HOTEL, DULCE HOTEL X
“La vida es un espectro que se mueve en un mundo de espectros.”
Thomas Carlyle
Thomas Carlyle
Buenas
tardes, amables lectores. Les traigo hoy una nueva entrega de la saga “Hotel,
dulce hotel”, con destinos tan icónicos como el Chelsea Hotel, ubicado en Nueva
York, EE. UU., por donde han pasado muchísimos artistas, y tan románticos como
el Talbot Hotel, de Northamptonshire, Inglaterra, acosado,
según cuenta la leyenda, por el fantasma de la mismísima María Estuardo.
Disfruten.
-CHELSEA HOTEL, NUEVA YORK, EE. UU.
El Chelsea es un famoso hotel por el cual han
pasado numerosos artistas, músicos y escritores que hicieron del lugar un
centro cultural y artístico del mundo bohemio de Nueva York. Está situado en el 222 Oeste de la
calle 23rd, entre las Avenidas Séptima y Octava.
El Chelsea Hotel fue construido entre
1883 y 1885 por Philip
Hubert, un inmigrante anglo-francés,
como un experimento socialista en el que ricos y pobres compartían edificio. En 1905, las dificultades económicas hicieron
que el edificio fuera vendido y se reconvirtió a hotel. Desde 1946, el hotel
ha sido manejado por la familia Bard.
Debido a su lista larga de huéspedes y de residentes famosos, el hotel tiene una extensa historia. Los poetas Allen Ginsberg y Gregory Corso eligieron el
Chelsea como lugar para el intercambio filosófico e intelectual. El poeta y
dramaturgo galés, Dylan
Thomas, pasó sus últimos
días de vida en el apartamento Nº 205 del hotel, en 1953, alcoholizado y
aquejado de neumonía. Dicen que su última frase fue “He bebido
18 vasos de whisky, creo que es todo un record.” Robert Zimmerman, que se rebautizó
artísticamente Bob Dylan como homenaje al malogrado
poeta, escribió su famosa “Sad
Eyed Lady Of The Lowlands” ("Señorita de ojos tristes de las tierras bajas") en
el año 1966, encerrado en la habitación Nº 211,
tomando como musa, según se dice, a la bellísima Eddie Sedgwick, una de las
chicas que formaban parte del grupo de
Andy Warhol.
El escritor Arthur
Miller afirmaba que
podría llegar tan alto como los
ascensores del hotel, sólo con el olor a marihuana que desprendían los pasillos
del Chelsea. En la habitación Nº 614, superó su ruptura con Marilyn Monroe, con
la que pasó alguna temporada allí.
La película
experimental e icono underground “Chelsea Girls”, dirigida por Paul
Morrissey y Andy Warhol, fue rodada
allí en 1966. En ella aparecía gran parte del séquito que acompañaba por aquella
época a Warhol: Brigid Berlín, Gerard Malanga,
Internacional Velvet, María Woronov, Ingrid Superstar y Eric Emerson. Muchos son los
que aparecen en el film pero, de todos ellos, sólo el poeta René
Ricard vivía en el
Chelsea en ese momento. El hotel fue, también, inspiración para el primer álbum de una de las
protagonistas de la película, Nico.
El escritor y científico británico Sir Arthur C. Clarke escribió “2001:
A Space Odyssey” ("2001:
Una odisea en el espacio", 1968), mientras se alojaba en el Chelsea.
A comienzos de
los ‘70, la cantante Patti Smith y su novio, el fotógrafo Robert Mappelthorpe,
llegaron al Chelsea con la
intención de alojarse allí pero sin un dólar en el bolsillo. “Soy Patti Smith, él es Robert Mapplethorpe, fotógrafo, y no
tenemos dinero. Pero pronto seremos famosos y podremos pagarle”, cuentan
que dijo Smith al llegar a la recepción. Stanley Bard, el dueño del hotel, los alojó gratis. Años
después, la cantante homenajeó al Chelsea ilustrando la portada de su
disco “Horses” con
una foto hecha por Mapplethorpe de una de las habitaciones.
