jueves, 20 de noviembre de 2014

75 VERDADES SOBRE ELLOS – III


75 VERDADES SOBRE ELLOS – III

“¿Qué impide decir la verdad con humor?” 
Quinto Horacio Flaco

Caras lectoras, después de haber encarado junto a ustedes, a la revista Cosmopolitan  y a sus doctos especialistas 50 verdades sobre ellos  con moderado éxito, estoy en condiciones de culminar esta empresa en la que me embarqué tan alegremente y transitar las 25 verdades restantes, siempre en pos de favorecer a la comunidad femenina y de echar luz sobre las zonas oscuras de los hombres que supimos conseguir.
Vayan anotando.

75 VERDADES SOBRE ELLOS – III

Sin más preámbulos (la verdad y hablando de verdades,  ya no sé qué decir) paso a enumerar las últimas 25 verdades así termino de una vez por todas.

51) ¿Por qué un hombre no se da cuenta de que su amiga está enganchadísima con él? La Cosmo, sabiamente, nos informa que el susodicho sí sabe que la amiga muere por su persona, pero que se hace el burro porque la admiración de la damita en cuestión es un mimo enorme para su autoestima. Lo mejor, en estos casos, es no ser tan obvia. Una mujer ahogándose en baba por un amigo esquivo da pena.

52) ¿Por qué mi novio no se veía contento cuando le regalé una remera? Porque sos una estúpida, nena.  Tenés un ejército de especialistas Cosmo para despejar tus dudas sobre ellos y lo desperdiciás preguntando boludeces. La Cosmopolitan asegura que una encuesta reciente demostró que  los hombres se sienten en deuda (y no agradecidos)  cuando reciben un obsequio y es por eso que el novio de la chica Cosmo le puso cara de culo a la remera.  Yo disiento con estas apreciaciones, un poco por mi espíritu de contradicción y otro poco porque desconfío de las encuestas.  Si la damita en cuestión le hubiera regalado a su media naranja una Xbox 360, una PlayStation 4 o una Wii,  el muchacho tendría una sonrisa de oreja a oreja y estaría más agradecido que perro adoptado. Ya se sabe que los hombres no maduran más.

53)  ¿Debo preocuparme porque a veces se ve con su ex?  “No, siempre que te incluya en el encuentro”, dice la Cosmo. Aquí también me permito disentir con la revista y con los eruditos abocados a esclarecer las dudas femeninas: la única razón viable para que un hombre se vea con su ex es tener hijos en común. Si no hay hijos, lo más sano es que cada uno siga su ruta y si te he visto no me acuerdo. ¿Para qué querría alguien verse con un/a ex? No me vengan con el bolazo de la amistad porque no me van a convencer.

54) ¿Por qué él se paraliza cuando quiero que tengamos una conversación seria? Fácil: porque los hombres huyen de las conversaciones y huyen de las cosas serias. Y, según la Cosmo, porque a ellos los aterran los escándalos y temen que la conversación tome el rumbo de los tomates y termine en pandemónium. La verdad, es lindo esto de saber que a los hombres los intimidan los escándalos.  Para ser muy escandalosa cuando se lo merezcan.

55) ¿Es mala señal que sus amigos me caigan pésimo? La Cosmo dice que sí, porque si odiamos a los amigos de nuestro tórtolo vamos a tener un foco de conflicto de por vida. Yo digo que no, porque odiar a los esbirros del masculino que supimos conseguir es la cosa más natural del mundo y todas las mujeres odiamos a esos sátrapas que se interponen entre nuestra media naranja y nos.

56) ¿Por qué cuando está nervioso o tiene un problema, se aísla? Parece que, cuando un varón se estresa, la actividad en el área del cerebro que lo ayuda a relacionarse con otros disminuye. Por esta razón científica es que, cuando ellos tienen un quilombo en el trabajo o alguna preocupación extra, no quieren relacionarse con nosotras. No es personal, son cosas del intrincado cerebro masculino que sí, existe.

57) ¿Cómo debo reaccionar si él se angustia? Para serles del todo sincera, mis queridas, a mí los hombres que se angustian mucha gracia no me hacen. Para angustiada estoy yo, que voy por la vida poniendo los ojos en blanco y retorciendo pañuelos.  Pero si ustedes son capaces de tolerar a un hombre que se angustia sigan los consejos de la Cosmo: para un ataque de congoja nada mejor que un abrazo. El contacto físico hará que el martirizado en cuestión se sienta mucho mejor.

58) ¿Mi chico va a avisarme cuando quiera que deje mi ropa en su casa? Si estás esperando que tu chico te diga, entre serpentinas y papel picado: “¿Cuándo te mudás conmigo?”, olvídalo. Él jamás te lo dirá. La única manera de instalarse en la casa de un hombre es hacerlo sutilmente: hoy dejo un cepillo de dientes, mañana una bombacha… Y cuando el tipo se quiere acordar ya lo tapamos con nuestras porquerías.  Los especialistas dicen que no es necesario que el pibe te diga nada, pero que si te quedás a dormir más de dos veces por semana en su casa, dejar unas pilchas  allí se cae de maduro. Resuelto este punto, paso a instalar entre mis lectoras un interrogante que me atormenta: “¿De qué, o mejor dicho de quién, viven los hoteles alojamiento?”. Porque las chicas duermen en las casas de los chicos. Los novios, en las de las novias. Las señoras (solas), en las de los señores (solos). Y yo no he visto que ningún telo se fundiera por falta de clientes. La única respuesta posible es que estos garitos viven de la trampa y de los tramposos. De los infieles, bah. Que deben ser muchos más de lo que dicen las encuestas de la Cosmo y muchísimos más de lo que una se imagina.

