viernes, 29 de abril de 2011

PLACERES CULPOSOS


PLACERES CULPOSOS

“...and they lived happy forever...
...and ate partridges...”

Placeres culposos tenemos todos. Son esas cositas que hacemos y disfrutamos mucho, pero que, a la vez, nos dan como vergüencita. Ya saben: leer a Paulo Cohelo, ver telenovelas, comer helado a escondidas cuando le juramos a todo el mundo que estamos haciendo régimen, fumar en el baño, etc.
Debo confesar que, como placer más que culposo, tengo una enfermiza fijación con las llamadas Bodas Reales. Desde que tenía trece años y vi a Lady Di atosigada de volados en una carroza de ensueño (aunque el Príncipe no lo fuera tanto), no pude dejar de entrar en estado semicatatónico frente al televisor cada vez que algún personaje de la monarquía contrajo felices o infelices nupcias.
Si me agarran en frío, les diré que es una vergüenza que el Siglo XXI aún exista la realeza y que el concepto de monarquía es obsoleto y antidemocrático. Pero ya lo dijo Blas Pascal: “El corazón tiene razones que la razón desconoce.” Así que no me perdí ni un solo e ínfimo detalle de la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. Algo tengo para decir a mi favor: la cosa era o la Boda Real o Moyano y sus secuaces festejando el Día del Trabajador un día laborable sin trabajar. Y la vagancia de la realeza siempre fue mucho más top.
Asistir a este tipo de evento sin tener una partenaire con la cual cambiar impresiones es, por lo menos, trágico. Pero para eso el buen Dios inventó el teléfono (¿O fue Antonio Meucci? ¿O Alexander Graham Bell?).
Como no podía ser de otro modo, fue mi amiga Rosana, compañera de vicios y adicciones, quien dio el puntapié inicial del chismorreo nupcial:
-¿Viste la Boda? ¡Yo pensé que era a las 9 de acá y sólo vi los dos besos fríos y el Camino Real! Igual me gustó todo.
La Reina parecía un canario gigante, pero Kate estaba divina! Quedate tranquila, seguro que lo repiten.
-Sí, me encantó. Estoy viendo algo en el trabajo. ¡Quiero ese vestido y el anillo de Lady Di! Lastima que a mí me tocó trabajar y no pudimos ir. Pero no te preocupes, Ra. Vamos a la del Príncipe Alberto.
-¡Yo iría a ver si puedo engancharme al Príncipe Harry!
-¡Ra! ¡Es muy chiquito! Bueno, no sé cuántos años tiene. Según mi hermana, si tiene más de 21 y pesa más de 50 kilos, está bien.
-¡Obvio! ¡Meta palo y a la bolsa! La cosa es casarse con un Príncipe, ¿no?. Yo quiero ya un fascinator. Para ir al supermercado.
-¿Qué es eso?
-Esos sombreritos chiquitos que Kate puso de moda. El de Victoria Beckham era un sueño. Parecía una caja de bombones.
-Ah, sí, yo también quiero uno. Y uno de los grandes.
-Tipo pamela. Como el que tenía Camila.
-Sí. Estaba bien Camila. Bastante discreta. La mamá de Kate estaba muy linda. Se ve que es una mina joven.
-¡Y Máxima! ¡Máxima estaba divina! Siempre tan rotunda, tan segura de su cuerpo. Elegante, discreta…
-Me encanta Máxima.
-Además, está bueno que entre tanta puta que cosechamos en este bendito país nos haya salido una princesa. Letizia es bonita, pero insignificante. Da lástima.
-¡Parece un pajarito!
-¡Es verdad! ¡Te da ganas de tirarle un puñado de alpiste, pobrecita! Demasiado lánguida. La que estuvo desubicada fue la mujer del Primer Ministro. Llegó con un chalcito en la mano y ¡¡¡¡sin sombrero!!!!
-¡¡¡¡No podés!!!! ¿Y las de Mónaco? ¡A las de Mónaco no las vi! Ellas siempre fueron las más lindas.
-¡También! ¡Con la cara sagrada que tenía la madre! Me parece que no estaban. Al que vi fue a Alberto con la novia. Bastante lavadita, también. Aunque tenía un vestido espectacular.
-El vestido de Kate tenía una onda Grace Kelly, ¿no?
-Sí. Muy Grace Kelly. Gracias a Dios no tenía perlas. El vestido de Lady Di estaba bordado con 10.000. Y ya sabés lo que dicen de las perlas…
-Sí, que traen lágrimas. Pobrecita.
-Vos fijate, 10.000 perlas y 25 metros de cola. Hay que llevar 25 metros de cola, es muy pesado. Ese vestido fue una metáfora de su matrimonio.
-La cola de Kate no llegó a medir 3 metros. Nada que ver.
-Esta chica va a tener más suerte.
-Ojalá.

