viernes, 27 de septiembre de 2019

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: EL GATO CON BOTAS


LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: EL GATO CON BOTAS

“Cualquier gato que no consigue atrapar a un ratón finge que iba tras una hoja seca.”
Charlotte Gray

Buenas tardes, mis queridos. Aquí estoy para ofrecerles una nueva entrega de la saga “Las verdaderas historias detrás de los cuentos infantiles”, esta vez dedicada a un famosísimo cuento amado por generaciones: “El gato con botas”.


EL GATO CON BOTAS

“El gato con botas” (Le chat botté”) es un cuento popular europeo publicado en 1697 por Charles Perrault en su libro Cuentos de mamá ganso (“Les Contes de ma mère l'Oye”) con el título El gato maestro” (“Le chat maître”). Tiene sus antecedentes en "Costantino Fortunato", recopilado en 1500 por Giovanni Francesco Straparola en su libro Las noches agradables” (Le piacevoli notti”); y en Cagliuso”, publicado en 1634 por Giambattista Basile en "Lo cunto de li cunti overo lo trattenemiento de peccerille" ("El cuento de los cuentos, o el entretenimiento de los pequeños"), conocido como el "Pentamerón".
Siglos antes de la publicación del cuento de Perrault, el brahmán sivaísta llamado SomaDeva Bhatta reunió una vasta colección de cuentos populares indios en una colección llamada "Kathá-sarit-ságara" ("El océano de ríos de leyendas"), compuesta por dieciocho libros. El décimo libro contiene copias del "Panchatantra", atribuido a Vishnú Sharma  compuesto después del siglo III  a.C. Allí aparece la historia de un gato que, con engaños, intenta hacer fortuna en el palacio de un rey.


LA HISTORIA

El molinero del reino, fallece y deja como herencia a su hijo mayor el molino; a su hijo del medio, unas mulas y a su hijo más joven, un gato. El muchacho quiere abandonar al gato o comérselo, pero para su sorpresa descubre que el felino habla y escucha muy bien. El gato le pide confianza y un par de botas y un saco, prometiéndole que saldrán de la pobreza. 
Decidido a hacer fortuna para su amo, el gato atrapa un conejo en una bolsa en el bosque y lo presenta al rey como un regalo de su dueño, el ficticio Marqués de Carabás. El gato sigue haciendo regalos para el rey de parte del Marqués durante varios meses.
Un día, el rey decide dar un paseo con su hija. El gato convence a su amo para quitarse la ropa y entrar en el río cerca del cual pasará la corte. El gato pone la ropa del joven debajo de una roca y, cuando se acerca el coche real, empieza a pedir ayuda clamando y gritando. Cuando el rey se detiene para averiguar qué pasa, el gato le dice que su señor, el Marqués, se estaba bañando en el río y unos vándalos le robaron su ropa. El rey le ofrece al muchacho un traje espléndido y lo sienta en el coche junto a la princesa, que se enamora de él.
El gato propone al rey ir a casa de su amo, que es, según el animal, un imponente palacio desde el que se gobiernan campos y grandes extensiones de tierra. El rey accede, y el hijo del molinero se angustia sin poder imaginar de dónde sacará el gato dichos bienes. El gato toma la delantera con la excusa de preparar el palacio para la visita real,  y ordena a los campesinos a lo largo de la carretera que digan que las tierras perteneces al Marqués de Carabás, amenazándolos con tomar represalias si no lo hacen. El gato, entonces, llega al castillo del dueño de las tierras, un ogro que es capaz de transformarse en diversas criaturas. El ogro muestra su habilidad convirtiéndose en un león y el gato lo engaña  para que se transforme en un ratón. El gato se lanza sobre el ratón y lo devora. El rey llega al castillo que antiguamente pertenecía al ogro, e, impresionado con el falso Marqués y su estado, le ofrece la princesa en matrimonio. 


