viernes, 29 de junio de 2012

AL DIVÁN CON LOS BEATLES


AL DIVÁN CON LOS BEATLES

 “Si alguien me dice que no le gustan Los Beatles, ya no confío tanto en él.”  
Charly García

Para mí el amor está antes que le elegancia (es harto sabido que  nunca fui una “chica Cosmo” ni lo he querido ser). Por eso, adondequiera que vaya, voy con mi bolsito “de Abbey Road” colgado del hombro. Y cada tanto estreno una “remera beatle” (aunque ya no tenga edad para esas cosas). Y así ando por la vida, con mi bolsito de fan y mi remera amarilla con la silueta de un submarino estampada.
Como era de esperarse, semejante devoción no pasó inadvertida ante los ojos de mi psicólogo. Que es muy sagaz, como todo buen psicólogo (aunque poca falta hace la sagacidad para calar a una mina que nombra a Lennon por lo menos tres veces por sesión).
-Hablemos de Los Beatles.
-¡Hablemos!
-¿Cómo empezó tu gusto por Los Beatles? Porque vos sos joven, Los Beatles son más de mi época. Vos los conociste cuando ya se habían separado.
- Es sencillo: un día estaba en la terraza de mi casa escuchando la radio. Y por la radio pasaron “Aquí llega el sol”. Y morí. Morí de amor. Eso para los que no creen en el amor a primera vista. A primera oída, bah. Bueno, no podía creer que existiera una canción tan perfecta. Así que quise más. Y empecé a escucharlos… ¡y todas las canciones eran perfectas! Porque a mí me gusta hasta “Revolución 9”, aunque cuando era chica y la escuchaba con la luz apagada me daba un poco de miedo.
-¿Eras chica cuando los escuchaste por primera vez?
-Sí, era chica. 11 o 12 años. Antes no los había escuchado porque mi mamá es tanguera. Detestaba a Los Beatles. Siempre dice que jamás imaginó que iba a tener una hija tan fanática. Después vino lo de Lennon. Cuando tenía 13. Esa mañana, la mañana del 9 de diciembre, porque  él murió el 8 a las 11:20, más o menos… esa mañana mi mamá abrió la puerta de la habitación donde yo dormía con mi hermana y dijo: “Mataron al beatle que estaba casado con la japonesa”. Entonces mi hermana y yo nos pusimos a llorar.  Fueron días tristes, muy tristes, todo el mundo lloraba. Algunos chicos que tenían que rendir materias no iban, porque todos estábamos conmovidos e impresionados… No sé, fue feo. Yo todavía lloro cuando veo las imágenes de la gente en la puerta del Dakota… y eso que pasaron como 30 años… Lloro.
-Era raro que una chica de 13 años escuchara a Los Beatles en los ‘80. ¿Qué se escuchaba…?
-No sé… Madonna, Michael Jackson. Bastante rock nacional… El rock nacional me gusta. Sí, era raro. Pero por suerte cuando empecé el secundario encontré a una piba tan rara como yo. Increíble. Empezamos a hablar en la clase de francés. Porque yo tuve francés en el secundario. Fue así: yo le pregunté a la profesora, una gorda, que quería decir “Sont les mots qui vont très bien ensemble, très bien ensemble”… porque lo único que me interesaba de francés era eso, saber qué significaba esa frase que estaba en la letra de “Michelle”. Igual la gorda nos enseñó a pedir comida, nada más… Bueno, la chica, Adriana, me preguntó “¿Te gustan Los Beatles?”. Y nos hicimos re-amigas… Íbamos pegadas para todos lados. Juntábamos fotos de ellos… todo. Ahora la veo a ella; es como si no hubieran pasado los años… Éramos muy amigas. Aunque yo era John y ella Paul. Más o menos. Ahora me di cuenta de que no era Paul, era George…
-¿Y vos? ¿Con cuál de ellos te identificás hoy?
-Con John. Siempre. John es mi favorito. Aunque cuando era adolescente, según mi mirada trastornada, cada chico que me gustaba se parecía a Paul. Y uno a Ringo.
-¿Por qué la identificación con John?
-Porque su trabajo es el que me pinta… sus canciones…Porque yo también puedo ser muy sarcástica y lastimar a la gente que quiero… Por su creatividad… sus poemas… aunque tienen muchos juegos de palabras, como “Alicia en el país de las maravillas”, que  se pierden con la traducción… Y por esa cosa rebelde que por ahí los otros no tenían, o la tenían más disimulada… Por lo que  decía, que ya a los 10 años era un genio y nadie se había dado cuenta… Como yo… Es un chiste, ¿eh?  Y por su vulnerabilidad…