Después de finalizado el obligatorio chismorreo real (breve, sí, a no olvidarse que mi amiga estaba trabajando), me quedé pensando un rato en todo el asunto y descubrí, ¡por fin!, por qué no soy una “Chica Cosmo”: porque soy una “Señora ¡Hola!”.

Qué horror.


viernes, 15 de abril de 2011

MENSAJES SUBLIMINALES (NO SE GASTEN EN DAR VUELTA ESTE TEXTO PORQUE NO VAN A ENCONTRAR NADA)


 MENSAJES SUBLIMINALES (NO SE GASTEN EN DAR VUELTA ESTE TEXTO PORQUE NO VAN A ENCONTRAR NADA)

“Los caminos del Diablo son inescrutables.”

Entre las cosas que siempre llamaron mi atención están los famosos “mensajes subliminales” que hacen alusión al sexo, a las drogas y a Satanás. “¿Qué corno son los “mensajes subliminales”?”, se preguntarán los que no están duchos en el tema. Se supone que son mensajes que llegan a una persona por debajo del límite de la conciencia, directo al subconsciente. Inclinan al sujeto a actuar de una determinada manera sin que pueda explicarse por qué.
Todo esto suena a delirio, y de los grosos. Pero la creencia en los “mensajes subliminales” está muy difundida entre los religiosos y, cada tanto, aparece algún loco pataleando contra el heavy metal, las películas de Walt Disney y las gaseosas.
Si el siglo XX fue un “cambalache”, el siglo XXI no se queda atrás.
Veamos quiénes son los inescrupulosos que nos bombardean con mensajes execrables.

 WALT DISNEY – ENTRE EL RATÓN MICKEY Y EL SEXO DESENFRENADO

Nada más inocente que una película de Disney. Todos vimos, alguna vez, uno de estos films, e incluso hemos incitado a nuestros hijos a deleitarse con “Blancanieves” o “El Rey León”, con tal de que se dejen de joder. Pero parece que ni la Sirenita ni la Princesa Jazmín son tan honradas como parecen.
Tomemos, por caso, el ejemplo de la Sirenita, uno de mis personajes favoritos de Disney. Se supone que en al afiche promocional de la película, disimulado entre las torres del palacio del buen rey Poseidón, hay un terrible pene, que sería la envidia de más de un caballero. Y eso no es todo: prendida al pene como garrapata, aparece la mano de una mujer de uñas larguísimas e intenciones non sanctas.
Pero las perversidades del film no terminan allí: resulta que el cura que casa a Ariel y al Príncipe Eric, tiene una erección digna de algún actorzuelo pornográfico. ¿No se habían dado cuenta? ¡Es que no le miraron atentamente la entrepierna al mentado sacerdote!
Disney “metió” en otras películas estos “mensajes subliminales” que tienen como pérfido fin quemarle el coco a nuestros párvulos. Las nubes que aparecen en una de las secuencias de “El Rey León” forman la palabra “sex” y, cuando Winnie Pooh hace gimnasia frente a un espejo, su cabeza da dos giros completos, cual si se tratara de la poseída Reagan de “El exorcista”.
Hay  que tener un pedo más que loco para “ver” estas cosas. Pero hay gente que las ve.