 COSTANTINO FORTUNATO

La historia "Costantino Fortunato", publicada por Giovanni Francesco Straparola  en el año 1500, es  muy similar a la que conocemos actualmente. Apareció en Las noches agradables” (Le piacevoli notti”), el primer libro europeo de cuentos de hadas. En el cuento de Straparola sin embargo, el pobre joven es el hijo de una mujer de Bohemia, el gato es un hada disfrazada, la princesa se ​​llama Elisetta, y el castillo no pertenece a un ogro, sino a un caballero que, convenientemente, perece en un accidente. El pobre joven finalmente se convierte en el rey de Bohemia. 
No se sabe a ciencia cierta si la historia fue concebida por Straparola o provino de fuentes orales. 


CAGLIUSO

En 1634, otro cuento con un gato tramposo como héroe fue publicado en el "Pentamerón" de Giambattista Basile. En esta versión, el protagonista es un niño mendigo llamado Cagliuso (a veces Gagliuso) cuya fortuna se consigue de una manera similar a la del molinero de Perrault. Sin embargo, el cuento termina con Cagliuso prometiendo al felino un ataúd de oro después de su muerte como forma de agradecimiento. Tres días más tarde, el gato decide poner a prueba a Cagliuso haciéndose pasar por muerto y se mortifica al escuchar al joven diciéndole a su esposa que tomara al gato muerto por las patas y lo tirara por la ventana. El gato salta, exigiendo saber si el maltrato era la recompensa prometida por ayudar al niño mendigo a tener una vida mejor. El gato huye, obligando a su amo para valerse por sí mismo. En otra versión, el gato realiza actos de valentía, por lo que un hada lo convierte en un gato normal para que pueda estar con sus congéneres.


ANÁLISIS DEL CUENTO

Los folcloristas Iona Peter Opie observan que, a pesar de la popularidad del cuento, su dudosa moralidad o, en realidad, la ausencia de ella, lo ha hecho menos interesante de analizar que otras historias de la época. Comparado con el rico material proporcionado en "La bella durmiente" o "Barbazul", "El gato con botas" es considerada una historia menor y más alegre en tono. Perrault era conocido ciertamente por sus tendencias moralistas, pero si realmente hay una lección por aprender en "El gato con botas", parece ser que el engaño y la mentira dan beneficios más rápida y generosamente que el trabajo duro y el talento.
Para algunos lectores actuales, la nota éticamente discordante aparece cuando el gato amenaza a los campesinos que trabajan para el ogro, obligándolos a decir que trabajan para el Marqués de Carabás. En una versión moderna, el gato con botas llega a un acuerdo con los campesinos, ya que si dicen ser siervos del Marqués, el felino los librará de la tiranía del cruel ogro. Esto eleva considerablemente el tono moral de la historia.
En otras interpretaciones el gato con botas representa el interjuego de las naturalezas racional y animal en el destino del hombre. El gato es un animal humanizado que camina erguido y habla, un animal que razona, pero libera sus instintos cuando es necesario, por ejemplo cuando amenaza a los campesinos o se come al ogro trasformado en ratón.
En su  libro"Psicoanálisis de los cuentos de hadas" ("The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales", 1976), Bruno Bettelheim señala que "cuanto más simple y directo es un buen personaje en un cuento de hadas, más fácil es para un niño que se identifique con él y que rechace el mal de otro. El niño se identifica con un buen héroe porque la condición del héroe hace un llamamiento positivo para él. Si el personaje es una persona muy buena,  es probable que el niño desee ser bueno también. Los cuentos amorales, sin embargo, no muestran la polarización o yuxtaposición de personas buenas y malas. Cuentos amorales como "El gato con botas" construyen el carácter, no obligando al niño a el elegir entre el bien y el mal, sino dándole niño la esperanza de que incluso el más manso puede sobrevivir. La moral es de poco interés en estos cuentos, que apuntan a proporcionar la garantía de que uno puede sobrevivir y tener éxito en la vida. Los niños pequeños pueden hacer poco por su cuenta y estas historias los ayudan a superar la decepción en sus intentos. Los cuentos de hadas dan una gran dignidad a los logros más pequeños (como hacerse amigo de un animal o ser amigo de un animal), y muestran que dichos eventos ordinarios pueden llevar a grandes cosas. Los cuentos de hadas animan a los niños a creer y confiar en que sus pequeños logros reales son importantes aunque quizás no reconocidos en el momento."


