LAS
MALAS DE LA PELÍCULA I
"Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor."
"Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor."
Mae West
Si bien
es sabido que en materia de villanía femenina la ficción no tiene absolutamente
nada que envidiarle a la realidad, hay malparidas de utilería tan perfectamente
infames que se han ganado el reconocimiento del gran público y han pasado a
formar parte del nutrido imaginario popular. Desde sus inicios, el cine nos ha
regalado montones de malas malísimas para regodearnos en sus
perversidades. Las primeras villanas del celuloide fueron concebidas a partir
del mito de la vagina dentata. Todas ellas eran bellas hembras
y amadoras insaciables, pero representaban una amenaza para el audaz que osara
poner los ojos en sus agraciados cuerpecillos. Hace cien años, el cine no había
descubierto aún a la maldita reprimida sexual y todas las renegadas Made
in Hollywood eran atorrantas hechas y derechas. Estas mujeres fatales,
denominadas inequívocamente vampiresas (chupadoras de sangre,
consumidoras de vida), fueron encarnadas por actrices cuyos nombres aún son
sinónimo de erotismo y glamour. Theda Bara, la primera reina del sexo de la
gran pantalla (adorada por mi abuelo y reverenciada por mí), nacida como
Theodosia Burr Goodman (Theda Bara es un anagrama de Arab Death, Muerte
Árabe en inglés), dio vida a una serie de señoras y señoritas que no
eran, precisamente, Carmelitas Descalzas: Salomé, Carmen,
Madame du Barry y Cleopatra. Pola Negri, la primera actriz
europea que triunfó en Hollywood, también alimentó con sus interpretaciones el
mito de la femme fatale. Su vida personal, bastante menos
privada que la de la retraída Theda, aportó lo suyo: tuvo un sonado romance con
Charles Chaplin (conocido en la Meca del Cine no sólo por su
enorme talento, sino por su amor a las jovencitas y por ser uno de los actores
mejores dotados sexualmente) e hizo tremendo escándalo en el velorio de Rodolfo
Valentino, gritando, hipando, desmayándose y jurando que ella y el malogrado
galán tenían planes de casamiento. Clara Bow y Louise Brooks fueron otras
actrices célebres que contribuyeron con sus andanzas al mito de la malvada
pecadora. Clara, incandescente pelirroja, “la más ardiente hija del
jazz”, fue famosa tanto por su desempeño en la pantalla como por sus
desvergonzados amoríos: Gary Cooper, John Gilbert, John Wayne e, incluso, Béla
Lugosi, fueron algunos de sus amantes. En 1930, la secretaria privada de Clara
vendió todos los entretelones de la impetuosa vida de la actriz a la prensa y
ventiló sus picarescas aventuras, entre las que se contaba una bonita orgía con
un equipo completo de fútbol americano. Este escándalo marcó el principio del
fin de la carrera de la “chica it” original. Lousie fue
reconocida por su belleza e interpretó una serie de películas que fueron blanco
de la censura de la época, debido a su alto contenido erótico. También loqueó
cuanto pudo. Bien por ella.
Durante décadas, ser mala fue para Hollywood ser sexualmente activa. Muchas vampiresas contribuyeron con su cuota de lujuria y descaro a la historia del 7º Arte, pero fue una rubia grandota y descarada la que, sin duda, le puso su cara y sus curvas al arquetipo de hembra peligrosamente atorranta: Mae West. Mae era una verdadera mujer fatal: había sido dotada con una inteligencia feroz. Supo sacar provecho del escándalo que rodeó a su persona e hizo gala de una lengua por demás afilada: “Un orgasmo al día mantiene lejos al médico”, repetía la sexy sacando pecho. Antes de Mae hubo putones grandes y chicos, pero ella les pasó el trapo a todos. Después de Mae, siguió habiendo putones de todos los tamaños, pero ninguno le pudo pasar el trapo a la blonda diosa de Brooklyn.
Durante décadas, ser mala fue para Hollywood ser sexualmente activa. Muchas vampiresas contribuyeron con su cuota de lujuria y descaro a la historia del 7º Arte, pero fue una rubia grandota y descarada la que, sin duda, le puso su cara y sus curvas al arquetipo de hembra peligrosamente atorranta: Mae West. Mae era una verdadera mujer fatal: había sido dotada con una inteligencia feroz. Supo sacar provecho del escándalo que rodeó a su persona e hizo gala de una lengua por demás afilada: “Un orgasmo al día mantiene lejos al médico”, repetía la sexy sacando pecho. Antes de Mae hubo putones grandes y chicos, pero ella les pasó el trapo a todos. Después de Mae, siguió habiendo putones de todos los tamaños, pero ninguno le pudo pasar el trapo a la blonda diosa de Brooklyn.