El cantautor canadiense Leonard Cohen, tuvo en la habitación Nº 415 del Chelsea
Hotel, una única noche de amor con la vibrante Janis Joplin. La leyenda
cuenta que Cohen buscaba a Brigitte Bardot por los
pasillos del hotel cuando coincidió con Janis en
el ascensor, que buscaba a Kris Kristofferson. Ella le preguntó por Kristofferson y Cohen,
en un rápido reflejo de seductor contestó algo así como “Señorita, está
usted de suerte el día de hoy: yo soy Kris Kristofferson”. La broma hizo
gracia y el truco funcionó. Lo que pasó entre los dos quedó inmortalizado en la famosa canción
de Cohen, “Chelsea Hotel #2”, escrita en 1974. Leonard
Cohen se refirió, más tarde, a este encentro: “Después me enteré que ella era Janis Joplin, terminamos abrazados
por culpa de ese divino proceso de eliminación que crea compasión donde solo
hay indiferencia, luego ella murió. Escribí esta canción en su homenaje, es
llamada ‘The Chelsea Hotel’”. Refiriéndose el mítico hotel, el
cantautor canadiense escribió: “Una vez llegas al Chelsea ya no hay vuelta
atrás”.
Sid Vicious, el
legendario bajista de Sex Pistols, quien pasó a la historia por su actitud rebelde y
punk, se instaló en el Chelsea, en la habitación Nº 100, a finales de los ‘70, con su novia Nancy Spungen. El 12
de octubre de 1978, después de una noche de excesos, Nancy apareció apuñalada. Sid intentó suicidarse tirándose por la
ventana, pero no fue capaz de lograr su objetivo.
Vicious dijo no recordar nada de lo sucedido esa trágica madrugada, y fue culpado
por la muerte de su novia y enviado a prisión, aunque poco después salió bajo
fianza. En la fiesta de celebración de su libertad, el 2 de febrero de 1979, Sid Vicious murió a razón de una sobredosis de
heroína que su propia madre le administró para “mitigar su sufrimiento por la
muerte de Nancy”.
La polifacética
Madonna, eligió el Chelsea Hotel para una de las sesiones de fotos de su
polémico libro “Sex”, de 1992.
Dee
Dee Ramone se quedó en el Chelsea Hotel en los primeros días de The Ramones,
cuando, expulsado de un apartamento tras otro por las fuertes peleas que tenía con su novia,
logró convencer al copropietario y gerente del hotel, Stanley Bard, de que lo
dejara quedarse allí. Décadas más tarde, Dee Dee regresó al Chelsea para tratar
de abandonar la heroína. Mientras estaba allí, escribió “Chelsea Horror Hotel”,
una novela protagonizada por él mismo, su esposa Barbara, y un perro parlante
llamado Banfield. Cuando no pasea con Banfield o tiene líos de drogas, el Dee Dee ficticio se enreda en el Chelsea con
los fantasmas de los músicos punk Sid Vicious, Johnny Thunders y Stiv Bators, y
finalmente, con el Diablo mismo.
Entre las cuatro
paredes del Chelsea también se alojaron los músicos Keith Richards, John Cale,
Édith Piaf, Joni Mitchell, Jimi Hendrix, Richard Hell, Rufus Wainwright y
Anthony Kiedis, de Red Hot Chili Peppers, entre muchos otros; los escritores Mark
Twain, William S. Burroughs, Edgar Lee
Masters, Brendan Behan,
Gore Vidal, William Dean Howells, Tennessee Williams, Simone de Beauvoir y
Jean-Paul Sartre; los cineastas Stanley Kubrick, Milos Forman y Dennis Hopper;
y los actores Uma Thurman, Elliot Gould
y Jane Fonda.
“Chelsea girl” (Nico), “Third week in the Chelsea” (Jefferson Airplane),
“We will fall” (The Stooges), “Hotel Chelsea nights” (Ryan Adams) y “Like a
drug I never did before” (donde Joey Ramone cantaba: “Hanging in the lobby of
the Chelsea Hotel”, rinden homenaje de manera explícita al mítico establecimiento.
