y Dr. Doug Phillips, (Robert Colbert ), quienes, vaya uno a
saber por qué oscuro motivo, se perdían en un remolino donde giraban las edades
pasadas y futuras. Estos dos científicos no podían volver al presente, pero
andaban de acá para allá: estuvieron a bordo del Titanic previamente a que se estrellara contra
el iceberg, en Pearl Harbor antes del ataque japonés y en
Indonesia precediendo el estallido del volcán Krakatoa. Siempre zafaban de las
catástrofes históricas por un pelito. Pero zafaban.
Lo más lindo de la serie era
la ropa que lucían los habitantes del futuro, totalmente plateada. Yo imaginaba
que en el 2000 la gente iba a andar vestida de papel aluminio, pero me
equivoqué fiero. Es desilusionante transitar el Siglo XXI con los mismos jeans
de siempre.
La serie fue filmada entre
1966 y 1967. Posteriormente, hubo algunas remakes, pero todas pasaron sin pena ni gloria.
“CHIPs”
“CHiPs”, emitida originalmente entre 1977 y 1983, era una serie que versaba
sobre las peripecias de dos agentes de policía en motocicleta de la California Highway Patrol. Los susodichos eran Jon Baker Dick Pants (Larry Wilcox ), el rubio, y Frank “Ponch” Poncherello Cunt Boy (Erik Estrada), el morocho. Morochazo, bah. Tradicionalmente, me inclino por los
hombres rubios, pero esta vez, sea por la cara de pavote de Larry Wilcox o sea
por el indiscutible encanto de Erik Estrada, me quedé con el chico latino. “Ponch” tenía un lugar privilegiado en la
pared de mi dormitorio de preadolescente y no me perdía jamás un capítulo de la
serie.
No sé qué se hizo de la vida
de Larry Wilcox. Erik Estrada apareció en 1995 en un capítulo de “The Nanny”, “Kindervelt Days”, en el cual asistía junto a Fran a un
baile de reencuentro de la niñera con sus compañeros del campamento de verano Kindervelt. El capítulo fue un guiño a aquellas
adolescentes de antaño enamoradas de Erik Estrada y resultó muy emotivo. Cierto
es que Poncherello abandonó el baile antes de tiempo,
pero fue reemplazado por el Sr.
Sheffield, que también tenía
lo suyo.
“GET SMART”
“Get Smart” fue conocida por estos lares como “El Súper Agente 86”. Interpretada por un impagable Don
Adams (Maxwell Smart), era una divertida ironía sobre los
agentes secretos, sus circunstancias y sus entuertos. Adams estaba acompañado
por una preciosa Barbara Feldon (la Agente 99) y por Edward Platt como el Jefe de CONTROL, una agencia secreta de recontraespionaje perteneciente al gobierno
estadounidense. CONTROL tenía una digna antagonista, KAOS, una parodia dela KGB.
La serie se filmó entre 1965
y 1970. Lo mejor de "El
Súper Agente 86" eran
los estrambóticos aparatos de los que hacía uso en Max sus peligrosas misiones. El más famoso
era el "zapatófono", una genial idea del Mel Brooks: uno de
los zapatos de Maxwell Smart podía usarse como teléfono. Para
usarlo había que sacarle la suela, debajo de la cual estaban el disco y el
micrófono. El “zapatófono” se convertía en pistola marcando el
número 117. Los zapatos de Max contenían, algunas veces, otros
utensilios. Escondidos en las suelas había una cápsula explosiva, una píldora
suicida y una bomba de humo.
En el año 2008 hubo una
innecesaria versión cinematográfica de la serie: Maxwell Smart fue interpretado por Steve Carell y la Agente 99 por la inexpresiva Anne Hathaway,
conocida mundialmente por su cara de caballo de calesita.
Todos los chicos del mundo
soñamos alguna vez con el “zapatófono”. Absolutamente todos.
“THE ADDAMS FAMILY”
Los Addams eran unos locos lindos que alegraron
de mi infancia y me enfrentaron ferozmente a mi hermana mayor, que pretendía
ver a la espantosa y edulcorada maestrita Jacinta
Pichimahuida, una tontuela
que aparecía en pantalla a la misma hora que esta inusual pero adorable
familia. En otro canal, obvio. Yo
soy adicta a la televisión, no a las boludeces. Este clan fue creado
en 1937 por el talentosísimo dibujante Charles Addams como una tira cómica para
el periódico The New
Yorker (El libro de Ray
Bradbury “From the dust
returned”, que narra las
peripecias de la fantástica familia Elliot, tiene en la portada un estupendo
dibujo de Charles Addams, amigo del escritor).
La Familia Addams estaba compuesta por el papá Gomez
Addams -“Homero” (John
Astin), la mamá, Morticia A.