¿EL GATO CON BOTAS ERA EL ESPÍRITU FAMILIAR DE UN BRUJO?

El donante o proveedor es una figura común a muchos cuentos clásicos. Es un personaje que a la vez pone a prueba y ayuda al protagonista. Tiene poderes sobrenaturales y actúa como padrino. Uno de los donantes típicos es el hada madrina, pero también aparecen proveedores bajo la figura de ancianas, pastoras, muñecos y,  en muchas historias europeas, animales.
Un espíritu familiar es un ente mitológico con poderes mágicos que, según la tradición, es invocado por una persona versada en lo arcano, generalmente un mago o un brujo. En algunas leyendas toma la forma de una criatura demoníaca, pero normalmente cuenta con la apariencia de un animal doméstico (búho, perro, rana, sapo y, especialmente, gato). Su característica distintiva es que, tal como su nombre indica, este espíritu se mantiene dentro de la familia. El amo debe pasar el conocimiento de todo aquello que concierne al espíritu familiar a algún miembro de su clan, para que este continúe a su servicio.
El  espíritu familiar es un ser que obedece los designios de su amo o persona con la cual ha hecho un pacto, actuando como sirviente y ayudante, o favoreciéndolo económicamente con sus poderes. Si un familiar tiene el aspecto de un animal doméstico, como un gato o un búho, puede actuar como espía para su amo.
La historiadora Emma Wilby, autora del libro “Cunning folk and familiar spirits” (2005), ha identificado en muchísimos cuentos europeos de diferente tipo el rastro de la creencia en los espíritus familiares, que es, según su criterio, muy evidente en “El gato con botas”. El personaje del gato con botas cumple a la perfección el papel de donante-proveedor y, a la vez, el de espíritu familiar de un brujo. En el cuento, el tercer hijo del molinero hereda al gato de su padre, y, tal como se ha dicho, los espíritus familiares, permanecen dentro de la familia. El padre deja el gato en herencia al hijo que sabrá sacarle provecho. El muchacho no sabe en  principio qué hacer con el gato, pero éste le habla -cosa que tradicionalmente hacen los espíritus familiares con brujas y magos- y le exige una primera prueba de fe: debe regalarle un par de botas y una bolsa. Una vez superada esta etapa iniciática, el gato conseguirá lo que el joven anhela: riqueza y la mano de la princesa.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para decir acerca de "El gato con botas". Me despido de ustedes con un bellísimo poema de Jorge Leónidas Escudero:

AMIGO ÍNTIMO

Era noche de viento anoche cuando
desvelado oí al gato amigo, el perdido,
llamándome.
Su quejumbre apagada oí e el impulso
tuve de abrir todas las puertas a recibirlo.

Veinte días ya,
y si no lo mató un perro viene ahí.
Salte de la cama y corrí a la ventana
ver si lo veía y hacerlo entrar
acariciarlo darle comida. Sucio, flaco
estaría después e tanta ausencia.

Entonces otra vez oí el llamado;
pero mi di cuenta no era el gato,
era una persiana que con el viento hacía
tal quejumbre.

Cerré la ventana.
Fui a mirarme al espejo ver qué cara
le queda a uno después de desilusionarse.
Y en esas vecindades de viento engañador
y ladridos nocturnos
volví a la cama a no poder dormir. Acaso
¿esto es mucho decir sobre la ausencia de un gato?

Buenas tardes.
Imagen 1: Alejandro Ortiz
Imagen 2: Ximena García
Imagen 3: Paloma Merendón
Imagen 4: Sebastián Barreiro
Imagen 5: Víctor Sánchez
Imagen 6: Ayano Imai
Imagen 7: Autor desconocido


viernes, 20 de septiembre de 2019

DON'T WORRY BE HAPPY


DON'T WORRY, BE HAPPY 

 “Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.” 
Sigmund Freud

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…” 
Groucho Marx

Más de una vez, damas y damitas nos hemos preguntado qué es lo que hace felices a los hombres, y los hemos juzgado como seres bárbaros cuyo júbilo dependía exclusivamente del sexo y de la pelota. Pero parece, señoras, que nos hemos equivocado fiero. Por lo menos según Nick Powdthavee, economista conductual de origen tailandés especializado en la economía de la felicidad y autor del libro “La ecuación de la felicidad”. Powdthavee elaboró un ranking de situaciones que hacen a la alegría de los varones que los deja mejor parados de lo que nosotras pensábamos. Siempre orientada hacia la comprensión entre los sexos y la felicidad de la pareja, pongo en su conocimiento la mentada lista. Depende de ustedes tomar a pie juntillas la palabra de un señor con una ocupación que suena más cerca de la estafa que de la ciencia. 