En algunas habitaciones del Chelsea los pasajeros se han quitado la vida. Suicidios e historias de fantasmas
merodean por los pasillos. La leyenda cuenta que algunos
sobrevivientes del naufragio del Titanic permanecieron allí brevemente en 1912, ya que el muelle
54, donde arribaría el barco, se encontraba muy cerca del Chelsea. Se dice que
Mary, una mujer que se ahorcó en el 8º piso al enterarse de que su marido
había muerto en el trágico accidente, es uno de los espíritus que habitan el hotel y que,
muchas veces, aparece llorando por los pasillos. En 1996, el actor Michael Imperioli, conocido por su personaje
de Christopher Moltisanti de la serie "The Sopranos", aseguró en el
programa Celebrity Ghost Sightings, del canal Bio, haberla
visto una vez. El actor se había mudado al hotel tras romper con su
novia de entonces y una noche, al volver a su habitación ubicada en el 8º piso, se topó con una mujer sollozante. Se le acercó y le preguntó si estaba bien. La mujer
lo miró, desconsolada, con un rostro más bien impreciso, y luego desapareció en
el aire.
Se dice que entre
los fantasmas del Chelsea pueden encontrarse, además, los de Dylan Thomas y Sid
Vicious, el del novelista Thomas Wolfe, que escribió dos novelas en el mítico hotel, “The Web and the Rock” (1939) y “You Can't Go
Home Again” (1940).
-ALBERGO BURCHIANTI, FLORENCIA, ITALIA
El Albergo Burchianti, ubicado
en Florencia, Italia, cerca de la Capilla de los
Médici y a poca distancia a pie de la Catedral, es un bellísimo edificio del siglo XV. La mayoría de sus
habitaciones incluye frescos originales
en el techo.
El hotel tiene fama de ser uno de
los más embrujados de Europa, debido a la actividad paranormal que se ha
registrado en el edificio en los últimos años. Hay varias historias misteriosas
tejidas alrededor del Albergo
Burchianti. Se dice que en las terrazas y en las habitaciones suele
aparecer el fantasma de un niño. Es un fantasma amigable que pide a los
huéspedes que compartan sus juegos.
Otros espíritus que pueden verse
en el Burchianti son el de una anciana tejiendo en una silla y el de una mucama
que se empeña en limpiar las habitaciones.
También puede verse un hombre con un extraño resplandor rosado en el
rostro. Los huéspedes del albergue dicen haber percibido allí
presencias extrañas, además de sentir en el lugar cambios bruscos de
temperatura.
-TALBOT HOTEL, OUNDLE, NORTHAMPTONSHIRE, INGLATERRA
El Talbot Hotel o Talbot
Inn es un hotel isabelino de 35 habitaciones, ubicado en Oundle, Northamptonshire, Inglaterra. La
escalera de roble del hotel, y otros segmentos del edificio pertenecieron una
vez al Castillo de Fotheringhay. La leyenda cuenta que el
Talbot Hotel está embrujado por el fantasma de María I Reina de Escocia
(conocida como María Estuardo), ejecutada en Fotheringhay en el año 1587.
Muy pocas reinas han tenido una vida
tan azarosa y trágica como la de María Estuardo, una soberana bella y
cultivada, despreciada por muchos de sus contemporáneos, pero que desde su
muerte ha despertado el interés de historiadores, literatos, cineastas y público
en general. Nació en 1542 en Linlithgow, condado de West Lothian, a 24
kilómetros al noroeste de Edimburgo, hija de Jacobo V de Escocia y María de Guisa,
en el tiempo en el que Escocia era uno de los territorios más
periféricos y atrasados de Europa. Además, el país tenía como vecino a
Inglaterra, un reino mucho más rico y una potencia amenazadora que pretendía
conquistarlo.
María fue coronada Reina de
Escocia cuando tenía 9 meses. Más tarde, su reino se alió con Francia, tradicional enemigo
de Inglaterra, y a los cinco años
María Estuardo marchó al país galo como prometida del Delfín. Allí permaneció
los siguientes trece años, que fueron los más felices de su vida. Se casó con el joven
Francisco II de Francia y enviudó a los 19 años. El 19 de agosto de 1561, María Estuardo volvió
a su Escocia natal dispuesta a ejercer el poder que le correspondía.