59) ¿Cómo hago para encarar a un desconocido? “Decile: ‘Hola, soy Fulana’, y elogiá algo de su look”, aconseja la Cosmopolitan, que no tiene vergüenza.  Como yo jamás encararía a un desconocido, por una cuestión de sobriedad y educación, y sólo me limitaría a desparramar una pila de libros o de papeles en las narices del susodicho para que me ayude a recogerlos, no puedo poner en tela de juicio lo que dice la Cosmo.

60) ¿Por qué, cada vez que salimos, mi novio me pide que elija a dónde ir? Les juro por Dior (por Gucci y por Chanel) que yo no entiendo a la chica Cosmo. Debería dar gracias a los dioses por poder elegir a dónde quiere ir cada vez que la sacan a variar. Aunque ella, inmersa en su mundo de coqueta ignorancia no lo sepa, se está ahorrando ver en el cine “Duro de matar 525” o “Rápido y furioso 702”.  En su pequeña vida habrá muchas menos explosiones, muchas menos persecuciones automovilísticas y casi ningún Big Mac. Los especialistas, que tienen respuesta para todo, aseguran que el hombre que no elige el lugar donde ir con su pareja, teme cometer un error. Y hace muy bien en temer. Muy bien.

61) ¿Por qué ellos necesitan dormir con el aire acondicionado el mango? Parece que, si bien los varones y las mujeres tenemos la misma temperatura corporal, la de nuestra piel es ligeramente menor.  Una respuesta que no aporta demasiado a la vida de la pareja, salvo que se trate de una yunta tan vacua que sus grandes despelotes pasen por la temperatura ambiente.

62) ¿Para qué me llama por teléfono, si no tiene nada nuevo para contarme? La Cosmo dice que lo hace porque él cree que es lo que vos querés, pero yo opino de manera mucho más dura: lo hace para controlarte.  Para saber dónde y con quién estás. Y haciendo qué. Para eso están los teléfonos celulares de última generación, ¿no? Y las redes sociales. Para espiarnos. La verdad, yo detesto hablar por teléfono. Mucho más, por teléfono celular. Muchísimo más recibir llamadas apremiantes mientras estoy almorzando con una amiga o depilándome la entrepierna.  Trato de que no me controlen, porque no me gusta, y trato de no controlar, porque tampoco me gusta. Jamás le pegaría al vehículo de mi consorte una de esas  calcomanías inmundas donde aparecen mamá, papá, el nene y el perro y tienen como único y malvado fin dejar bien clarito que el señor sentado detrás del volante está comprometido. A mí que no me llamen.

63) Él se bajonea cuando su equipo pierde. ¿Qué puedo decirle para animarlo? Hay muchas y muy variadas cosas para decirle a un señor desanimado porque es de River. Lo de la B indeleble es una guachada.

64) ¿Es importante para mi novio que me lleve bien con su mamá? La Cosmopolitan dice que sí, que es importante, que nuestro hombre no espera que seamos carne y uña con esa vieja de miércoles pero que, por lo menos, nos tratemos con cordialidad y respeto.  

65) ¿Qué hago para que él sepa que quiero un segundo round sexual? “Acariciá la parte superior de su muslo interno: esa zona está llena de terminaciones nerviosas que conectan con sus genitales”, dice la Cosmo. Sería bueno que, alguna vez, alguna revista le aconsejara a las mujeres verbalizar sus necesidades. Hablar no puede ser tan difícil.

66) ¿Por qué algunos tipos dicen cosas muy desubicadas cuando tratan de seducirnos? Toda la vida creí que lo hacían porque eran unos imbéciles, pero parece que hay una razón mucho más compleja para que ese señor que trata de conquistarnos diga una burrada tras otra: si rechazamos al desubicado, él asumirá que no lo rechazamos a él sino a una frase poco feliz.  Y su autoestima saldrá ilesa del fracasado lance amoroso.

67) ¿Qué buscan ellos cuando revisan mi perfil de Facebook? Toooooooooodooooooooo. Buscan información (salvo los que me lo revisan a mí, hijo y marido, que buscan fotos de Jared Padalecki en sunga para reírseme en la cara).

68) ¿Por qué a él le cuesta tanto darse cuenta de que estoy ofendida o enojada por algo? Ante este interrogante yo me inclinaría a responder: “Se da cuenta, nena. Se hace el boludo para pasarla bien.” Pero no. Parece que también hay una explicación científica para este comportamiento deleznable: “En los varones, el área del cerebro que ayuda a reconocer un problema (el corpus callosum) no es tan activa.” Ah.

69) ¿Cuál es la mejor forma de pedirle que haga alguna tarea de la casa? Qué ingenuos son los especialistas algunas veces. Piensan que con un piropo doméstico del tipo “¡Qué sexy te queda la escoba!” una va a conseguir que un hombre se ponga a barrer. Los hombres detestan hacer cualquier tarea del hogar y están convencidísimos de que es nuestra responsabilidad conseguir que el cuchitril donde hacemos nido sea un lugar más o menos habitable.