LAS 10 COSAS QUE HACEN FELICES A LOS HOMBRES SEGÚN NICK POWDTHAVEE

1) PASAR EL TIEMPO CON AMIGOS: Sí. Las publicidades de Cerveza Quilmes tienen razón. No hay nada que haga tan felices a los hombres como pasar tiempo con los amigos. Desde muy pequeñas, las mujeres comprobamos, con cierta desazón y algunos ramalazos de furia, que entre un hombre y sus amigos hay una especie de cordón umbilical inmundo que los mantiene unidos  a través del tiempo, muy a pesar nuestro. Los muchachos de la esquina, los pibes, los vagos… no importa cómo los llamen: son una cofradía miserable en la que una jamás tendrá cabida. Luchar contra ellos es remar con viento en contra: si un hombre tiene que elegir entre sus amigos y nosotras, los elegirá a ellos. Que no ni cocinan, ni cuidan enfermos, ni usan portaligas, pero tienen ese no sé qué, como las tardecitas de Buenos Aires.
“¿Cuánto dinero tendrías que darle a una persona que no vio a sus amigos durante un año, para equiparar la felicidad de alguien que los ve todos los días? Cerca de 300 mil dólares”, postula Powdthavee. Y una se pregunta cómo estar con esos imbéciles puede ser tan caro. Nuestro economista conductual dispara que, para cualquier caballero bien puesto, estar con sus amigos “es una actividad que produce un largo y contante fluido de serotonina, una de las hormonas responsables de la felicidad.”

2) TENER MEJOR SALUD QUE LOS DEMÁS: A los hombres no les importa estar sanos: a los hombres los aterra estar enfermos. Un simple resfrío los convierte en seres moribundos incapaces hasta de firmar su testamento. Los hombres le tienen miedo a las inyecciones, se atragantan con las píldoras y gimen cuando tienen fiebre.
Según Nick Powdthavee, “tener una mente y un cuerpo saludables contribuye a tener una vida feliz. Pero lo que es menos sabido es que nuestra percepción de lo que es saludable o no depende en parte del número de gente que comparte nuestros problemas de salud”. Aparentemente, un hombre no se siente tan mal por una enfermedad si muchos de sus amigos sufren de lo mismo. Mirá vos, y una que pensaba que los quería tanto.

3) UNA COMPAÑERA FELIZ: ¡Al fin aparecimos! En el ranking de motivos de felicidad masculina nosotras ocupamos un decoroso tercer lugar. A favor de los varones he de decir que su júbilo no depende de una compañera flaca, ni de una compañera bella, ni de una compañera joven. Ellos quieren una compañera feliz. Todas las otras boludeces corren por nuestra cuenta.
“Una de las claves para tener una vida matrimonial feliz es tener una compañera feliz”, dice Nick Powdthavee y una responde sobradora: “Chocolate por la noticia.” Parece, señoras, que la felicidad es contagiosa,  y que hay estudios científicos que sostienen que podemos ser un 8% más felices en nuestra vida si nuestra pareja es feliz en la suya. 

4) UN TRABAJO QUE AMEN: Considerando que uno pasa en un empleo de 8 horas diarias 40 horas por semana, 160 por mes y 1820 por año (más o menos, ya saben que las ciencias exactas no son lo mío), se cae de maduro que si uno tiene un trabajo de mierda va a ser muy, muy infeliz.
Según  Powdthavee, gozar  del trabajo es uno de los componentes más importantes de una vida feliz.  Este disfrute hace sentir a los hombres “fuertes, alertas, en control, y profundamente satisfechos con ellos mismos”.

