LAS
MALAS DE LA PELÍCULA II
"Las
chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes."
Mae
West
Tal como dice el saber popular, lo prometido es deuda. Así
que hoy tengo el agrado de acercarles la segunda parte de mi Top Ten de malas
malísimas cinematográficas. De nada.
CRUELLA DE VIL ("One Hundred and
One Dalmatians")
"One Hundred and One Dalmatians"("101
Dálmatas"), película de dibujos
animados basada en el relato homónimo de la escritora inglesa Dorothy
Gladys "Dodie" Smith, fue estrenada por los estudios
Disney en 1961. La película cuenta la historia de Pongo, un perro
dálmata que forma una encantadora familia con la perrita Perdy, de
su misma raza, al mismo tiempo que sus amos, Roger y Anita,
se enamoran y se casan. Poco después, la dupla canina trae al mundo a 15 divinos
cachorritos, que se convierten en el objetivo de la malvada Cruella De
Vil, obsesionada con echar mano a 99 perritos para convertirlos en
glamorosos abrigos de piel.
Hay
cientos de malas malísimas animadas: reinas locas, brujas
aciagas, hadas resentidas, madrastras viles y hermanastras rastreras.
Pero Cruella de Vil es, sin ninguna duda, la más mala de
todas. Y la que más indignación provoca, seguramente porque en el mundo no
abundan las madrastras envenenadoras de manzanas pero sobran los malvados y
malvadas para los cuales la vida de los animales no tiene valor y se regocijan
luciendo deplorables tapados de piel.
Betty Lou
Gerson fue la actriz que prestó su voz a la pérfida Cruella de Vil, quien
ocupa el lugar nº 39 en la lista de villanos destacados confeccionada en el año
2003 por el AFI.
REGINA GIDDENS (“The Little Foxes”)
Regina Giddens (Bette Davis) es una esposa y madre malísima, encaprichada en que su adinerado marido invierta en una fábrica de algodón con la cual ella y sus inescrupulosos hermanos sueñan hacerse ricos. Regina comete mil y una tropelías y acaba por negarle la medicina a su esposo cuando éste sufre una crisis cardíaca, provocando su muerte, en una impactante escena copiada hasta el hartazgo.
“The Little Foxes” (“La loba”) fue
dirigida en 1941 por William Wyler. La película se basó en la obra de teatro
homónima escrita por Lillian Hellman. El título original de la misma, “Las
pequeñas zorras”, hace referencia a un versículo bíblico del Cantar
de los Cantares que dice: “Cazadnos las zorras, las pequeñas
zorras que devastan las viñas, pues nuestras viñas están en flor” (Cantar de
los Cantares 2:15).
Regina Giddens ocupa el puesto nº 43
en el catálogo de malditos cinematográficos pergeñado por el American
Film Institute.
BABY JANE HUDSON (“What Ever Happened
to Baby Jane?”)
Baby Jane (Bette Davis) es una niñita odiosa que triunfa como cantante infantil. Su hermana Blanche (Joan Crawford), la nena buena, crece a su sombra. Pero todo cambia cuando las chicas se convierten en adultas: Blanche logra ser reconocida en Hollywood y Baby Jane es despreciada por su falta de talento. Hasta que la pobre Blanche sufre un accidente que la deja inválida y en manos de su perversa hermana, quien la recluye para siempre en su sombría mansión y se dedica a torturarla.
Bette
Davis y Joan Crawford, ambas excelentes actrices, se detestaban. Fueron rivales
tanto en su vida personal como en las lides profesionales. La Davis era una
mujer complicada que dedicó a su antagonista frases lapidarias: “No la
mearía aunque estuviese ardiendo en llamas”, “Ha dormido con todas las
estrellas de la MGM, menos con la perra Lassie”, e, incluso, “Uno
nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas
buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!”, cuando su némesis
tuvo el buen gusto de estirar la pata. La Crawford era decididamente
mala: “Mommie Dearest” es una película basada en el libro de
memorias de Christina Crawford, su hija adoptiva, que la muestra en todo su
esplendor dañino. Faye Dunaway interpretó a Joan en la película, y,
curiosamente, la madre alcohólica, promiscua y violenta a la que dio vida,
ocupa el lugar nº 41 en la lista de villanos del American Film
Institute. Baby Jane la sigue de cerca, en el puesto nº
44.
El rodaje de “What Ever Happened
to Baby Jane?” (“¿Qué pasó con Baby
Jane?”), dirigida por Robert Aldrich en 1962, fue de lo
más pintoresco: en una de las escenas de la película, Bette Davis golpeó a Joan
Crawford en la cabeza con tantas ganas que la dolorida estrella necesitó
puntos. En las escenas en que la Davis debía arrastrar a su hermana inválida,
la Crawford ocultaba pesas en sus bolsillos para que su enemiga declarada se
dañara la espalda. Se dice también que, mientras se filmó la película, Bette
Davis tenía una máquina dispensadora de Coca Cola instalada en
el set para fastidiar a Joan Crawford, casada con un ejecutivo de Pepsi. Dos
señoras jodidas.