COCA COLA – LA BEBIDA DEL DEMONIO

Se supone que poniendo de forma vertical el logo de la “Coca Cola” aparece, en forma notoria, la silueta de Satanás. De más está decir que yo revoleé la botella de la gaseosa para todos lados y jamás la encontré. También en una etiqueta de la mentada bebida, en medio de una explosión de figuras variopintas que salen del pico de la botella, afloran “claramente” una mujer desnuda con un ají apuntando directamente a su culo y unos labios sensuales a punto de prenderse de un miembro masculino.
¿Y la botellita de 600 ml? ¡En realidad no tiene “600” sino “666”! (esto no lo pude comprobar, no encontré ninguna botella con la cantidad de líquido en cuestión, pero imagino que será otro delirio de los soldados de Cristo).
Así que ya saben, el camino al Infierno no está pavimentado de buenas intenciones, sino de latitas de gaseosa.

BOB ESPONJA - ¿SOMOS CACAHUATES? ¡NO! SOMOS PERVERTIDOS SEXUALES

Que Bob Esponja es gay lo dijo más de un boludo. No sé a quién se le ocurrió semejante estupidez. Pero hay detalles horrorosos en la saga del porífero amarillo: si  voltean una imagen de Bob y prestan mucha atención, verán que su nariz y sus ojos se asemejan a un pene (bastante lastimoso, eso sí) y dos enormes testículos (las pestañas son, ni más ni menos, vellos púbicos). Si voltean la imagen de Calamardo también se encuentran con unos genitales masculinos; eso sí, el tamaño del pene en cuestión es mucho más interesante.
  
ROCK AND ROLL –  HIGHWAY TO HELL

Es sabido que no hay nada más diabólico que el rock. ¿Quién no escuchó la huevada de que el nombre del grupo Kiss está compuesto por las iniciales de las palabras “Kings in Satan’s Service”? Pasando un tema musical al revés (¿cómo mierda se hace eso?) pueden encontrarse las siguientes perlitas:
-The Beatles, “Revolution 9”: “Excítame, hombre muerto” (se supone que el “hombre muerto” es Jesús, como si fuera el único hombre muerto de la historia).
-Eagles, “Wasted time”: “Tengo un pensamiento de Satanás.”
-Electric Light Orchestra, “Secret Messages”: “Bienvenido, Satanás, bienvenido, bienvenido al show, hagamos un pacto… bienvenido al show.”
-Led Zeppelin, “Stairway to Heaven”: “Él te salvará dándote el 666… Debo vivir para Satanás.”
-Met Loaf, “Hot summer nigth”: “Satanás, busco seguirte.”
-Michael Jackson, “Bead it”: “Creo verdaderamente que Satanás está en mí.”
-Ozzy Osbourne, “You can’t kill rock and roll”: “¡Ey! Satanás exhibicionista. Has despertado su matorral; su bastón está rígido y caliente; para un joven esto es el delirio, a fin de que tu río desborde”.
-Queen, “One Vision”: “Mi dulce Satán, he visto el Sabbath. Tengo miedo. Está dentro de mí.”
-The Rolling Stones, “Tops”: “Te amo, dijo el Diablo… Estaré siempre con el Señor.”
-Rush, “Anthem”: “Oh, Satanás, eres tú quien resplandece, muro de Satanás, muro del Holocausto. Yo sé que eres tú a quien amo.”
-Styx, “Snow blind”: “Satanás, muévete a través de nuestras voces.”
Pero a no preocuparse por este alud de mensajes malignos. En EEUU existe una asociación de viejas mal fornicadas (muchas de ellas esposas de políticos angelicales) que luchan denodadamente contra estos íncubos y súcubos del rock. Y aquí, en nuestro bello país, tenemos legiones de cristianos evangélicos y Testigos de Jehová que nos previenen acerca de los peligros de esta música pecadora.