5) LA SOLIDARIDAD: ¿Vieron? Ese bicho con el que comparten colchón no es tan dañino como parecía. A los hombres los hace felices sentirse miembros de la comunidad, desplegar su espíritu solidario y poder ayudar a otros. El sociólogo Robert Putnam sostiene, además, que “los hombres que son miembros de organizaciones locales y clubes están entre las personas más felices”.

6) EL CASAMIENTO: Pueden creerlo o no, pero parece que el casamiento hace felices a los hombres, aunque ellos juren lo contrario y vivan quejándose de la horrible trampa en la que los hicimos caer por ingenuos y por buenazos. Nick Powdthavee explica: “El matrimonio le agrega años de vida a los hombres. Y los hombres casados son significativamente más felices que los solteros, los que conviven, los viudos y los divorciados”. Una está pensando, turra como es, dónde está el fraude. Y el fraude aparece: “La mayor parte de esa felicidad se siente, por lo general, durante el primer año de casado”. Ahhhhhhhh.

7) VIVIR CERCA DEL TRABAJO: Según los economistas Bruno Frey y Alois Stutzer, el tiempo que pasamos trasladándonos de casa al trabajo causa más estrés de lo que podemos imaginar. Estos cerebros llegaron a la conclusión de que, para compensar como corresponde a la gente que tarda 23 minutos en ir a su sitio de faena (y otros 23 en volver),  habría que aumentarles el sueldo mensual un 19%.  
Los hombres, sencillitos como son, encuentran que vivir cerca del lugar donde laboran y ahorrarse pesadas horas de viaje es un motivo de algarabía.

8) SER JOVEN Y SER VIEJO: Los jóvenes son felices porque  son jóvenes y se pueden cagar en todo. Los viejos son felices porque son viejos y están más allá del bien y del mal. Por lo menos, eso es lo que sostiene Powdthavee: “Hay una fuerte evidencia en todo el mundo de que la felicidad tiene forma de U. Nuestra felicidad suele empezar cuando somos jóvenes. Alcanza su estado más bajo cuando bordeamos los 40. Y después vuelve a subir. Generalmente lo llamamos la crisis de la mitad de la vida”. 

9) EL SEXO: Sí, sí. Aunque parezca mentira, en el ranking de la felicidad masculina de Nick Powdthavee, el sexo aparece recién en el noveno lugar. Parece que los señores no son las bestias babeantes ávidas de carne que una imaginaba. Los economistas David Blanchflower y Andrew Oswald hicieron un estudio estadístico y demostraron que quienes tienen sexo con regularidad (por ejemplo, cuatro veces por semana) están entre el grupo de personas más felices (a mí no me hace falta hacer ningún estudio estadístico para aseverar que el/la afortunado/a que tiene sexo ¡¡¡¡cuatro veces por semana!!!! va por la vida lanzando perfume al mejor estilo Rita Lee y enredándose las patas con las serpentinas).
David Blanchflower y Andrew Oswald sostienen también que “los hombres disfrutan del sexo más que las mujeres”. 

10) GANAR MÁS QUE LOS OTROS: “La mayor parte de los hombres quieren ser ricos. Pero esa no es la llave de la felicidad. La clave es ser más rico que las personas que nosotros conocemos”, dice Powdthavee y enseguida reconoce que “suena cruel, pero está científicamente comprobado”. Este dato, señoras, no es menor. Pone de manifiesto que, aunque hagan gala de su espíritu solidario (véase el punto 5), los hombres son tan malparidos como nosotras. 
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Hasta aquí, el ranking de la felicidad masculina de Nick Powdthavee. Yo, haciendo uso de mi proverbial espíritu de contradicción y desconfiando de algunos ítems postulados por el mentado economista conductual, he elaborado el mío propio. Para ello me he basado en la observación sistemática de los machos que me rodean. 

LAS 10 COSAS QUE HACEN FELICES A LOS HOMBRES SEGÚN VUESTRA SERVIDORA

1) PASAR EL TIEMPO CON AMIGOS: En esta coincidimos: lo que más felices hace a los hombres es estar con sus amigos. Ya hablamos de esa especie de cordón umbilical inmundo que los mantiene unidos contra viento y marea.