-¿Vulnerabilidad?
-¡Claro! John tenía una coraza. Supongo que esa coraza era una respuesta a todo el dolor que había sufrido desde chico… Con sus papás… A él lo crió la tía. Al padre no lo vio más. Bueno, lo vio: volvió a aparecer cuando era famoso. Y la mamá murió en su adolescencia. Muchos golpes para un chico tan sensible. Por eso la coraza. Para defenderse del dolor. Yo también tengo una coraza. Soy muy vulnerable, también. Como él. Y lo único que me interesa, en el fondo, es que me quieran. Que me acepten. John es… Nada.
-¿Es…?
-¿Me va a internar?
-No.
-¿Seguro?
-Seguro.
-John es el hombre más importante de mi vida.
-¿Y tu papá?
-Mi papá murió cuando yo tenía 8 años y, para ser sincera, es muy poco lo que recuerdo de él. Poquitísimo. A mi papá no lo conocí. Pero a John, sí. A John lo conocí: su voz, su risa, su manera de sentarse, de sostener un cigarrillo, su ropa… todo. Supe lo que pensaba de cada cosa. Del amor, de la guerra, de los otros, de la vida… Fue el referente masculino que necesité en mi adolescencia. Era como si él fuera mi papá, porque nadie me dijo nunca demasiado de mi papá. Y yo me olvidé…me olvidé.
-¿Y tu marido?
-A mi marido lo quiero, claro, pero no sé si lo voy a querer mañana. Una puede dejar de querer a un hombre, pero a Los Beatles, nunca.  Yo dejé de querer a muchos hombres; por eso ninguno es el hombre más importante de mi vida, porque los dejé de querer. Porque todos mostraron la hilacha… Ojo, yo también  soy jodida. A ver… yo desconfío mucho de la gente que cambia de camiseta. Del que era de Racing y ahora es de Boca… o viceversa. El que es capaz de cambiar de camiseta es capaz de hacer cualquier cosa. Los Beatles son mi camiseta… ¿Qué clase de persona sería si ahora adorara a Mick Jagger…? ¿Eh?
-No te gusta Mick Jagger…
-Sí, me gusta… pero, entre nosotros… más de una vez me pregunté por qué no se morían Los Rolling Stones… Por qué Los Beatles… Los Beatles tendrían que ser eternos… Porque George también murió… fue un bajón. Mi segunda opción es George… En una época anduve muy interesada en las religiones orientales…
-¿Y Yoko?
-Yo soy una fan de Lennon atípica. Yo la quiero a Yoko. No sé, me parece que era la mujer que él necesitaba. Ella es una mujer muy inteligente. Y contribuyó a que John hiciera un cambio en su personalidad y en su manera de relacionarse con el mundo… Hay una canción de Los Beatles, “Corre por tu vida”… dice algo así… “si te veo con otro te mato”… Bien machito de la clase obrera de Liverpool… aunque él era el menos “clase obrera” de los cuatro… Es sorprendente que el mismo hombre que escribió esa canción haya escrito “La mujer es el negro del mundo”. El negro. Nigger. No black. Porque acá tradujeron el título de la canción como “La mujer es lo negro del mundo”… Nada que ver. La mujer es el esclavo, el despreciado, el abusado… Eso quiso decir John. La letra es genial.
-Yoko es artista plástica. ¿Escribe poesía también?
-Sí… Yo leí algo de ella en Internet. Publicó un libro, “Pomelo”, pero es inconseguible. Qué se yo, por ahí publicó otros. No sé… Igual también la quiero a Cynthia. Antes me parecía una tonta… pero no, es una mujer muy inteligente también. De temperamento artístico. Ella y John estuvieron juntos siendo demasiado jóvenes… Esas cosas no duran.
-Los Beatles son muy importantes para vos…
-Sí. Crearon, sin saberlo, el soundtrack de mi vida. Cada canción significa un recuerdo. Un momento. Un amigo, un amor, una parte del camino… Estoy muy loca, ¿no?
-Sí.
-Pero no me interna.
-No.
-Porque soy una loca mansa…
-Sí. Y porque, además,  a mí también me encantan Los Beatles.

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