martes, 21 de septiembre de 2021

HOTEL, DULCE HOTEL IX


HOTEL, DULCE HOTEL IX

"La nena no tenía sensibilidad especial alguna: sólo estaba aterrada. Pasaba corriendo frente a la escalera que llevaba al mirador del hotel, imaginando que allí, en la torre, que durante años fue la construcción más alta de Ostende, se escondía una loca, una loca de cabello largo que se miraba en el espejo, vestida con un camisón blanco..."
Mariana Enriquez, "El mirador"

Buen día, amables lectores. Les traigo hoy una nueva entrega de la saga “Hotel, dulce hotel”, con locaciones tan románticas como el Ballygally Castle Hotel, ubicado en Irlanda del Norte, y tan espeluznantes como la Karosta Prison, una ex prisión militar de Letonia, reconvertida en museo y alojamiento. Pasen y vean.
-BALLYGALLY CASTLE HOTEL, ANTRIM, IRLANDA DEL NORTE

El  Ballygally Castle Hotel está ubicado en el pueblo de Ballygally, Condado de Antrim, Irlanda del Norte. Fue construido en 1625 por James Shaw, un escocés que alquilaba la tierra al conde de Antrim, sobre un suave promontorio que mira al mar, en la Bahía Ballygally. Durante la Rebelión de 1641 fue atacado varias veces por las tropas irlandesas, pero sin éxito. Se mantuvo en manos de la misma familia hasta que en los años ’50 del siglo XX fue adquirido por de un empresario inglés fabricante de alfombras, quien lo amplió y renovó.
Durante gran parte de su historia el Ballygally Castle se utilizó como vivienda y es, hoy en día, el único edificio del siglo XVII que aún se utiliza como residencia en Irlanda del Norte. El castillo posee una fuerte influencia escocesa que se manifiesta en su estructura, con sus torres esquineras, sus altos muros y sus techos cónicos. Las murallas tienen orificios para pasar los mosquetes de la época y hay un arroyo que pasa justo por la muralla externa, una buena provisión de agua en caso de sitio
El  Ballygally Castle Hotel es el hogar del espíritu de  Isobel Shaw, la  Dama del Castillo en 1625, quien fue encerrada en su habitación por su marido después de dar a luz a su hijo. Isobel murió tras caer de la ventana cuando intentaba escapar y aún vaga errante por el castillo buscando al hijo que le fue arrebatado. Tiene el hábito de golpear  las puertas de las habitaciones y luego desaparecer.
Otro fantasma del lugar es el de Madame Nixon, que vivió en el castillo en el siglo XIX. Puede vérsela caminar alrededor del hotel con su vestido de seda. 


-GRAND HYATT TAIPEI, XINYI, TAIWÁN

El Grand Hyatt Taipei  es un hotel de 5 estrellas de lujo ubicado en Taipei, Taiwán. Situado en el distrito Xinyi, el hotel abrió sus puertas en el año 1990. Cuenta con 853 habitaciones y suites, lo que lo convierte en el establecimiento hotelero más grande de Taiwán. 
La leyenda cuenta que el lujoso establecimiento fue construido sobre el terreno donde había funcionado un campo de prisioneros y sitio de ejecuciones durante la Segunda Guerra Mundial, y es por eso que el hotel es un lugar con frecuente actividad paranormal. Se dice que el actor Jackie Chan salió corriendo de su suite en medio de la noche después de haber visto a un fantasma. Los gerentes, desesperados ante esta situación, recurrieron a expertos en feng shui para ahuyentar a los espíritus.


 -KAROSTA PRISON, LIEPAJA, LETONIA

Karosta es un vecindario en el norte de Liepaja, Letonia. Allí se erige la Karosta Prison, una ex prisión militar que albergó, en su momento, a nazis y a soviéticos, cuya construcción comenzó alrededor de 1903. La prisión dejó de funcionar como tal en 1997.
Durante los años que estuvo en funcionamiento, la Karosta Prison albergó a miles los hombres que vivieron, sufrieron y murieron entre sus paredes, soportando diferentes regímenes, tales como el soviético, el nazi o el letón. Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler enviaba allí a los condenados a muerte por desertores. Karosta era su destino final y el lugar elegido para ejecutarlos.
Hoy en día, la prisión de Karosta ha sido convertida en museo, donde, además, se puede pasar la noche, recibiendo el mismo trato que los antiguos prisioneros. Algunos huéspedes de este inusual hotel aseguran que han compartido su estadía con el espíritu de una mujer que se colgó en el lugar luego de enterarse de que su prometido había sido ejecutado.