Addams (Carolyn Jones), el tío Fester - “Lucas” (Jackie Coogan, inolvidable junto a
Charles Chaplin en “The Kid”), Pugsley Addams - “Pericles”, hijo de Homero y Morticia (Ken Weatherwax), Wednesday Friday Addams -
“Merlina”, hermana de Pericles (Lisa Loring, igualita a mi mamá
cuando era chica), la abuela
Addams (Blossom Rock), Largo, el mayordomo (Ted
Cassidy) y Dedos, una mano con vida propia que se
comunicaba con el resto de la familia mediante el código Morse o el lenguaje de señas.
Los Addams eran extravagantes y algo oscuros:
conservaban los tallos espinosos y desechaban las rosas, tenían como mascotas a
un león y a un cocodrilo, cultivaban plantas carnívoras y se relajaban en una
sala de torturas. Funcionaban al revés que una familia normal. Por eso siempre
me llamó poderosamente la atención que Homero
y Morticia se adoraran y no pudieran vivir el uno sin el otro. Hasta que comprendí que en los
matrimonios normales eso no sucede jamás. En
eso también los Addams iban contra la corriente. La serie fue filmada
entre 1964 y 1966. En 1991 vio la luz una remake cinematográfica, “The Addams Family”, con Anjelica Houston y el malogrado
Raúl Juliá (excelente) en los roles principales. En 1993 llegó la secuela de
esta película, "Addams
Family Values", con el
mismo reparto. Y en 1998, se estrenó el tercer film de la saga, "Addams Family Reunion". En esta última película los papeles
estelares fueron cubiertos por Daryl Hannah y Tim Curry (sí, el insoslayable y
truculento Pennywise de “It”, gracias al cual toda mi familia le
tiene fobia al pavote de Ronald
McDonald). Estas remakes me gustaron. Vieron que tan jodida
no soy.
“MR. ED”
“Caballo como Ed no hay dos,
no hay dos, sólo Mr. Ed tiene bella voz. Feliz de aquel que escuche al sabio
caballo Mr. Ed”. Así decía la cancioncita de
esta encantadora serie que contaba las peripecias de un caballo parlante, Mr. Ed, y su dueño, el arquitecto Wilbur Post, interpretado por Alan Young (sí, me
acuerdo la canción de memoria, me acuerdo todas las canciones de todas las
series de memoria; a freak no me gana nadie). Wilbur era el único que podía escuchar a Mr. Ed, y este detalle oroginaba situaciones
desopilantes. El caballo, un hermoso palomino castaño, se llamaba, en la vida real, Bamboo Harvester.
Era la gran estrella de la serie y los chicos lo amábamos.
La serie se grabó entre 1961
hasta 1966. En 1970, y debido a sus problemas de salud, Bamboo Harvester fue sacrificado.
Allan Lane, quien falleció en
1973, fue el actor que prestó su voz a Mr.
Ed.
Hace mil años que ningún
canal de televisión pone la serie en el aire. Una lástima.
“THE WALTONS”
“Los Waltons” eran una especie de Ingalls, pero más abundantes. Había muchos Waltons. Muchos, muchos.
Y eran un poquito más actuales. Sus peripecias (también abundantes)
transcurrían durante la Gran Depresión y la 2º Guerra Mundial.
El personaje más
sobresaliente de la serie era John
Boy Walton, interpretado por
Richard Thomas (el Bill
Denbrough de la fabulosa “It”). Muy bonito. Muy. A
través de sus ojos era vista la historia de la familia. John Boy era escritor y muchas veces
reflexionaba en off acerca de sus padres, sus
hermanos, sus amigos. Cada capítulo de la serie terminaba con la casa Walton en penumbras, salvo por la ventana
en el piso superior. También en off se escuchaba una breve
conversación entre dos o tres integrantes de la familia. Y después, las buenas
noches.
“Los Waltons” también eran bastante sufridores. Pero los Ingalls sufrían más. Nadie sufrió en la tele
tanto como los Ingalls. Nunca, nunca.
“MY FAVORITE MARTIAN”
“Mi marciano favorito” se filmó entre 1963 y 1966. Los protagonistas de la serie eran un
marciano de apariencia humana que caía con su nave en Los Angeles (Ray Walston)
y un reportero de The Angeles
Sun (Bil Bixby), quien le
daba asilo en su casa. Para evitar escándalos, el joven periodista Tim O'Hara presentaba a este simpático
extraterrestre como su Tío
Martin. El Tío Martín podía hacerse invisible, levitar y
conversar con los animales, entre otras capacidades asombrosas. Sus invenciones
eran geniales; la más popular fue una máquina
del tiempo, que permitió que
algunos capítulos de la serie estuvieran ambientados en épocas pasadas. De vez
en cuando, en su cabeza asomaban dos antenas delatoras.
En 1999, Disney hizo una remake cinematográfica de “Mi Marciano Favorito”, protagonizada por Christopher Lloyd (Tío Martin) y Jeff Daniels (Tim). No la voy a defenestrar porque no la
vi. Eso para que no digan que soy una reventada y que no hay versión fílmica
que me venga bien.
