Hay canciones tristes. Muy tristes. Esas que tocan las fibras más profundas de la psiquis humana, impactan en nuestro estado de ánimo y nos hacen soltar una que otra lágrima. Esas que amamos a pesar de que nos suman en una irremediable melancolía. Pasen y escuchen.
-"Something In The Way" (Nirvana): Durmiendo debajo de un puente
Según Annaliese Micallef Grimaud, candidata de doctorado del Departamento de Música de la Universidad de Durham, la canción más triste es “Something in the Way” ("Algo en el camino") de Nirvana, publicada en 1991. La leyenda cuenta que es el retrato de uno de los momentos más duros en la vida de Kurt Cobain, el período en el que el cantante tuvo que dormir bajo un puente en Aberdeen, Washington. Este mito, propagado por el mismo Cobain, fue refutado en el 2001 con la publicación de su biografía "Heavier than Heaven", escrita por Charles Cross, que afirma que, de haber pasado la noche debajo de ese puente, el músico habría sido arrastrado por la marea del río Wishkah. En realidad, Cobain pasaba su tiempo durmiendo en casas de amigos, cajas de cartón, apartamentos abandonados y salas de espera de hospitales del pueblo.
-"Everybody Hurts" (R.E.M.): Todo el mundo sufre y todo el mundo llora
La canción, según sus compositores, fue escrita para los adolescentes y juega con la idea de que la escuela secundaria es un portal al infierno.
-"The Drugs Don't Work" (The Verve): Como un gato en una bolsa
El científico especializado en fisiología y música Harry Witchel sostiene que la canción más triste es "The Drugs Don't Work" ("Las drogas no funcionan"), uno de los singles más celebrados de la banda británica The Verve publicado en 1997. Aunque el significado exacto de la canción es poco claro, se cree que el compositor Richard Ashcroft la escribió en respuesta a la muerte de su padre. El tema da cuenta del desencanto existencial en el que vivía sumido el cantante. "Así es como me siento en este momento. Las drogas me hacen peor persona, pero todavía las tomo. Por aburrimiento y frustración recurres a ellas para escapar”, explicó en una entrevista al poco tiempo de componerla.
-"Tears in heaven" (Eric Clapton): ¿Sabrías mi nombre?
Una encuesta de la revista “Rolling Stone” determinó que la canción más triste es "Tears in Heaven" ("Lágrimas en el paraíso") una balada de 1992 escrita por Eric Clapton y coescrita por Will Jennings en memoria de Conor, hijo del primero, quien murió el 20 de marzo de 1991 al caer del piso 53 de un rascacielos en Manhattan, Nueva York, a los 4 años y medio de edad. La balada se convirtió en algo más que el homenaje de un padre a su hijo ya que representa el reducto musical donde Clapton vertió artísticamente sus lágrimas. "Tears in Heaven" fue una terapia que salvó al guitarrista de caer nuevamente en las drogas y el alcohol tras la muerte del pequeño Conor.
Si bien hay canciones tristísimas la que se lleva las palmas es, sin dudas, "Szomorú vasárnap" (“Domingo Sombrío”), quizás porque a su alrededor se ha tejido una trágica leyenda urbana. “Szomorú vasárnap” es una canción escrita por el pianista y compositor autodidacta húngaro Rezső Seress en 1933. La letra original se titulaba "Vége a világnak" ("El mundo se está acabando") y trataba sobre la desesperación causada por la guerra, terminando en una oración silenciosa por los pecados de la humanidad. El poeta László Jávor escribió su propia letra para la canción titulada "Szomorú vasárnap" en la que el protagonista contempla el suicidio tras la muerte de su amante. Esta última letra terminó volviéndose popular, mientras que la primera pasó al olvido. La canción fue grabada por primera vez en húngaro por Pál Kalmár en 1935.
Budapest, 13 de enero
Rezső Seress, cuya sombría canción "Gloomy Sunday" se convirtió en un éxito y a la vez desencadenó una ola de suicidios durante los años treinta, ha puesto fin a su propia vida al conocerse este día que se ha suicidado. Autoridades revelaron hoy que Seress saltó por una ventana desde su pequeño apartamento el domingo pasado, poco después de cumplir 69 años. La década de los años treinta estuvo marcada por una severa depresión económica y por la agitación política que iba a dar lugar a Segunda Guerra Mundial. La melancólica canción escrita por el señor Seress, con letra de su amigo, László Jávor, un poeta, declara en su clímax: "Mi corazón y yo hemos decidido poner fin a todo." Fue culpado por un fuerte aumento de los suicidios, y las autoridades húngaras finalmente prohibibieron el tema. En los Estados Unidos, donde Paul Robeson introdujo una versión en inglés, algunas emisoras de radio y clubes nocturnos prohibieron su interpretación. El señor Seress se quejaba de que el éxito de "Gloomy Sunday" en realidad aumentó su infelicidad, porque sabía que jamás sería capaz de escribir un segundo éxito.
The New York Times, 13 de enero de 1968
Hasta aquí, amables lectores, esta pequeña lista de canciones que nos rompen el corazón. Me despido de ustedes con unas palabras de Joseph Conrad: "Vivimos igual que soñamos: solos".
Buenas tardes.
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