domingo, 17 de julio de 2016

LAS MALAS DE LA PELÍCULA I



LAS MALAS DE LA PELÍCULA I

"Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor." 
Mae West

Si bien es sabido que en materia de villanía femenina la ficción no tiene absolutamente nada que envidiarle a la realidad, hay malparidas de utilería tan perfectamente infames que se han ganado el reconocimiento del gran público y han pasado a formar parte del nutrido imaginario popular. Desde sus inicios, el cine nos ha regalado montones de malas malísimas para regodearnos en sus perversidades. Las primeras villanas del celuloide fueron concebidas a partir del mito de la vagina dentata. Todas ellas eran bellas hembras y amadoras insaciables, pero representaban una amenaza para el audaz que osara poner los ojos en sus agraciados cuerpecillos. Hace cien años, el cine no había descubierto aún a la maldita reprimida sexual y todas las renegadas Made in Hollywood eran atorrantas hechas y derechas. Estas mujeres fatales, denominadas inequívocamente vampiresas (chupadoras de sangre, consumidoras de vida), fueron encarnadas por actrices cuyos nombres aún son sinónimo de erotismo y glamour. Theda Bara, la primera reina del sexo de la gran pantalla (adorada por mi abuelo y reverenciada por mí), nacida como Theodosia Burr Goodman (Theda Bara es un anagrama de Arab Death, Muerte Árabe en inglés), dio vida a una serie de señoras y señoritas que no eran, precisamente, Carmelitas DescalzasSalomé, Carmen, Madame du Barry y Cleopatra. Pola Negri, la primera actriz europea que triunfó en Hollywood, también alimentó con sus interpretaciones el mito de la femme fatale. Su vida personal, bastante menos privada que la de la retraída Theda, aportó lo suyo: tuvo un sonado romance con Charles Chaplin (conocido en la Meca del Cine no sólo por su enorme talento, sino por su amor a las jovencitas y por ser uno de los actores mejores dotados sexualmente) e hizo tremendo escándalo en el velorio de Rodolfo Valentino, gritando, hipando, desmayándose y jurando que ella y el malogrado galán tenían planes de casamiento. Clara Bow y Louise Brooks fueron otras actrices célebres que contribuyeron con sus andanzas al mito de la malvada pecadora. Clara, incandescente pelirroja, “la más ardiente hija del jazz”, fue famosa tanto por su desempeño en la pantalla como por sus desvergonzados amoríos: Gary Cooper, John Gilbert, John Wayne e, incluso, Béla Lugosi, fueron algunos de sus amantes. En 1930, la secretaria privada de Clara vendió todos los entretelones de la impetuosa vida de la actriz a la prensa y ventiló sus picarescas aventuras, entre las que se contaba una bonita orgía con un equipo completo de fútbol americano. Este escándalo marcó el principio del fin de la carrera de la “chica it” original. Lousie fue reconocida por su belleza e interpretó una serie de películas que fueron blanco de la censura de la época, debido a su alto contenido erótico. También loqueó cuanto pudo. Bien por ella.
Durante décadas, ser mala fue para Hollywood ser sexualmente activa. Muchas vampiresas  contribuyeron con su cuota de lujuria y descaro a la historia del 7º Arte, pero fue una rubia grandota y descarada la que, sin duda, le puso su cara y sus curvas al arquetipo de hembra peligrosamente atorranta: Mae West. Mae era una verdadera mujer fatal: había sido dotada con una inteligencia feroz. Supo sacar provecho del escándalo que rodeó a su persona e hizo gala de una lengua por demás afilada: “Un orgasmo al día mantiene lejos al médico”, repetía la sexy sacando pecho. Antes de Mae hubo putones grandes y chicos, pero ella les pasó el trapo a todos. Después de Mae, siguió habiendo putones de todos los tamaños, pero ninguno le pudo pasar el trapo a la blonda diosa de Brooklyn.
Gracias a Dios, todo este asunto de las vampiresas ha sido más o menos superado y hemos ingresado al Siglo XXI con una lección bien aprendida: ser atorranta no es ser mala. Es ser atorranta, nomás. Miren, si no, a la Cicciolina: no sólo es una vegetariana estricta y una firme defensora de los derechos de los animales, sino que, en su momento, se ofreció a Bin Laden para que el tipo se dejara de hacer daño: “Estoy dispuesta a hacer un trato. Él puede tenerme a cambio de terminar con su tiranía. Mis pechos sólo ayudaron a la gente, mientras Bin Laden mató a miles de personas inocentes.”
Cómo ustedes podrán imaginar, caros leedores, entre tantas y tantas villanas cinematográficas como existen, yo tengo mis favoritas. Que son perversas más allá de la ligereza de sus bombachas. He aquí, entonces, la primera y jugosa parte de Top Ten de malas malísimas ficticias.