“GHOST STORY - CIRCLE OF FEAR”
Casi nadie recuerda esta serie
de terror filmada entre 1972 y 1973 y bautizada en Argentina con un título por
demás prometedor: “La Hora
Macabra”. Era absolutamente
asombrosa y yo, que siempre fui fanática de los sucesos sobrenaturales y
sombríos, la adoraba. Fantasmas vengativos, profesores de secundaria que eran
en realidad vampiros (inescrupulosos como los de antes, que no hay nada más fastidioso que un
vampiro con inquietudes éticas), dobles malignos, viejas casas embrujadas:
la serie lo tenía todo para ser perfecta. Y lo era. El actor británico
Sebastian Cabot fue el anfitrión del programa durante los trece primeros
capítulos; el elenco era rotativo.
Uno de los capítulos de la
serie abordaba el tema del doppelganger: un niño aburrido creaba un amigo
invisible que era su doble y asesinaba a su profesor de ajedrez. Recuerdo ese
capítulo especialmente; supongo que será porque un su momento me impresionó
bastante. Lo evoco y todavía se me pone la piel de pollo.
“FANTASY ISLANSD”
“La Isla de la Fantasía” era una recóndita islita en medio del Océano Pacífico. Hasta allí
llegaban gentes que querían cumplir sus sueños, abonando el módico precio de
50.000 dólares. El anfitrión del lugar era el Sr.
Roarke (Ricardo Montalbán),
siempre vestido de traje blanco y acompañado por su fiel asistente Tattoo (Hervé Villechaize), quien
acostumbraba anunciar la llegada de los visitantes gritando “¡El avión, el avión!” Roarke les daba la bienvenida a los
convidados: “Queridos
señores, soy su amigo el Sr. Roarke, su anfitrión, bienvenidos a la isla de la
fantasía”. Y, a partir de
allí, cada uno iniciaba su periplo, orientado siempre a la consumación de sus
más caras fantasías.
La serie se filmó entre 1978
y 1984. La maravillosa isla fue visitada por famosas estrellas de la época.
A Hervé Villechaize, actor
francés que, lamentablemente, se suicidó en 1993, no le gustaban los
eufemismos: su deseo era que se refirieran a él como un enano y no como una persona pequeña. Medía apenas 1,22.
Mi hijo tenía dos o tres años
cuando, ante cada engendro aeronavegante cruzaba el cielo patrio, gritaba,
agitando los bracitos: “¡El
avión, el avión!” Por eso lo
rebauticé cariñosamente Tatoo, sobrenombre que mutó hasta convertirse
en Tatu, apelativo que aún usan algunos
miembros de la familia para referirse al pobre chico.
“La Isla de la Fantasía” prometía cumplir sueños. Y los cumplía. Una se sentía parte de esa
ilusión. Y esperaba poder poner un pie en esa tierra mágica. Algún día.
“Bonanza” fue la serie de cowboys por excelencia. Relataba las aventuras de
la familia Cartwright, compuesta por un viudo llamado Ben Cartwright (Lorne Greene) y sus tres hijos, cada
uno de una esposa distinta (Ben Cartwright era viudo sin joda). El mayor, Adam (Pernell Roberts), era un
talentoso constructor. No apareció en todos los capítulos de la serie. El
segundo era el cálido gigantón Eric,
apodado “Hoss” (Dan Blocker). Y el más joven, el
vehemente Joseph Francis o “Little
Joe” (Michael Landon). Landon
todavía no tocaba el violín ni se
perdía en tormentas de nieve navideñas, como
haría años después al convertirse en el jefe de "La Familia Ingalls". Pero ya era un bombonazo hecho y
derecho. Cuando tenía seis años estaba absolutamente enamorada de él. Por
suerte, había un factor que atemperaba mis celos infantiles: a los Cartwright ninguna mujer les duraba más que un
capítulo. O se morían o se
tomaban el buque. Qué
ingratas.
La familia tenía un cocinero
chino llamado Hop Sing (Victor Sen Yung) y vivía en un enorme
rancho, “La Ponderosa”, situado en Nevada, sobre la costa del
Lake Tahoe. En 1967, David Canary se incorporó en 1967 al elenco como "Candy" Canaday, capataz de los Cartwright. Un
lindo personaje.
Dan Blocker murió sorpresivamente
en 1972 y ese fue el principio del fin de la serie, filmada entre 1959 y 1973.
Los Cartwrigh eran todos lindos, hasta el viejo.
Me fascinaban.
Si ustedes creyeron que hasta
acá llegue con este revival televisivo, se equivocan. Ya les dije
que pasé muchas horas frente a la TV. Pero muchas, muchas. Lo que significa caros amigos, que aún
no dije todo lo que tenía que decir acerca del tema.
Ya saben. To be
continued...
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