Gracias a
Dios, todo este asunto de las vampiresas ha sido más o menos
superado y hemos ingresado al Siglo XXI con una lección bien aprendida: ser
atorranta no es ser mala. Es ser atorranta, nomás. Miren, si no, a la
Cicciolina: no sólo es una vegetariana estricta y una firme defensora de los
derechos de los animales, sino que, en su momento, se ofreció a Bin Laden para
que el tipo se dejara de hacer daño: “Estoy dispuesta a hacer un trato.
Él puede tenerme a cambio de terminar con su tiranía. Mis pechos sólo ayudaron
a la gente, mientras Bin Laden mató a miles de personas inocentes.”
Cómo
ustedes podrán imaginar, caros leedores, entre tantas y tantas villanas
cinematográficas como existen, yo tengo mis favoritas. Que son perversas más
allá de la ligereza de sus bombachas. He aquí, entonces, la primera y jugosa
parte de Top Ten de malas malísimas ficticias.
ENFERMERA RATCHED (“One Flew Over the
Cuckoo's Nest”)
He aquí
una mala malísima con la que no podrían haber soñado jamás los
hacedores de vampiresas de los años ’20. La enfermera
Ratched (Louise Fletcher), siniestra y asexuada, tiene a su cargo un
grupo de pacientes en un hospital psiquiátrico, al cual va a dar con sus huesos Randle
Patrick McMurphy (Jack Nicholson), un pícaro acusado de estupro que se
hace el loquito para evadir la cárcel, en la imperdible película “One
Flew Over the Cuckoo's Nest” (“Atrapado sin salida”). La Ratched es
cruel, severa y absolutamente impasible ante el dolor humano. Una tipa
repugnante.
El
creador de la malísima enfermera Ratched fue Ken Kesey, autor
de la novela también llamada “One Flew Over the Cuckoo's Nest”, en
la cual está basada la película. Kesey volcó en la historia sus experiencias
como enfermero en el turno nocturno de un hospital psiquiátrico en Menlo Park
(California).
Louise
Fletcher ganó un Oscar a la Mejor Actriz por su interpretación
de Mildred Ratched. La maldita enfermera es considerada por el American
Film Institute como la 5º villana más dañina en la historia del cine,
sólo aventajada por entes de la calaña del caníbal Hannibal Lecter,
el psicópata Norman Bates y el intergaláctico Darth
Vader . Hay que tener en cuenta que esta nómina de
villanos no hace distinción de sexos. Si hablamos exclusivamente de hembras, la Ratched es
la 1º más mala en la historia del 7º arte.
“One Flew Over the Cuckoo's Nest” fue dirigida por Miloš Forman, en 1975. Una joyita del cine.
ANNIE WILKES (“Misery”)
Annie Wilkes (Kathy Bates) también
tiene un papel destacado en la nómina de villanos del AFI. Ocupa
el 17º lugar de la misma y, la verdad, mete miedo. Curiosamente, Annie también
es enfermera, como la maldita Ratched. Por lo que una deduce que
más vale mantenerse sanita. Wilkes rescata al escritor de best
sellers Paul Sheldon (James Caan), después de que el pobre
tipo se rompe las dos piernas en un accidente automovilístico, y lo lleva a su
casa para que se recupere. La loquísima Annie somete al
escritor a una serie de refinadas torturas físicas y psicológicas,
enfurecida porque Sheldon osó asesinar a Misery,
la protagonista de una serie de novelas románticas, en la última entrega de la
saga.
Annie Wilkes fue creada por el Rey
de Reyes, Stephen King (chapeaux). Es la protagonista
femenina de su novela de 1987 “Misery”. King afirmó haber
concebido “Misery” a partir de la idea del “fan número
uno”. Ese fanático absoluto puede tener una cara verdaderamente
funesta, tal como podrían atestiguar el beatle John Lennon, la
actriz Rebecca Schaeffer y la cantante Selena, de no haber sido silenciados ad
eternum por sus desquiciados admiradores.
Annie no es ni sexy ni
glamorosa, pero Kathy Bates es estupenda. También ganó un Oscar a la
Mejor Actriz por su interpretación de la jodidísima Wilkes.
“Misery” fue dirigida por Rob Reiner, en 1990.
ALEX FORREST (“Fatal Attraction”)
La
obsesionada Alex Forrest (Glen Close) es, según el American
Film Institute, la 8º villana más dañina del cine. Alex recoge
el guante de las viejas infames de Hollywood: es una mujer seductora y
sexualmente activa. Pero, además, está loca. Bueno, eso dicen, no sé. Yo tengo
mis dudas. Esta mala malísima es la protagonista femenina de
la película “Fatal Attraction” (“Atracción fatal”), dirigida
en 1987 por Adrian Lyne.
