lunes, 5 de noviembre de 2012

TUS REGALOS DEBERÍAN DE LLEGAR


TUS REGALOS DEBERÍAN DE LLEGAR

“Tus regalos deberían de llegar,
los elefantes locos, el vestido, el ajuar.”
Fito Páez

“Al asno, el palo, y a la mujer, el regalo.”

Aunque a muchas señoras y señoritas emparejadas con miserables les cuente creerlo, hay hombres que hacen regalos. Generalmente, los regalos masculinos aparecen en la primera etapa de una relación (pa’ que vamos a mentir, los femeninos, también) y, la mayoría de las veces, el señor obsequioso no da pie con bola y regala algo innecesario, inútil o directamente abominable.  ¿A qué se debe esta falta de sentido común a la hora de regalar? Según la psicóloga María Cristina Castillo, supervisora y docente de la Institución Fernando Ulloa, a la que nuestra entrañable revista "Cosmopolitan" ha consultado luego de devanarse los sesos con este asunto, “son pocos los hombres que captan la lógica femenina, y por eso no suelen elegir un obsequio que a una mujer le guste verdaderamente”. Pero a no descorazonarse, mis queridas: según la mentada licenciada lo más importante del regalo hecho por un hombre no es su buen gusto o su utilidad sino lo que ese presente les está queriendo decir. Porque cada obsequio trae consigo un mensaje a descifrar. Si no me creen, sigan leyendo.

SIGNIFICADO DE LOS REGALOS MASCULINOS

-Un ramo de flores. No hay que ser muy despierta para comprender que un hombre que regala flores es un romántico. El ramo de flores, además, nos indica que el galán que nos ha hecho tan fragante obsequio quiere impresionarnos y apuesta a una relación formal. Las flores son divinas, pero, disipados los últimos vahos de romanticismo, conviene sentar al hombre que supimos conseguir y ubicarlo un poco, tal como hice yo con mi sufrido consorte: “Mirá, a mí las flores me encantan, pero vos estás gastando tantos $$$$ en algo que se seca y se tira. ¿Por qué no te gastás unos $$$$ más y me comprás un cactus?”

-Lencería o ropa sexy. Cuando un hombre regala portaligas, tangas o blusas transparentes puede ser por dos motivos: a) Es un baboso y b) Quiere verte con estas provocativas prendas encima (estos dos motivos, aclaro, no son excluyentes). Según la licenciada Castillo, el hombre que regala un corpiño está pidiendo a gritos más intimidad con la dama obsequiada, a la que encuentra sexy y apetecible. No hay que ofenderse si el tipo se  equivoca con el talle: los hombres no tienen demasiada noción de esas cosas. Para ellos cualquier culo entra en cualquier bombacha.

-Un pase anual para el gym. ¿Qué clase de psicópata le regalaría un pase anual para el gym a la reina de sus desvelos? A mí, gracias a Dios, nunca me tocó ninguno, pero parece que hay turros que pretenden que sus chicas vayan al gimnasio. Si una es una dama extraña, más atenta al fitness que a las medialunas, este regalo exótico puede resultar halagador. Con él, el hombre está diciéndonos que conoce nuestros gustos y preferencias. Si, en cambio, abominamos el gym y encima tenemos un par de kilitos de más, este obsequio es un insulto mal disimulado: el tipo nos está urgiendo a mover el traste de una buena vez.

-Joyas. Ya lo dijo nuestra amada Marilyn: los diamantes son los mejores amigos de las chicas, así que un muy bien diez felicitado para los señores que enfilan para la joyería. Que un hombre regale joyas significa que está comprometido con la relación. Según la psicóloga María Cristina Castillo, “las joyas son sinónimo de alianza, simbolizan las ganas de que algo perdure”. Si la alhaja obsequiada no fue recientemente adquirida y perteneció a la madre o a la abuela del galán, hay casamiento en puerta.

-Un teléfono celular. El teléfono celular es un objeto que acompaña a la mayoría de las damas dondequiera que vayan (a mí no, porque yo jamás lo tengo encima, y si por esas putas lo tengo, está sin crédito o sin batería). Un hombre que obsequia un teléfono celular a su enamorada busca controlar todos sus movimientos y saber dónde y con quién está. Invadirla, profanar su privacidad, convertirla en un objeto de su pertenencia. Muy feo.

-Un perfume. Cuando un hombre regala un perfume puede estar dando dos mensajes absolutamente distintos. Si el perfume en cuestión es el que la dama suele usar, está diciendo que conoce bien a su media naranja, que presta atención a su aroma y que ese aroma lo seduce. Si el perfume es de una marca cualquiera, está diciendo que no sabía qué carajo regalarle  o que compró la fragancia cinco minutos antes de obsequiársela en el supermercado o en la farmacia.

-Un libro. Obviamente, para la "Cosmopolitan", los psicólogos y expertos que la revista consulta, y las pavotas que la leen, un libro es un regalo que no termina de convencer. Por un lado, creen que está bueno que alguien crea que una chica Cosmo es capaz de leer un libro entero o, por lo menos, algunos capítulos. Por otro, consideran que un libro es un regalo que deja de lado cualquier tipo de erotismo.  Craso error, por supuesto. Que un hombre te regale un libro no significa que te atosigue con la Enciclopedia Británica. Te puede regalar “Memorias de una princesa rusa” y pasarle el trapo a todos los portaligas del mundo.

-Un par de zapatos. El señor que regala zapatos ama. Aunque los zapatos en cuestión sean vomitivos. A todas las mujeres nos gustan los zapatos y, para ellos, entrar a una zapatería femenina y elegir algo para nosotras significa un esfuerzo que no podemos pasar por alto.

-Un viaje para dos. Según la licenciada Castillo, no importa si el viaje en cuestión es un fin de semana en Chascomús o un mes en la Isla de Pascua: lo importante es que este obsequio “es una clara señal de que tu chico quiere compartir más momentos con vos. No se invita a cualquier persona de viaje, sino a alguien a quien se considera especial”. El hombre que le regala a su mujer un viaje para dos (y piensa acompañarla, of course) le está diciendo que desea pasar más tiempo a solas con ella. En caso contrario (si la manda de paseo con la madre o con una amiga), se la quiere sacar de encima.

-Un electrodoméstico. El señor que regala un electrodoméstico es casi tan turro como el que regala un pase anual para el gym. Le está diciendo solapadamente a su dama que su lugar está en la casa fregando y cocinando y que se olvide de sus pretensiones sociales, profesionales y recreativas.

-Unos mangos. Cuando un hombre no nos trae un paquete con un moño y, en cambio, nos tira unos mangos para que seamos nosotras las que elijamos y compremos nuestro regalo es porque está harto de corramos a cambiar cualquier porquería que nos obsequia, cosa que las mujeres hacemos muy a menudo. Eso sí: después de esbozar una sonrisa  apócrifa y graznar el “¡Qué lindo!” más falso del mundo.

Hasta aquí, mis reinas, lo expuesto por la revista Cosmopolitan acerca de los regalos de la grey masculina. Con algunos comentarios de mi cosecha, basados en mi amplia experiencia como mujer sumamente regalada. Los dejo, esta vez, con un pensamiento de Richard Moss, quien refuerza la idea de que las cosas más valiosas del mundo no tienen precio: "El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra."

Buenas noches.

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