LOS PITUFOS – UNA MINA ENTRE TANTOS TIPOS ES MALA FARIÑA

Hace años que vengo escuchando pelotudeces acerca de Los Pitufos. Una evangelista que, a no dudarlo, se había fumado a Gargamel, me dijo, convencidísima, que un pobre pibe que dormía con un muñeco de Los Pitufos, fue asesinado por el monigote en cuestión, que se portó, no como un Pitufo, sino como un Chucky cualquiera.
Parece que Los Pitufos también hacen uso de “mensajes subliminales” para iniciar a los inocentes niños en las lides del mal, porque cada uno de ellos representa a un pecado capital:
-Soberbia: Pitufo Fortachón
-Avaricia: Pitufo Egoísta
-Gula: Pitufo Glotón
-Lujuria: Pitufina (desde la malhabida manzana la lujuria nos la achacan siempre a las minas)
-Envidia: Pitufo Filósofo (¿?)
-Ira: Pitufo Gruñón
-Pereza: Pitufo Perezoso
¡Qué pedo loco! ¡Y qué imaginación!


LOS SIMPSON - ¡PEQUEÑO DEMONIO!

El primer mensaje satánico inequívoco que dan los Simpsons es su color, que representa y se relaciona con “la palidez de la muerte” que se menciona en Apocalipsis. Además, es sabido que su comportamiento (con el cual la mayoría de las personas se identifica bastante) dista de ser un modelo de virtud cristiana.
Según los detractores de la familia amarilla, la serie está llena de “mensajes subliminales”. Por ejemplo, en el capítulo donde Homero es entrenador de fútbol americano, los hermanitos Flanders (que son más buenos que Lassie con bozal) aparecen juntitos y, los números de sus camisetas (6 y 66) forman el aborrecido número de la Bestia. También aparece alguna vez en una de las puertas de la casa de los Simpsons el provocativo XXX, directamente relacionado con la pornografía.
La relación Homero-Cerdo Araña, además de promover el bestialismo, es un claro “mensaje subliminal” que promociona las ideas de la Sociedad Secreta “Illuminati”, enemiga acérrima de la religión, cuya maligna intención (según estos fantasiosos locuelos) es “animalizar a los hombres a través de humanización de los animales.” También aparece en cierto capítulo un bicho (no sé, me parece que es un coyote) que se ofrece como “guía espiritual” de Homero. ¡Mensaje oculto, mensaje oculto! Infame promoción de los espíritus demoníacos, que, es bien sabido, suelen tomar la forma de diversos animalejos.

Mc DONALD’S – SEXY BURGUER

Poniendo patas arriba el logo de McDonald’s se obtienen un par de pechos femeninos (algo caídos, eso sí). ¿Cómo puede afectar esto a los pobres niñitos que acuden, inocentemente, a comerse una hamburguesa?
De más está decir que Mc Donald’s utiliza la “publicidad subliminal” a diestra y siniestra, obligándonos a consumir comida chatarra que perjudica nuestros cuerpos, verdaderos templos de Dios.

La lista podría seguir infinitamente… Xuxa, además de ocultar “mensajes satánicos” en sus estúpidas canciones, promociona al Diablo mediante su nombre artístico, que no tiene nada de inocente: es una conjunción del nombre de dos demonios del Brasil, O-Xú y O-Xá. El Hombre Araña introduce en las fértiles mentes infantiles un mensaje de adoración al Maligno, cuando hace “los cuernos” cada vez que expulsa telaraña de sus muñecas. Shakira y Thalia también promocionan con su música las bondades de Lucifer. Ni Barney se salva.
Cansada de tanto mensaje oculto doy por terminado este texto inútil con una cita de Albert Einstein (clarito, clarito, sin necesidad de ningún “mensajito” oculto): “La estupidez humana, al igual que el Universo, es infinita.”