70) No quiso acompañarme a un recital porque tenía sueño, pero me mandó SMS toda la noche.  ¿Cómo se entiende? ¡Nena, apagá el teléfono de una puta vez! Para él, mandar mensajitos invasores es una forma de marcar territorio. Si fuera un perro te haría pis encima, pero como es un varón te atormenta con el teléfono y, de ese modo, se hace visible aún donde no es visible y deja claro que vos sos de su propiedad.

71)  ¿Por qué prefiere mandarme un SMS en vez de llamarme? “Porque le resulta más fácil escribir que hablar.” Creo que por fin encontré mi costado masculino.

72) ¿Qué es lo que les fascina tanto del porno? La Cosmo nos aclara (por enésima vez) que a la hora del erotismo ellos responden mejor a los estímulos visuales. Además, si hay una teta de por medio, los hombres hacen caso omiso a cualquier argumento, así que no se aburren como nosotras, que esperamos que en medio de una orgía aparezca Hamlet con el “To be, or not to be”.

73) ¿Por qué tienen un comportamiento infantil cuando se enferman? Según una encuesta lo hacen para generar más simpatía, así que estaría muy bien que alguien les avisara que les está saliendo el tiro por la culata y que para enfermos demandantes, caprichosos e insoportables ya tenemos a nuestros hijos.

74) ¿Qué puedo hacer para que baje los decibeles cuando discutimos? “Apoyá tu mano en la zona alta de su hombro”, aconseja la Cosmopolitan y nos asegura que este contacto los calmará inmediatamente. Cosa ‘e Mandinga.

75) ¿Qué es lo que quieren escuchar después de hacerlo? “¡Guau!”, dice la Cosmo.Puede ser, puede ser. Pero un ¡Guau! no es para cualquiera. Es para el señor que se esmeró y trabajó a conciencia. Tampoco vamos a ir por la vida regalando nota.

Dilucidadas ya las 75 verdades sobre ellos prometidas por la Cosmopolitan, doy por terminado el tema esperando que estas exactitudes aquí expuestas las ayuden a lidiar con el macho que les arrastra el ala. Déjenme decirles que, para mi gusto, estas 75 verdades contienen demasiadas justificaciones científicas para el comportamiento  ignominioso  de algunos varones, por lo que deduzco que los especialistas que intentaron evacuar nuestras inquietudes son hombres. De otro modo, no se explica tanta corteza cerebral, tanto hipotálamo y tanto corpus callosum.
Para despedirme, caras mías, les dejo unas palabras de Georg Christoph Lichtenberg, científico alemán que a finales del siglo XVII  se codeó con la crème de la crème: Resulta imposible atravesar una muchedumbre con la llama de la verdad sin quemarle a alguien la barba.”

Espero no haber chamuscado a nadie. 

sábado, 15 de noviembre de 2014

75 VERDADES SOBRE ELLOS - II


75 VERDADES SOBRE ELLOS - II

“El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.” 
Manuel Vicent

Queridas mías, luego de unos días de merecido descanso y, teniendo en cuenta de que lo mío es un sacerdocio, retomo las “75 verdades sobre ellos (en 20 palabras o menos)” que la Cosmopolitan nos arrima poniendo de manifiesto, una vez más, su sapiencia y su espíritu de servicio. Aquí les acerco 25 verdades más que las ayudarán a comprender, conocer y dominar a la grey masculina. Anoten, anoten.

75 VERDADES SOBRE ELLOS – II

Ya saben, damas y damitas, que las respuestas que la Cosmopolitan y sus especialistas  elaboran para esas preguntas que atormentan nuestra femineidad se caracterizan por ser breves y que ni la brevedad ni el poder de síntesis son virtudes que me ornamentan.  Así que,  como sabrán, la premisa  “en 20 palabras o menos” es ignorada olímpicamente en esta recreación del revelador artículo de la Cosmo.

26) El hombre que engaña una vez, ¿suele reincidir? Tremenda pregunta que aflige a todas aquellas féminas que fueron vilmente corneadas y, por A o por B, perdonaron al impío corneador. Lamento informarles, chicas, que la Cosmopolitan (que de esto sabe un montón) dice que sí, que los infieles son reincidentes, por lo menos en la mayoría de los casos. De todos modos y, para no ser tan cruenta, nuestra revista favorita indica que se puede confiar en el infiel si nos da una buena explicación y se muestra arrepentido. Arrepentido puede mostrarse hasta un perro (observen como ocultan la cola entre las patas cuando se mandaron una macana, aún antes de que nosotras pongamos el grito en el cielo). Pero no imagino cuál puede ser una buena explicación para una infidelidad.  Ya saben que yo soy partidaria de negar, negar y negar, y no dar jamás ningún tipo de explicación.

27) ¿Los varones suelen histeriquear? Los especialistas nos dicen que no, que generalmente los hombres no histeriquean y que si se muestran apáticos frente nuestra persona no es ni para hacerse los lindos, ni los difíciles, ni los fascinantes. Es porque los calentamos menos que un pingüino de la cama de Arjona. Así que no nos hagamos ilusiones vanas: no es histeriqueo, es desinterés.

28) Después de la primera noche, ¿qué le cuenta él a sus amigos? “Si se trata de un touch and go, todos los detalles”, nos asegura la Cosmopolitan. Cosa que a mí me deja algo perpleja, ya que la semana pasada tuve trato con otros especialistas que me aseguraron que el hombre no cuenta nada y que si llega a contar algo, es mentira. Así que no sé. Ustedes son grandecitas y pueden decidir a qué peritos creerles.

