sábado, 11 de agosto de 2012

MARTES SÍ, MIÉRCOLES NO, JUEVES QUIÉN SABE…


MARTES SÍ, MIÉRCOLES NO, JUEVES QUIÉN SABE…

"¿Con que frecuencia practicáis sexo? O, ¿con qué frecuencia hacéis dibujos? Bueno, yo nunca me canso de pintar...dibujaría todo el día, todos los días si pudiera...y usaría todos los colores de mi caja. ¡Me encanta colorear! Hasta llegar a... ¿correrme? Lo siento, no hay equivalencia en colores... "
Samantha ("Sex and The City: The Movie")

"El amor nunca muere de hambre; con frecuencia, de indigestión."  
Friedrich Wilhelm Nietzsche

Parece, mis queridos, que no hace falta ser una chica Cosmo para preguntarnos  todo del tiempo si nuestra vida  sexual es más o menos decorosa o estamos más cerca del bochorno que del orgasmo. Si bien las inquietudes de estas muchachas glamorosas difieren bastante de las nuestras (a las cuarentonas jamás se nos ocurriría preguntar si es correcto que nuestro chico nos pida que le practiquemos sexo oral arrodilladas, porque esa es la posición que utilizan para tan impúdico menester las estrellas porno), las mujeres hechas y derechas también queremos saber. Queremos saber, sobre todo, si la frecuencia con la que tenemos sexo es normal.  Porque estas cosas nos preocupan, lo admitamos o no. A los señores, sépanlo, también les preocupa este asunto. Y bastante más que a nosotras. Según los especialistas, los varones creen, en general,  que su vida sexual es escasa y las damas, por el contrario, opinamos que nuestros hombres están todo el día calientes como una pava. Esta divergencia de miradas genera en las parejas (aun en aquellas que juran que sus vidas son más  rosadas que una bombacha de Reese Witherspoon en “Legalmente rubia”) más de un cortocircuito. ¿A qué se debe este desacuerdo entre damas y caballeros? Los hombres han tenido históricamente más permiso para disfrutar del sexo que las mujeres y han aprendido a disociar entre lo físico y lo emocional. Nosotras, en cambio, no podemos hacer el amor a las diez de la noche con un señor al que puteamos con frenesí a las diez de la mañana. Para las féminas, todo lo que sucede en el día repercute en la cama (pero, ¡ojo!, todo lo que sucede en la cama también repercute en el día, aunque esta segunda verdad no esté tan desperdigada como la primera).
Según la sexóloga de las estrellas, la adelgazada Alessandra Rampolla, no existe una cifra ideal de encuentros sexuales semanales que sea aplicable a todas las personas. En el gran país del Norte, por ejemplo, se calcula que la frecuencia sexual de una pareja promedio es de 3,5 veces por semana, pero es sabido que estas estimaciones son sólo promedios y no cifras ideales. La cantidad de encuentros sexuales semanales varía de pareja en pareja y tiene que ver con el tipo de relación que mantienen, su estilo de vida, el nivel de libido compartido y las expectativas de ambos sobre la intimidad sexual y lo que ésta debe y puede ofrecer.
Según el Informe Durex sobre Bienestar Sexual 2012, que analiza testimonios reunidos en 26 países, los datos más confiables sobre este tema son los siguientes:

-El promedio es de 103 encuentros sexuales por año.

-Hay una mínima diferencia entre la frecuencia masculina,  de 104 rounds al año, y la femenina, de 101.

-El 5% de los adultos tiene sexo todos los días.

-Uno de cada cinco adultos lo hace entre 3 y 4 veces a la semana.

-La franja de edad con más relaciones es entre los 35 y los 44 años: reconocen mantener unos 112 encuentros sexuales al año.

Una, que es lo suficientemente joven como para tener una vida erótica ajetreada y lo suficientemente mayor como para comprender que calidad es mejor que cantidad, se da por cumplida con 2 o 3 batallas carnales por semana, pero sabe, por experiencia, que los ardores sexuales (sobre todo en las parejas que llevan muchos años de martirio) van y vienen. Hay épocas en las que los esposos, concubinos, novios y amantes son grandes hogueras de pasión y otras en que andan con los fósforos húmedos. Nada más normal que la fluctuación del deseo en una pareja entrada en años.
El sitio web Entre Mujeres hizo su propia encuesta acerca de este tema, en la que participaron más de 9000 mujeres, y los resultados han sido expuestos en una nota firmada por Vanesa López. Ante la concreta pregunta “¿Con qué frecuencia tenés sexo?”, las asiduas visitantes del mentado espacio dieron las siguientes respuestas:

-Algunas veces por semana. El 48% de las participantes optó por esta respuesta algo vaga pero que puede inscribirse en lo que yo llamaría la línea Sor Juana Inés de la Cruz (no por poner en duda la virginidad de Sor Juana, que soy hereje pero no tanto, sino por su rotunda afirmación de que el amor es como la sal, dañan su falta y su sobra).