¡Es así, nomás!


lunes, 11 de abril de 2011

EL OFICIO DE SER MAMÁ


EL OFICIO DE SER MAMÁ

“Mirá, yo no te pedí nacer, así que no me jodas.” 
Mi hijo

Dicen que los hijos son un regalo de Dios, cosa con la que nunca estuve de acuerdo porque no conozco a ningún párvulo que haya llegado a este valle de lágrimas envuelto en papel fantasía y con un moño de rafia adornando su linda cabecita. En todo caso, los hijos son un préstamo. A mí me prestaron uno solo, cosa que me sirvió de excusa para malcriarlo de una forma atroz.

LA LLEGADA DEL UNIGÉNITO: MOSCATO, PIZZA Y FAINÁ

Cuando mi pequeño retoño llegó al mundo, el padre estaba ausente (con aviso). Así que en mi parición fui socorrida por mi santa madre, una de mis hermanas y mi mejor amiga.
A las 3 de la mañana del viernes 20 de enero de 1995, empecé con contracciones. Mi hermana mayor, que ya había parido a dos de mis sobrinos y estaba canchera en el asunto, me había dicho cierta vez:
-A veces, cuando hacés fuerza para que el bebé nazca, te hacés encima. Es normal.
Yo, que  soy más pudorosa que una monjita de clausura, pensé que ya era suficiente con que el médico que me asistiera en el parto tuviera acceso a mis partes pudendas como para que también me viera hacerme encima. Así que decidí que ese día no ingeriría ningún alimento y bebería sólo lo indispensable para no deshidratarme.
A las 11 de la mañana y, con unos dolores bastante fuertes, rumbeé para el hospital donde me atendía. Me revisó una médica antipática que me dijo, sin ningún miramiento:
-Ah, no, nena. A vos te falta. Volvé dentro de unas horas.
A las 3 de la tarde, con unos dolores insoportables, me acerqué otra vez al nosocomio. Nuevo rebote.
-Andate a tu casa y volvé en unas horas.
Hasta las 7 de la tarde estuve tirada en mi cama, sin comer ni beber, viendo todo tipo de cuerpos celestes.
-¡Respirá, respirá, respirá!, me decía mi amiga con sus mejores intenciones.
-Rosana, estoy respirando; si no estaría muerta.
A las 7 de la tardé volví al hospital, ya con cara de orto y las bolas por el piso.
-Te falta, te falta. Volvé más tarde.
El hambre, la sed y la furia hicieron su pérfido trabajo.
-Mirá, mamá, no vamos para casa. Vamos a una pizzería porque estoy muerta de hambre. Y si le hago encima al médico, que se joda.
Y ahí fuimos, mi mamá, mi hermana y yo, a una pizzería de cuarta, donde me zampé una completa de jamón y morrones, ante la mirada atónita de los parroquianos que, cada tanto, me escuchaban pegar un grito.
Me internaron a las 12 de la noche y mi hijo nació, oxitocina de por medio porque no tenía dilatación, a las 9 de la mañana del otro día.
Juro que esa fue la noche más larga de mi vida.

EL REGALO DESPRECIADO: QUISIERA SER UN PEZ…

A los dos años, mi hijo tenía una obsesión con los peces. Obsesión que, más tarde, se trasladó a los dinosaurios y, mucho más tarde, a Batman.
Mi amiga, que nunca tuvo una situación económica floreciente, juntó moneda sobre moneda para regalarle al mocoso, con motivo del Día del Niño, un enorme camión con acoplado. Entusiasmada, le entregó el presente, esperando que el pequeñito enloqueciera de placer con el juguete.
Manuel la miró con odio mal disimulado y le espetó groseramente:
-¡Esto es una mierda! ¡Yo quería un pez!
No lo golpeé de pedo. Pero me deshice en disculpas con mi amiga que, a partir de ese momento, siempre le regaló plata para que se compre lo que quiera.
  