Dan Gallagher (Michael Douglas) es
un exitoso hombre de negocios, felizmente casado, que se queda un fin de semana
solito en Manhattan. El señor aprovecha para tener una aventura con la Forrest,
que parece una princesa moderna y termina siendo la bruja mala del cuento. Alex persigue
implacablemente a Gallagher y a su familia, y hasta pone
hervir a la mascota de su pequeña hija Ellen. Desde entonces,
cualquier mujer con pinta de obsesiva es catalogada como “una que es
capaz de cocinarte al conejo”. Al final, la legítima esposa de Dan
Gallagher, Beth, cornuda de vocación, es quien pone fin a la dañina vida de Alex.
Que antes había sido cuasi ahogada por el sinvergüenza que la uso como si la
pobre mujer fuera un pañuelo descartable y terminó la película de la manito con
su genuina consorte. Un asco.
Debo
confesar, amable público leedor, que no recuerdo cuándo vi por primera vez “Misery” o “Atrapado
sin salida”. Pero jamás de los jamases olvidaré el día en que conocí a Alex
Forrest. Estaba en un viejo cine de la calle Lavalle y, cuando terminó
la película, el gentío presente en la sala suspiró aliviado porque la mala
había sido convenientemente eliminda. Mi indignación no conoció límites. Ok.,
ok. El conejo era inocente. Alex tendría que haber hervido al
turro de Dan Gallagher. Pero no entraba en la olla.
Si bien “Atracción
fatal” es una película deplorable debido a su alto contenido de
moralina barata e hipocresía, Alex Forrest es genial.
EVE HARRINGTON (“All About Eve”)
Eve Harrington (Anne Baxter) es una mala
malísima emparentada, de algún modo, con Annie Wilkes: es
otra “fan número uno”. Pero esta ambiciosa criatura no pretende
influir en el trabajo de su admirada Margo Channing (Bette
Davis), una estrella de Brodway cuya luz comienza a extinguirse. Pretende
suplantarla. Usurpar su posición artística y apoderarse de sus relaciones
personales. Y lo logra. La película en la cual Eve despliega
sus malas artes es “All About Eve” (“La malvada”). Fue
dirigida en 1950 por Joseph L. Mankiewicz.
Eve Harrington es falsa,
manipuladora y carece de escrúpulos. Una verdadera yegua. Esta perfecta
malparida fue ideada por Mary Orr, quien presentó a la infame en un cuento
corto de 1946, “The Wisdom of Eve” (“La sabiduría de Eva”). El
cuento fue publicado en la“Cosmopolitan”, en una época remota en la
cual la mentada revisteja se ocupaba, aparentemente, de algo más que la
ubicación del esquivo punto G.
Eve es
considerada la 23º villana más malparida del cine por el AFI.
MARQUESA DE MERTEUIL (“Dangerous Liaisons”)
La Marquesa
de Merteuil (Glenn Close) y el Vizconde de Valmont (John
Malkovich), quienes fueron amantes en tiempos mejores, son dos pérfidos
miembros de la nobleza francesa de finales del siglo XVIII. Los dos son duchos
en las lides amatorias, pero, mientras en Vizconde puede hacer
alarde de su jubiloso libertinaje, la Marquesa se ve obligada
a llevar una doble vida para no dañar su reputación. Estas gentes nocivas están
obsesionadas con corromper a la Presidenta de Tourvel (Michelle
Pfeiffer), la más pura de las puras.
La Marquesa es
artera, maquiavélica y dañina. Pero al final, todo le sale para el traste: elVizconde
de Valmont y la Presidenta de Tourvel terminan
enamorándose locamente. El noble sucumbe en un duelo con una amante de la Marquesa y
sale a la luz la correspondencia de este depravado par de pájaros, por lo que
todo el mundo se entera de lo malparida que es la tipa. Y, como colmo de los
colmos, la viruela le desfigura la cara. Justicia divina.
"Les Liaisons dangereuses" es una novela epistolar publicada por Pierre Choderlos de
Laclos en 1872. Si bien el final de la historia tiene un feo tufillo a
moraleja, no deja de ser una obra maestra de la literatura francesa y una
lectura ágil y entretenida. Hubo varias adaptaciones cinematográficas de la
novela de Choderlos de Laclos, pero fue la Stephen Frears, “Dangerous
Liaisons” (1988), la que hizo historia en el cine.
Hasta
aquí, mis muy queridos, la primera parte de mi Top Ten de las
malas del cine. No se hará esperar demasiado la conclusión de este entretenido
opúsculo. Mientras tanto, pueden deleitarse con otra de las frases explosivas
de la gran Mae: “He escrito mi biografía. Va sobre una chica que perdió
su reputación y nunca la echó de menos.”
Buenas noches.
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