2) EL FÚTBOL (O EL TENIS, O EL RUGBY, O EL CRICKET  O EL DEPORTE QUE GUSTEN): A los hombres el deporte los idiotiza. Esto, queridas, no hace falta comprobarlo científicamente. La comprobación empírica la tenemos cada vez que juega Boca. Los hombres son felices como perdices siguiendo el derrotero de una pelota. Yo creo que hasta tienen orgasmos. 

 3) EL AUTO: Hay teorías que sostienen que el auto es una extensión de la personalidad de su dueño.  Y otras, más picantes, que postulan que, en el caso de los hombres, son extensiones de su penes. Y por eso los cuidan tanto, los lavan aunque estén limpísimos y no nos dejan comer papas fritas arriba. El hombre, a no dudarlo, es feliz con su auto. Aunque Nick Powdthavee ni se entere.

4) LA BIRRA (O EL FERNET, O LA BEBIDA ESPIRITUOSA QUE GUSTEN): Es triste, sí. Pero es una realidad incontrastable. Una botella de cerveza hace más feliz a un hombre que una bailarina nudista.

 5) LA PLAYSTATION (O LA XBOX, O LA WII): Cualquier consola de  juegos es una fuente indiscutible de felicidad masculina. Nada más gratificante que apretar los botones de un joystick hasta morir.

 6) EL SEXO: A los hombres los hace felices el sexo. Lo dicen todos los estudios de todas las Universidades del mundo y lo digo yo.  Y está muy bien: el sexo es una fuente de goce sanita que, además, pueden compartir con nosotras.

 7) EL PERRO (O EL GATO O EL ANIMAL DE COMPAÑÍA QUE GUSTEN, PERO EN GENERAL ES EL PERRO): Nadie más feliz que un señor jugando con su pichicho. Qué ternura.

 8) LOS RAVIOLES CON TUCO DE LA MADRE (O LAS MILANESAS CON PAPAS FRITAS, O EL ASADO AL HORNO, O LOS PIEROGI): Asumámoslo de una vez: nunca jamás vamos a cocinar como nuestra benemérita suegra.  Nosotras somos vagas adictas a los calditos Knorr Suiza y al puré Chef, y ella es una santa. La comida de mamá es un manantial de goce para cualquier varón.

 9) LA PLATA: Ya se sabe: el dinero no compra la felicidad, pero compra entradas a la cancha, autos, birra, Fernet, consolas de juego, sexo, animalitos varios, etc. No compra amigos ni mamás cocineras ni amor. Pero ni se nota.

10) NOSOTRAS: Sí, nosotras también los hacemos felices. A veces.

Como hoy me siento algo lúgubre, a pesar del tema que decidí abordar y de todo el papel picado que destila este opúsculo, me retiro a un rincón a mascullar mi hartazgo, no sin antes obsequiarlos con una frase de Gustave Flaubert: “Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.”

Buenas tardes.  

viernes, 13 de septiembre de 2019

…BUT GENTLEMAN MARRY BRUNETTES I


…BUT GENTLEMAN MARRY BRUNETTES I

"¡Avanti, morocha!" 
Iván Noble

Bastó con que publicara en este espacio un artículo elogiando la belleza de las mujeres rubias y asegurando que los caballeros las preferían blondas, para que señores variopintos me llamaran la atención acerca de lo endeble de esta afirmación. Parece que a pesar de lo bellas, sensuales y prometedoras de placeres que pueden ser las rubias, hay hombres que prefieren a las morochas. Toda la vida. Estos señores sostienen que la belleza de las rubias es más bien endeble. Y que somos las morenas las que pisamos fuerte en la vida y, sobre todo, entre las sábanas.
Ya les dije, mis queridos,  que en Internet hay estudios para probar o refutar todo o casi todo. Buscando algo que hablara acerca de las morochas me topé con unos interesantes datos surgidos de investigaciones que aparecieron en publicaciones académicas  de varios lugares del planeta (sí, sí, esos lugares linderos a la comarca donde el Diablo perdió el poncho) y recogidos por la revista Men's Health, que ayudan a delinear la mujer perfecta a los ojos de los hombres, ¡y resulta que esa mujer es morocha! Inteligente, económicamente independiente, con buen humor, vestida de rojo, tetona, con caderas angostas, pies pequeños y piernas largas, ¡pero morocha! Aunque parezca increíble, los señores son tan ilusos que creen que las mujeres de pelo oscuro somos más confiables y estables. Pobrecitos.
Para esos cándidos señores y también para nosotras, orgullosas morenas que nunca caímos en la tentación de aclararnos las mechas, va entonces esta nueva lista de beldades, de cabello oscuro esta vez. He aquí la primera parte de mi Top Ten de morochas explosivas. De nada.