UNA COSA LINDA Y BRILLANTE: TU BRILLO TIENDE A HIPNOTIZARNOS…

Mi tío, que es un amor, tuvo la esplendente idea de darle a mi hijo una plomada, de esas que se usan para pescar.
En medio de una siesta erótica, mi hijito golpeó insistentemente la puerta del dormitorio. Manoteé la ropa y me vestí como pude, porque ante todo soy madre y el retoce feliz podía esperar.
-¿Qué pasa Manuel?
-Me tragué una cosa linda y brillante.
-¿¿¿¿Qué????
-Me tragué una cosa que me dio el tío.
Desesperación, corridas, averiguaciones acerca de lo que el chico se había tragado y, por supuesto, médico.
-El nene se tragó una plomada.
-Bueno, no te hagas problema. Lo serio hubiera sido que se atragantara, cosa que no sucedió. Ahora hay que esperar a que la evacue.  Revisá la caquita todos los días (los médicos nunca dicen caca, siempre dicen caquita) y, si en unos días no aparece la plomada, vemos qué hacemos.
Y ahí fui yo, con un guante de ginecólogo, cara de asco y puteando a mi tío por lo bajo, a deshacer cada evacuación de mi precioso hijito, para ver si aparecía la bendita plomada.
La historia tuvo final feliz: la plomada apareció y, después de higienizarla como corresponde, la guardé en el baúl de los recuerdos, para decirles a mis nietos el día de mañana:
-¡Miren lo que se tragó su papá cuando tenía tres años!

DÍAS DE ESCUELA: TE VEO DEAMBULAR CUAL BICHO ENFERMO…

Bien es sabido que el Jardín de Infantes es un relajo. Los chicos se paran, deambulan todo el tiempo por la Sala y juegan. Y una los deja, pobrecitos, porque, para quedarse cuatro horas con el culo apoyado en la silla, ya van a tener tiempo.
Es por eso que Manuel, como tantos otros inocentes, empezó la Escuela Primaria convencido de que era una continuación del Jardín y que el único cambio era el color del guardapolvo.
Durante los primeros días de su estadía en 1º grado mi hijo se dedicó a deambular por el salón, ante la desesperación de la maestra, que no podía lograr que se sentara en el banco que le habían asignado.
-Acá hay que quedarse sentado. ¡No se puede estar toda la mañana dando vueltas y molestando a los compañeros!, lo increpó la docente, cansada de su resistencia a apoyar el culo en la silla.
-¡La escuela primaria apesta! –contestó mi hijo, que se dio por vencido y, con una trompa elefantina, accedió a sentarse.
La Srta. Susana me agarró en la calle.
-¡Mire lo que me dijo su hijo!
-¿Y qué quiere que le diga, pobre pibe, si tiene razón?

PREGUNTAS ENGORROSAS: SALTA, SALTA, SALTA, PEQUEÑA LANGOSTA…

-Ma, ¿qué hacen a la noche en la cama que se escucha tanto ruido?
-Esteeeeeeee… Nada, te parece a vos.
-No, se escucha como si saltaran.
-¡Claro! ¡Es eso, saltamos! Hacemos gimnasia arriba de la cama. Como no tenemos colchonetas…
-Ah, bueno.
Con el paso de los años y, luego de evaluar mi respuesta a su inquietud, el pibe me encaró y me dijo:
-¡Cómo me cagaste con lo de la gimnasia!
-¿Qué gimnasia…? –dije yo, inocentemente. Y en seguida cambié de tema, no vaya a ser que tuviera que andar contestando nuevas preguntas engorrosas.

LA MESITA DE LA TV: ROMPAN TODO

Mi hijo tiene la costumbre de hamacarse en la silla. Más de una vez se fue a la mierda y hubo que correr al médico y hacerle radiografías, para ver si su preciosa cabecita había sufrido algún daño.
A los diez, se hamacaba en la silla, mientras miraba televisión.
-Manuel, no te hamaques en la silla que te vas a caer.
-No pasa nada.
-Te vas a caer.
Y se cayó, nomás. Pero para adelante, partiendo en dos la mesita del televisor, que era de muy mala calidad.
Rápida de reflejos, atajé el electrodoméstico en el aire, mientras gritaba como una condenada para que llamara a alguien que me ayudara a sostenerlo. Nos salvó mi tío (el mismo de la plomada)  que me ayudó con el aparatejo y me prestó una mesita para apoyarlo.
Al padre le dijimos que la mesa se había roto sola. Para que sienta remordimientos por haber comprado un mueble tan berreta.