María volvió a
casarse dos veces más. Su segundo marido, Lord
Darnley, conocido como Enrique
Estuardo, personaje
borrachín y polémico, apareció estrangulado en Edimburgo al año y medio de su
matrimonio con la soberana. Luego de enviudar, la Reina se casó con el Conde
de Bothwell, señalado como el culpable del crimen de su esposo anterior. María sotuvo que se casaba con Bothwell para no perder la honra tras una supuesta
violación, pero fue condenada por la nobleza escocesa y encerrada en julio de
1567 en el castillo de Loch Levan, donde tuvo un aborto y se la obligó a
renunciar al trono de Escocia. En mayo de 1568, logró escapar pero fue
derrotada en la batalla de Langside y huyó a Inglaterra, donde cayó en las redes de su
prima, Isabel I. Fue acusada de conspirar para asesinar a la llamada
Reina Virgen y hecha prisionera. Pasó 18 años y medio
de cautiverio en diferentes castillos y, finalmente, fue ejecutada el 8 de
febrero de 1587. La decapitaron en el Castillo
de Fotheringhay. María eligió usar un vestido rojo, declarándose una mártir
católica. Tenía 45 años de edad.
-CASTELLO DELLA CASTELLUCCIA, ROMA, ITALIA
En
las afueras de Roma, cerca de la Riserva Naturale dell’Insugherata, en una zona
conocida como La Giustiniana,
se alza el Castello Della Castelluccia, un hermoso
edificio construido en el siglo X. El
castillo, perteneciente por entonces a la familia noble Cancellieri, compuesta
por descendientes de la familia Orsini, se levantó sobre las ruinas de una
antigua villa romana. A lo largo de los
siglos, el edificio fue hogar de las familias más poderosas del lugar, siendo
un modelo de lujo y distinción, y atesorando muebles y elementos decorativos de
gran valor.
En la actualidad, el castillo funciona
como hotel y es famoso por su belleza pero también por los sucesos sobrenaturales que suceden en él. Una de las leyendas más famosas del lugar cuenta que uno de los
propietarios del castillo llamado Rimbambito, con una fuerte adicción al juego, perdió su fortuna y, apremiado por las deudas, se vio
obligado a deshacerse de una de sus pertenencias más preciadas: sus caballos.
El noble amaba a sus caballos y cuando
supo que, sin haber podido adaptarse al país donde fueron enviados, murieron uno
a uno, cayó en una profunda depresión.
Juraba, además, que por las noches, los escuchaba galopar. Los
sirvientes comenzaron a tomarlo por loco, pero con el tiempo, muchos de ellos e
incluso algunos lugareños corroboraron lo que decía el noble. Al parecer, los
fantasmales caballos volvían por la noche desde el otro mundo, buscando refugio
en su antigua casa.
Quienes se alojan en el Castello Della
Castelluccia aseguran que aún, por las noches, puede escucharse el galope de
los caballos fantasma.
-CASTLE STUART GOLF LINKS, INVERNESS, ESCOCIA
El Castle Stuart Golf Links es un lujoso
hotel situado en Inverness, Escocia, a
orillas del Fiordo Moray. El terreno donde se construyó el castillo fue
concedido a Jacobo
Estuardo I Conde de Moray por su medio hermana María I Reina de Escocia, en 1561,
cuando se convirtió en su mejor consejero.
Jacobo inició la fallida rebelión conocida como Chaseabout
Raid, junto al Conde
de Argyll y a los miembros del clan
Hamilton, ante el temor de un retorno al catolicismo a Escocia. Fue declarado
traidor y huyó a Inglaterra. Más tarde, perdonado por la Reina,
volvió a Escocia.
Tras la abdicación
de María Estuardo, en julio de 1567, el Conde de Moray fue nombrado Regente
de Escocia. Cuando María consiguió fugarse de su prisión, el 2 de mayo de 1568, James
Hamilton, II Conde de Arran, junto con otros nobles, tomaron partido por la reina, siendo derrotados por Moray y sus aliados en la batalla
de Langside, cerca de Glasgow, el 13 de mayo de 1568, lo que provocó la
huida de María a Inglaterra.