 MÄRTA TORÉN: “Por encima del triunfo como artista prefiero el triunfo como madre y como mujer.”

Märta Torén nació en Estocolmo el 21 de mayo de 1925. Fue actriz y triunfó en Hollywood en las décadas de 1940 y 1950. Su papel más importante lo tuvo en la película “Sirocco” (1951), donde compartió cartel con Humphrey Bogart. Fue promocionada como Märta “Ojos” Torén, debido a sus preciosos ojos entre azules y grises, aunque a ella no le hacía mucha gracia que se pusiera más atención en su impactante físico que en su talento, y mucho menos que se la considerara una chica pin up. 
Märta Torén falleció en su Suecia natal el 19 de febrero de 1957 debido a una hemorragia cerebral. Tenía apenas treinta y un años.


MARA CORDAY: "Yo no creo en el desnudo frontal, ese es mi modo de ser. Si una muestra todo a la primera, ¿qué le queda para hacer un bis?"

Mara Corday nació en California el 3 de enero de 1930. Fue modelo, vedette y actriz, y hoy se ha convertido en una figura de culto para los amantes de la década de 1950. Mara llegó a Hollywood siendo una adolescente y consiguió trabajo como corista en el Earl Carroll Theatre. Su despampanante belleza le aseguró trabajo como modelo y enseguida logró un pequeño papel como bailarina en la película "Two Tickets to Brodway" (1951). Apareció en varias películas de cowboys y de ciencia ficción Clase B y en 1955 protagonizó "Tarantula".
Mara Corday se lució como chica pin up en diversas revistas masculinas y fue la Playmate de octubre de 1958. A principios de los '60 interpretó varios papeles televisivos y luego abandonó su carrera para dedicarse plenamente a su familia. Retomó el cine a mediados de los '70, de la mano de su amigo Clint Eastwood, quien la convocó para actuar en varias películas.
Mara estuvo casada con Richard Long (el bombonazo de "Nany y el profesor") hasta el fallecimiento del actor en 1974. Pero aún sigue enamorada de él. Actualmente se dedica a escribir y a su compañía Argosy Productions.


CYD CHARISSE: “Los censores siempre estaban en el set cuando yo estaba allí para asegurarse de que estuviera adecuadamente tapada.”

Cyd Charisse nació en Texas, el 8 de marzo de 1922. Fue actriz y bailarina y alcanzó gran fama por su participación en los musicales más importantes de la historia del cine, como “Singin’ in the Rain” (1952) y “The Brodway Melody” (1953).
Cyd inició su carrera como bailarina (llegó a formar parte del Ballet Ruso de Serguéi Diáguilev) y más tarde probó suerte como actriz. Se casó en primeras nupcias con su profesor de baile, Nico Charisse, en 1939. Luego de divorciarse de él contrajo matrimonio con el actor y cantante Tony Martin, en 1948. Con él estuvo casada durante sesenta años, hasta su fallecimiento, todo un récord en Hollywood (y en cualquier otra parte del mundo). Cyd escribió con el una autobiografía conjunta, “The two of us”, y pasó a formar parte del Libro Guinness de los Récords, en la categoría “Piernas más valiosas”, dado que en 1952 firmó un seguro por valor de cinco millones de dólares para protegerlas, superando el récord de su antecesora, Betty Grable.
En 1967, Cyd Charisse se retiró del cine, apareciendo sólo esporádicamente en algunos films. Más recientemente, se la pudo ver en algunos videos musicales, como “I Want To Be Your Property”, de Blue Mercedes, y “Alright”, de Janet Jackson. En 1990 grabó un video de fitness para adultos mayores.
Cyd falleció el 17 de junio de 2008, a los ochenta y seis años.