ENFERMERA RATCHED (“One Flew Over the Cuckoo's Nest”)

He aquí una mala malísima con la que no podrían haber soñado jamás los hacedores de vampiresas de los años ’20. La enfermera Ratched (Louise Fletcher), siniestra y asexuada, tiene a su cargo un grupo de pacientes en un hospital psiquiátrico, al cual va a dar con sus huesos Randle Patrick McMurphy (Jack Nicholson), un pícaro acusado de estupro que se hace el loquito para evadir la cárcel, en la imperdible película “One Flew Over the Cuckoo's Nest” (“Atrapado sin salida”). La Ratched es cruel, severa y absolutamente impasible ante el dolor humano. Una tipa repugnante.
El creador de la malísima enfermera Ratched fue Ken Kesey, autor de la novela también llamada “One Flew Over the Cuckoo's Nest”, en la cual está basada la película. Kesey volcó en la historia sus experiencias como enfermero en el turno nocturno de un hospital psiquiátrico en Menlo Park (California).
Louise Fletcher ganó un Oscar a la Mejor Actriz por su interpretación de Mildred Ratched. La maldita enfermera es considerada por el American Film Institute como la 5º villana más dañina en la historia del cine, sólo aventajada por entes de la calaña del caníbal Hannibal Lecter, el psicópata Norman Bates y el intergaláctico Darth Vader Hay que tener en cuenta que esta nómina de villanos no hace distinción de sexos. Si hablamos exclusivamente de hembras, la Ratched es la 1º más mala en la historia del 7º arte.
“One Flew Over the Cuckoo's Nest” fue dirigida por Miloš Forman, en 1975. Una joyita del cine.


ANNIE WILKES (“Misery”)

Annie Wilkes (Kathy Bates) también tiene un papel destacado en la nómina de villanos del AFI. Ocupa el 17º lugar de la misma y, la verdad, mete miedo. Curiosamente, Annie también es enfermera, como la maldita Ratched. Por lo que una deduce que más vale mantenerse sanita. Wilkes rescata al escritor de best sellers Paul Sheldon (James Caan), después de que el pobre tipo se rompe las dos piernas en un accidente automovilístico, y lo lleva a su casa para que se recupere. La loquísima Annie somete al escritor a una serie de refinadas torturas  físicas y psicológicas, enfurecida porque Sheldon osó asesinar a Misery, la protagonista de una serie de novelas románticas, en la última entrega de la saga.
Annie Wilkes fue creada por el Rey de Reyes, Stephen King (chapeaux). Es la protagonista femenina de su novela de 1987 “Misery”. King afirmó haber concebido “Misery” a partir de la idea del “fan número uno”. Ese fanático absoluto puede tener una cara verdaderamente funesta, tal como podrían atestiguar el beatle John Lennon, la actriz Rebecca Schaeffer y la cantante Selena, de no haber sido silenciados ad eternum por sus desquiciados admiradores.
Annie no es ni sexy ni glamorosa, pero Kathy Bates es estupenda. También ganó un Oscar a la Mejor Actriz por su interpretación de la jodidísima Wilkes. “Misery” fue dirigida por Rob Reiner, en 1990. 


ALEX FORREST (“Fatal Attraction”)

