SEXOSOMNIA: SONÁMBULOS DEL AMOR
“Vení a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos
hará.”
Julio Cortázar
El que dijo que
no había nada nuevo bajo el sol, le erró fiero. Bajo el sol y, sobre todo, bajo
la luna, encontramos novedades todos los días y todas las noches. Porque en lo
que a sexo se refiere, constantemente aparece información flamante que nos
ilustra acerca de filias, fobias, y nóveles usos y costumbres. La novedad de
hoy es la sexosomnia, un trastorno
que, según fuentes informadas, padece el 1% de la población mundial.
Parece que hay
señoras y señores que se despiertan junto a parejas felices y satisfechas porque el sexo de la noche anterior fue fabuloso, pero no recuerdan haber hecho
el amor con ellos. Suponen que sus medias naranjas lo soñaron o lo inventaron
vaya uno a saber con qué ladina intención. Pero no. Esa gente que tuvo sexo y
no lo recuerda, o tiene una memoria de miércoles o padece sexosomnia: copula en estado de sonambulismo. Mirá vos.
La sexsonmia, señoras y señores, no es más que una parasomnia o
trastorno del sueño. Es un tipo de sonambulismo que hace que, quien lo padece,
mantenga o busque mantener relaciones sexuales estando absolutamente dormido.
Hay personas con sonambulismo que se levantan de la cama dormidas como lirones
con intenciones más prosaicas: cocinar, limpiar o pasear al perro. Los sexosomnes (florida palabra que acabo de
inventar) hacen lo mismo, pero sus intenciones son exclusivamente carnales. Mientras
tienen sexo en este estado, los padecientes no tienen conciencia de nada de lo
que hacen y, obviamente, no recuerdan por la mañana ninguna de sus proezas
eróticas. Esto, que parece jocoso e inofensivo, puede entrañar peligros
insospechados: hay constancia de asaltos sexuales y violaciones de personas que
padecían sexsomnia.
Hombres y mujeres somos capaces de tener respuestas físicas frente a un sueño especialmente excitante. Las poluciones nocturnas son frecuentes en los hombres jóvenes, lo mismo que las erecciones mientras se está dormido. A las mujeres nos sucede algo parecido: los vasos sanguíneos se dilatan y se puede producir lubricación. En ambos casos se puede llegar al orgasmo sin despegar un ojo. Pero la sexsomnia va un poco más lejos.
Hombres y mujeres somos capaces de tener respuestas físicas frente a un sueño especialmente excitante. Las poluciones nocturnas son frecuentes en los hombres jóvenes, lo mismo que las erecciones mientras se está dormido. A las mujeres nos sucede algo parecido: los vasos sanguíneos se dilatan y se puede producir lubricación. En ambos casos se puede llegar al orgasmo sin despegar un ojo. Pero la sexsomnia va un poco más lejos.
Es bastante poco lo que se
sabe de este inquietante padecer. Fue descubierto hace unos pocos años
(¿vieron que novedades siempre hay?) durante pruebas realizadas con el fin de desentrañar y
catalogar los trastornos del sueño. Afecta tanto a hombres como mujeres, y, tal
como dijimos anteriormente, lo sufre aproximadamente al 1% de la población
mundial. Aparece sobre todo en situaciones de estrés y viene precedido y
acompañado por otros trastornos del
sueño. El insomnio es una de
sus principales causas, junto a los terrores nocturnos padecidos en la infancia
y la adolescencia y el sonambulismo no
sexual (cocineros, limpiadores y paseadores de perros pueden degenerar en
amantes desaforados). El trastorno, como todos los trastornos, se agudiza con
la ingesta de alcohol, tabaco y drogas. Y, por supuesto, hay causas genéticas
que predisponen a esta misteriosa dolencia.
Para enterarnos si
padecemos o no sexsonmia es menester
visitar a un especialista que realice un polisomnograma,
el examen más
frecuentemente realizado en los centros de medicina del sueño. Con los
resultados en mano, recomendará tratamientos psicológicos y médicos.
Yo, mis queridos, que
me considero una dama medianamente culta, acabo de enterarme hoy de la
existencia de este trastorno conmocionante. No sé ustedes.
Después de exponer
todo lo que sé acerca de la sexsonmia me despido con
un pensamiento de Amado Nervo: “Quienes piden
lógica a la vida se olvidan de que es un sueño. Los sueños no tienen lógica.
¿vale acaso la pena haber vivido, para encontrar, después de tantas cosas que,
sin duda, las horas más hermosas son las que hemos dormido? Yo he vivido porque
he soñado mucho. ”
Buenos días.
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