JANE RUSSELL: "La publicidad puede ser terrible. Pero sólo si no la tienes."

Jane Russell nació el 21 de junio de 1921 en Minnesota. Fue actriz y un verdadero símbolo sexual de las décadas de 1940 y 1950, eternamente recordada por su papel protagónico en “Gentlemen Prefer Blondes” (1953), junto a la maravillosa Marilyn Monroe.
Jane Russell era secretaria de un médico y hacía trabajos esporádicos como modelo cuando fue descubierta por el magnate Howard Hughes y contratada para actuar en la película “The Outlaw” (1943). Se dice que el millonario estaba obsesionado con los pechos de Jane. Tras su debut cinematográfico, la actriz participó en programas radiales de corte humorístico y volvió al cine en 1946 cuando participó en “Young Widow”. Su etapa más prolífica como actriz la tuvo durante la primera mitad de la década de 1950. Durante la década de 1960 sus apariciones en cine se espaciaron. Su última película fue “Darker than  Amber” (1970). A partir de allí, actuó en Brodway y en algunas producciones televisivas, incursionando en el mundo de la publicidad para promocionar (obviamente) corpiños.
Jane Russell tuvo tres maridos. No pudo tener hijos propios, debido a la esterilidad provocada por un aborto mal practicado cuando apenas había salido de la secundaria, pero sí tuvo hijos adoptivos. En 1955 fundó la World Adoption International Fund (WAIF), organización orientada a facilitar las adopciones. En el apogeo de su carrera comenzó el Hollywood Christian Group, un estudio bíblico semanal que realizaba en su casa y al que asistieron muchos famosos de Hollywood. Marilyn Monroe contó que, durante la filmación de “Gentlemen Prefer Blondes”, Jane trató de convertirla“Jane trató de convertirme y yo traté de presentarle a Freud.”
Jane, que falleció el 28 de febrero de 2011, a los ochenta y nueve años, fue entre las morenas lo que Brigitte Bardot es entre las rubias: el elemento políticamente incorrecto. En 2003 declaró: “En estos días soy abstemia (había tenido problemas con la bebida), mezquina, de derecha, intolerante, cristiana fanática y conservadora, pero no racista.”


GINA LOLLOBRIGIDA: "En toda mi vida sólo he tenido demasiados amantes."

Gina Lollobrigida nació  en Subiaco, Italia, el 4 de julio de 1927. Eterna rival de Sophia Loren, fue una actriz reconocida, interesada, además, en la escultura y la fotografía. Comenzó su carrera siendo adolescente, como modelo, y participó con éxito en varios concursos de belleza. En 1947 logró la tercera posición en el concurso Miss Italia (ganado por Lucía Bosé), situación que le abrió las puertas de la fama. En 1950, Gina desembarcó en Hollywood, de la mano de Howard Hughes, pero volvió a Italia a las pocas semanas, por sentirse “vigilada permanentemente” por el millonario. Recién en 1953 realizó su primer film norteamericano, “Beat the Devil”, junto a Humphrey Bogart y Jennifer Jones. Su fama fue creciendo y llegó a ser considerada “la mujer más bella del mundo."
Gina Lollobrigida tuvo una activa participación en el cine hasta la década de 1970. A partir de ese momento inició una exitosa carrera como periodista fotográfica y se dedicó, también, a la escultura.  En 1984 participó en algunos capítulos de “Falcon Crest” y en 1999 incursionó en la política sin demasiada suerte. En el año 2000 declaró: “Estudié pintura y escultura en la escuela y me hice actriz por error… He tenido muchos amantes y romances. Estoy muy cansada. En toda mi vida sólo he tenido demasiados amantes.”

Hasta aquí,  la primera parte de mi Top Ten de beldades morenas. Más temprano que tarde llegará la segunda y última parte. Mientras tanto, los dejo con un pensamiento de la filósofa argentina Karina Jelinek: "Las morochas hacemos lo que las rubias insinúan".

Buenas tardes.