HABEMUS REINA
“Donde reina la mujer, el
Diablo es Primer Ministro.”
Hace un
par de días, el avispero de los devotos de esa religión incomprensible que la Bersuit
Vergarabat intituló sabiamente La Argentinidad al Palo, se
ha visto alborotado como nunca. Desde las glamorosas Europas han llegado
noticias impactantes: la monarca Beatriz de Holanda ha
abdicado a favor de su hijo Guillermo Alejandro y el próximo
abril Máxima Zorreguieta, tan argentina como el dulce de leche
y como el gol que Maradona les hizo con la mano a los ingleses, se convertirá
en Reina. La Primera Reina Argentina, vitorean aquellos
triunfalistas a los que cualquier bondi les queda bien, siempre y cuando enfile
para la calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del
mundo…
Sabrán
ustedes, caros lectores, que vuestra segura servidora nació con una revista “Hola” bajo
el brazo y el cholulismo real es una de sus perversiones mas
execrables. Una pulsión infame difícil de controlar, alimentada ferozmente con
sombreros ridículos, príncipes insulsos, vestidos de novia rimbombantes y
carrozas doradas. Por tal vergonzoso motivo, en cuanto conocí la buena nueva,
no dudé en manotear el teléfono temblando de emoción para llamar a una vieja y
querida amiga con quien comparto este vicio absurdo:
-¿Te
enteraste? ¡Beatriz de Holanda abdicó a favor de Guillermo
Alejando y Máxima va a ser Reina!
-¡Ah, qué
bueno! Se ve que la vieja no es tan turra como las de acá. Mi suegra, antes de
abdicar, se hubiera hecho el harakiri con una aguja de tejer.
-¿Tu
suegra teje? Yo creí que era más bien inútil.
-Claro
que teje, si es una araña.
-Me
encanta Máxima. Siempre está impecable. ¿Te acordás del vestido de
novia? ¡Finísimo! Morí con ese vestido. Mucho más lindo que el de Kate. Y
tan oportuno. Tenía mangas largas. Eso para que aprendan las novias del barrio
que se casan en agosto con strapless y se cagan de frío.
-Es que
se usa mucho el strapless…
-A mí no
me gusta. Un bretelcito queda más delicado…
-¿Cómo
será el vestido que use el día de la Coronación?
-Ni idea,
pero seguro que es divino.
-¿Tiene
que ser naranja? Por eso de la Casa de Orange…
-Ay, no
sé. Puede ser. Me imagino que sombrero no usará, porque si le tienen que poner
la corona…
-¡Qué
lástima! ¡Con lo que me gustan los sombreros!
-De
verdad es un cuento de hadas. Convengamos que Guillermo Alejandro no
es Brad Pitt, pero es un cuento de hadas… ¿Qué mujer no soñó alguna vez con ser Reina?
Y cuando alguien se pone denso gritar: “¡Que le corten la cabeza!”
-Claro,
claro.
-¿Sabés
qué dice mi hijo? Que ser Reina Consorte es como ser un
adorno. Pobrecito, todavía no sabe que consorte o no
consorte, la que manda en una pareja bien avenida es la mujer.
-¡Qué
pena que Diana no pudo ser Reina! Hubiera sido una Reina divina.
-¿Te
acordás cuándo se casó Kate? Te dije que quería irme a Gran Bretaña
a ver si me enganchaba al Príncipe Harry. Bueno, cambié de idea.
Rotundamente. ¿Lo viste a Andrea Casiraghi, el hijo de Carolina de
Mónaco? ¡Qué Príncipe, nena, qué Príncipe! Tan hot, como
dicen los yankees.
-Sí, ¡por
Dios, qué Príncipe! Tan… principesco. Eso. Con el
pelo al viento… Pero viste que los Grimaldi tienen encima una
maldición. Una bruja los condenó a tener matrimonios infelices. Y mirá: Carolina con
ese vividor Philippe Junot no duró nada, ¿te acordás?
-¡Ay, sí,
me acuerdo del vestido de novia! Soñado.
-Y del
Casiraghi se quedó viuda enseguida, pobre. La otra, Stephanie, no
dejó títere con cabeza pero tampoco duró con ninguno… Y Grace Kelly, pobrecita,
que se mató tan joven, estaba a punto de separarse de Rainiero antes
de del accidente.
-Hace 400
años los Grimaldi eran piratas…
-Mirá
vos, y ahora son la realeza. Qué manera de escalar posiciones…
-Pirata o
no pirata, maldito o no maldito, yo al pibe le doy.
-Obvio,
¡yo también le doy! Pero volviendo a Máxima: ya
salieron los aguafiestas de siempre a decir que no hay que olvidarse de que el
padre fue funcionario de la Dictadura.
-¿Y qué
culpa tiene ella de lo que hizo el padre, pobre chica? ¿O ahora todos nos
tenemos que hacer cargo de las cagadas de nuestros progenitores? Porque si es
así, sonamos.
-Es que
la gente habla al pedo todo el día. No como nosotras que tenemos conversaciones
tan profundas…
-Yo estoy
contenta por Máxima. A mí no me cambia la vida que sea Reina, pero
me alegro por ella. Con tanta atorranta que vio la luz este bendito país está
bueno que nos haya salido una Reina.
-Una Reina que
no usa brillitos antes de las 8 de la noche, además.
-Ay, sí,
porque todo el mundo critica los sombreros de la monarquía pero todavía no vi a
nadie horrorizarse cuando alguna desubiqueti se pone
lentejuelas a las 10 de la mañana.
-Y, viste
como es, se ensañan con algunos y a otros les dejan pasar todo. Fijate que todo
el mundo le pega a los Caniggia, que son dos nabos que no dicen ni mu y a las
yegüitas Maradona nadie les dice nada…
-Y ésas
sí que son arañas…
-Qué
malas son esas pibas. Qué suerte que el Kun Agüero se enganchó con la Princesita Karina.
Lo bien que hizo.
-Bueno,
nena, ahora queda esperar a la Coronación. Y después
chusmeamos como corresponde.
-Dale,
dale. Cualquier cosa hablamos. Beso.
-Beso.
Así es,
señoras y señores, monárquicos y republicanos, vivos y bobos: por fin los
argentinos, habemus Reina.
Regias tardes.
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