29) ¿Y de la chica con la que sale desde hace meses? Parece que el hombre cuenta poco acerca de sus parejas porque no quiere que los otros hombres piensen que está enamorado y es un reverendo maricón. Apenas suelta unas palabras acerca de su partenaire. De refilón, como quien no quiere la cosa.

30) ¿Por qué detestan tanto que haya almohadones sobre la cama? Yo, que tengo una vasta experiencia en lo que a hombres se refiere porque vengo leyendo revistas femeninas desde hace mil años, no tenía ni idea de que los hombres odian los almohadones sobre la cama.  Pero parece que sí. Parece que no saber qué hacer con los cojines en el momento del sexo los perturba. Mirá vos.

31) ¿Por qué ellos hablan menos que las mujeres? Porque nosotras hablamos demasiado, obvio. Nos vamos de boca mal. Pero esta verborragia, mis queridas, no es casual. Según los especialistas  la capa exterior del cerebro que es la que usa y reconoce el lenguaje es más delgada en los varones.

32) ¿Por qué no me defiende cuando uno de sus amigos me contesta mal? Porque es un pelotudo, nena, y todavía no cortó el cordón inmundo que lo ata de manera antinatural a otros pelotudos como él. La Cosmo dice, además, que los hombres prefieren discutir con nosotras en privado a discutir con sus amigos en público.  Ya se sabe que para ellos los amigos son intocables. Un asco.

33) ¿Debo preocuparme si él no me abraza en público? Los especialistas sostienen que la incapacidad masculina para demostrarnos afecto en público es normal. Que ellos son así, fríos como pescados. Y que no debemos alarmarnos por esta falta de arrumacos, salvo que se los hayamos pedido expresamente. En ese casó, él está ignorando nuestros deseos y eso es mala fariña.

34) ¿Qué piensa la primera vez que me ve desnuda? “Nada: la lujuria domina su mente”, sostiene la Cosmopolitan. Lo que no deja de ser un alivio para muchas damas mortificadas. Él no piensa ni que estamos gordas, ni que tenemos celulitis, ni que estamos blancas como teta de monja, ni que nos olvidamos de depilarnos como la del bikini a lunares amarillo, diminuto, justo, justo.  En lo único que piensa es en consumar el acto carnal. ¿No es divina la lujuria?

35) ¿Por qué algunos tipos piden el teléfono si al final no llaman? “Sólo quieren inflar su ego con un levante”, nos escupen en plena cara los especialistas. Triste.

36) ¿Por qué finge que no le pasa nada cuando es notorio que está de mal humor? Parece, señoras, que entre las limitaciones masculinas (que son muchas y muy variadas),  se encuentra la incapacidad para verbalizar lo que siente. El tipo está de mal humor pero no sabe explicarnos por qué.  Casi como un bebé, pero sin la posibilidad de berrear. Pobre.

37) Mi novio es copado con todos, menos con mi grupo de amigos. ¿Por qué? La respuesta es tan sencilla que no amerita que la chica Cosmo gaste una de las 75 preguntas en semejante boludez. Porque no se los banca, nena. Porque es un clásico de clásico que uno deteste a los amigos de su media naranja y viceversa.  Gracias a Dios, después de mucho ensayo y error,  vuestra servidora recaló en los brazos de un señor que tiene menos amigos que la madrastra de Blancanieves. Porque los amigos de nuestros tórtolos siempre son insoportables.

38)  ¿Por qué los hombres suelen olvidarse de los aniversarios? Según la Cosmo, ellos consideran que nosotras sobrevaluamos las conmemoraciones y por eso deciden no prestarles atención. Noten, por favor, que, para despejar esta duda puntual, los especialistas utilizan la palabra deciden. De esta afirmación se desprende que los señores no se olvidan sin querer de determinadas fechas: eligen olvidarse. Ladino modo de ahorrarse efusividades, paseos  y regalos y de hacernos saber de forma poco sutil que nuestras lágrimas y caras de traste los tienen muy sin cuidado.

39) ¿Es verdad que los varones piensan en otras mujeres cuando tienen sexo? Ante esta duda existencial femenina la Cosmopolitan dispara: “Sí. Suelen fantasear con famosas y hasta con una ex.” Sabida esta verdad cruenta tenemos dos caminos: ofendernos y retirarle nuestros favores al señor con el que compartimos colchón o reconocer que es justo, dado que cuando tenemos sexo nosotras pensamos en Ewan McGregor, en Mark Wahlberg, en Johnny Depp y hasta en Tim Burton.

40) ¿Por qué casi nunca me dice que me quiere? Después de leer tantas y tantas pavadas y de haber convivido con uno o dos sátrapas, una sabe que los hombres no son dados a la cháchara.  Ahora, gracias a la Cosmo, a ese saber  empírico se le suma una explicación científica que justifica el insistente silencio de señores y señoritos: la capa exterior del cerebro que es la que usa y reconoce el lenguaje es más delgada en los varones. Esta particularidad física sumada a lo poco propensos que son los varones a hablar de sus sentimientos, hace que decir “Te quiero” sea para ellos algo tan doloroso como un parto (ni hablar de un “Te amo”).  Los especialistas agregan, además, que los hombres son más físicos que verbales y que tienden a demostrar su afecto a través de gestos y no de palabras.

41) ¿Hay una razón por la que a ellos les resulta tan fácil el sexo casual? Para esto también hay una explicación científica: cuando hacemos el amor las mujeres segregamos oxitocina, una hormona que fomenta el apego amoroso, cosa que no le sucede a los varones. Por eso ellos pueden acostarse con cualquier mujer sin involucrarse sentimentalmente y nosotras terminamos llorando por cualquier boludo.

