domingo, 28 de agosto de 2016

MIS AMADOS MONSTRUOS I


MIS  AMADOS MONSTRUOS I

“Para conquistar a una mujer, llévatela a ver Drácula.” 
 Béla Lugosi

Cuando digo que me encanta el cine de terror, todo el mundo me mira raro. Se supone que este género es para los adolescentes y que las cuarentonas nos dedicamos a ver las almibaradas películas de “Cosmopolitan”, con el alto riesgo de sufrir un coma diabético (un poco de baboseo está bien, pero tampoco la pavada) o las novelas pedorras de la TV abierta, historias boludas cuyo único atractivo reside en un par de pendejos en cueros.
Amo el cine de terror. Y amo ciertos personajes que, sin ninguna duda, han pasado a formar parte de la historia del cine. Aquí se los traigo, mis queridos, para que los amen tanto como yo. De nada.

 
THE PHANTOM OF THE OPERA (LON CHANEY)

Cuando yo era chica, vivía en mi barrio un viejo tétrico a quienes todos llamaban “Loncha”. No entendí el sobrenombre (que asociaba, más bien con una feta de salame) hasta muchos años después, cuando descubrí a “El hombre de las mil caras”.
Chaney nació en Colorado, EEUU, en 1883, hijo de padres sordomudos, lo que hizo que desde muy pequeño aprendiera a comunicarse mediante la pantomima.  Fue un prolífico actor en la época del cine mudo.
En 1925, dirigido por  Rupert Julian, protagonizó el film “The Phantom of the Opera” ("El fantasma de la Ópera"). Y fue el Fantasma más maravilloso que haya existido jamás.
Ray Bradbury, refiriéndose a Lon Chaney, dijo cierta vez: “Él pone al descubierto esa parte de uno, porque uno teme que no lo amen, uno teme que nunca lo amen, uno teme que una parte suya sea grotesca, que el mundo le de la espalda”.
Chaney falleció en 1930, víctima de un cáncer de pulmón. Una curiosidad: la lápida de su tumba, en el Forest Lawn Memorial Park Cemetery de California, ha permanecido todos estos años sin ninguna inscripción.
La película de 1957 “Man of a Thousand Faces” "El hombre de las mil caras", dirigida por Joseph Pevney,  retrata la vida de Lon Chaney, que fue interpretado por James Cagney. 


DRÁCULA (BÉLA LUGOSI)

Béla nació en Lugoj, Transilvania, región del Reino de Hungría que estaba anexado al  Imperio Austro-Húngaro (Rumania), en 1882. Comenzó su carrera de actor en Europa, pero tuvo que exiliarse  en EEUU por motivos políticos. Luego de interpretar al Conde Drácula en distintos teatros de Brodway, llegó con su personaje a Hollywood. En 1931, dirigido por Tod Browning, protagonizó “Drácula”.
Nadie interpretó al Conde como Béla.  Sus amenazadores colmillos, acompañados por unos expresivísimos ojos, brillantes y desorbitados, no tuvieron parangón dentro del mundo del cine fantástico. Lugosi creó un Drácula aristocrático y atractivo, que lo catapultó a la fama mundial.
Béla tuvo un triste final: adicto a la morfina y los estupefacientes, y después de interpretar una serie de películas de bajo presupuesto, algunas de ellas dirigido por el mítico Ed Wood, falleció a los 73 años, en 1956. Dicen que sus últimas palabras fueron: “¡Soy el Conde Drácula, rey de los vampiros! ¡Soy inmortal!”. Fue incinerado llevando puesto su disfraz del Conde, tal como lo había especificado en su testamento.
Es impresionante ver a Martin Landau personificando a Lugosi en el film “Ed Wood”, de 1994, dirigido por Tim Burton.
Hubo otros vampiros en la historia del cine (incluso algunos a los que una les hubiera pedido un mordisco de rodillas, como Brad Pitt o Tom Cruise), pero Béla es Drácula.


FRANKENSTEIN (BORIS KARLOFF)

Así como Lugosi es Drácula, Boris Karloff es Frankenstein. Nació en Londres, Inglaterra, en 1887. En el año 1931, bajo la dirección de James Whale , cuyos últimos años, valga el dato, están maravillosamente retratados en el film de 1998 “God and monsters” ("Dioses y monstruos"), interpretado por Ian McKellen y Brendan Fraser, y dirigido por Bill Condon, protagonizó “Frankenstein”. Cuenta la leyenda que Lugosi rechazó este papel, por tratarse de un personaje con poco diálogo y mucho maquillaje.
¿Cómo no amar a este monstruo adorable, de cara cuadrada y simpáticos tornillitos a cada lado del cuello?


IMHOTEP (BORIS KARLOFF)

Karloff interpretó, un año después y bajo la dirección de Karl Freund, “The Mummy” "La Momia"), donde se lució en el papel de Imhotep, un sacerdote del Antiguo Egipto resucitado por unos arqueólogos estúpidos (esa fue una momia con todas la de la ley, la momia que amamos y tememos, y no las porquerías modernas que son un híbrido detestable entre “Indiana Jones” y “The Mummy”).
Boris falleció en 1969.


 EL JOROBADO DE NOTRE DAME (CHARLES LAUGHTON)

Charles Laughton  fue un excelente actor y director de cine y teatro nacido en Scarborough, Reino Unido, 1 de julio de 1899. Se nacionalizó estadounidense en 1950. En el año 1939 se puso en la piel del contrecho Quasimodo imaginado por Victor Hugo, en un espectacular remake del éxito del cine mudo “The Hunchback of Notre Dame” (“El jorobado de Notre Dame”), protagonizado por Lon Chaney en 1923. La película fue dirigida por  William Dieterle y coprotagonizada por una jovencísima Maureen O Hara en el papel de Esmeralda. La actuación de Laughton fue increíble. A lo largo de la historia del cine ha habido Jorobados y Jorobaditos, pero a todos les pasa el trapo. Una maravilla.
Charles Laughton estaba casado con Elsa Lanchester, la preciosa novia de Frankenstein. Años después de su muerte, Elsa  confesó en sus memorias que Charles era homosexual, hecho del que ella se enteró después de un año de matrimonio (más un año de vida en común anterior a la boda). Ambos optaron por continuar casados ya que por entonces la actitud de la sociedad hacia los homosexuales era muy hostil. La preferencia sexual de Laughton no fue de dominio público, aunque sí fue conocida por sus amigos y algunos colegas. Laughton y Lanchester se entendían en muchos aspectos y tenían aficiones en común más allá de la vida conyugal. Su relación les daba protección ante el escrutinio público y libertad personal puertas adentro. Su compenetración desde el punto de vista profesional era excelente.
Charles Laughton falleció en Hollywood el 15 de diciembre de 1962.

Hasta aquí, mis queridos, la primera parte de la lista de mis amados, amadísimos monstruos. Me despido hasta la próxima con una encantadora y espeluznante frase del escritor Kurt Vonnegut, nacido, como yo, un 11 de noviembre, aunque algunos añitos antes: "El verdadero terror es levantarse una mañana y descubrir que tus compañeros de instituto están gobernando el país".

Buenas noches. 

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