martes, 26 de julio de 2016

LAS MALAS DE LA PELÍCULA II


LAS MALAS DE LA PELÍCULA II

"Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes." 
Mae West

Tal como dice el saber popular, lo prometido es deuda. Así que hoy tengo el agrado de acercarles la segunda parte de mi Top Ten de malas malísimas cinematográficas. De nada.


CRUELLA DE VIL ("One Hundred and One Dalmatians")

"One Hundred and One Dalmatians"("101 Dálmatas"), película de dibujos animados basada en el relato homónimo de la escritora inglesa Dorothy Gladys "Dodie" Smith, fue estrenada por los estudios Disney en 1961. La película cuenta la historia de Pongo, un perro dálmata que forma una encantadora familia con la perrita Perdy, de su misma raza, al mismo tiempo que sus amos, Roger Anita, se enamoran y se casan. Poco después, la dupla canina trae al mundo a 15 divinos cachorritos, que se convierten en el objetivo de la malvada Cruella De Vil, obsesionada con echar mano a 99 perritos para convertirlos en glamorosos abrigos de piel.
Hay cientos de malas malísimas animadas: reinas locas, brujas aciagas, hadas resentidas, madrastras viles y hermanastras rastreras. Pero Cruella de Vil es, sin ninguna duda, la más mala de todas. Y la que más indignación provoca, seguramente porque en el mundo no abundan las madrastras envenenadoras de manzanas pero sobran los malvados y malvadas para los cuales la vida de los animales no tiene valor y se regocijan luciendo deplorables tapados de piel.
Betty Lou Gerson fue la actriz que prestó su voz a la pérfida Cruella de Vil, quien ocupa el lugar nº 39 en la lista de villanos destacados confeccionada en el año 2003 por el AFI. 

  
REGINA GIDDENS (“The Little Foxes”)

Regina Giddens
 (Bette Davis) es una esposa y madre malísima, encaprichada en que su adinerado marido invierta en una fábrica de algodón con la cual ella y sus inescrupulosos hermanos sueñan hacerse ricos. Regina comete mil y una tropelías y acaba por negarle la medicina a su esposo cuando éste sufre una crisis cardíaca, provocando su muerte, en una impactante escena copiada hasta el hartazgo.
“The Little Foxes” (“La loba”) fue dirigida en 1941 por William Wyler. La película se basó en la obra de teatro homónima escrita por Lillian Hellman. El título original de la misma, “Las pequeñas zorras”, hace referencia a un versículo bíblico del Cantar de los Cantares  que dice: “Cazadnos las zorras, las pequeñas zorras que devastan las viñas, pues nuestras viñas están en flor” (Cantar de los Cantares 2:15).
Regina Giddens ocupa el puesto nº 43 en el catálogo de malditos cinematográficos pergeñado por el American Film Institute. 


BABY JANE HUDSON (“What Ever Happened to Baby Jane?”)

Baby Jane 
(Bette Davis) es una niñita odiosa que triunfa como cantante infantil. Su hermana Blanche (Joan Crawford), la nena buena, crece a su sombra. Pero todo cambia cuando las chicas se convierten en adultas: Blanche logra ser reconocida en Hollywood y Baby Jane es despreciada por su falta de talento. Hasta que la pobre Blanche sufre un accidente que la deja inválida y en manos de su perversa hermana, quien la recluye para siempre en su sombría mansión y se dedica a torturarla.
Bette Davis y Joan Crawford, ambas excelentes actrices, se detestaban. Fueron rivales tanto en su vida personal como en las lides profesionales. La Davis era una mujer complicada que dedicó a su antagonista frases lapidarias: “No la mearía aunque estuviese ardiendo en llamas”, “Ha dormido con todas las estrellas de la MGM, menos con la perra Lassie”, e, incluso, “Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!”, cuando su némesis tuvo el buen gusto de estirar la pata. La Crawford era decididamente mala: “Mommie Dearest” es una película basada en el libro de memorias de Christina Crawford, su hija adoptiva, que la muestra en todo su esplendor dañino. Faye Dunaway interpretó a Joan en la película, y, curiosamente, la madre alcohólica, promiscua y violenta a la que dio vida, ocupa el lugar nº 41 en la lista de villanos del American Film Institute. Baby Jane la sigue de cerca, en el puesto nº 44.
El rodaje de “What Ever Happened to Baby Jane?” (“¿Qué pasó con Baby Jane?”), dirigida por Robert Aldrich en 1962, fue de lo más pintoresco: en una de las escenas de la película, Bette Davis golpeó a Joan Crawford en la cabeza con tantas ganas que la dolorida estrella necesitó puntos. En las escenas en que la Davis debía arrastrar a su hermana inválida, la Crawford ocultaba pesas en sus bolsillos para que su enemiga declarada se dañara la espalda. Se dice también que, mientras se filmó la película, Bette Davis tenía una máquina dispensadora de Coca Cola instalada en el set para fastidiar a Joan Crawford, casada con un ejecutivo de Pepsi. Dos señoras jodidas.