-Los sábados “me toca”. Nada más deplorable que saber de antemano cuándo nos toca y cuándo no (bueno, sí: que no nos toque nunca). El 18% de las féminas encuestadas por Entre Mujeres confesó que, para ser bendecidas (o maldecidas) con un round erótico deben esperar al fin de semana. Algunas, porque durante la semana, tanto ellas como sus medias naranjas, tienen puestas sus energías en ir a trabajar, viajar como ganado, carajear a Macri por el puto Metrobús, etc. Otras, porque están solitas y solas y aprovechan los días no laborables para ir a un boliche y ver si enganchan algo más o menos potable, aunque sea para desfogarse el fin de semana.

-Ya ni me acuerdo. Esta es la tristísima respuesta que el 17% de las damas interrogadas acerca de la frecuencia de sus relaciones sexuales. Parece que son muchas las señoras y señoritas que, voluntariamente o no (yo creo que no, pero bue, ya se sabe que yo soy una depravada) han olvidado cómo es eso de manotear lo que se tiene cerca y encontrar algo interesante.

-Todos los días, es como dormir y comer. Esta réplica, que me dejó algo pasmada (nada, nada, NADA, es como comer), vino de boca de damas y damitas que presumen de estar muy bien atendidas.  Si bien el sexo tiene mucho que ver con nuestra salud psicofísica, nadie se murió de celibato, que yo sepa. Y si no comemos o no dormimos (o no meamos o no evacuamos),  nos morimos, capisci? Además, estas mujeres afortunadas no aclararon si,  para tener sexo 7 veces por semana, cuentan con uno o varios señores a su disposición. Porque con varios señores es más fácil.  “¿Fanáticas del placer o adictas al sexo?”, se pregunta Entre Mujeres sobre estas hembras insaciables. Ni una cosa ni la otra: fanfarronas, nomás.

-Cada tanto, cuando conozco a alguien. El 7% de las mujeres encuestadas dio esta respuesta que también suena bastante tristona.  No son tan atrevidas como las que concretan el sábado sí o sí aunque no tengan ni marido, ni concubino, ni novio, ni amanta, ni sodero, y, para degustar las mieles del sexo esperan a que aparezca alguien especial  (chicas, esperen sentadas y duerman sin frazada, como decía nuestro querido Carlitos Balá… o hagan justicia por mano propia… o, acepten de una vez por todas que los príncipes son feos y tienen madres desagradables y eternas, y que los únicos azules son los Pitufos).

Hasta aquí, mis queridas, todo lo que tenía para decir acerca del peliagudo asunto de la frecuencia con la que damas y damitas tenemos sexo. Vuelvo a repetir que no importa tanto la cantidad como la calidad y que cada pareja es un mundo. Lo que para unos es mucho para otros es poco. Y viceversa. Lo fundamental es que cada yunta amatoria encuentre su propio ritmo y  no se sienta frustrada cuando aparecen esos amantes maratónicos que juran que tienen sexo 2 o 3 veces al día. La mayor parte de las veces son mitómanos que no ven un calzoncillo o un corpiño con algo adentro desde tiempos inmemoriales y suplen su falta de sexo real inventando pelotudeces. Otra cosa sustancial es no creer que el buen sexo tiene que ver con un culito parado y una cinturita de avispa (fíjense que la chica Cosmo, que no pasa de los 25, tiene más problemas que los Pérez García). La cosa pasa por otro lado. Pasa por querer y quererse. Y dejarse de romper los kinotos con tanta obsesión con la perfección porque la perfección, caras lectoras, no existe.
Me despido de ustedes con una frase de Hunter S. Thompson, con la que pueden estar de acuerdo o no, pero que resume  de modo magistral mi modo de pensar en lo que a relaciones entre hombres y mujeres se refiere: "El sexo sin amor es tan hueco y ridículo como el amor sin sexo".

Buenas tardes.

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