CATHERINE TRAMELL (“Basic Instinct”)
Catherine Tramell (Sharon Stone) es una villana que responde absolutamente al estereotipo de malvada ligera de cascos que el cine mudo explotó hasta el cansancio. Es una mujer sumamente atractiva, muy sexy, que se ve envuelta en una serie de asesinatos. La muchacha se deshace de sus víctimas clavándoles un picahielo.
El
estreno de “Basic Instinct” (“Bajos Instintos”) causó un gran
revuelo, debido a las volcánicas escenas eróticas interpretadas por Sharon
Stone y Michael Douglas y, sobre todo, por la caliente secuencia en la cual la
protagonista del entuerto se cruza de piernas en medio de un interrogatorio
policial, revelando que no lleva ropa interior. La verdad, mucho no se vio,
pero gran parte de la publicidad de la película giró alrededor de esta
descarada ausencia de bombachas. La película, dirigida por Paul Verhoeven en
1992, no es gran cosa, pero Sharon Stone es una maldita de lujo.
PAMELA VOORHEES (“Friday the 13th”)
Pamela Voorhees (Betsy Palmer) es la mamá
del execrable Jason Voorhees, despiadado homicida que cubre su cara
con una máscara de hockey y vuelve una y otra vez del Infierno, vaya uno a
saber cómo y por qué. Hay una docena de películas en las cuales Jason es
el asesino. Pero en la primera, no. En la primera la asesina es su miserable
mamá.
Pamela queda embarazada a
los 15 años, como consecuencia de una relación con Elias Voorhees,
quien opta por no desposar a la dama. Da a luz a un niño hidrocefálico a quien
bautiza con el nombre de Jason. Jason tiene retraso mental,
además de algunas deformidades físicas evidentes, lo que convierte a Pamela en
una madre sobreprotectora, obsesionada con su hijo. La mujer consigue empleo
como cocinera del campamento de verano Crystal Lake, en 1957.
Su pequeño hijo Jason, a cargo de los coordinadores del campamento,
quienes insisten en comportarse como si estuvieran en una porno y no en una
película de terror, se ahoga en el lago, debido a la falta de vigilancia de
estas gentes lujuriosas. Y Pamela decide vengarse. Asesina a los responsables
del campamento, y no contenta con eso, vuelve para la reapertura de Crystal
Lake, en 1980. Y sigue destripando cristianos. O decapitándolos. O
partiéndoles la cara de un hachazo. No sé, no me acuerdo.
“Friday the 13th” (“Martes 13”), dirigida
por Sean S. Cunningham en 1980, culmina con la muerte de Pamela. En “Friday
the 13th Part 2” (1981), su hijo Jason toma la posta
de los asesinatos. Se preguntarán ustedes por qué un niñito que se ahogó a los
12 años vuelve a la vida como un gigante de dos metros. No sé, no sé.
Betsy
Palmer fue una bomba sexy en su momento, pero será eternamente recordada como
una loca desencajada de pullover celeste y puñal en mano.
Ya sé lo
que están pensando. Que esta lista de villanas cinematográficas es por demás
escueta. Faltan malparidas descollantes como Lady Van Tassel (Miranda
Richardson) la maldita de “Sleepy Hollow” (“La leyenda del jinete sin
cabeza”), dirigida en 1999 por el brillante Tim Burton. La señora en
cuestión hizo todo el daño que pudo, mientras Christina Ricci conservó su
proverbial cara de pavota y Johnny Depp, como siempre, se pasó de lindo. O como
la manipuladora Evelyn Mulwray (Faye Dunaway), de “Chinatown”, obra
del esplendente Roman Polanski (1974). He dejado fuera de mi lista de villanas
a la jodidísima Andrea Caracortada (Victoria Abril), quien en
la magistral “Kika”, dirigida por Pedro Almodóvar en 1993, saca
provecho del dolor ajeno y lo convierte en un lamentable espectáculo en su
sanguinolento show de televisión “Lo peor del día”. A Suzanne
Stone Maretto (Nicole Kidman), la bella ambiciosa que es capaz de
cualquier cosa para alcanzar sus metas y seduce al adolescente Jimmy
Emmett (Joaquín Phoenix) para que asesine a su marido, en la película
de 1995 “To Die For”(“Todo por un sueño”), dirigida por Gus Van
Sant. Y a Tiffany, la novia de Chuky, una
rubia muñeca de ojos gatunos poseída por el alma de una desgraciada (“Bride
of chucky”, Ronnie Yu, 1998). Pero bue, ninguna lista es completa. Tal
como dije anteriormente, esta nómina consta sólo de mis diez malas de utilería
favoritas.
Que quede
bien clarito que no avalo el deleznable comportamiento de las señoras y
señoritas citadas en este folletín. Salvo en casos específicos, obvio. Como el
de Alex Forrest. Que tenía razón. Lástima que cocinó al conejo y
quedó catalogada como una loca de atar para el resto de la cosecha. La verdad,
una flor de injusticia.
Palabra de moi, que soy una santa.
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