42) Me dijo que necesita “un poco más de aire”, ¿cómo lo interpreto? Hay que ser muy gila para desconocer la respuesta a este desesperado interrogante. Necesitar aire, espacio, tiempo, etc., son eufemismos que los señores utilizan para decirnos que no quieren volver a vernos ni en pintura. La Cosmo los llama cobardes; yo opto por un apelativo bastante más gráfico: cagones.

43) ¿Por qué miran las lolas de las chicas de una forma tan alevosa? Porque son unos babosos. Porque no hay teta que les alcance ni culo que los rebase.  Porque prefieren ser poco discretos y tener un quilombo con nosotras a actuar sutilmente y perderse un buen par de gomas.

44) Hace meses que salimos, pero no me presentó a sus amigos. ¿Es normal? “Lo es, cuando no está enganchado”, contesta la Cosmo y aclara que, de estar enamorado, el hombre se apura a presentarle a sus amigos a la chica que le quita el sueño, para saber qué piensan sus esbirros de la susodicha.

45) ¿Por qué los hombres no aprecian un conjunto de lencería carísimo? Porque los hombres no distinguen un calzón de Victoria's Secret de una bombacha de goma.  Hace años que pregono a los cuatro vientos que no hay plata más tirada que la gastada en lencería erótica.  Los hombres no quieren bombachas primorosas, quieren culos, ¿capisci?

46) Un amigo acaba de mudarse con su novia, pero dice que no quiere casarse con ella. ¿No es raro? No contenta con preguntar acerca de su hombre, la chica Cosmo se atreve a preguntar acerca de los hombres de las otras. Parece que, según la sapiente publicación, el novio en cuestión puede haber sido presionado por su media naranja para buscar departamento o puede desear compartir los gatos que genera el romance sin terminar de comprometerse del todo. O, en el mejor de los casos, está hasta las manos con la amiga preguntona y se fue a vivir con la otra de masoquista que es. A mí, esta respuesta no me convence. Yo creo que hoy en día todo el mundo quiere convivir y nadie se quiere casar. Y que el casamiento es algo totalmente innecesario. Citando otra vez al filósofo Joaquín Sabina: “Y si en verdad me amas no habrá casorio, ¿para qué? Con dos en una cama sobran testigos, cura y juez.”

47) ¿Cómo saber si un tipo quedó afectado por una ruptura nefasta? Según los especialistas de la Cosmopolitan, si un hombre puede hablar de su relación anterior sin ponerse melodramático es porque ya la superó y está pronto a enamorarse nuevamente.  Si un señor lloriquea cuando habla de su ex, insiste en comparar nuestro desempeño sexual y nuestro arte culinario con los de ella, la putea todo el tiempo o la nombra cuando está dormido, es porque todavía no la olvidó.  Puede darse el caso, también, en el que el hombre olvida  a la mujer en cuestión pero de todos modos queda dañado para futuras relaciones. Ya se sabe que el que se quema con leche cuando ve una vaca llora.  

48) ¿Por qué él hace chistes cuando trato de hablarle seriamente?  Hacerse los boludos es el mecanismo de defensa más utilizado por la grey masculina. Contar chistes pavotes mientras una intenta hablar de las grandes cosas de la vida  es una conducta nefasta que los hombres repiten constantemente.  La Cosmo dice que, mientras hacen bromas, ellos piensan qué contestarnos.  Pero no. Recuerden que, según estos mismos especialistas, el cerebro masculino le impide concentrarse en más de un objetivo a la vez. Así que no me jodan.

49) Cuando un hombre nos pregunta con cuántos tipos me acosté, ¿realmente quiere saber la verdad? Mamita, poco importa si el preguntón quiere saber o no la verdad. Lo importante es meter violín en bolsa y no largar un nombre ni bajo tortura. La lista de nuestros amantes es absolutamente privada. Lo mejor es hacerle creer al señor que nos festeja que somos casi vírgenes (no digo vírgenes del todo porque después de dos hijos hasta el masculino más simplón tendría sus sospechas). La Cosmo también aconseja callar. En boca cerrada no entran moscas.

50) ¿Por qué mi novio supone que yo no voy a enojarme cuando se burla de mis amigas? Porque él se burla de sus amigos cariñosamente (los hombres se relacionan entre ellos de maneras extrañas) y cree que es natural burlarse también de tus secuaces.

Casi sin quererlo, amables lectoras, hemos llegado a dilucidar 50 verdades atenientes al mundo masculino. Cada vez estamos más cerca de entender a ese ente ilegible que comparte nuestros días y nuestras noches.  Dejo para mañana (o pasado), la tarea de desenmarañar las 25 verdades restantes.
Mientras tanto, mis queridas, disfruten de Antonio Machado: “¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad.”

Bye!

domingo, 9 de noviembre de 2014

75 VERDADES SOBRE ELLOS - I



75 VERDADES SOBRE ELLOS - I

“En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.”
George Orwell

Es de público conocimiento, mis queridas lectoras, que hombres y mujeres piensan y actúan de maneras absolutamente diferentes.  Ese es el motivo por el cual, las más de las veces, nuestros esposos, novios, amantes y concubinos nos sean tan indescifrables como los teoremas de incompletitud de Gödel enunciados en arameo. Para que dejemos de jugar a las adivinanzas con nuestros hombres, la revista Cosmopolitan, siempre atenta a las necesidades de la comunidad femenina, ha consultado a los especialistas de siempre y nos ofrece una nota de lo más educativa intitulada “75 verdades sobre ellos (en 20 palabras o menos)”. Veamos, entonces,  qué es lo que  nos dice la Cosmo acerca de la naturaleza masculina cuando formula respuestas concisas a 75 preguntas que todas las mujeres de bien  nos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas.

