EPITAFIOS
LITERARIOS III
“La carrera de la vida es breve, la de la gloria es eterna”.
Buenas tardes,
amables lectores. Les traigo hoy la tercera parte de este racconto de Epitafios
Literarios. Pasen y lean.
Oscar
Wilde
"Lágrimas
extrañas vertidas para él, llenarán la urna imposible.
Sus deudos son los parias, y los parias siempre están tristes."
Oscar
Wilde falleció el 30 de noviembre de 1900. En su mausoleo del Cementerio de
Père-Lachaise se leen dos versos de su poema "La balada de la cárcel de
Reading" ("The Ballad of Reading Gaol"). En 1950, cincuenta años
después de morir, se añadieron a su tumba las cenizas de su amigo Robert Baldwin
Ross. Este crítico de arte aseguraba haber sido el primer amante masculino de
Oscar Wilde.
Sus deudos son los parias, y los parias siempre están tristes."
"Tuve una pelea de enamorados con el mundo."
Robert Frost falleció el el 29 de enero de 1963. Es considerado uno de los fundadores de la poesía moderna norteamericana, y reconocido por expresar con sencillez filosófica y profundidad sentimental, la vida y las emociones del hombre rural de Nueva Inglaterra. Su epitafio es la última línea de su poema "The Lesson for Today" ("La lección del día"): "De haber escrito mi propio epitafio este hubiese sido: tuve una pelea de enamorados con el mundo".
"174517"
Primo Levi, escritor italiano de origen judío sefardí, falleció el 11 de abril de 1987. Está enterrado en el Cimitero Monumentale di Torin". Su sepulcro, de un simple mármol negro, está sombreado por un par de arces enanos. Su epitafio es sólo un número: el mismo que fue tatuado en su brazo al ingresar en el campo de concentración Monowitz.
"...y que no temieran"
Jorge Luis Borges falleció en Ginebra, Suiza, el 11 de junio de 1986. Su epitafio es un antiguo poema que conmemora la batalla de Maldon, ocurrida en el año 991, en el que un ejército sajón debió enfrentar a una horda de vikingos. Es parte de la arenga que el líder da a sus hombres antes de la batalla: les dice que no teman ante la muerte y que tengan coraje.
"Aún entre las llamas feroces el dorado loto puede plantarse."
La poeta Sylvia Plath se suicidó asfixiándose con gas el 11 de febrero de 1963. Algunos le asignan al epitafio de Sylvia Plath algunas similitudes con su poema: "Epitafio para el fuego y la flor" ("Epitaph for Fire and Flower") y otros encuentran semejanzas con ciertos versos del Bhagavad Gita.
"Nada de él se pierde, pero el mar lo convierte en algo rico y extraño."
El 8 de julio de 1822, poco antes de cumplir los 30 años, Shelley pereció ahogado en una repentina tormenta mientras navegaba en su velero. Por disposición de Lord Byron, el cuerpo de Shelley se incineró en una playa cerca de Viareggio. Su corazón se extrajo durante la cremación, y su esposa Mary lo guardó, envuelto en seda, hasta su muerte. Las cenizas de Shelley reposan en el Cementerio protestante de Roma. Su epitafio consta de unos versos extraídos de "La tempestad", de William Shakespeare.
"Lo que el alma hace por su cuerpo es lo que el artista hace por su pueblo."
La poeta Gabriela Mistral falleció el 10 de enero de 1957 a causa de un cáncer de páncreas. Es considerada uno de los principales referentes de la literatura chilena e hispanoamericana del siglo XX.
"Busco el oro de los tiempos."
André Bretón, poeta surrealista francés, murió en la mañana del 28 de septiembre de 1966, en el hospital Lariboisière en París. Fue enterrado en el Cementerio de Batignolles.
"Déjale una rosa joven y roja
Sigue tu camino y guarda tu lástima
Ella esta feliz porque sabe
que su polvo es muy hermoso"
La poeta Dorothy Parker murió de un ataque cardíaco el 7 de junio 1967, a los 73 años, en Nueva York, en una habitación de hotel con su perro y una botella de alcohol.
Molière
“Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”.
Molière, dramaturgo, actor y poeta francés, en plena representación de una de sus obras, “El enfermo imaginario”, se sintió indispuesto. Murió el mismo día, el 17 de febrero de 1673, pocas horas después.
Hasta aquí, mis queridos, la tercera parte de este racconto de Epitafios Literarios. Me despido de ustedes con un poema de Juan Gelman:
"EPITAFIO
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
(Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín)."
Buenas tardes.
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