LA CORTINITA PRIMOROSA: DAME FUEGO, DAME, DAME FUEGO…

Sobre la pileta donde lavo los platos tengo una ventanita que lucía una cortinita primorosa, con una guarda de casitas de cuento. Manuel tuvo la feliz idea de tirar en la pileta un cilindro de cartón, rociarlo con medio litro de alcohol y tirarle encima un fósforo encendido. Brotó una llamarada infernal que alcanzó la cortina. Como pude, apagué el incipiente incendio.
Mi marido (cuyo lema es “lo atamos con alambre”: tengo un palo trabando la puerta del horno y un escarbadientes incrustado al costado del botón de encendido de la TV, para que no se apague sola) la hizo fácil: cortó la parte quemada de la cortina y así quedó, sin guarda de casitas y corta como una pollerita de Mary Quant.

¡Y LLEGÓ LA ADOLESCENCIA!: FIESTA, QUÉ FANTÁSTICA, FANTÁTICA ESTA FIESTA

-Ma, ¿qué se hace en un cumpleaños de quince?
-Se comen cosas ricas. (A esta altura, yo ya me olvidé del baile y de los apretujones en el lugar más oscuro del salón).
-¿Te das cuenta de que sos una gorda estúpida? ¡Todo el tiempo pensando en comer!
-¡Manuel! ¿Cómo le vas a decir gorda a tu mamá? (Lo de estúpida lo pasé por alto, se ve que el gorda me dolió más).
-¿Qué querés que te diga? ¡Si tenés unos rollos!
-¡Pobre de vos! Además, quiero ver como llega el señorito a los cuarenta.
-Dejá, mamá, no me contestes. Mejor le pregunto a papá.

Mi hijo me contesta, me desobedece, me psicoanaliza (“Tu problema, mamá, es que te creés que la vida es una película”). Tiró al gato en el lavarropas y yo, al no poder deshacerme del pibe, me tuve que deshacer del mentado felino. Me rompió un montón de cachirimbolos de esos que se usan para desadornar la casa. Dice que cuando era chica yo debía ser muy fea, porque de grande soy horrible. Llega de la escuela con una cara de culo tremenda y no se le puede dirigir la palabra por lo menos durante dos horas. Pero lo amo. Mucho. Y le banco cualquier cosa. Después de todo, él no me pidió nacer.

Pobrecito.

viernes, 8 de abril de 2011

CHARLIE, VOLVÉ QUE TE PERDONAMOS


 CHARLIE, VOLVÉ QUE TE PERDONAMOS

“Tengo una constitución distinta, un cerebro distinto, un corazón distinto. Tengo sangre de tigre. Morirse es cosas de idiotas, morirse es para principiantes.” 
Charlie Sheen