75 VERDADES SOBRE ELLOS - I

Antes de desgranar estas 75 verdades capaces de cambiar para bien nuestras desmadejadas relaciones amorosas, debo aclararles, damas y damitas, que el asunto de las “20 palabras o menos” no corre en este opúsculo. Sucede que vuestra servidora es sumamente verborrágica y en 20 palabras no es capaz ni de pedir 1 kilo de pan.  Hecha la aclaración pertinente, adelante con las verdades.

1) ¿Él se da cuenta si aumenté 5 o 10 kilos? Ante esta pregunta que pretende dilucidar si el masculino que supimos conseguir nota que nuestras dimensiones han sufrido un incremento casi siempre indeseado, la Cosmopolitan responde que los muchachos no notan 5 kilitos de más pero 10, sí.  La respuesta de la revista está muy bien, sobre todo considerando la premisa de las 20 palabras, pero déjenme ampliarla, dada mi vasta experiencia en el tema. Los hombres casi nunca notan que engordamos, y, si lo notan, no les importa. No acusarán recibo de la debacle de nuestra balanza, salvo para pellizcarnos el culo mucho más asiduamente que antes (aclaro, por si es necesario, que estoy hablando de hombres, no de borregos que se depilan el pechito).

2) ¿Por qué a mi novio no le importa que yo muera de amor por Nico Cabré? Nuestra revista favorita, ante esta pregunta más bien pavota, habla de la racionalidad masculina y de que las preguntonas tienen poquísimas chances de enganchar al mentado Nicolás. Además, agrego yo, saben que de engancharlo, a los seis meses, más o menos, el roñoso en cuestión las apartará de su vida con una violenta patada en las posaderas. Ya sabemos que a Nicolás no le dura una mina. Coincido con la revista en lo que a la racionalidad masculina se refiere. Pero disiento absolutamente con el gusto en cuestión de hombres de la chica Cosmo promedio. Puestas a elegir al hombre más sexy del momento, estas caídas del catre se inclinaron por Ludovico Di Santo, que ni siquiera sé quién corno es (perdonen la ignorancia)  y relegaron a Ashton Kutchner a un ignominioso segundo lugar. Feo.

3) ¿Cuál es su peor pesadilla erótica?  Este cuestionamiento carnal es respondido por los especialistas consultados por la Cosmo de forma concreta y expeditiva: “Que finjas el orgasmo”.  La verdad, señoras y señores, esta réplica me parece de lo más errada. Considerando la naturaleza egoísta del hombre yo no creo que su peor pesadilla erótica sea que su partenaire finja un orgasmo. Me inclino a pensar que es, lisa y llanamente, que no se le pare. Porque el tipo se puede hacer el burro si su chica finge ramalazos de placer. Pero un pene alicaído no se puede disimular de ninguna manera.

4) ¿Cómo hago para que él admita un error? Cándida la pregunta y más cándida aún la respuesta: “Planteá el tema de una manera graciosa. Decile: Reconocé que estuviste mal y te doy un premio”. No importan lo que los especialistas digan: los hombres jamás admiten sus errores. Y, ante esta verdad irrefutable, no hay premio que valga. 

5) Cuando le digo a mi chico: “Está todo bien” y no es así, ¿él me cree? Por supuesto que te cree, mamita. Para él es vital creerte. Le permite seguir haciendo lo que estaba haciendo sin ningún tipo de culpa. Además, el hombre no es dado a las sutilezas e ignora por completo el significado de la palabra ironía. Así que toma todo de forma literal. Los especialistas aseguran que ellos se dan cuenta de que está todo mal, pero se hacen los burros para evitar una pelea. No sé. Yo no creo que el seso les de para tanto.

6) ¿Cuál es la mejor forma de disculparme con él si metí la pata? SEXO. Eso no lo dice la Cosmo, lo digo yo. La Cosmo dice que hay que mirarlo a los ojos y pedirle perdón, pero les aseguro que mi disculpa es mucho más eficaz.

7) ¿Qué hago para que mi novio se lleve bien con mi mejor amigo? Aquí, las trogloditas como yo nos preguntamos: “¿Si tenés un novio para qué querés tener un mejor amigo?”  Pero bue, ya se sabe que la Cosmo está orientada a muchachas más modernas que una. Los especialistas sugieren invitar a los masculinos en cuestión a nuestro hogar a ver en televisión algún evento deportivo en el cual ambos señores alienten al mismo equipo (un partido de fútbol es poco recomendable, sobre todo si uno de los involucrados es de River y el otro de Boca;  se sugiere algo así como la Copa Davis,  aunque el tenis sea el deporte más embolante del mundo y a los susodichos los litigios  gimnásticos les importen tres carajos).