Una vez resuelto el problema, Jacobo
Estuardo se centró en el gobierno de Escocia, consiguiendo restablecer la
seguridad civil y eclesiástica, lo que le valió el título de "El Buen
Regente".
Jacobo Estuardo fue asesinado
en Linlithgow, en enero de 1570, por
James Hamilton de Bothwellhaugh, partidario de María I de Escocia. Hamilton hirió mortalmente
al Conde de Moray de un disparo desde una ventana de la casa de su tío, el
arzobispo John Hamilton, mientras el noble participaba en un desfile, siendo
este el primer asesinato por arma de fuego del que se tiene constancia.
El II Conde de Moray, yerno de Jacobo, también fue asesinado y el castillo pasó a manos de su nieto, el III Conde de
Moray, en 1625.
El castillo cayó en el
desuso luego de que Carlos I de Inglaterra y de Escocia. Estuvo abandonado durante 300. En la actualidad, es un hotel de lujo,
famoso por su exclusivo campo de golf.
El
hotel, con su torre, posee todos los condimentos para el miedo: escaleras
ocultas, pasadizos y muchas historias de fantasmas.
Hasta aquí, queridos lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedescon un maravilloso cuentito de Alejandro Dolina extraído de su libro "Crónicas del Ángel Gris":
EL HOTEL DE LOS MUERTOS
Estaba situado en la calle San Blas, quizá fuera de los límites legales del barrio. Su aspecto era siniestro.
Los Hombres Sensibles llegaron a comprobar que todos los pasajeros estaban muertos.
En verdad nadie sospechaba tal cosa hasta que Ives Castagnino vio desde la puerta al tano Rosetti, que llevaba varios meses difunto. Inútiles fueron las consultas con los empleados, que mantenían una implacable reserva. De todos modos Manuel Mandeb, Jorge Allen y el propio Castagnino investigaron el caso y alcanzaron a sorprender a otros finados entrando al establecimiento.
Mandeb creyó entender que el hotel era una especie de lugar de espera antes del definitivo ingreso al más allá.
Jorge Allen decía que aquello debía ser el purgatorio o, si lo apuraban un poco, el infierno. Los geógrafos soñadores trataron de alojarse en el lugar, pero siempre se les decía que todas las habitaciones estaban ocupadas. Una noche -tal vez dándolo por muerto- admitieron como huésped al ruso Salzman. El hombre nunca quiso contar su experiencia. Se sabe, eso sí, que a las doce y cuarto de la noche lo vieron pasar corriendo por la avenida Juan B. Justo.
El hotel existe actualmente, pero el autor de estas crónicas no se atrevió a visitarlo para hacer nuevos aportes.
Buenas tardes.
Hasta aquí, queridos lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedescon un maravilloso cuentito de Alejandro Dolina extraído de su libro "Crónicas del Ángel Gris":
EL HOTEL DE LOS MUERTOS
Estaba situado en la calle San Blas, quizá fuera de los límites legales del barrio. Su aspecto era siniestro.
Los Hombres Sensibles llegaron a comprobar que todos los pasajeros estaban muertos.
En verdad nadie sospechaba tal cosa hasta que Ives Castagnino vio desde la puerta al tano Rosetti, que llevaba varios meses difunto. Inútiles fueron las consultas con los empleados, que mantenían una implacable reserva. De todos modos Manuel Mandeb, Jorge Allen y el propio Castagnino investigaron el caso y alcanzaron a sorprender a otros finados entrando al establecimiento.
Mandeb creyó entender que el hotel era una especie de lugar de espera antes del definitivo ingreso al más allá.
Jorge Allen decía que aquello debía ser el purgatorio o, si lo apuraban un poco, el infierno. Los geógrafos soñadores trataron de alojarse en el lugar, pero siempre se les decía que todas las habitaciones estaban ocupadas. Una noche -tal vez dándolo por muerto- admitieron como huésped al ruso Salzman. El hombre nunca quiso contar su experiencia. Se sabe, eso sí, que a las doce y cuarto de la noche lo vieron pasar corriendo por la avenida Juan B. Justo.
El hotel existe actualmente, pero el autor de estas crónicas no se atrevió a visitarlo para hacer nuevos aportes.
Buenas tardes.
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