A las mujeres nos gustan los atorrantes. Mejor dicho, a algunas mujeres. Entre las que me incluyo, por supuesto. Hay una tara femenina profusamente extendida en el Universo que nos hace creer que, una vez bajo nuestros influjos, cualquier mujeriego borracho y pendenciero va a convertirse en un príncipe de Disney. Mentira. El que nace para kanikama nunca llega a langostino. Pero las damas seguimos insistiendo y nos enredamos con especímenes masculinos de lo más nocivos porque, sí, tienen su encanto.
Aunque la feminista que vive dentro de mí se escandalice y vocifere, debo reconocer que si hay un personaje que me resulta irresistible en la infinita constelación de sitcoms a las que soy adicta, ese personaje es Charlie Harper. Que es Charlie Sheen. Que es Charlie Harper. Porque los dos Charlies, el real y el ficticio, son indivisibles e inseparables.
“Two and a Half Men” es una comedia encantadora, que versa sobre la vida de dos hermanos y el pequeño (no tan pequeño en las últimas temporadas) hijo de uno de ellos. Charlie es un soltero adicto al alcohol y a las mujeres que se ve obligado a dar asilo en su casa a su hermano Alan, un perdedor recién divorciado al que no le da el cuero para la vivienda propia y, eventualmente, a su vástago, el simpático Jake. A partir de esta premisa se disparan situaciones descabelladas y risueñas, que son un buen tónico para mis bajones cotidianos. Ya se sabe que mi tratamiento psiquiátrico incluye un par de pastillas y cinco o seis horas de TV por día.
El Universo Harper se mantuvo en un precario equilibrio durante siete años, a pesar del carácter inestable de Sheen, de sus constantes entradas en rehabilitación, debido a sus problemas con el alcohol y las drogas, y de algunos entuertos domésticos que lo pusieron en la primera plana de todas las publicaciones amarillistas del mundo: en la Navidad pasada fue detenido por violencia doméstica tras un supuesto intento de ataque a su esposa en una estación de esquí, y, poco después, se publicaron unas picantes fotografías donde el actor departía alegremente con varias actrices porno. 
El 28 de enero de 2011, Charlie Sheen volvió a entrar en rehabilitación, por lo que la producción de "Two and a Half Men" debió ser suspendida. Poco después, se divorció de su esposa y madre de sus gemelos, Brooke Mueller, y se dio el lujo de insultar al productor de la serie, Chuck Lorre, en una entrevista radial, llamándolo “tóxico", "pusilánime" e “idiota”. Este incidente fue la gota que rebalsó el vaso: cansados de sus idas y venidas, los estudios Warner decidieron dejar a Charlie fuera de "Two and a Half Men". 
Los compañeros de elenco de Sheen tomaron distintas actitudes frente al despido del actor. Mientras John Cyer (Alan Harper) mantuvo un discreto silencio por el cual Sheen lo acusó de “traidor y vendido”, la actriz Holland Taylor (Evelyn Harper, mamá de Charlie en la ficción), se mostró consternada por el asunto: “Charlie era cordial y educado con todos sus compañeros”, declaró a la prensa.
CBS, cadena que depende de la Warner y a la que pertenece "Two and a Half Men", se lanzó urgentemente a buscar un reemplazante para interpretar el papel de Charlie Harper. Para tal menester, sonaron los nombres de Matt Dillon, John Stamos y Rob Lowe, compañero de juerga de Charlie en los dorados ’80 (y flor de bombón, además). Pero los fanáticos de la serie (una de las más vistas en el mundo) no queremos saber nada con el reemplazo de nuestro ídolo, a todas vistas ilógico. ¿Quié hubiera osado reemplazar a Ross o a Rachel de “Friends”? ¿O a Brenda y Brandon, los mellizos de “Beverly Hills 90210”? Cierto es que, cuando se hartó de los caprichos y desplantes de Shannen Doherty, el productor Aaron Spelling la mandó a estudiar teatro a Londres al final de la 4º temporada de la serie, pero a nadie se le ocurrió reemplazarla. Debido a las características de "90210" fue fácil introducir nuevos personajes de peso en la historia. Cosa imposible en "Two and a Half Men".
Los últimos rumores sobre este espinoso asunto sostienen que la CBS pretende recontratar a Charlie Sheen sea como sea. Un buena noticia para todos aquellos que sostenemos que Charlie Sheen es Charlie Harper y que cualquier sustituto sería un insulto a nuestros siete años de fidelidad ininterrumpida a la serie y al controvertido actor. Que no será el más lindo, pero es el que mejor lo hace.

Por lo menos eso es lo que sostienen, sin ponerse coloradas, Bree Olson y Natalie Kenly, las jóvenes actrices porno con las cuales nuestro héroe se fue de vacaciones a las Bahamas.