La obsesionada Alex Forrest (Glen Close) es, según el American Film Institute, la 8º villana más dañina del cine. Alex recoge el guante de las viejas infames de Hollywood: es una mujer seductora y sexualmente activa. Pero, además, está loca. Bueno, eso dicen, no sé. Yo tengo mis dudas. Esta mala malísima es la protagonista femenina de la película “Fatal Attraction”  (“Atracción fatal”), dirigida en 1987 por Adrian Lyne.
Dan Gallagher (Michael Douglas) es un exitoso hombre de negocios, felizmente casado, que se queda un fin de semana solito en Manhattan. El señor aprovecha para tener una aventura con la Forrest, que parece una princesa moderna y termina siendo la bruja mala del cuento. Alex persigue implacablemente a Gallagher y a su familia, y hasta pone hervir a la mascota de su pequeña hija Ellen. Desde entonces, cualquier mujer con pinta de obsesiva es catalogada como “una que es capaz de cocinarte al conejo”. Al final, la legítima esposa de Dan Gallagher, Beth, cornuda de vocación, es quien pone fin a la dañina vida de Alex. Que antes había sido cuasi ahogada por el sinvergüenza que la uso como si la pobre mujer fuera un pañuelo descartable y terminó la película de la manito con su genuina consorte. Un asco.
Debo confesar, amable público leedor, que no recuerdo cuándo vi por primera vez “Misery” o “Atrapado sin salida”. Pero jamás de los jamases olvidaré el día en que conocí a Alex Forrest. Estaba en un viejo cine de la calle Lavalle y, cuando terminó la película, el gentío presente en la sala suspiró aliviado porque la mala había sido convenientemente eliminda. Mi indignación no conoció límites. Ok., ok. El conejo era inocente. Alex tendría que haber hervido al turro de Dan Gallagher. Pero no entraba en la olla.
Si bien “Atracción fatal” es una película deplorable debido a su alto contenido de moralina barata e hipocresía, Alex Forrest es genial.


EVE HARRINGTON (“All About Eve”)

Eve Harrington (Anne Baxter) es una mala malísima emparentada, de algún modo, con Annie Wilkes: es otra “fan número uno”. Pero esta ambiciosa criatura no pretende influir en el trabajo de su admirada Margo Channing (Bette Davis), una estrella de Brodway cuya luz comienza a extinguirse. Pretende suplantarla. Usurpar su posición artística y apoderarse de sus relaciones personales. Y lo logra. La película en la cual Eve despliega sus malas artes es “All About Eve” (“La malvada”). Fue dirigida en 1950 por Joseph L. Mankiewicz.
Eve Harrington es falsa, manipuladora y carece de escrúpulos. Una verdadera yegua. Esta perfecta malparida fue ideada por Mary Orr, quien presentó a la infame en un cuento corto de 1946, “The Wisdom of Eve” (“La sabiduría de Eva”). El cuento fue publicado en la“Cosmopolitan”, en una época remota en la cual la mentada revisteja se ocupaba, aparentemente, de algo más que la ubicación del esquivo punto G.
Eve es considerada la 23º villana más malparida del cine por el AFI. 


MARQUESA DE MERTEUIL (“Dangerous Liaisons”)

La Marquesa de Merteuil (Glenn Close) y el Vizconde de Valmont (John Malkovich), quienes fueron amantes en tiempos mejores, son dos pérfidos miembros de la nobleza francesa de finales del siglo XVIII. Los dos son duchos en las lides amatorias, pero, mientras en Vizconde puede hacer alarde de su jubiloso libertinaje, la Marquesa se ve obligada a llevar una doble vida para no dañar su reputación. Estas gentes nocivas están obsesionadas con corromper a la Presidenta de Tourvel (Michelle Pfeiffer), la más pura de las puras.
La Marquesa es artera, maquiavélica y dañina. Pero al final, todo le sale para el traste: elVizconde de Valmont y la Presidenta de Tourvel terminan enamorándose locamente. El noble sucumbe en un duelo con una amante de la Marquesa y sale a la luz la correspondencia de este depravado par de pájaros, por lo que todo el mundo se entera de lo malparida que es la tipa. Y, como colmo de los colmos, la viruela le desfigura la cara. Justicia divina.
"Les Liaisons dangereuses" es una novela epistolar publicada por Pierre Choderlos de Laclos en 1872. Si bien el final de la historia tiene un feo tufillo a moraleja, no deja de ser una obra maestra de la literatura francesa y una lectura ágil y entretenida. Hubo varias adaptaciones cinematográficas de la novela de Choderlos de Laclos, pero fue la Stephen Frears, “Dangerous Liaisons” (1988), la que hizo historia en el cine.

Hasta aquí, mis muy queridos, la primera parte de mi Top Ten de las malas del cine. No se hará esperar demasiado la conclusión de este entretenido opúsculo. Mientras tanto, pueden deleitarse con otra de las frases explosivas de la gran Mae: “He escrito mi biografía. Va sobre una chica que perdió su reputación y nunca la echó de menos.”

Buenas noches.

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