jueves, 17 de enero de 2013

CÓMO SABER SI NUESTRO EX QUIERE VOLVER


CÓMO SABER SI NUESTRO EX QUIERE VOLVER

"En la humanidad nada acaba del todo; cada cosa se detiene para volver a empezar." 
 Yoritomo Tashi

"Lo que viene después del amor es demasiado tremendo como para volver a intentarlo." 
 Terenci Moix

Sabrán ustedes, mis queridos, que la chica Cosmo no se caracteriza, precisamente,  por ser una luminaria. Es bella, sí. Y flaquísima. Pero bastante atontada. Ahogó sus pocas neuronas en tragos sencillos, pero ultra hot y perfume de Nina Ricci. Y así quedó, pobrecita. Totalmente inútil para resolver ecuaciones polinómicas. Pero totalmente inútil, también, para darse cuenta, solita y sola, cuando un ex quiere volver con ella. La mayoría de las mujeres tenemos a los pavotes con los que tuvimos el dudoso privilegio de enredarnos sentimentalmente calados como una sandía. Pero ella no. Ella necesita que nuestra revista favorita le de algunas pautas para saber, a ciencia cierta, que el caballero con el que compartió colchón en tiempos idos pretende reavivar cenizas. Para ella, entonces, esta cálida recreación de la nota “¡Queremos volver con vos!”, firmada por Christian Camblor, el columnista varón de la celebrada “Cosmopolitan”. De nada.

CÓMO SABER A CIENCIA CIERTA QUE NUESTRO EX VA POR LA SEGUNDA VUELTA

-DEMASIADOS “ME GUSTA” EN FACEBOOKHarto sabido es que hoy en día lo que no aparece en Facebook no existe. Esta verdad irrefutable y nuestro patológico afán de exhibicionismo hacen que la mentada red social se convierta en un exhaustivo registro de nuestros pensamientos, anhelos y peripecias, aderezados convenientemente con fotos engañosas en las que nos parecemos de forma muy vaga a Kim Kardashian. Si el caballero con el que tuvimos un entuerto amoroso irrumpe en nuestro muro de Facebook para saturar nuestras publicaciones de “Me gusta” enloquecidos, aun cuando esas publicaciones sean fotos de Jared Padalecki en zunga, es porque está tratando de que volvamos a registrarlo. Además de esforzarse por poner en evidencia que comparte nuestras preferencias en música, cine, política… ¡y hasta en hombres! Un señor que quiere volver tendrá el suficiente arrojo como para poner “Me gusta” en una instantánea de nuestra sacrosanta progenitora lavándose los pies en una palangana. Y en esa foto en la que no nos parecemos a Kim Kardashian, ni siquiera vagamente, pero sí a Mickey Rourke después del tsunami y en la que nos etiquetó la amiga más turra que tenemos.

-LA LLAMADA INJUSTIFICADA: Es muy usual que un hombre que quiere volver con nosotras y no sabe cómo dar el primer paso, nos llame por teléfono para comentarnos una idiotez como si fuera un evento de trascendental importancia: que vio a nuestra mejor amiga de lejos en Callao y Corrientes, que se compró un perro igual al nuestro o que Paul McCartney toca en noviembre en River (sí, sí, este es un evento trascendental, pero se cae de maduro que nosotras ya estamos enteradísimas del mismo).

-LA LLAMADA PERDIDA: ¿Quién no lo hizo alguna vez? Cuando queremos hablar con alguien y no tenemos ni una sola excusa decente para justificar el llamado, hombres y mujeres echamos mano al viejo y estúpido truco de la llamada perdida. Que nuestro ex nos llame con el burdo pretexto de que en su teléfono apareció de forma misteriosa pero perfectamente oportuna una llamada perdida nuestra es, sin ninguna duda, una clara señal de que el macho en cuestión está interesado en reeditar el romance.  También lo es, por supuesto, que nos llegue un SMS equivocado donde nuestro galán de antaño nos avisa que el martes no puede ir a jugar a la pelota con los pibes o nos cancela un turno con el odontólogo. Después de SMS pretendidamente dirigido a otra persona llegará, por supuesto, uno dirigido a nosotras pidiéndonos disculpas por la equivocación y, ya que está, preguntándonos en qué andamos.

-LA INVITACIÓN CASUAL A UN EVENTO: Si empezamos a recibir invitaciones a distinto tipos de eventos, tanto en Facebook como en nuestra casilla de mail, cursadas por un señor que alegró nuestros días idos y con el cual perdimos contacto hace tiempo, es obvio que ese caballero intenta interesarnos en alguno de esos acontecimientos para ver si tiene la suerte de volver a cruzarse con nuestras gratas humanidades. Lo que parece ser una invitación general y casual es, en realidad, un convite específico y fríamente calculado.

-LA CITA PROGRAMADA PARA DEVOLVER O RECUPERAR ALGO: Cuando una relación concluye es bastante usual que algún objeto nuestro quede en poder de nuestro ex y viceversa. A veces esos objetos son tan nimios que las devoluciones son innecesarias. Pero aun cuando lo sean, el ex interesado en volver intentará programar un encuentro usando como excusa la necesidad de devolvernos  o  recuperar algo. El ejemplo que pone Christian Camblor en su nota es la restitución o el recobro de un libro. Pero no nos engaña: a una chica Cosmo nadie podría devolverle un libro jamás. A lo sumo, un vibrador o un cepillo de dientes.

Hasta aquí, gente bella, las indubitables señales del interés de nuestro ex tórtolo en reanudar el romance especificadas en la nota “¡Queremos volver con vos!”. Como verán, son bastante evidentes. Si la chica Cosmo no notó, ante esta avalancha de estupideces, que su ex anhela volver con la frente marchita es porque está en Babia. Correspondería ahora una engorrosa elucubración de vuestra servidora acerca de los hombres que vuelven. Así que ahí va: volver no está mal si uno tiene en claro para qué vuelve y, sobre todo, por qué se fue o lo fueron. Cierto es que la gente sapiente asegura rotundamente que segundas partes nunca fueron buenas (afirmación que no carece de sustento si se tienen en cuenta secuelas tan lamentables como la de los films “Pet Sematary” “Grease”, bodrios infumables a los que no pudieron salvar del naufragio ni las canciones de los  Ramones ni la despampanante y juvenil belleza de Michelle Pfeiffer). Pero no menos cierto es que todos nos quedamos con las ganas de que volvieran los Beatles. Y que tenemos muchísimas expectativas puestas en el último trabajo de Stephen King, “Doctor Sleep”, segunda parte de la exitosísima novela de 1977, “El resplandor”. Así que no sé.

Me despido de ustedes, mis queridos, con una concienzuda frase de Heráclito: "No se puede descender dos veces por el mismo río, pues cuando desciendo el río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos."

Buenas tardes.


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