8) ¿Cómo le digo que me harté de dividir los gastos cada vez que salimos? ¿Dividen los gastos? ¡Qué horror! Tradicionalmente, el hombre paga y la mujer adorna.  Por lo menos así era en los 80’s. La Cosmo recomienda que, si una quiere hacerle entender sutilmente a su media naranja que está podrida de sacar la billetera cada vez que salen, proponga pagar una salida cada uno.  La verdad, yo no veo la diferencia entre una situación y otra, porque en ambas la dama tiene que realizar una erogación económica. Y lo que se busca es evitar esta situación antinatural.  Creo que, ante este entuerto, lo mejor es hablar clarito. Y si el señor que nos acompaña se niega a hacerse cargo de la totalidad de los gastos que genera la relación, cortar por lo sano.  En la calle hay cientos de hombres dispuestos a pagarnos los vicios. ¿Para qué seguir insistiendo con un miserable?

9) ¿Cuándo un hombre se da cuenta de que la relación va en serio? Vean ustedes, señoras, la respuesta de los especialistas: “Cuando no se acuesta con ninguna otra mujer y se siente bien con eso.” De esta réplica se deduce que, a pesar de tener una relación con nosotras, si el hombre no la considera seria, va a andar acostándose con cuanta mujer le de cabida. Aunque la relación lleve años y años.  Aunque estemos casadas con el sátrapa en cuestión.  Cosa bastante descorazonadora, la verdad.  Yo creo que un hombre se da cuenta de que la relación va en serio cuando ni se le cruza por la cabeza algo tan indecente como que nosotras paguemos la mitad de los gastos.

10) Le dije “Te quiero” y no contestó nada. ¿Es una mala señal? Es una señal horrible, nena. Es el motivo por el cual la relación de Penny y Leonard se fue a la miércoles en “The Big Bang Theory”.  Que no te respondan un “Te quiero”,  ni siquiera con un “Ditto” a lo Patrick Swayze en “Ghost”, es calamitoso.  La Cosmo dice que si nuestro hombre sigue haciendo planes con nosotras esta falta de respuesta a nuestra declaración amorosa no es nada grave.  Yo tengo mis dudas.

11) ¿Los hombres que tienen un pene XS se dan cuenta de su condición? Tarde o temprano (todos lo sabemos) la chica Cosmo muestra la hilacha y pone de manifiesto la oquedad de su cabeza y su obsesión con el tamaño de los miembros masculinos.  Esta pregunta indecorosa es respondida por los especialistas con un rotundo “Sí”.  Parece que los varones van por la vida comparando el tamaño de su pene con el de los  otros. ¿De qué nos sirve a las mujeres saber que un hombre se da cuenta de que porta una nimiedad entre las piernas? A ver, déjenme pensar. Podemos usar esta escuálida situación para manipular al señor mal dotado y obligarlo a aceptar nuestros rollos sin chistar, a no decir ni mu cuando nos baboseamos con modelos y actores, a  admitir errores existentes o no, a llevarse bien con nuestros amigos, a pagar todos los gastos devenidos del romance, etc.

12)  ¿Cómo le digo a mi novio que está abusando del gel sin ofenderlo? Esto es lo que más me gusta de la Cosmopolitan: que salte de los penes XS al abuso del gel con una naturalidad pasmosa, cual mariposa que brinca de flor en flor. Ante este interrogante tan poco trascendente, los especialistas sugieren no escatimar piropos y requiebres al look de nuestro tórtolo cuando no esté usando ninguna pegatina en la cabeza. Se supone que él captará nuestro mensaje, pero no sé. Ya dije que el hombre es poco dado a las sutilezas.

13) ¿Por qué los tipos están siempre listos para el sexo? Acá la Cosmo se nos pone científica y nos espeta: “El área del hipotálamo cerebral que permite la excitación sexual es dos veces y media más grande en los varones.” Yo no pongo en duda esta sesuda afirmación. Lo que pongo en duda es esa historieta de que los tipos están siempre listos para el sexo. Aunque cueste creerlo, los señores también tienen sentimientos (poca ganas tendrá de hacer el amor un hombre sensible al que se le ha muerto el perro) y también sufren de jaquecas, acidez y ataques de nervios.

14) ¿Hay alguna razón por la que ellos son más infieles que nosotras? No hay ninguna razón, chiquita, porque eso de que los hombres son más infieles que las mujeres es un bolazo grande como una casa. Lo que sucede es que los hombres son mucho más torpes que nosotras, mienten peor y van por ahí dejando pruebas irrefutables de que nos son infieles. Las mujeres, en cambio, nos caracterizamos por ser hábiles en el manejo de los entuertos amorosos, mentimos jacarandosamente sin que se nos mueva un músculo de la cara y no vamos por la vida sembrando calzones y serpentinas que puedan condenarnos.  La Cosmo, sin embargo, da por cierta la falacia y la justifica argumentando que “los hombres tienen testosterona (la hormona que rige el deseo sexual) en mayor proporción.”

15) Cuándo mi novio me llama desde el súper para preguntarme si necesito algo, ¿le puedo pedir que me compre tampones? Ante esta pregunta, entre boluda y desubicada, los especialistas se apuran a aclarar que los hombres no esperan ese tipo de encargos y que es innecesario que los hagamos sentir incómodos mientras nos hacen los mandados.

16) ¿Cómo puedo avanzar a un amigo? La Cosmo aconseja: “Empezá por mostrarte más sexy. Tocalo discretamente y observá su reacción.”  Supongo que mostrarse más sexy implica cierto grado de desnudez: un hombro al viento, un escote desencadenado o una minifalda más atrevida que de costumbre. También puede involucrar ciertos gestos a los que ya hemos hecho referencia en  otros artículos aquí publicados: tocarse el pelo graciosamente, pasarse la lengua por los labios y pestañear como Betty Boop. Lo que me gustaría que aclararan los especialistas es dónde hay que tocar al amigo deseado. No sea cosa de que nos vayamos de mano y quedemos para el traste.