CATHERINE TRAMELL (“Basic Instinct”)

Catherine Tramell
 (Sharon Stone) es una villana que responde absolutamente al estereotipo de malvada ligera de cascos que el cine mudo explotó hasta el cansancio. Es una mujer sumamente atractiva, muy sexy, que se ve envuelta en una serie de asesinatos. La muchacha se deshace de sus víctimas clavándoles un picahielo.
El estreno de “Basic Instinct” (“Bajos Instintos”) causó un gran revuelo, debido a las volcánicas escenas eróticas interpretadas por Sharon Stone y Michael Douglas y, sobre todo, por la caliente secuencia en la cual la protagonista del entuerto se cruza de piernas en medio de un interrogatorio policial, revelando que no lleva ropa interior. La verdad, mucho no se vio, pero gran parte de la publicidad de la película giró alrededor de esta descarada ausencia de bombachas. La película, dirigida por Paul Verhoeven en 1992, no es gran cosa, pero Sharon Stone es una maldita de lujo.


PAMELA VOORHEES (“Friday the 13th”)

Pamela Voorhees (Betsy Palmer) es la mamá del execrable Jason Voorhees, despiadado homicida que cubre su cara con una máscara de hockey y vuelve una y otra vez del Infierno, vaya uno a saber cómo y por qué. Hay una docena de películas en las cuales Jason es el asesino. Pero en la primera, no. En la primera la asesina es su miserable mamá.
Pamela queda embarazada a los 15 años, como consecuencia de una relación con Elias Voorhees, quien opta por no desposar a la dama. Da a luz a un niño hidrocefálico a quien bautiza con el nombre de Jason. Jason tiene retraso mental, además de algunas deformidades físicas evidentes, lo que convierte a Pamela en una madre sobreprotectora, obsesionada con su hijo. La mujer consigue empleo como cocinera del campamento de verano Crystal Lake, en 1957. Su pequeño hijo Jason, a cargo de los coordinadores del campamento, quienes insisten en comportarse como si estuvieran en una porno y no en una película de terror, se ahoga en el lago, debido a la falta de vigilancia de estas gentes lujuriosas. Y Pamela decide vengarse. Asesina a los responsables del campamento, y no contenta con eso, vuelve para la reapertura de Crystal Lake, en 1980. Y sigue destripando cristianos. O decapitándolos. O partiéndoles la cara de un hachazo. No sé, no me acuerdo.
“Friday the 13th” (“Martes 13”), dirigida por Sean S. Cunningham en 1980, culmina con la muerte de Pamela. En “Friday the 13th Part 2” (1981), su hijo Jason toma la posta de los asesinatos. Se preguntarán ustedes por qué un niñito que se ahogó a los 12 años vuelve a la vida como un gigante de dos metros. No sé, no sé.
Betsy Palmer fue una bomba sexy en su momento, pero será eternamente recordada como una loca desencajada de pullover celeste y puñal en mano. 

Ya sé lo que están pensando. Que esta lista de villanas cinematográficas es por demás escueta. Faltan malparidas descollantes como Lady Van Tassel (Miranda Richardson) la maldita de “Sleepy Hollow” (“La leyenda del jinete sin cabeza”), dirigida en 1999 por el brillante Tim Burton. La señora en cuestión hizo todo el daño que pudo, mientras Christina Ricci conservó su proverbial cara de pavota y Johnny Depp, como siempre, se pasó de lindo. O como la manipuladora Evelyn Mulwray (Faye Dunaway), de “Chinatown”, obra del esplendente Roman Polanski (1974). He dejado fuera de mi lista de villanas a la jodidísima Andrea Caracortada (Victoria Abril), quien en la magistral “Kika”, dirigida por Pedro Almodóvar en 1993, saca provecho del dolor ajeno y lo convierte en un lamentable espectáculo en su sanguinolento show de televisión “Lo peor del día”. Suzanne Stone Maretto (Nicole Kidman), la bella ambiciosa que es capaz de cualquier cosa para alcanzar sus metas y seduce al adolescente Jimmy Emmett (Joaquín Phoenix) para que asesine a su marido, en la película de 1995 “To Die For”(“Todo por un sueño”), dirigida por Gus Van Sant. Y a Tiffany, la novia de Chuky, una rubia muñeca de ojos gatunos poseída por el alma de una desgraciada (“Bride of chucky”, Ronnie Yu, 1998). Pero bue, ninguna lista es completa. Tal como dije anteriormente, esta nómina consta sólo de mis diez malas de utilería favoritas.
Que quede bien clarito que no avalo el deleznable comportamiento de las señoras y señoritas citadas en este folletín. Salvo en casos específicos, obvio. Como el de Alex Forrest. Que tenía razón. Lástima que cocinó al conejo y quedó catalogada como una loca de atar para el resto de la cosecha. La verdad, una flor de injusticia.

Palabra de moi, que soy una santa. 

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