-HOTEL BOULEVARD ATLÁNTICO, MAR DEL SUD, BUENOS AIRES, ARGENTINA

El Hotel Boulevard Atlántico es una mole gigantesca que, en 1890, emergió llamativamente entre los médanos y luego dio lugar a la creación de la villa balnearia de Mar del Sud, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Pensado para albergar a familias adineradas, el hotel jamás alcanzó el esplendor que sus fundadores soñaron. El ferrocarril nunca llegó, los pasajeros, tampoco.
En 1891, por razones no están del todo claras, un grupo de inmigrantes judíos, inicialmente destinados a poblar las colonias santafecinas surgidas por iniciativa del Barón Hirsch, fue trasladado transitoriamente a Mar del Sud. El obrador del hotel había sido más o menos acomodado para el alojamiento del desconcertado grupo, que se instaló como pudo en la precaria construcción.  Un furioso tornado azotó esa misma noche la zona, devastando las frágiles instalaciones y causando la muerte de varios de los recién llegados. La tormenta duró una semana y, provisoriamente, los cadáveres fueron depositados en el sótano que aún existe bajo el comedor del hotel. Las víctimas fueron luego enterradas en las barrancas del arroyo La Tigra, distante unos 200 metros. Los sobrevivientes fueron finalmente trasladados a su destino inicial.
Posteriormente, por dificultades económicas, el hotel fue rematado. Volvió a abrir sus puertas en 1904. Uno de sus huéspedes más pintorescos fue  a Albertina, una elegante señora que vivió sus últimos años en el Hotel Boulevard Atlántico y allí murió. Por las tardes, Albertina solía instalarse en un pequeño pabellón del mismo hotel, y ejercía allí una módica y complaciente clarividencia, confeccionando horóscopos previsibles y alentadores para las jovencitas ansiosas por conocer el destino de sus romances de verano. La señora solía tocar en el piano del Boulevard Atlántico valses y mazurkas.
El Hotel Boulevard Atlántico cerró sus puertas a mediados de 1990. Los siempre crecientes costos de refacción y mantenimiento no podían ser cubiertos por las entradas veraniegas. El incendio de la cocina, en 1993, fue el golpe de gracia que determinó su cierre.
Después de muchas décadas de abandono, el establecimiento hoy se encuentra prácticamente destruido. Hubo y hay proyectos para restaurarlo, pero ninguno se lleva adelante seriamente.
Los habitantes de Mar del Sud, localidad ubicada a unos 10 km de Miramar y 50 de Mar del Plata, aseguran que, puertas adentro, suceden cosas extrañas y pueden verse apariciones misteriosas. Por unos billetes se puede persuadir a su cuidador para hacer una visita guiada a las instalaciones.  


-LE PAVILLON HOTEL, NUEVA ORLEANS, LUISIANA, EE. UU.

Le Pavillon Hotel es un establecimiento de lujo de 226 habitaciones ubicado en pleno centro de Nueva OrleansLuisiana, EE. UU., que data del año 1907. Originalmente fue llamado Denechaud y, durante varias generaciones, De Soto Hotel. Este exclusivo hotel, en cuya entrada se erigen dos bellas estatuas italianas representando la Paz y la Prosperidad, alberga en su interior exquisitos detalles y antigüedades históricas. Forma parte del National Register of Historic Places de EE. UU. y es miembro del Historic Hotels of America y de The Leading Hotels of the World. En 2005, formó parte de la Gold List de Condé Nast. 
En Le Pavillon Hotel es habitual que las sábanas alcen el vuelo en mitad de la noche, y que las pertenencias de los huéspedes desaparezcan y reaparezcan más tarde en sitios insólitos. La actividad paranormal  es tan intensa que provocó que la dirección del hotel contratara los servicios de una reputada consultoría de fenómenos paranormales para que investigue sus instalaciones.
Los expertos identificaron a algunos de los fantasmas que habitan en el hospedaje: el de una adolescente llamada Ada (o Ava) que vaga por el lugar con la mirada perdida y confusa, atropellada por un automóvil en las inmediaciones del hotel, que, supuestamente,  vivió alrededor de la década de 1840; los de una pareja de la aristocracia  que pasea  por el lugar ataviada con ropas de la década de 1920; y el de un hombre joven, que también parecen ser de la década de 1920.
Se supone que la actividad paranormal en Le Pavillon Hotel se debe a que está ubicado en un área de la ciudad que, durante el siglo XIX, se consideraba zona prohibida. Un escritor de la época la describe como un lugar de “actos sucios y asesinatos de medianoche, donde los sauces tristes se oían pronunciar sonidos quejumbrosos con cada ráfaga de viento”. Matorrales y cementerios, pantanos traicioneros habitados por mosquitos, lechuzas y murciélagos, y esclavos fugitivos hacían de esta tierra un sitio que sólo los valientes se atrevían a visitar en soledad.

Hasta aquí, mis queridos, todo lo que tenía para ofrecerles por hoy. Me despido de ustedes con un cuento breve del  escritor, poeta, ensayista y teórico del surrealismo, André Breton:

LA MALA MEMORIA

Me contaron hace un tiempo una historia muy estúpida, sombría y conmovedora. Un señor se presenta un día en un hotel y pide una habitación. Le dan el número 35. Al bajar, minutos después, deja la llave en la administración y dice:
–Excúseme, soy un hombre de muy poca memoria. Si me lo permite, cada vez que regrese le diré mi nombre: el señor Delouit, y entonces usted me repetirá el número de mi habitación.
–Muy bien, señor.
A poco, el hombre vuelve, abre la puerta de la oficina:
–El señor Delouit.
–Es el número 35.
–Gracias.
Un minuto después, un hombre extraordinariamente agitado, con el traje cubierto de barro, ensangrentado y casi sin aspecto humano entra en la administración del hotel y dice al empleado:
–El señor Delouit.
–¿Cómo? ¿El señor Delouit? A otro con ese cuento. El señor Delouit acaba de subir.
–Perdón, soy yo… Acabo de caer por la ventana. ¿Quiere hacerme el favor de decirme el número de mi habitación?

Buenos días.

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