17) Cuando mi novio me invita a salir con sus amigos, nunca sé si lo hace por compromiso.  Personalmente creo que, cada vez que nuestro masculino nos invita a compartir tiempo con sus esbirros, siempre es por compromiso. Siempre. La Cosmo sostiene que sólo es por compromiso cuando nuestro tórtolo le adosa a la invitación un descorazonador “Si tenés ganas, claro.”

18) ¿Qué hago para que mi chico no lleve la laptop a la cama?  Los especialistas consultados por la revista Cosmopolitan aconsejan que, cuando la tecnología irrumpe en nuestras sábanas, la mejor defensa contra esta desagradable invasión es decirle a nuestra media naranja que nada nos deserotiza más que compartir la cama con un nerd.  Hacer que el hombre que supimos conseguir se sienta como Sheldon Cooper. O peor.

19) ¿Cómo sé si un hombre sigue enganchado con su ex? Parece que hay tres situaciones puntuales que indican que nuestro hombre sigue enganchado con su ex: A) Que hable pestes de ella, B) Que quiera ponerse de novio enseguida y C) Que nos compare con la susodicha. En el caso A el enganche enfermizo con nuestra antecesora se cae de maduro. Ya lo dijo el filósofo Joaquín Sabina: “No pido perdón.  ¿Para qué? Si me va a perdonar,  porque ya no le importa...” Cuando seguimos puteando por lo bajo a alguien es porque ese alguien todavía nos mueve el piso, aunque no lo reconozcamos  jamás. La mejor manera de comprobar que hemos perdido nuestro interés en un señor es poder incluir su nombre en una frase que no esté aderezada con ningún tipo de improperio. Si hablamos pestes es porque todavía nos pica. A ellos también.  En el caso B) es claro que el hombre que no olvida a su ex busca utilizarnos como parche terapéutico. Ya hemos hablado en otras ocasiones del mentado parche. Es el pavote/a que cae como peludo de regalo en brazos de alguien que todavía no terminó de digerir una ruptura, sirve para que el recién abandonado rearme su corazón y su autoestima y es amurado en un rincón cuando deja de ser curativo y útil.  El caso C) no es tan claro como los anteriores: podemos ser comparadas con una ex porque nuestro hombre aún no la olvidó o porque la olvidó y es un reverendo pelotudo.

20) ¿Cuál es la razón por la que los varones son fanáticos del sexo matinal? Según la Cosmo y sus especialistas, la testosterona alcanza su máximo nivel en sangre entre las 5 y las 6 AM. Eso explica, de manera limpita y científica, por qué los hombres son fervientes partidarios del coito mañanero. Si la Cosmopolitan lo dice, así será.  Hay datos que son irrefutables.

21) Si yo tomo la iniciativa en el sexo, ¿él puede sentirse acosado? Yo creo que un hombre no debería sentirse acosado porque su pareja toma la iniciativa a la hora de los bifes, pero parece que si insistimos con este comportamiento  amazónico el pobre macho se verá sofocado y atormentado. Eso según la Cosmopolitan, que recomienda a las damas tomar la iniciativa a la hora del sexo sólo de vez en cuando.  De este dudoso consejo se desprende que las señoras y señoritas debemos resignar nuestros ardores para cuando el hombre, ese pequeño gran dios, tenga ganas de regocijarse con nos.  Muy triste.

22) ¿Él nunca se distrae cuando tenemos sexo? Para esta pregunta fundamental los especialistas tienen una respuesta más que fundamental y aplicable, además,  a todos los aspectos de la vida masculina: “No: el cerebro masculino le impide concentrarse en más de un objetivo a la vez.” Ya me parecía.

23) ¿Me conviene confesarle que fui infiel en otra relación? Sabrán ustedes, caras lectoras, que una de las estrategias que fomento desde este humilde espacio cuando de infidelidad se trata es negar, negar y negar, aún cuando nos planten frente a las narices pruebas irrefutables de nuestro desliz. Mal podría, entonces, aconsejarles que confiesen que alguna vez han dado el mal paso, aún cuando la indiscreción date de tiempos remotos. Por suerte, la Cosmopolitan está, por una vez, de acuerdo con vuestra servidora. Nada de confesiones al pedo que el día de mañana puedan ser utilizadas en nuestra contra.

24) ¿Por qué un tipo nunca se da cuenta de que te cortaste el pelo? Se estima que los hombres miran la imagen general y no los detalles.  Lo que no deja de ser un alivio. Un día podríamos aparecer tuertas y el tipo no se daría cuenta.

25) ¿Y por qué reparó en que mi lola izquierda es más chica que la derecha? Fácil: porque esa es la clase de detalles que sí mira. En síntesis, los hombres te miran las tetas, pero el pelo, jamás.

Aquí me planto por hoy. 25 verdades son más que suficientes para empezar a dilucidar ese misterio insoluble llamado hombre. Y, aunque parezca mentira,  yo también me canso de leer/escribir boludeces.
En nuestra próxima entrega, queridas damas,  les serán develadas 25  verdades  más. Tengan paciencia.   Y si alguno de estos ítems les resulta sospechoso, recuerden las palabras de Sigmund Freud: “La verdad al cien por ciento es tan rara como el alcohol al cien por ciento.”

 Au revoir.